ESTUDIOS FILOLÓGICOS,
Nº 38, 2003, pp. 31-47
DOI: 10.4067/S0071-17132003003800003
Del dicterio al encomio. Estrategias semánticas generales y la imagen de las superpotencias en El Siglo de Chile (1957-1962)*
From denigration to praising. General semantic strategies and the image of superpowers in El Siglo in Chile (1957-1962)
Guillermo Latorre, Olly Vega
* Este estudio se realizó con el apoyo de la University of Southern Indiana a través de su Fondo de Desarrollo Académico (Faculty Research and Creative Work Awards). Nuestros agradecimientos a la Dra. Peggy F. Harrell, Directora de FRCWA, a la Dra. Adriana Bolívar, Universidad Central de Venezuela, al Dr. Patricio Bernedo, Director del Centro de Estudios Mediáticos, y al Sr. Cristián Opazo, del Programa de Magíster en Letras, ambos de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Chile no escapó a la pugna ideológica durante la Guerra Fría. Esta se manifestó claramente en editoriales y artículos de opinión. 45 textos de El Siglo entre 1957 y 1962 fueron examinados según criterios derivados del análisis del discurso racista y sexista. Se discute el papel de la ideología en la estructuración textual. Dos estrategias semánticas aparecen como mayoritarias: la acusación y la autopresentación positiva. La investigación indica que las categorías discursivas observadas en la discriminación deben ser redefinidas para presentar una visión más coherente de la estructura de textos periodísticos con base ideológica. La evidencia textual también permite proponer una hipótesis acerca de los posibles lectores hacia los cuales van dirigidos los artículos y editoriales. El estudio es parte de un proyecto mayor sobre la imagen de las superpotencias desde la perspectiva chilena.
Chile did not escape the ideological confrontation between the USA and the URSS. The writers of newspaper editorials took sides in the conflict. The present paper explores the image of both superpowers from the perspective of the left-wing press, represented by El Siglo. A corpus of 45 editorials and opinion pieces is examined, adapting categories from analyses of racist and sexist discourse. Ideology is examined regarding its role in the structuring of the texts. Two major semantic strategies stand out: accusation and positive self-presentation. The results suggest that the categories from racist and sexist discourse studies must be re-defined for a more coherent view of ideologically-based newspaper texts.
A
tentative identification of the readers most likely to be addressed by the
articles in the corpus is also proposed.
The paper is a part of a broader inquiry
into the image of the superpowers from the Chilean perspective.
I. INTRODUCCIÓN
1.1.Objetivos, corpus y método de análisis. El presente trabajo tiene un triple objetivo: a) Documentar las principales posturas que diarios influyentes chilenos asumieron en relación con Estados Unidos y la Unión Soviética durante un momento de la Guerra Fría (1957-1962); b) Analizar muestras de editoriales y artículos de opinión pertinentes utilizando las técnicas del análisis de discurso; c)Documentar las estrategias textuales que los articulistas emplearon para construir una imagen de ambas superpotencias.
Hemos elegido el período 1957-1962 por dos razones principales. La primera se refiere al impacto de la Guerra Fría sobre el discurso político en Chile, el cual, a pesar de su relativo aislamiento geográfico, no pudo sustraerse a la polarización mundial engendrada por el conflicto. La segunda tiene relación con la situación chilena en ese momento. A pesar de desequilibrios en lo económico, el país estaba pasando por un período de cierta estabilidad política, con un sistema que funcionaba con razonable eficiencia, especialmente en materia de libertad de opinión y de funcionamiento de los tres poderes del Estado.
En 1957 la administración de Carlos Ibáñez del Campo estaba en su último año de ejercicio y ya se vislumbraban cambios en la conducción política del país. En eficiente transmisión del mando presidencial, se elige a un nuevo mandatario, Jorge Alessandri Rodríguez, quien presidirá hasta 1964, año en que cederá el puesto a su sucesor, Eduardo Frei Montalva. Durante esta última presidencia aparecen movimientos políticos que buscarán cambios radicales y perturbarán un sistema que aparecía como ejemplar en el contexto latinoamericano. Mientras duró, fue esta relativa estabilidad política lo que permitió en buena parte a políticos y analistas dedicar bastante atención a la Guerra Fría. Observando esos tiempos, dos historiadores actuales comentan que los medios internacionales de comunicación, al informar sobre la Guerra Fría, lograron que los políticos chilenos consideraran también esos eventos (Concha y Maltés 2000: 547).
