Cuadernos de Cirugía, Vol. 15 N° 1, 2001, pp. 51-57
DOI: 10.4206/cuad.cir.2001.v15n1-10

CASOS CLÍNICOS

 

Neoplasia endocrina múltiple tipo 2B

 

Juan Antonio Pérez P, Enrique Henning L y Jean Michel Butte B. *

Instituto de Cirugía, Facultad de Medicina, Universidad Austral de Chile.
Servicio de Cirugía, Hospital Clínico Regional de Valdivia.
* Interno de la carrera de Medicina de la Universidad Austral de Chile.


Resumen

La neoplasia endocrina múltiple tipo 2B es un síndrome poco frecuente caracterizado por cáncer medular de tiroides, feocromocitoma, hábito marfanoide, neuromas mucosos y otras manifestaciones menos comunes. Habitualmente se presenta asociado a grupos familiares y tiene mal pronóstico, sobre todo cuando el diagnóstico se realiza en forma tardía. Generalmente el pronóstico guarda estrecha relación con la evolución del carcinoma medular de tiroides, el cual puede causar la muerte. Se presenta un caso esporádico de neoplasia endocrina múltiple tipo 2B, en un hombre de 30 años que se manifestó por carcinoma medular de tiroides, hábito marfanoide y neuromas múltiples de la lengua y de la mucosa vestibular. El carcinoma medular de tiroides fue tratado mediante tiroidectomía total más disección radical modificada bilateral de cuello.

Palabras claves: Neoplasia endocrina múltiple; Carcinoma medular de tiroides; Hábito marfanoide.

key words: Multiple endocrine neoplasia; Medullary thyroid carcinoma; Marfanoid habitus.


 

INTRODUCCIÓN

La neoplasia endocrina múltiple (NEM) es un desorden neoplásico que afecta a varios órganos endocrinos. Se divide en tres categorías: NEM tipo 1, tipo 2A y tipo 2B. La NEM tipo 2B se caracteriza por manifestaciones endocrinas como carcinoma medular de tiroides (CMT), feocromocitoma 1, ocasionalmente hiperparatiroidismo, y extraendocrinos como hábito marfanoide1-3, neuromas mucosos en lengua, labios y otros sitios4 secundarios a ganglioneuromatosis generalizada2 y anomalías esqueléticas y dentales1.

Generalmente el diagnóstico de la NEM tipo 2B es clínico, a consecuencia de la aparición de un CMT, que es la primera neoplasia en desarrollarse5,6 y a cuya identificación contribuye la determinación de niveles de tirocalcitonina basal y/o post estimulación con pentagastrina o calcio5,7,9. La segunda neoplasia en aparecer es el feocromocitoma, cuya manifestación clínica más frecuente es la hipertensión arterial y puede diagnosticarse midiendo los niveles de catecolaminas urinarios en 24 horas8.

El tratamiento del CMT es quirúrgico, mediante tiroidectomía total más disección nodal1,5, pudiéndose complementar la cirugía con radioterapia, si bien se ha comunicado que esta última no modificaría la evolución ni la sobrevivencia de la enfermedad8. En el caso de presentarse feocromocitoma se debe extirpar las glándulas suprarrenales comprometidas1,3,8.

El seguimiento del CMT se realiza a través del control clínico y la medición de niveles plasmáticos de calcitonina basales y/o post estimulación5,7-9. El pronóstico del NEM tipo 2B habitualmente es sombrío debido al genio biológico agresivo del carcinoma tiroideo medular, lo cual impone la necesidad de un diagnóstico precoz utilizando estudios genéticos5,7,8 que permitan un diagnóstico temprano en las personas de riesgo.

Comunicamos el caso clínico de un paciente portador de un síndrome de NEM tipo 2B esporádico que atendimos en nuestro hospital y se comentan algunos aspectos de interés de esta infrecuente patología.

CASO CLÍNICO

Hombre de 30 años, domiciliado en Piquiñe (Lanco), sin actividad, con antecedente de retardo mental leve secundario a meningitis. Consultó en septiembre del 2000 en el Hospital de Lanco por haber presentado lipotimia. En el examen destacó un bocio multinodular y linfoadenopatías cervicales bilaterales, siendo derivado al Hospital de Valdivia por sospecha de neoplasia tiroidea, al cual acudió el 11/12/2000. En dicho centro, relató que el aumento de volumen tiroideo lo presentaba desde aproximadamente 2 años, con crecimiento progresivo e indoloro, sin dificultad respiratoria, odinofagia, ni alteración de la voz. Además señaló no haber presentado nueva lipotimia. Refirió ser hijo único y no tener antecedentes familiares de neoplasias tiroideas.

