ESTUDIOS FILOLÓGICOS, N° 33, 1998, pp. 105-110
DOI: 10.4067/S0071-17131998003300008

 

 

Afijación connotativa en español*

Connotative affixation in Spanish

Samuel Rodríguez R.

* Trabajo realizado como parte del proyecto FONDECYT 1961287 (1996).


En el ámbito de la lexicogenesia se revisan los procedimientos morfológicos de derivación, y se determina la existencia diferenciada de prefijación, sufijación y prefijo-sufijación denotativa de una parte, y connotativa, por otra. Se amplía la información genérica que ofrece la literatura sobre la materia. Sobre la base del modelo de análisis semántico de Pottier, se identifica y separa la afijación connotativa, que produce palabras derivadas connotativas, de la conocida afijación denotativa que produce palabras derivadas denotativas.



 

This paper analyzes morphological procedures of derivation and determines the differentiated existence of denotative and connotative prefixation, suffixation and preffix-suffixation. The generic information that the literature offers on the subject is widened. On the basis of the semantic analysis proposed by Pottier, the connotative affixation is identified and isolated. This process produces derived connotative words from the known denotative affixation which produces denotative derived words.


1. INTRODUCCION

La falta de simetría que afecta a una parte importante de las lenguas hace de la irregularidad en las mismas (energeia; anomalía) un fenómeno con incidencia en todas sus manifestaciones. La literatura lingüística da cuenta de los sistemas y de los microsistemas de los idiomas en todos sus niveles. Sistemas y microsistemas dejan fuera las irregularidades en los tratamientos descriptivos y prescriptivos.

Los fenómenos relativos a la formación de palabras, su recreación, de que se ocupa la lexicogenesia, no están descritos acabadamente, pues en todos es posible encontrar interrogantes que no tienen respuesta. Contribuye mucho a esta insuficiencia el hecho de que no existe, al menos para el español, un texto que concentre la información lexicogenésica. La RAE ignora el capítulo en su Esbozo (1970), y, antes, le da una cabida parcial solamente en su última Gramática (1959). En los tratados de lingüística el tratamiento del tema es igualmente escaso. La información pertinente está dispersa, lo que acentúa la percepción de insuficiencia para algún consultante respecto de cualquiera de los procedimientos.

En lexicogenesia, los procedimientos morfológicos o afijales de recreación son descritos para el español de acuerdo al señero texto de Alemany Bolufer Tratado de la formación de palabras en la lengua Castellana. La derivación y la composición, de 1920. La lealtad y la fidelidad al contenido de este tratado ha sido y es grande. Se conocen trabajos, que se consignan en las referencias de este artículo, que lo usan como fuente tanto obligada como natural para la morfología del español. No obstante estar intuida en las ideas de este Tratado, una diferenciación entre derivación denotativa y connotativa no tiene desarrollo sistemático en el mismo, ni fuera de él, en tratados prescriptivos, ni en trabajos descriptivos. Sobre la base de tal fundamento nos proponemos demostrar la diferencia entre los casos que son meramente denotativos y los que no lo son.

2. ¿COMO ES ENTENDIDA LA DERIVACION?
 

Desde Alemany (1920) hasta Alvar-Pottier (1987), con variaciones que no inciden en lo esencial respecto de la constitución morfológica de las palabras, la derivación es un procedimiento de formación de palabras que se produce por la unión de uno o más afijos a un lexema o segmento con rango de tal. El resultado de esta unión es una nueva entidad léxica. Los tipos de unión de afijos con lexemas son cuatro: 1. Lexema más afijo precedente, que produce palabras prefijadas (revivir); 2. Lexema que soporta un afijo en su interior, que produce palabras infijadas (azuqu-it-ar); 3. Lexema al que se une un afijo posterior, que produce palabras sufijadas (azucar-ero); 4. Lexema al que se unen simultáneamente un prefijo y un sufijo, que resulta en palabras prefijo-sufijadas (a-tesor-ar).

El afijo es partícula o morfema dependiente que se une a los lexemas o palabras para formar otras palabras de significación afín. Tal afinidad es posible entenderla en razón de que los segmentos afijales son finitos y de conocimiento general, y porque se unen a los lexemas o palabras que tienen arraigo en la conciencia de los hablantes. La afijación debe entenderse, entonces, entre otros valores, como el de requisito formal para la derivación morfológica.

La distribución geométrica y el significado sumatorio es lo que ha caracterizado al conocimiento de la afijación que se puede encontrar en los textos normativos que entregan información sobre la materia. Una síntesis completa de ella se encuentra en el Diccionario de Uso del Español de María Moliner (Moliner, 1981: 72-78 , 895-7).

3. DESCIFRAMIENTO SEMANTICO EN SENTIDO LATO Y EN SENTIDO ESTRICTO DE LA DERIVACION MORFOLOGICA
 

La afinidad entre significados de diversos segmentos se manifiesta perceptiblemente en la mayoría de los casos de derivación afijal. Pero en otros se percibe una ruptura de la afinidad. De estos casos nos hacemos cargo en este trabajo.