En este estudio analizamos los recursos textuales que usó el matutino El Siglo, principal vocero izquierdista de las posturas prosoviéticas y antinorteamericanas de la época, para comunicar la imagen de las superpotencias en pugna durante la Guerra Fría. Adaptando conceptos originalmente diseñados para analizar afirmaciones racistas y sexistas (van Dijk 1984; Villalobos 1997), nos concentraremos en los editoriales y artículos de opinión como los subgéneros periodísticos más claramente ideológicos. Nuestro énfasis será sobre las estrategias semánticas generales, ya que es a este nivel de análisis que se manifiestan más claramente las posiciones ante asuntos polémicos. De este modo, esperamos determinar las principales estrategias semánticas generales utilizadas por los redactores para comunicar una clara imagen de "Occidente" y "el mundo socialista". El resultado de nuestras indagaciones será la documentación sistemática de las imágenes de ambas superpotencias vistas desde el extremo izquierdista del espectro político chileno de entonces. Ya hemos hecho otro tanto para la prensa de derecha, representada por El Diario Ilustrado (Latorre, Vega y Opazo 2002).
Analizamos 45 editoriales y artículos de opinión entre 1957 y 1962, todos ellos relacionados con política exterior. Si la muestra parece pequeña para un lapso de cinco años, debemos recordar que la mayoría de los editoriales en cualquier periódico están dirigidos hacia asuntos de interés nacional, destinando una atención relativamente menor a los problemas internacionales. Aun más limitante fue el precario estado de conservación en que se encuentran los originales en la Biblioteca Nacional de Chile, los cuales son accesibles solamente como microfichas, muchas de ellas parcial o totalmente ilegibles. Así y todo, dispusimos de un número considerable de ejemplos para efectos de análisis de discurso. Las citas estudiadas en la sección 2 de este trabajo son solamente muestras de un universo más amplio de ejemplos.
Para el análisis, los textos fueron ingresados manualmente en una matriz cuyas columnas correspondían a niveles de discurso que van desde la unidad de análisis, pasando por la modalidad de la enunciación, modos enunciativos, modalidades del enunciado, componente semántico-discursivo, recursos lingüístico-discursivos, estrategias semánticas y finalmente operaciones retóricas. La unidad de análisis fue el párrafo tipográfico, aunque entendemos las reservas existentes al respecto (Bolívar 1995: 7). A su vez, cada párrafo fue subdividido en oraciones, las cuales fueron ingresadas en una matriz especialmente diseñada para el efecto siguiendo una de las posibles metodologías para este tipo de análisis (Bolívar 1995: 12-13). De este modo fue posible determinar las principales propiedades de los 45 artículos del corpus a nivel de estrategias semánticas. Prestamos atención preferente a la coherencia más bien que a la cohesión. En este sentido, diferimos de otros enfoques más orientados hacia la cohesión (por ejemplo, Bolívar 1994): no examinamos la organización interna de los editoriales (estructura vertical), sino las estrategias recurrentes en una muestra de editoriales y movilizadas para comunicar un mensaje o imagen dados (recurrencia transversal).
Obviamente, este mensaje está controlado por la ideología, y nuestros datos ilustran la coherencia ideológica de manera transversal, a lo largo de una muestra de textos del mismo género (editorial, opinión) pero emitidos en momentos diferentes y sobre temas internacionales también diferentes. La tabla 1 ilustra nuestro método con la primera oración en el primer párrafo de un editorial. De este modo pudimos generar la información básica para el presente trabajo, el cual descansa sobre los datos en la penúltima columna de la tabla 1, Estrategia semántica. Ya hubo ocasión de explicar la razón para esta limitación; en futuros estudios esperamos informar sobre los resultados para las primeras seis columnas.
Los conceptos básicos que informan nuestro enfoque provienen originalmente de Teun A. van Dijk, cuyos aportes al análisis del discurso político (ADP) son de reconocida importancia. Pasamos a comentar algunos de esos aportes a fin de demarcar y delimitar mejor lo que intentamos aquí.