Al examen físico destacó un paciente delgado con hábito marfanoide (Figura 1), con labios gruesos, lengua y vestíbulo con múltiples nódulos pequeños (Figura 2), pulso 88x’, presión arterial 110/70 mm Hg, peso 53 kg, talla 1.59 m. En cuello se constató aumento de volumen tiroideo multinodular (Figura 3), mayor a derecha, de contornos lisos, indoloro y duro; además adenopatías bilaterales supraclaviculares y de tercio inferior de cadena yugulocarotídea, duras, móviles e indoloros. Extremidades largas y delgadas. Se planteó el diagnóstico de cáncer de tiroides con metástasis nodales. El estudio de laboratorio mostró hemograma y perfil bioquímico normales. Los niveles hormonales fueron T3 1,16 ng/ml, T4 8.57 μg/dl y TSH 3.56 μIU/ml. Radiografía de tórax normal. TAC de cuello reveló masa de gran tamaño que compromete glándula tiroides de predominio derecho, ligeramente calcificada, que se extiende hasta el mediastino superior, con adenopatías múltiples en las cadenas laterales, desplazando la tráquea hacia la izquierda (Figura 4). El estudio citológico fue positivo para células neoplásicas, sin poder identificar el tipo histólogico.

 

 
FIGURA 1. Paciente con manifestaciones de hábito marfanoide.

 

 
FIGURA 2. Neuromas múltiples de la lengua.

 

 
FIGURA 3. Aspecto del cuello.

 

 
FIGURA 4. Tomografía axial computada de cuello.

 

El 18/12/2000 se realizó tiroidectomía total más disección nodal radical modificada bilateral de cuello, incluyendo el compartimiento central. Se encontró un tumor tiroideo que reemplazaba en su totalidad a la glándula, de consistencia dura, midiendo el lóbulo derecho 12 x 8 x 6 cm y el izquierdo 5 x 3 x 3 cm. Ambas cadenas yugulocarotídeas, región pretraqueal y huecos supraclaviculares presentaban linfoadenopatías de aspecto metastásico con mayor compromiso a izquierda y en las cadenas de los nervios recurrentes se ubicaron múltiples linfonodos duros. El estudio anatomopatológico del espécimen operatorio mostró glándula tiroides que pesó 140 g, con superficie mamelonada, algo irregular y con vasos prominentes. El lóbulo derecho midió 12,5 x 8 x 6 cm y el izquierdo 5 x 3 x 3,5 cm. Al corte se comprobó total reemplazo del parénquima tiroideo normal por una neoplasia de consistencia firme y coloración gris amarillenta y márgenes netos. En el examen histológico se observó una neoplasia de crecimiento difuso, trabecular y lobular; con células redondeadas de tamaño mediano o pequeño, también se apreciaron células poligonales y fusiformes y extensas áreas de material amorfo eosinófilo (rojo de Congo positivo) en el espesor del tumor. Se concluyó cáncer de tiroides de tipo medular, cuyo volumen comprometía todo el parénquima tiroideo, no sobrepasando la cápsula. El estudio nodal cervical mostró en el contenido de la disección del hemicuello izquierdo 24 linfoganglios con metástasis focales o masivas de carcinoma medular, en el hemicuello derecho se encontraron 41 linfoganglios, 30 de los cuales presentaban metástasis masivas y en el compartimiento central se ubicaron 12 linfonodos con metástasis masivas y un trozo de remanente tímico.

Con estos hallazgos se formuló el diagnóstico de neoplasia endocrina múltiple tipo 2B.

La medición de catecolaminas urinarias de 24 h mostró una concentración de adrenalina de 18 mg/24 h y de noradrenalina de 53,6 mg/24 h, con un valor total de 74,3 mg/24 h, lo cual está dentro de rangos normales.

