Agrosur, Vol. 31 N°2, 2003, pp. 75-80 NOTAS TECNICAS
DIGESTIBILIDAD DE AVENA ENTERA Y LAMINADA AL VAPOR EN YEGUAS
Rubén G. Pulido 1, Carla Romeny K. 1 y Arturo Escobar V. 1 1 Instituto de Zootecnia, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad Austral de Chile. Abstract Apparent digestibility
of whole and rolled oats in mares. Key words: digestibility, mare, rolled oats. Resumen El objetivo de este estudio fue evaluar la digestibilidad de avena entera y laminada al vapor en equinos. Se utilizó el método de colección total, con 4 yeguas de raza criolla chilena, de un peso promedio aproximado de 450 kg, las cuales se mantuvieron en pesebreras individuales. La digestibilidad de las avenas se obtuvo por diferencia entre la digestibilidad de la dieta base (alfalfa) y la digestibilidad de cada dieta compuesta. En cada dieta fueron utilizados los mismos animales. Se uso un período preexperimental de 10 días y un período de recolección de 6 días. La digestibilidad de los nutrientes en la avena entera y la avena laminada fue de 69,2 ± 3,0% y 67,8 ± 1,5% respectivamente para la materia seca, 69,7 ± 2,8% y 70,7 ± 0,9% para la materia orgánica y 68,5 ± 2,1% y 68,0 ± 0,9% para la energía bruta, 91,4 ± 3,6% y 73,5 ± 5,9% para la proteína cruda y 23,4 ± 9,4% y 37,9 ± 10,6% para la fibra cruda, respectivamente. No hubo diferencias estadísticamente significativas (P>0,05) en la digestibilidad de la materia seca, materia orgánica, energía bruta y fibra cruda entre las dos avenas, en cambio la diferencia en la digestibilidad de la proteína cruda sí fue significativa (P<0,05). De los resultados de este ensayo se puede concluir que la avena laminada al vapor no presenta ventajas sobre la avena entera en la digestibilidad de sus nutrientes. Palabras clave: digestibilidad, yegua, roleado a vapor. INTRODUCCION Una nutrición apropiada es el factor más importante en la determinación de la eficiencia y la vida útil de los caballos (Ensminger, 1973). Sin embargo, comparativamente con otras especies domésticas de interés productivo tales como el ganado lechero, de carne, aves y cerdos, los caballos han recibido tradicionalmente una menor atención en su alimentación (Bonacic, 1996). Al parecer, esta situación tiende a revertirse en estos últimos años, observándose una mayor información en la literatura sobre estudios de la nutrición equina. El estado o la forma en que se entregan los alimentos debe tender a que la dieta sea palatable, fácil de masticar e ingerir y a la vez, permitir una buena digestibilidad y eficiencia nutritiva (Porte, 1986). La digestibilidad es un parámetro comúnmente utilizado para evaluar nutricionalmente los alimentos, al permitir conocer el grado de utilización de los nutrientes por el animal (Schneider y Flatt, 1975). Es conocido que diversos factores afectan la digestibilidad de un alimento, entre los cuales se pueden señalar su nivel de consumo, la frecuencia de la alimentación, la composición de la ración, la eficacia de la masticación, así como el procesamiento de los alimentos (Pond et al., 1995). Los granos de cereales son alimentos de uso común utilizados en la alimentación equina, destacándose el maíz, la avena y la cebada entre los más utilizados (Meyer, 1995). Porte (1986) y Egaña et al. (1999), consideran a la avena como uno de los granos más aconsejables para los equinos, debido a su menor concentración energética, mayor contenido en carbohidratos estructurales y contenido de almidón más digestible que el maíz y la cebada. Gran parte de estos cereales se comercializan actualmente procesados en algún grado (Frape, 1998). Sin embargo, en un número limitado de experimentos se ha estudiado el efecto del procesamiento físico sobre la digestibilidad de los cereales en equinos en distintos estados fisiológicos (Kienzle et al., 1992). En general, los resultados indicarían un mejoramiento de la digestibilidad, el que depende del tipo de cereal, del tipo de procesamiento y del estado fisiológico del animal (McLean et al., 2000). Una nueva tecnología de procesamiento para los granos se encuentra actualmente presente en el país, la que consiste en hidratación y cocción del grano por medio de aplicación de vapor y presión, y posterior laminado mediante rodillos, proceso conocido como laminado al vapor. Esto traería como consecuencia modificaciones en las características físicas, como es la ruptura de la matriz proteica que cubre los gránulos de almidón, exponiendo el endosperma