1.2.Alcances generales. Comencemos por el concepto de ideología, ese marco de proposiciones, socialmente compartido y basado en valores, para proposiciones evaluativas fundamentales, desarrollado y usado por grupos dentro de estructuras sociales (van Dijk 1995: 284). Esas proposiciones son producidas de preferencia por medio de texto y habla de actores sociales. Para sus partidarios, una ideología no está sujeta a criterios de "verdad" o "error", sino que representa la "verdad" partidaria, posiblemente interesada, de un grupo social determinado (246). A diferencia del conocimiento, las ideologías son sistemas de cognición social esencialmente evaluativos, la base para juicios sobre lo que es bueno o malo, correcto o erróneo. Estos pronunciamientos son claramente aplicables al tema de los textos que analizamos aquí: editoriales y artículos de opinión buscan ir más allá de una función meramente objetiva para ver personas y eventos desde una perspectiva primordialmente evaluativa, es decir, controlada por una ideología.
Aparte de su dimensión propiamente lingüística, el ADP aspira a ser una "empresa crítica", dirigida a "la reproducción del poder político, del abuso del poder o dominación por medio del discurso político..." (van Dijk 1997: 11, cursivas en el original en inglés). La conclusión es que el ADP como empresa crítica no solamente contribuye a los estudios de discurso sino que también a la ciencia política y a las ciencias sociales en general. Se desprende, entonces, que algunos "problemas en ciencia política pueden ser en principio estudiados más completamente y a veces más adecuadamente cuando hay conciencia que los asuntos tienen una importante dimensión discursiva" (12).
¿Quiénes participan en el discurso político? El discurso político es identificado por sus actores o autores, es decir, los políticos y otros, lo cual tiene una implicancia importante: "la delimitación del discurso político a sus principales autores es insuficiente y necesita ser extendida a un cuadro más complejo de todos sus participantes relevantes, sea o no que ellos estén activamente involucrados en el discurso político, o sean meros receptores en modos comunicativos unidireccionales" (13). De este modo, el ADP debe extender su radio de acción más allá de los emisores/autores del discurso hacia los receptores/lectores del mismo.
Cabe ahora comentar los alcances resumidos anteriormente. Para empezar, nuestro estudio del discurso periodístico chileno durante la Guerra Fría no está orientado hacia la ciencia política. Si aspiramos a alguna proyección extralingüística es hacia la historia, ya que al analizar propiedades discursivas documentamos actitudes hacia los así llamados "mundo libre"/"mundo capitalista", según un bando, y "democracias populares"/"dictaduras comunistas" según el otro, durante un momento histórico bien determinado. El nuestro es un enfoque diacrónico. Eso sí, debemos reconocer que intentamos dicha proyección ante estudios históricos poco satisfactorios sobre actitudes en Chile hacia la Guerra Fría (Correa, Figueroa et al. 2001: 181-188; Aylwin, Bascuñán et al. 187-189, inter alia). Los trabajos citados se limitan a situar el conflicto como un vago telón de fondo para eventos domésticos, y sin profundizar en el efecto de ese conflicto mundial sobre actitudes y acciones de la clase política chilena. Falta, pues, el marco histórico adecuado donde insertar nuestros datos.
Nuestro análisis se concentra exclusivamente en el mensaje (editoriales y artículos de opinión) con prescindencia de los receptores/lectores. Debemos admitir que la propuesta de extender el ADP hacia los efectos que tiene sobre "las cogniciones políticas del público en general" (van Dijk 1997: 41), con todo lo sugerente que es, lleva nuestra disciplina hacia los sondeos de opinión pública, claramente fuera del ámbito más abordable que nos proponemos aquí. Por tanto, nos limitaremos a examinar "la faceta discursiva del nexo discurso-ideología, es decir, los modos como las ideologías se articulan al nivel de significado discursivo" (van Dijk 1995: 243). No obstante nuestra reticencia, en las conclusiones propondremos una identificación tentativa de los posibles receptores de los mensajes que documentamos. Esto se hará en el marco de dos modelos: el de los dos lectores (Bolívar 1995: 1; Bolívar 2002, comunicación personal) y el de los tres destinatarios (Verón 1987: 15-18).