Son especialmente perceptibles los casos de derivados sufijales normalmente diminutivos que no son diminutivos, como castañuela, espejuelo, hijuela, corchete, brazalete, doblete, mantelete, inglete, autillo, caballete, agujilla, librillo, tornillo, manzanilla; y de aumentativos que tampoco son tales: espolón, picarón, palote, camellón. Se manifiesta también en palabras derivadas prefijadas: rematar, recodo. Es de gran fecundidad en derivadas prefijo-sufijadas: enarbolar, desmantelar.

Hay recursos ortodoxos para acercarse a la comprensión de estas palabras que deben entenderse con un significado diferente del convencional de sus segmentos. Uno de ellos es hacer referencia a la polisemia de los segmentos menores que la palabra, como la de todos los morfemas. Por virtud de la polisemia, los morfemas entregan distintos significados en iguales y diferentes contextos, con avalamiento en las situaciones a las que sirven: es el caso de hijuela, por ejemplo.

Otro recurso es el del "sentido figurado" que entregan los diccionarios como "sentido en que es empleada una palabra cuando no es el que originalmente le corresponde, llamado propio o recto, sino otro relacionado con éste por una asociación de ideas" (Moliner: 1138). Este recurso respalda la comprensión intuitiva o impresionista de tales palabras.

Otras veces se obtiene un reforzamiento con el llamado "sentido traslaticio": "…Se aplica al sentido en que es empleada una palabra cuando no es el original, sino relacionado con él de alguna manera" (Moliner: 1371).

La "asociación de ideas" (Moliner, 1303) y el "sentido relacionado" (Moliner: 1303) son satisfactorios en primera instancia, pero no suficientes para comprender y explicar la mecánica sémica que se produce y que hace posible la compatibilidad combinatoria de lexemas y afijos que se manifiesta en lexías que no son estrictamente metafóricas. La "asociación de ideas" no se entiende con el desciframiento por extensión o suma simple de ideas de segmentos integrantes. En la definición por comprensión, su opuesto complementario, la comprensión se da más por convención que por intensión: doblez/doblete; estilo/estilete.

Por lo anterior, se podría convenir en otro tópico recurrente: que en primera instancia la comprensión es posible por virtud de un impresionismo lingüístico que hace la operación de buscar el "sentido relacionado".

Por último, en la literatura lingüística se diferencia entre "denotación" y "connotación". La denotación equivale a la función cognitiva del lenguaje y, por lo tanto, al discurso o segmento cuyo significado es "recto", "directo" o "propio", es decir, al significado que se deduce como la suma de los significados de los segmentos centrales y periféricos que integran una unidad compleja formada por más de un segmento. Según Mounin (1979: 54), "… se define como la relación que vincula una forma lingüística con una clase de objeto del mundo observable; esta forma tiene la propiedad de evocar, en el caso de la lengua, la clase de objetos por ella denotados. Por ejemplo, la forma gato denota toda la clase de los objetos identificados como gatos. La denotación es, pues, el aspecto del sentido que implica salir de la lengua misma para vincularla con el mundo". La connotación es su opuesto, pues es el significado que trasciende la suma del significado de los elementos que integran una unidad autónoma o de un discurso. "Se trata del conjunto de los valores afectivos de un signo, del efecto no denotativo que esto produce sobre el interlocutor o sobre el hablante, de ‘todo aquello que un término es capaz de evocar, sugerir, excitar, implicar de manera neta o imprecisa’" (Mounin: 43).

4. OBJETIVOS Y METODOS
 

A partir de las premisas referidas, este trabajo quiere constituirse en un aporte, en el sentido de diferenciar con nitidez entre la derivación denotativa y la derivación connotativa. Quiere ser una contribución para hacer rigor en esta parte puntual del inventario de los procedimientos lexicogenésicos.

Para alcanzar tales propósitos empleamos el modelo de análisis semántico de Pottier, descrito en su libro Presentación de la Lingüística (1968a) y reiterado y aplicado en varias de sus publicaciones posteriores.
 

Si enfocamos la atención en el siguiente conglomerado de palabras afijadas, y, por lo tanto, derivadas, seleccionadas para la redacción de este trabajo, se nos plantearía la disyuntiva de decidir entre sumar el significado de los segmentos que las integran u optar por un significado distinto, aunque trascienda la suma de los significados de los segmentos integrantes:

Derivados prefijales: remarcar, remorder, recodo.

Derivados sufijales: caballete, castañuela, camellón, ampolleta, tijereta, españoleta, viñeta, soplete.

Derivados prefijo-sufijales: abanderizar, enarbolar, asombrar, desmantelar, abalanzar, acholar, apestar, desbocar, abrumar, acaballar, deslumbrar.

La interpretación de tales ejemplos, con consideración de los segmentos que los integran, nos obliga a acudir a las explicaciones de "sentido figurado", "asociación de ideas" y "acepción traslaticia".