a las enzimas digestivas (Pond et al., 1995). Por lo anteriormente señalado, se planteó el siguiente ensayo para comparar la digestibilidad de avena laminada al vapor en relación al grano entero en yeguas en mantenimiento. MATERIAL Y METODO El ensayo se realizó en el criadero Pichoy, provincia de Valdivia (Xª Región), entre los meses de julio y septiembre de 1999. Se utilizaron 4 yeguas adultas, de raza criolla chilena, con un peso promedio aproximado de 450 kg, las que al inicio del ensayo se encontraban clínicamente sanas, desparasitadas y no preñadas. Los animales fueron mantenidos en pesebreras individuales de 2,5 x 4 m, en piso inclinado, utilizándose como cama un colchón de goma picada con forro de nylon (Propex), con el objetivo de recolectar las heces libres de contaminación. Las heces se recolectaron en forma permanente durante el día. Las pesebreras contaron con comederos y bebederos individuales. Se evaluaron tres dietas, con heno de alfalfa como dieta base: Dieta 1 : Heno de alfalfa. Dieta 2 : Heno de alfalfa + Avena, grano entero, remojada. Dieta 3 : Heno de alfalfa + Avena laminada al vapor, remojada. En las dietas 2 y 3 se usó una proporción de 60% de heno y 40% de avena, base materia seca. Los alimentos evaluados, fueron suministrados por COPEVAL S.A., compañía que fabricó este producto en Chile. El tratamiento de laminado al vapor, consistió en someter al grano a un tratamiento térmico por vapor a 100 °C y 1 atmósfera de presión, por un tiempo de 30 a 40 minutos, hasta alcanzar un contenido de humedad entre 18 y 20%. Posteriormente en el proceso el grano es laminado mediante dos rodillos, con una separación de 0,005 mm, ejerciendo una presión de ca. 1.000 psi, lo que junto al tratamiento térmico, tiene por objetivo lograr un importante grado de gelatinización del almidón. Finalmente, el grano es secado y enfriado, lográndose un producto con ca. 14% de humedad. Se realizó una prueba de digestibilidad de 15 días de duración, con dos períodos. La duración del período de adaptación fue de 10 días para la primera dieta (alfalfa) y de 8 días para las dietas segunda y tercera (alfalfa + avena entera y alfalfa + avena roleada, respectivamente). Durante estos períodos el consumo de alimento fue ad libitum. El período experimental o de recolección completa de heces fue de 5 días para todas las dietas y se fijó la cantidad de alimento a suministrar, ofreciéndose una cantidad restringida a nivel de mantención (N.R.C., 1989). Cada dieta fue entregada en cuatro parcialidades iguales: a las 8:30, 12:30, 16:30 y 20:30 horas, suplementándose con sales minerales en dosis de 50 gr/animal/día. A partir del día 11 comenzó la fase de colección de heces, la que tuvo una duración de 5 días. Las heces se recolectaban en su totalidad y se pesaban en una balanza digital con capacidad para 15 kg y una sensibilidad de 10 gr. Del total de cada día, se obtuvo una muestra del 2%, la que se mantuvo guardada en un congelador a –20 ºC. Al finalizar el período de colección, las muestras fueron secadas a 60 ºC durante 48 horas. Finalmente se confeccionó una muestra compuesta de todo el período por animal, la que se analizó químicamente en el laboratorio. Durante los mismos días se tomaron muestras de los alimentos que estaban siendo consumidos. Los análisis químicos realizados a los alimentos y heces fueron: materia seca (MS), proteína cruda (PC), cenizas totales (CT), extracto etéreo (EE) y energía bruta (EB) (Bateman, 1970 y A.O.A.C., 1995), la fibra detergente neutro (FDN) y ácida (FDA), se determinaron según Goering y Van Soest (1970). El agua fue proporcionada a libre disposición. Para estimar la digestibilidad aparente de la materia seca, materia orgánica, energía bruta y proteína cruda, se utilizó la siguiente fórmula (Schneider y Flatt, 1975):
Para conocer la digestibilidad de la avena, se utilizó el método de la digestibilidad por diferencia. La digestibilidad del alimento problema (avena) se obtuvo por diferencia entre la digestibilidad total de la ración y la digestibilidad del alimento conocido (alfalfa) (Pond et al., 1995),
Donde: Además, se calculó la energía digestible por medio de regresión (ED1) utilizando la ecuación de Pagan (1994), de acuerdo a: ED1(Kcal/KgMs) = 2260 + 14.7(PC) - 11.48 (FDA) - 488 (HEM) + 57.2(EE) + 4.38 (CHOS) - 31.77(CT) (r2 = 088)
Donde:
Finalmente, se llevó un control de peso de los animales al iniciar y finalizar cada período de evaluación de cada alimento.