Otra afirmación de van Dijk merece comentario aparte: "... no clasificaríamos los editoriales, las noticias y la mayoría de los programas de TV como discurso 'político', según lo definimos aquí, sino como esencialmente discurso de los medios, aun cuando esté dirigido a los políticos" (van Dijk 1997: 23). El estudioso neerlandés concluye que el discurso de los medios no tiene primordialmente una meta política más allá de la información al público en general. Es bien sabido que los editoriales, en el caso que nos ocupa, cumplen una función bastante más amplia que simplemente informar al público. El objetivo de éstos y los artículos de opinión es comentar los actos políticos desde una perspectiva bien clara: los redactores toman partido frente al acontecer nacional o internacional, informan pero también interpretan, comunican pero también persuaden para inculcar las ideologías en los iniciados y defenderlas contra miembros fuera del grupo, por parafrasear al propio van Dijk (citado en Latorre, Vega y Opazo, en preparación). Quizás al distinguir entre discurso político y discurso de los medios se intente una demarcación demasiado tajante entre dos conjuntos que en realidad comparten fronteras difusas y permeables con un fluido intercambio de "información" (datos concretos, interpretaciones y actitudes) entre ambos sectores. El llamado discurso de los medios se nutre del también llamado discurso político, contribuye a las formulaciones de éste y ambos confluyen para influir en "la opinión pública", "la nación" y otros colectivos igualmente difusos.
No obstante las reservas expresadas anteriormente, las propuestas de Teun A. van Dijk continúan siendo de gran aplicabilidad al estudiar el discurso político. Una de ellas se refiere al llamado "cuadrilátero ideológico" (van Dijk 1997: 31), por el cual podemos caracterizar la actitud de un periódico, por ejemplo, hacia la información. Tal actitud se ve reflejada en los temas del discurso, los cuales con frecuencia incluyen evaluaciones altamente polarizadas. Resumido de manera esquemática, el cuadrilátero funciona según lo ilustra la tabla 2. El término destopicalización describe los contenidos a los que se asigna la actitud "soslayar/ocultar" en la tabla 2 (van Dijk 1997: 28). Un anónimo editorialista resume, probablemente sin darse cuenta, el funcionamiento del cuadrilátero: "...establecer relaciones que agranden el hecho relativamente pequeño y disminuyan el hecho evidentemente grande" (El Siglo, "El hombre hacia el espacio", 26 de agosto de 1960).
Anticipándonos un poco a nuestras conclusiones, aquí podemos adelantar que los datos de nuestro corpus indican que el concepto de NOSOTROS debe ser objeto de ciertas modificaciones.
Otra aplicación se refiere a diez criterios para clasificar un determinado texto político (van Dijk 1997: 19). Con una pequeña adaptación, el corpus base de nuestro estudio queda caracterizado del modo siguiente:
El marco histórico no figura entre las especificaciones originales de van Dijk, pero es aconsejable su inclusión en vista de los datos diacrónicos con que operamos.
En la sección 2 comentaremos ejemplos extraídos del corpus indicado en la sección 1.1 más arriba. Estos ejemplos han sido organizados para ilustrar dos estrategias semánticas generales, siguiendo el esquema ilustrado en la tabla 1. Las estrategias son: Acusación y Autopresentación positiva, con sus respectivos componentes.
2. ESTRATAGEMIAS SEMÁNTICAS GENERALES
La estrategia semántica ha sido definida como "un 'plan', es decir, una representación (cognitiva) de una secuencia que será ejecutada". Este plan consiste de pasos o "movidas", cada uno de los pasos relevantes de una estrategia que contribuyen al objetivo final de ésta (van Dijk 1984: 115-116). Muy pertinente a nuestro análisis es uno de los grandes objetivos de las estrategias: expresar adecuadamente las macroestructuras semánticas, es decir, los temas, e inducir en oyentes (o lectores, agreguemos) las representaciones semánticas deseadas (119). Entendemos que hay una relación entre la ideología y las estructuras semánticas (por parte del emisor) y las representaciones semánticas (por parte del receptor), y que el emisor busca insertar sus aseveraciones en las representaciones semánticas del receptor y confirmarlas o cambiarlas, si es necesario.
La discusión que sigue se centrará en la Acusación y la Autopresentación positiva. Para la primera estudiaremos las movidas de acusación propiamente tal, de generalización y de contraste. Para la estrategia semántica de Autopresentación positiva, nos limitaremos a dar ejemplos de ella en el corpus y a proponer una modificación a tal concepto.
Acusación. Unos pocos ejemplos del vocero comunista bastan para ejemplificar el tono general de la movida acusatoria.