El postoperatorio fue satisfactorio, salvo una hipocalcemia de 5,9 mg/dl que se manifestó al tercer día, que se manejó con gluconato de calcio oral y vitamina D, siendo dado de alta el 29/12/2000. El paciente no aceptó recibir radioterapia postoperatoria. El último control del 28 de junio de 2001 mostró un paciente asintomático, sin recidiva local ni evidencia de metástasis nodales ni sistémicas.

COMENTARIO

En 1952 De Courcy y De Courcy informaron que un alto porcentaje de pacientes con feocromocitoma tenían coexistencia con bocio difuso o nodular, o carcinoma de tiroides10. Sipple, el año 1961 publicó 5 casos de feocromocitoma asociado a CMT1,2,10, siendo este último descrito por primera vez al año 1959 por Hazard7,11. Gorlin en 1968 publicó por primera vez la asociación entre CMT, feocromocitoma y neuromas mucosos11.

Durante los años siguientes Williams y Steiner, en forma separada, describieron un síndrome caracterizado por CMT, feocromocitoma bilateral e hiperparatiroidismo, el cual se denominó Neoplasia Endocrina Múltiple tipo 2. En la década del 70 se describió una serie de manifestaciones extraendocrinas asociadas a este síndrome, por lo que se dividió en tipo A y B1.

La NEM tipo 2B o síndrome de Gorlin2,11, en un 50% se presenta en forma autosómica dominante, con penetrancia incompleta3,4,6,7,12. El otro 50% es de presentación esporádica13.

En nuestro caso no existía historia familiar por lo que se consideró como esporádico.

El estudio genético de los linfocitos del 95% de los pacientes4 revela mutación a nivel del codón 918 del exon 16 del protooncogen RET, cuyo locus genético se ubica en la región pericentromérica del cromosoma 10, en la parte proximal del brazo largo 4-6,8,14, produciéndose un cambio de metionina por treonina4,6,12.

El gen RET codifica un receptor de tirosina – quinasa, quien juega un importante rol en la diferenciación normal y crecimiento de varios tipos celulares15. Este receptor se expresa embrionariamente en células de la cresta neural, que migran para dar origen a células neuroendocrinas secretoras de hormonas y a los ganglios simpáticos y parasimpáticos del sistema nervioso periférico1,7.

COMPONENTES Y MANIFESTACIONES DE LA ENFERMEDAD

1. Hábito marfanoide. Se conoce con este nombre a las características físicas de los pacientes con NEM 2B que simulan un síndrome de Marfan7. Su cuerpo es alto y delgado, con extremidades superiores e inferiores largas, pudiendo haber laxitud de articulaciones y músculos hipotónicos1,7. Hay una desproporción entre los segmentos corporales superiores e inferiores7. Menos frecuentemente la fisonomía incluye aracnodactilia, y anormalidades esqueléticas como xifoescoliosis dorsal, pectum excavatum, pie cabo y aumento del área del paladar 1,7 . En las NEM 2B no se ha informado anomalías aórticas, luxación del cristalino, homocistenuria o anomalías de mucopolisacáridos, que sí están presentes en el síndrome de Marfan verdadero7.