El experimento fue analizado con un diseño experimental completamente al azar, el cual tuvo 2 tratamientos (dietas), con cuatro repeticiones (yeguas). Los resultados fueron sometidos al análisis de varianza, utilizando el programa estadístico Minitab, Statistical Analysis Software, Release 12, 1998. RESULTADOS Y DISCUSION El Cuadro 1 muestra la composición química de los alimentos utilizados en el ensayo. Se observa que las avenas difieren principalmente en su contenido de proteína cruda siendo mayor en la avena entera. Sin embargo todos los nutrientes estuvieron de acuerdo con los valores indicados en FIA-UACH (1995). Las avenas evaluadas serían clasificadas como avenas de alto contenido energético de acuerdo a N.R.C. (1989). En el heno de alfalfa se aprecia un menor contenido de proteína cruda y un mayor contenido de fibra cruda al compararlo con lo señalado en FIA-UACH (1995), pudiendo clasificarse según N.R.C. (1989), como heno de regular calidad. En el Cuadro 2, se muestra la ingestión de materia seca para los dietas en el período de recolección. Los consumos esperados de materia seca fueron ajustados de acuerdo a N.R.C. (1989), tomando en cuenta el peso del animal, su estado fisiológico y el nivel de ejercicio realizado, correspondiendo para todos los animales cubrir solamente los requerimientos de mantención. Por lo tanto, los consumos de materia seca para mantención, que correspondieron aproximadamente a un 70% del consumo ad-libitum obtenido en el período pre-experimental, no presentaron diferencias entre las dos dietas (P>0,05). Porte (1985) señala que el equino, no importando su etapa fisiológica, tiende a consumir una cantidad de alimento mayor a lo requerido, lo que estuvo de acuerdo con lo observado en los períodos de adaptación y con lo señalado por Egaña et al. (1999) y Pagan (1998), en relación a que los caballos no muestran una preferencia por el consumo de avena laminada al vapor con respecto a la avena entera. Los valores de digestibilidad obtenidos en este experimento para la avena entera y avena laminada al vapor se presentan en el Cuadro 3. La digestibilidad de la materia seca, materia orgánica, fibra cruda y la energía bruta de ambas avenas no mostró diferencias estadísticas (P>0,05). Según Meyer (1995), una buena forma de caracterizar un alimento de acuerdo a su digestibilidad, es conocer la digestibilidad de su materia orgánica, la cual debería ser de aproximadamente 71% para la avena, valor comparable aunque algo mayor al obtenido en este ensayo. La falta de diferencias entre las avenas en sus valores de digestibilidad se explicaría en parte por la eficiente masticación del equino y por el poco efecto que tendría el proceso del laminado sobre la digestibilidad del almidón en la avena (Kienzle et al., 1992). Al contrastar la energía digestible obtenida en el ensayo con respecto al valor estimado según la ecuación de regresión de Pagan (1994), se observa que en ambas avenas el valor estimado resultó ser menor al valor experimental, lo cual podría deberse según este mismo autor, a una sobre estimación de la digestibilidad de la fibra de los granos.
La digestibilidad de la proteína cruda mostró una diferencia significativa (P<0,05) a favor de la avena entera. Meyer (1995), señala valores de digestibilidad de la proteína cruda para la avena de 79%. Este valor es menor al obtenido para la avena entera y mayor al de la avena laminada al vapor. La menor digestibilidad aparente de la proteína en la avena laminada pudo deberse a que al ser éste un alimento más fermentable, habría generado una mayor actividad microbiana en el intestino grueso, aumentado la síntesis de proteína microbiana, con la consiguiente mayor aparición de nitrógeno en las heces (Moore y Dehority, 1993). Además, Kirchgessner (1987), señala que se debe considerar el nivel de ingestión de proteína al evaluar la digestibilidad, en virtud de que un mayor consumo de proteína aumenta su digestibilidad, al disminuir la proporción de nitrógeno metabólico en las heces. En el presente ensayo la concentración de nitrógeno en heces tendió a ser mayor para la avena laminada (P<0,08), a pesar de que el consumo de proteína fue similar en las dos dietas. De los resultados de este ensayo se puede concluir que la avena laminada al vapor no presenta ventajas sobre la avena entera en relación a la digestibilidad de sus nutrientes en el equino adulto.
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