2.1.1. "Las demás potencias no sólo han dilatado la contestación a la proposición soviética, sino que se están aprovisionando de armas atómicas, preparándose para una nueva agresión" ("Reducción de gastos militares en la URSS", editorial del 7 de febrero de 1957").
2.1.2. "Todo el mundo sabe que el Gobierno de Estados Unidos apoyó con armas, con dólares, con instructores militares y con divisiones armadas al régimen de Batista..." ("El cinismo de Eisenhower", 10 de abril de 1960).
2.1.3. "Una vez más la Asamblea de la UN postergó por un año la admisión de China, y durante otro año continuará usurpando su puesto legítimo el representante de la basura de Formosa, el delegado del cadáver político de Chiang Kai-sheck" ("Una falsa mayoría rechazó a China", editorial del 25 de septiembre de 1958).
2.1.4. "El imperialismo, con su infame agresión a Cuba, está propiciando el momento en que sea necesario barrer las calles y encender fogatas con las banderas yanquis" ("Contra la agresión", editorial del 6 de abril de 1961).
La lexicalización es "probablemente la dimensión principal del significado discursivo controlado por las ideologías" (van Dijk 1995: 259). En los ejemplos citados encontramos los clásicos ejemplos "el imperialismo" y "yanquis". Este último es un anglicismo, extensión del término inglés original en el que incluso el cambio ortográfico (Yankee ----> yanqui) conlleva una intención peyorativa. Pero la lexicalización adquiere un tono francamente vituperativo en el ejemplo 2.1.3 ("la basura de Formosa" y "el cadáver político de Chiang Kai-sheck"), más allá de la moderación que un "lector general" (Bolívar 1995: 1) esperaría de un editorial. Nótese también cómo el concepto "basura" está implícito en el ejemplo 2.1.4. La asignación de agentes negativos y estas unidades léxicas apreciativas son constituyentes centrales de la movida acusatoria.
Generalización. Esta movida "se utiliza con el fin de demostrar que la información (negativa) ya emitida o pronta a ser expresada, por ejemplo, en una anécdota, no es 'incidental' ni 'excepcional', y que, por esta razón, garantiza una posible opinión general" (van Dijk 1984: 131, glosado por Villalobos 1997: 5.3.4.1). Aunque de importancia numéricamente inferior a la acusación, vale la pena identificar algunos de los mecanismos empleados
2.1.6. "Cada día son más amplios los sectores que comprenden que la solución de la crisis radica en el rescate de nuestra independencia" ("La 'ayuda' imperialista", 21 de febrero de 1958).
Los tres casos citados van desde actitudes positivas asignadas a agentes vagos o no identificados hasta un colectivo de identificación bien concreta, agente de acciones negativas. La tendencia mayoritaria parece inclinarse hacia generalizaciones que descansan sobre colectivos de identificación claramente marcados como positivos o negativos. Ejemplos de los primeros son: "Argelia" (Gustavo Mujica, "Barbarie imperialista", 12-2-58), "América Latina" ("El cinismo de Estados Unidos", 25-12-59), "el socialismo" ("7 de noviembre", 7-9-59), "Cuba", "los pueblos latinoamericanos" ("Contra la agresión", 16-4-61), "la República Popular China" ("China y la ONU", 24-9-59), entre muchos otros. Los colectivos negativos están representados por expresiones tales como "empresas gigantescas" (Tartaglia, "¿Capitalismo popular?", 13-5-57), "los imperalistas" (Gustavo Mujica, "Barbarie imperialista" (12-2-58), "portavoces del capitalismo extranjero" ("La 'ayuda' imperialista", 21-2-58), "la prensa de derecha y la reacción internacional" ("John Foster Dulles", 18-4-59). Desde la perspectiva de El Siglo, tanto positivos como negativos pueden ser englobados por dos pares de hipercolectivos más o menos implícitos, la Unión Soviética/el mundo socialista (positivo), los Estados Unidos/el imperialismo (negativo). Aquí está la base del cuadrilátero ideológico y la dicotomía NOSOTROS/ELLOS descrita en la tabla 2.