2. Carcinoma medular de tiroides. Se origina en las células parafoliculares C de la glándula tiroides7, las que tienen una ontogenia ectodérmica de las células de la cresta neural12. Corresponde al 5% de todos los cánceres tiroideos, de los cuales el 80% son esporádicos y el 20% familiares. Estos últimos se pueden presentar como única entidad o formando parte de un síndrome de neoplasia endocrina múltiple tipo 2A ó 2B7. La historia natural del CMT es variable puesto que su agresividad es diferente, dependiendo si se trata de un tumor esporádico o familiar, en los cuales varía según el síndrome al que pertenezca7. La progresión de CMT en NEM 2B es la más agresiva.
En el síndrome NEM 2B, el CMT se caracteriza por ser bilateral y multicéntrico1,7-9, pudiéndose manifestar durante las tres primeras décadas de la vida1,4,5,8,9, e incluso en la infancia5,7. Previo a la aparición de CMT, se desarrolla un cuadro clínico asintomático, en que existe hiperplasia de células C o carcinoma microscópico, que pueden estar presentes incluso al año de edad1,4,7,8.
Habitualmente el CMT no se diagnostica en etapa preinvasiva1 y se asocia a metástasis a linfonodos regionales en un 45% al momento del diagnóstico5 y en un 50% al momento de la primera cirugía1,7. Por vía hematógena puede metastizar a vísceras como pulmón, huesos e hígado y cuando esto ocurre se presenta un síndrome de diarrea crónica, cuya causa no es clara, todo lo cual puede llevar al paciente a la muerte1,5,6. Cuando el CMT se asocia a NEM 2B la tasa de sobrevida es de 50% a 2 años7.
El estudio de CMT asociado a NEM 2B, se debe iniciar en forma temprana, idealmente antes de los 5 años de vida, ante un individuo que tenga antecedentes familiares7,8. En algunos centros se obtiene sangre del cordón umbilical para estudio de neonatos5.
Además de la medición de los niveles plasmáticos de calcitonina basales y/o post
estimulación5,7-9, en algunos centros se realiza un test de DNA para evaluar mutaciones en el protooncogen RET, lo que permite detectar portadores del gen antes de la demostración bioquímica o clínica5. Tan pronto se hace el diagnóstico es mandatoria la tiroidectomía total1,5. Esta cirugía debe ser precoz e incluso se plantea en forma profiláctica en la infancia, teniendo indicación cuando hay fenotipo característico, masa cervical palpable o niveles aumentados en calcitonina en plasma5. Previo a la operación se debe estudiar las glándulas suprarrenales, ya que si se demuestra un feocromocitoma, éste debe ser operado primero6.
Posterior a la primera cirugía puede quedar enfermedad residual o aparecer recurrencia hasta en un 83%9. Previo a plantear un rescate quirúrgico se aconseja evaluar los pacientes con TAC de tórax y cuello y laparoscopía diagnóstica para descartar metástasis hepáticas. Determinar la extensión de la invasión cervical y de la diseminación del tumor, puede seleccionar los pacientes que probablemente se beneficiarán con este tipo de cirugía. La radioterapia y la quimioterapia no son efectivas en la recurrencia9.
Un porcentaje importante de enfermos fallece por presentar recidiva central, que compromete tráquea y grandes vasos9.

3. Feocromocitoma. Alrededor de un 5% de los feocromocitomas se heredan como rasgo autosómico dominante, aislado o dentro de un síndrome de neoplasia endocrina múltiple tipo 2A ó 2B8. Cuando se asocia a NEM, se manifiesta en la segunda o tercera década de vida y frecuentemente es multicéntrico y bilateral16-18.
La manifestación clínica más frecuente es la hipertensión arterial, que es grave, maligna y casi siempre resistente al tratamiento con los fármacos convencionales8.
Cuando se asocia a NEM 2B produce sólo adrenalina, lo que a veces es la única manifestación8. Posterior al diagnóstico se debe localizar el tumor, lo que habitualmente se realiza con TAC o RMN. Esto es importante previo a cirugía de tiroides o paratiroides, para evitar la aparición de shock durante éstas8.
El tratamiento es quirúrgico, previo a lo cual
se realiza bloqueo alfa y beta adrenérgico8. Existe controversia en la necesidad de resecar las 2 glándulas suprarrenales. En esto influye la posibilidad de malignización, que es mayor a 10% 3,6,8,10, desarrollo tumoral en la glándula contralateral y la posibilidad de insuficiencia suprarrenal8.
El pronóstico generalmente es bueno con 95% de sobrevida a 5 años post cirugía y con menos de 10% de recidiva. Generalmente esto último ocurre en los de presentación maligna, que recidivan en el retroperitoneo y metastatizan a hueso y pulmones. Además son tumores resistentes a radioterapia8. Posterior a la cirugía, se normalizan los niveles de catecolaminas y se supera la hipertensión en aproximadamente 75% de los casos8. El seguimiento se puede realizar con medición de catecolaminas en orina de 24 horas9.

4. Neuromas mucosos. Es el rasgo más característico de este síndrome, por lo que también se le conoce como síndrome de neuromas mucosos4. Casi todos los pacientes con NEM tipo 2B desarrollan neuromas mucosos múltiples, los cuales se ubican en la región centrofacial7, principalmente en el tercio anterior de la lengua1,8,11, mucosa labial, cavidad oral, nasal, conjuntival, palpebral11 y además en todo el tubo digestivo1,2,6,8,15,19,20. A menudo, son el primer rasgo clínico en aparecer y en casos severos pueden ser congénitos o presentarse durante el primer año de vida11. Histopatológicamente, los neuromas consisten en una proliferación encapsulada de nervio y fibras de colágeno y células paraneurales21. Son neuromas verdaderos, por lo cual deben diferenciarse de los neurofibromas, asociados a la neurofibromatosis8.