En todas ellas, como en muchos otros, se produce un "cambio del contenido de la referencia", porque toda palabra tiene un "campo semántico", que consiste en que en distinto contexto es posible encontrar todo el semantema original de un lexema. En ellos no se pierde la fidelidad al significado original y se construyen derivados que enriquecen la expresión con los morfemas afijados. Por ejemplo: libro, librito, librote, librazo, librería, conservan los semas específicos de "libr-". Pero tal fidelidad se rompe en librillo, que da cuenta de un referente de otra naturaleza, que pertenece a otro campo semántico: es parte del estómago de animal rumiante. También las palabras tienen un "campo léxico", es decir, una familia de palabras unidas por un rasgo común: aguja, hilo, dedal, almohadilla, tijera, son elementos integrantes del costurero. Agujilla, en cambio, es un corte de carne de vacuno.

Si no se da la relación pertinente, quiere decir que, no obstante la semejanza en el significante, se da una marcada desemejanza semántica y, por lo tanto, referencial. Las palabras consignadas son todas ejemplos de esta situación.

5. PROCEDIMIENTOS
 

De todo lo anterior, y para buscar una solución más satisfactoria, se desprende una interrogante natural: ¿existe una mecánica sémica que explique la diferencia registrada?

La respuesta es compleja porque demanda ser formulada por medio de un desglose gradual y de una separación.

Es necesario distinguir tipos de derivación: plena, parcial y monosémica o de transferencia de un solo sema.

Derivación plena. Es la que se produce con un lexema que, al combinarse con un morfema, traslada todo su semantema. No cambia ni pierde semas: caballo, caballito, caballar. Todos los semas de caballo y el clasema "animal" están en el primitivo y en los derivados.

Derivación parcial. Es la que hace cambio de clasema solamente: caballo: clasema animal; caballeriza: clasema cosa. El lexema pierde el clasema originario de su semantema y adquiere el clasema resultante de su unión con el afijo. Esta derivación parcial establece un distanciamiento que no se da en el caso de la derivación plena.

 Transferencia de sema. En este caso el lexema es portador o transfiere un solo sema del semantema del que proviene: caballo, caballete. Caballete recibe y se estructura a partir del sema "lomo de caballo"; su clasema es "cosa" (herramienta, soporte), que el lexema más el afijo sufijal "-ete" ayudan a configurar. Las otras acepciones de caballete participan de la misma mecánica sémica: lomo de un tejado; lomo de la nariz; banquillo de escultor; soporte del lienzo que se pinta.

En el mismo grupo debemos revisar, además del caso sufijal, al menos uno prefijal y otro prefijo-sufijal.

Caso de afijación prefijal: morder, remorder. El subclasema "concreto" de morder se cambia a "abstracto" en remorder. Aquí el prefijo no itera ni intensifica el significado original del primitivo. Transfiere, sí, de conducta física a conducta psicológica, pues remorder es pesadumbre interna. Igualmente, a partir de un sema de morder, se produce la expresión de un nuevo referente, y no con la integración de un sema virtual a una estructura preexistente.

El cambio de la referencia puede ser más estrecho incluso, como entre codo y recodo: ángulo fisiológico flexible, articulación central del brazo, el primero: ángulo rígido de camino, vía, cauce, gruta, el segundo. El clasema "cosa" está en ambas lexías, pero hay desplazamiento en el subclasema de "todo" a "parte", ya que el segundo es ángulo con una sola propiedad de las del primero.

En los casos de prefijo-sufijación se manifiesta el fenómeno de un modo análogo: árbol, enarbolar. Lo primero que aflora como explicación es el sentido figurado, o metafórico, o la acepción traslaticia, pero debemos reparar que en la lexía prefijo-sufijada, de los semas de árbol está solamente el sema de + altura, de modo que no hay más transferencia que la de un sema. Hay cambio de "cosa vegetal" a "conducta psicológica", al igual como ocurre entre bandera y abanderizar.

6. CONCLUSIONES

Se puede deducir, en razón de lo explicado someramente en los puntos anteriores, que se trata de que un solo sema específico, trasladado por un lexema, se erige en núcleo, no en agregado, de una nueva palabra. Y de que, según la naturaleza del referente, y con los semas de los afijos con que se une, asume, concentra y estructura a los demás semas específicos y genéricos para completar su identidad semántica y formal.

Esta diferenciación entre a) derivación de todo el semantema y sin cambios, b) derivación del semantema con exclusión del clasema, y c) derivación de un solo sema para generar una nueva palabra, debería contribuir para mejor comprender los procedimientos semántico-morfológicos de recreación de palabras. Tales especificaciones pueden obviar la nebulosa que en muchos casos produce la explicación genérica del sentido figurado o metafórico, útiles sin duda, pero insuficientes para comprender con nitidez el fenómeno que estudiamos.

Universidad Austral de Chile
Facultad de Filosofía y Humanidades
Instituto de Lingüística y Literatura
Casilla 567, Valdivia, Chile

7. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS  

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