Contraste. Para la movida siguiente, adaptaremos el concepto de contraste, el cual cumple dos funciones cognitivas. Como "retórica, el contraste resalta la atención sobre los miembros de la relación contrastiva (estructuración de la información)". Como semántica, "enfatiza las evaluaciones positivas, al oponer a menudo los grupos NOSOTROS y ELLOS" (van Dijk 1984: 131). En el corpus de El Siglo la movida de contraste está representada por 252 casos entre 1957 y 1960. Comentamos algunos ejemplos salientes.
2.1.9. "[...] en estas circunstancias, hay dos tendencias opuestas en el mundo. Una de ellas es la tendencia de todos los pueblos a la paz y la otra es la tendencia de la reacción internacional a la guerra" (Orlando Millas, ¿Qué hay detrás de la nueva amenaza de guerra?", 12 de febrero de 1957).
2.1.10. "Nuestra era, en estos años actuales, pasará a la historia como la época del surgir socialista y como el crepúsculo del colonialismo" ("Barbarie imperialista", 12 de febrero de 1958).
2.1.11. "Este 1 de mayo encuentra a los asalariados del mundo luchando a favor de la coexistencia pacífica de los pueblos, enfrentando las iras de los enemigos de la paz, que en este instante realizan toda clase de provocaciones para encender en el mundo una guerra atómica" ("Internacionalismo proletario", 30 de abril de 1958).
2.1.12. "Durante su período, con la connivencia del Departamento de Estado y la suya personal, fue derribado en Guatemala su régimen democrático y popular, para instalar otro espurio, tiránico y proyanqui" ("John Foster Dulles", 18 de abril de 1959).
Los ejemplos 2.1.8 a 2.1.12 caen nuevamente dentro del esquema clásico del cuadrado ideológico representado por los polos opuestos, a veces implícitos:
[+] |
[-] |
|
la
Unión Soviética |
<------------> | "las
demás potencias" |
"todos
los pueblos" |
<------------> | "la
reacción internacional" |
"los
asalariados del mundo" |
<------------> | "los
enemigos de la paz" |
"régimen
democrático y popular" |
<------------> | "[régimen]
espurio, tiránico y proyanqui" |
Existen muchos otros ejemplos en los cuales se manifiesta claramente la dicotomía ideológica que recurre a una frecuente sinonimia: "el imperialismo", "los círculos militaristas y armamentistas", "los belicistas del Departamento de Estado", "los sectores reaccionarios" (entre otros negativos), "los trabajadores", "los pueblos", "el socialismo", "la opinión pública mundial" y el clásico izquierdista "las masas" (entre otros positivos). El contraste entre todos los ejemplos citados puede ser reducido a un caso de hiperonimia: URSS/democracias populares [+] <---------> EE.UU./Occidente [-].
Por convención estilística, los hiperónimos son todos colectivos de identificación más o menos difusos pero ideológicamente cargados.
2.2.Estrategia semántica de autopresentación positiva. En su formulación original, la autopresentación positiva es una estrategia semántica empleada en el habla prejuiciada, la cual consiste de cuatro movidas estratégicas: admisión, aceptación, autoevaluación, respeto de la norma y empatía (van Dijk 1984: 128). No parece existir una definición precisa del concepto más allá de especificar algunos aspectos en relación con la retórica nacionalista en el parlamento: "orgullo, auto-glorificación, comparaciones positivas con otros países" (van Dijk 1993: 72). Tal amplitud de definición nos permite adaptar la idea de autopresentación positiva para adecuarla al análisis de los textos que nos ocupan. Una primera adaptación será remitirnos solamente a la movida de autoevaluación ya que las otras no aparecen en nuestro corpus.
Ya hubo ocasión de observar que las estrategias semánticas expresan los grandes temas (macroestructuras semánticas) de un texto o secuencia de ellos y buscan a inducir en los destinatarios las representaciones semánticas deseadas. Dentro de este marco, vemos la autopresentación positiva como complemento de la estrategia semántica de acusación: resaltamos los vicios del grupo ELLOS con la autoridad que confieren las virtudes del grupo NOSOTROS. Sólo que los datos del corpus El Siglo sugieren una modificación de quién o quiénes son considerados como este último grupo. Vayan entonces algunos ejemplos.
2.2.2. "A diferencia de los países imperialistas, la economía de los países socialistas se desarrolla en ascenso ininterrumpido" (Orlando Millas, "¿Qué hay detrás de la nueva amenaza de guerra?", 12 de febrero de 1957).