5. Alteraciones gastrointestinales. Son causadas por una ganglioneuromatosis difusa del tracto gastrointestinal19. Los ganglioneuromas gastrointestinales están presentes en el 30% de las NEM tipo 2B y aunque son más comunes en el intestino delgado y en el intestino grueso, también se presentan en otros sitios del tubo digestivo, en hígado, vesícula biliar y páncreas16,22. Los pacientes afectados cursan con proliferación del plexo mientérico, causada por hiperplasia del tejido nervioso, incluyendo células ganglionares con sus células nerviosas y de Schwann1,19,20. Esta proliferación se asocia a fibrosis, permitiendo la fácil distensión abdominal1,19. Puede ocurrir localizada en una parte o en todo el tubo digestivo. Esta alteración se reporta en un 90% de los casos1,19. Los síntomas más habituales son constipación crónica y/o diarrea1,19,20 . Además se describe megacolon (31-66%), diverticulitis secundaria (6-14%) y disfagia en pequeño porcentaje19. Clínicamente se puede confundir con enfermedad de Hirschsprung1,15. El adulto puede llegar a la cirugía de urgencia, siendo la causa más común la enfermedad diverticular complicada con perforación y en niños la obstrucción intestinal19. No está descrita una terapia médica específica de comprobada utilidad.

6. Manifestaciones oculares. La incidencia de anormalidades oculares es difícil de estimar, puesto que habitualmente no se describen en el examen de pacientes con NEM 2B23. La manifestación más común es la prominencia de nervios corneales1,4,23. Otras características son aumento de volumen y eversión palpebral, desplazamiento del conducto lagrimal y de pestañas, neuromas subconjuntivales, disminución del lagrimeo y de la dilatación pupilar, aumento de la presión intraocular23 , xeroftalmia y xerostomía1.
El diagnóstico de estas lesiones se podría realizar más precozmente si se realizaran más evaluaciones oculares en pacientes de riesgo23.

7. Hiperparatiroidismo. Es raro que ocurra en NEM 2B, es más común en NEM 2A7,8. Se señala que el aumento de calcitonina produce hiperparatiroidismo, porque la calcitonina disminuye los niveles de calcio7. Se presenta con mayor frecuencia como hiperplasia paratiroidea que como adenoma paratiroideo. En caso de hiperplasia el tratamiento es la paratiroidectomía subtotal, extirpando 31/2 glándulas y dejando el remanente en su lugar o como alternativa la paratiroidectomía total, con trasplante de parte de tejido paratiroideo insertado en el brazo no dominante o en el cuello6,8. La ventaja de este último procedimiento es la facilidad para extirpar el tejido paratiroideo remanente si reaparece hipercalcemia8. Cuando existe un adenoma se debe realizar su resección.

8. Otras características. Neuropatía periférica, hiperhidrosis facial, atrofia testicular, anomalías y caries dentales extensas1. También pueden ocurrir trastornos psicológicos secundarios al tratamiento de CMT a corta edad, trauma por múltiples procedimientos, síntomas gastrointestinales persistentes y alteraciones esqueléticas1.

Considerando los aspectos comentados, se puede inferir que la NEM tipo 2B es una patología infrecuente y grave. La identificación de secuencias polimórficas de ADN estrechamente unidas al locus de la NEM tipo 2B ha permitido identificar a los portadores del gen con una seguridad entre un 90 a 99%8. Tal situación es importante, puesto que permite adelantarse al diagnóstico clínico en pacientes de riesgo, poder ofrecer un tratamiento temprano esencialmente del CMT y evitar así la muerte del paciente. Los estudios genéticos aún no están implementados en nuestro medio, mientras tanto nuestros esfuerzos están encaminados hacia un diagnóstico temprano del CMT y un seguimiento estricto de esta neoplasia maligna, ya que ésta es la patología que generalmente causa la muerte en el síndrome de NEM tipo 2B.