2.2.3. "La Unión Soviética, que desea colaborar con todos los países, independientemente de su régimen político y social, se esfuerza por fomentar un amplio comercio internacional, sin discriminación ni restricciones" ("La Unión Soviética y el comercio exterior", editorial del 21 de septiembre de 1957).
2.2.4. "En la Unión Soviética, como es sabido, no hay contradicción entre el Partido Comunista y el Gobierno. Por lo tanto, mal podría haber contradicción entre el cargo de Secretario General del PC y el de Premier" ("La democracia soviética", 29 de marzo de 1958).
2.2.5. "La Unión Soviética adoptó una histórica posición que ratifica su incansable lucha por la paz" ("No más pruebas atómicas", 1 de abril de 1958).
2.2.6. "Para quien haya visitado la Unión Soviética
anteriormente, resulta claro que ha habido un cambio básico en los
últimos cinco años
[...]
En todos los planos, los dirigentes actuales de la Unión Soviética se presentan como viejos y queridos amigos. Muy francos y abiertos a todas las críticas y sugerencias. Siempre han sido amigos, nadie lo duda. Pero, hoy lo son más aún, más abiertamente hermanos" (Gustavo Mujica, "La risa, la movilidad y la habilidad de Jruschov: imagen de la URSS", 21 de marzo de 1959).
2.2.7. "Al caer la noche me sentí eufórico. Con una euforia que bien me merecía, porque pensé que el triunfo de los sabios soviéticos también era el mío, como lo es de todos los que pusimos nuestras esperanzas y esfuerzos en el socialismo" (Odracer Sajor, [¿?], "El satélite y yo", 12 de noviembre de 1957).
Sabemos que los editoriales desdibujan el estilo personal del escritor para mejor enfatizar el valor de la ideología que se propala. Por esto resalta bastante el ejemplo 2.2.7, extraído de un artículo de opinión con autor identificado con nombre y apellido. Detengámonos en este texto. A pesar de mantener un irrestricto apoyo a la URSS, este artículo difiere de los demás por su recurso al modo elocutivo, establecido a partir del propio título. Este modo está representado por la voz en primera persona de "Odracer Sajor", nombre que no aparece muy claro en el borroso original y que podría ser un seudónimo. El texto se inicia con una movida de autopresentación positiva, una afirmación de objetividad frecuente, la cual va a ser dejada de lado momentáneamente: "Nunca me ha gustado escribir sobre mí mismo. Siempre lo he hecho sobre problemas generales". Y desde ese instante, el texto analiza el viaje espacial soviético en términos altamente apreciativos, los cuales culminan con un poco de polifonía en las voces atribuidas a "masones" y "otros antiguos enemigos": "¡Son grandes los rusos! ¡Es grande el socialismo!" El "yo" de las afirmaciones iniciales gradualmente se funde en el "nosotros", inicialmente los polemistas en un lugar de reunión (la Quinta Normal), para reaparecer en la oración final trascendido en el triunfal "nosotros: EL PUEBLO" (mayúsculas en el original). El texto "El satélite y yo" da una idea general de las diferencias existentes entre el estilo editorial y el de los artículos de opinión, tema que merecería un tratamiento más a fondo.
2.2.9. "América vive ahora la alborada de las grandes victorias. La noche negra cae sobre las fuerzas del imperialismo" ("La noche del imperialismo", 20 de abril de 1961).
3. CONCLUSIONES
El marco conceptual desarrollado en los análisis sobre prejuicio se presta bien a la investigación sobre estrategias semánticas en el discurso político. Con las adaptaciones ya sugeridas, hemos podido ver el potencial de dichas estrategias en la formulación de la imagen de las superpotencias durante la Guerra Fría. Hemos visto cómo las estrategias semánticas y sus correspondientes movidas contribuyen al objetivo de expresar los temas mayores de la postura ideológica de los emisores. Eso sí, hemos interpretado libremente el concepto de estrategia y movida como elementos recurrentes en una muestra de textos (el corpus El Siglo 1957-1962) más bien que como pasos relevantes en una secuencia de intercambios orales, como se postuló en las investigaciones originales (van Dijk 1984; Villalobos 1999).
Los datos obtenidos al "filtrar" editoriales y artículos por la matriz ilustrada en la tabla 1 imponen una modificación en el cuadrilátero ideológico (tabla 2). En efecto, queda claro que el grupo NOSOTROS no es tanto la comunidad nacional o latinoamericana, sino más bien un "otro" cuyos logros y avances son destacados e incluso sobretopicalizados (exagerados), al paso que sus fracasos y retrocesos son parcial o totalmente destopicalizados. La imagen de ambas superpotencias se manifiesta por medio del OTRO 1 y el OTRO 2 ("un Otro negativo": Verón 1987: 16, cursivas en el original) más los correspondientes colectivos de identificación: los países socialistas (imagen positiva) y los países occidentales (imagen negativa) respectivamente. De este modo, podemos postular una modificación al cuadrilátero ideológico, la cual proponemos en la tabla 4:
Se ha observado que una estrategia semántica principal es hacer que las proposiciones con predicados positivos acerca de nuestro propio grupo sean explícitas más bien que implícitas, directas más bien que indirectas (van Dijk 1997: 31, énfasis en el original). Esta afirmación ha quedado ampliamente confirmada en nuestro estudio con la salvedad ya mencionada de que "nuestro propio grupo" es el OTRO 1, ejemplo de todas los predicados positivos.
La metodología propuesta ha servido de base para un estudio paralelo de un corpus de la prensa conservadora (Latorre, Vega y Opazo 2002). Los datos permiten proyectar a futuro un estudio comparativo de ambos sectores, a partir de las estrategias semánticas. Quedan todavía por explorar los datos sobre modalidades de enunciación y de enunciado (en preparación), modo enunciativo, componente semántico-discursivo y recursos lingüístico-discursivos. Finalmente, en el mediano plazo tenemos las técnicas de análisis que permiten estudiar otros aspectos del discurso político chileno de la Guerra Fría.
El presente estudio se ha limitado a la fase discursiva del nexo discurso-ideología, es decir, hemos destacado el producto de redactores/emisores y soslayado el rol de los lectores/receptores, a pesar de la naturaleza dinámica de todo discurso: "... el texto escrito forma parte de una interacción mayor, en la dinámica social" (Bolívar 2002, comunicación personal). No es posible aquí estudiar otras facetas de esa interacción, pero sí son factibles algunas consideraciones en torno a los lectores potenciales de los textos estudiados. En una primera aproximación, todo texto es creado por un emisor, quien presupone un concepto (o "constructo") acerca del lector óptimo, aquel "para quien el texto tiene el máximo sentido". Este lector debe distinguirse del lector general, poseedor de la competencia lingüística y cultural, pero no interiorizado del contexto y los sistemas de evaluación para la total comprensión del texto (Bolívar 1995: 1; Bolívar 2002: comunicación personal). Los editoriales y artículos de El Siglo, por su índole claramente partidista y por la naturaleza mayormente acusatoria de sus estrategias semánticas, sugieren que los autores dan por sentada la competencia lingüística y cultural de sus lectores y van más allá al presuponer una competencia ideológica o "creencia presupuesta" (Verón 1987: 17), los parámetros políticos que les permiten sintonizarse con la ideología política que los textos propalan. En otras palabras, los receptores han sido predefinidos por los emisores como lectores óptimos.
Pero podemos ir un poco más lejos si aceptamos que el discurso político de los medios tiene no dos receptores sino tres, según la disposición positiva, negativa o indecisa hacia el ideario propalado: el prodestinatario, el contradestinatario y el paradestinatario. El discurso político se dirige a los tres, como refuerzo, como polémica y como persuasión respectivamente (Verón 1987: 16-18). Creemos que el discurso tan abiertamente partidario, tan primordialmente acusatorio, tan claramente maniqueo, de nuestro corpus está dirigido al primero como destinatario principal. Es poco probable que el lector indeciso y con la competencia y motivación para entender un editorial sea persuadido por las simplificaciones, distorsiones y exageraciones que encontramos en los textos comentados aquí. De hecho, existe la posibilidad de que ellos estén dirigidos a un tipo bien específico de prolectores: los militantes del partido comunista, a diferencia de sus homólogos en la prensa de derecha, destinados a personas con compromiso ideológico pero no militante partidista (Bernedo 2002: comunicación personal). Los editorialistas y articulistas de El Siglo parecen dirigirse a los "fieles" más bien que a los "herejes" e "indecisos".
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