REFERENCIAS

1. O’Riordain DS, O’Brien T, Crotty TB, et al: Multiple endocrine neoplasia type 2B: More than an endocrine disorder. Surgery 1995;118: 936-42

2. Lawson ED, Brogdon BC, Warner B: Multiple endocrine neoplasia syndrome, type 2B. AJR 1998; 170: 1401-2

3. Modigliani E, Vasen HM, Raue K, et al : Pheochromocytoma in multiple endocrine neoplasia type 2: European study. J Intern Med 1995; 238: 363-7

4. Dennehy PJ, Feldman GL, Kambouris M, et al: Relationship of familial prominent corneal nerves and lesions of the tongue resembling neuromas to multiple endocrine neoplasia type 2B. Am J Ophthalmol 1995; 120: 456-61

5. Skinner MA, DeBenedetti MK, Moley JF, Norton JA, Wells SA Jr: Medullary thyroid carcinoma in children with multiple endocrine neoplasia types 2A and 2B. J Pediatric Surg 1996; 31: 177-82

6. Heshmati HM, Hofbauer LC: Multiple endocrine neoplasia type 2: recent progress in diagnosis and management. Eur J Endocrinol 1997; 137: 572-8

7. Deftos L, Nolan J: Síndromes que incluyen múltiples glándulas endocrinas. En: Greenspan FS, Strewler GJ (eds), Endocrinología Básica y Clínica. México, El Manual Moderno, 1998: 861-78

8. Boyd A, Gagel R: Trastornos que afectan a sistemas endocrinos múltiples. En: Harrison (ed), Principios de Medicina Interna. Madrid, McGraw-Hill, 1994: 2364-71

9. Moley JF, DeBenedetti MK, Dilley WG, Tisell LE, Wells SA: Surgical management of patients with persistent or recurrent medullary thyroid cancer. J Intern Med 1998; 243: 521-6

10. Sipple JH: The association of pheochromocytoma with carcinoma of the thyroid gland. Am J Med 1961; 31: 163-6

11. Gorlin RJ, Sedano HO, Vickers RA, Cervenka J: Multiple mucosal neuromas, pheochromocytoma and medullary carcinoma of the thyroid: a syndrome. Cancer 1968; 22: 293-9.

12. Gordon CM, Majzoub JA, Marsh DJ, et al: Four cases of mucosal neuroma syndrome: Multiple endocrine neoplasm 2B or not 2B?. J Clin Endocrinol Metab 1998; 83: 17-20

13. Khairi MRA, Dectar RN, Burzynski NJ, Johnston CC Jr: Mucosal neuroma, pheocromocytoma and medullary thyroid carcinoma: Multiple endocrine neoplasia type 3. Medicine (Baltimore) 1975; 54: 89-112

14. Fink A, Lapidot M, Spierer A: Ocular manifestations in multiple endocrine neoplasia type 2B. Am J Ophthalmol 1998; 126: 305-7

15. Romeo G, Ceccherini I, Celli J, et al: Association of multiple endocrine neoplasia type 2 and Hirschsprung disease. J Intern Med 1998; 243: 515-20

16. Gorlin RJ; Cohen MM; Levin LS: Hamartoneoplastic syndromes. In: Syndromes of the Head and Neck. New York, Oxford University Press, 1990: 385-92

17. Deftos LJ, Catherwood BD: Syndromes involving multiple endrocrine glands. In: Greenspan FS (ed), Basic and Clinical Endocrinology. Norwalk Connecticut, Appleton and Lange, 1991: 727-31.

18. Block MA: Surgical treatment of medullary carcinoma of the thyroid. Otolaryngol Clin North Am 1990; 23: 453-73

19. Grobmyer SR, Guillem JG, O’Riordain DS, et al: Colonic manifestation of multiple endocrine neoplasia type 2B. Report of four cases. Dis Colon Rectum 1999; 42: 1216-9

20. Smith VV, Eng C, Milla PJ: Intestinal ganglioneuromatosis and multiple endocrine neoplasia type 2B: implications for treatment. Gut 1999; 45: 143-6

21. Lever WF, Schaumburg-Lever G: Tumors of neural tissue. In: Histopathology of the skin. Philadelphia, JB Lipincott, 1990: 744-5

22. Schenberg ME, Zajac JD, Lim-Tio S, et al: Multiple endocrine neoplasia syndrome-Type 2B. Int J Oral Maxillofacial Surg 1992; 21: 110-14

23. Yanoff M, Sharaby ML: Multiple endocrine neoplasia type 2B. Arch Ophthalmol 1996; 114: 228-9