ESTUDIO DE LA LIXIVIACION DE CADMIO, MERCURIO Y PLOMO EN SUELOS DERIVADOS DE CENIZAS VOLCANICAS

Dante Pinochet T1., Joaquín Aguirre A1. y Eduardo Quiroz R2.
1 Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos. Facultad de Ciencias Agrarias. Universidad Austral de Chile. Casilla 567. Valdivia. Chile. e-mail: dpinoche@uach.cl
2 Instituto de Química. Facultad de Ciencias. Universidad Austral de Chile. Casilla 567. Valdivia. Chile.


Recepción originales 7 de diciembre de 2001

ABSTRACT

Cadmium, mercury and lead leaching study on soils derived from volcanic ashes.

Key words: heavy metals, trumao soils, red clayed soils, leaching, sorption.

The leaching of cadmium, lead and mercury was studied on undisturbed soil samples of soil derived from volcanic ashes. The soil samples were collected from two depths 0-15 cm and 15-30 cm from an Andisol (Valdivia soil series) and from an Ultisol (Los Ulmos soil series) with PVC cylinders with a soil volume content of 396 cm3. Solutions containing Cd, Pb and Hg of known volume and concentration were applied to totals of 2.3, 0.23, and 23 mg L-1 for Cd, Hg and Pb, respectively. Applications were done each seven day until a total of thirteen. From each application a percolate was collected and the heavy metal content was analyzed by atomic spectrometry. The soils evaluated presented over 96 % of Cd, Hg and Pb retention of the amount applied, which was reflected on the low amount leached from the total metals applied. The retention varied with the soil type and the soil depth, presenting the Valdivia soil at 15-30 cm depth the higher retention but the same soil the lowest retention at 0-15 cm depth. The red clay soil Los Ulmos presented an intermedium retention and a low variation between both soil depth evaluated. From the heavy metals evaluated cadmium presented the high leached amount from the total applied.

 

RESUMEN

Palabras claves: metales pesados, suelos trumaos, suelos rojo arcillosos, percolación, retención.

Se estudió la lixiviación de cadmio, mercurio y plomo en muestras no disturbadas de suelos derivados de cenizas volcánicas. Se colectaron muestras de dos profundidades de 0-15 cm y 15 –30 cm desde un Andisol (Serie Valdivia) y de un Ultisol (Serie Los Ulmos) con cilindros de PVC que contenían un volumen de suelo de 396 cm3. Se aplicaron soluciones conteniendo Cd, Hg y Pb de volumen y concentración conocida hasta totalizar una adición de 2,3; 0,23 y 23 mg L-1 para Cd, Hg y Pb, respectivamente. Las aplicaciones se realizaron una vez cada siete días, totalizando trece aplicaciones. Por cada aplicación se recogió el percolado, en el cual se analizó el contenido de los metales por espectrofotometría de absorción atómica. Los suelos estudiados presentaron altos niveles de retención de Cd, Hg y Pb, por sobre el 96% de la cantidad aplicada, lo cual fue reflejado en la baja lixiviación total de los metales aplicados. La retención varió con el tipo de suelo y la profundidad de suelo, presentando el suelo trumao Valdivia a una profundidad de 15-30 cm la mayor retención y de 0-15 cm de profundidad la menor retención. El suelo rojo arcilloso Los Ulmos presentó valores intermedios de retención y la menor variación con la profundidad del suelo. De los metales pesados estudiados el Cd presenta la mayor lixiviación en los suelos con respecto a la cantidad aplicada.

 

INTRODUCCION

Los metales pesados son componentes naturales del medio ambiente, sin embargo, su acumulación en los suelos es de preocupación ya que están siendo aplicados a los suelos en cantidades crecientes a través de los años (Wild, 1994; Alloway, 1995). El término “metal pesado” se refiere a los metales con una densidad mayor que un cierto valor, usualmente 5 a 6 g cm-3. Estos son descargados en los subproductos industriales, de los cuales arsénico (As), cadmio (Cd), cromio (Cr), cobre (Cu), mercurio (Hg), niquel (Ni), plomo (Pb) y zinc (Zn) están listados por la Directiva de la Comisión Europea como productores de un gran daño a la vida de las plantas o animales, cuando sus concentraciones alcanzan valores mayores que ciertos umbrales críticos en los suelos o en las plantas. Las concentraciones naturales de Cd, Hg y Pb en mg kg-1 de suelo son 0,01-1,0; <0,01-0,52; y 0-200, y los límites para la concentraciones máximas en los suelos son 3, 1,5 y 300 mg kg-1, respectivamente (Alloway, 1995; González, 2000).

El suelo es uno de los mayores reservorios en los cuales se acumula la contaminación ambiental (Alloway, 1995). Sobre el 90% de la contaminación ambiental producida es retenida en las partículas de suelo y cerca del 9% es interceptada en los sedimentos acuáticos. Particularmente, la contaminación de un suelo con metales pesados es de preocupación ya que éstos presentan un alto tiempo de residencia en el suelo, estableciéndose un equilibrio dinámico con la hidrósfera, atmósfera y biósfera y de esta forma alterando el ecosistema, incluyendo al ser humano (Huang, 1999).

En Chile, existen escasos estudios sobre la acumulación y movimiento de los metales pesados en los suelos. Los principales estudios se refieren a la contaminación producida por la minería del cobre en la zona norte y central del país, la cual está asociada en algunos casos a la acumulación de metales pesados como As, Cd, Pb y Zn (González, 2000). Actualmente, la acumulación de metales pesados en los suelos no sería de gran relevancia, dado que la entrada de metales pesados estaría disipada por la capacidad amortiguadora de los suelos (González, 1995).

Por su parte la agricultura es una fuente difusa de contaminación de los suelos con metales pesados. Estos metales se presentan como contaminantes en fertilizantes minerales, en compost y en otros compuestos orgánicos que se aplican a los suelos a través de diversas prácticas agrícolas. El ingreso de metales pesados estaría asociado a las prácticas de aplicación de materiales fertilizantes orgánicos e inorgánicos. De esta forma, Camobreco et al. (1996) señalan que la aplicación como enmienda de fangos obtenidos a partir de desechos industriales y de aguas residuales aplicadas por un largo período de tiempo, produce una acumulación significativa de metales pesados en los suelos. Por su parte, McLaughlin et al. (1996) y Mazzarino (1999) señalan que el ingreso de metales pesados como impurezas en los fertilizantes minerales, descontando las exportaciones en los cultivos cosechados, han producido acumulación en suelos australianos de As, Cd, Pb y Hg. De ellos Cd se acumula en los suelos fertilizados más rápido que As, Pb o Hg. En Chile, estudios recientes muestran un aumento de Cd en los fertilizantes fosforados, lo cual puede producir una acumulación de éste metal en los suelos (Bonomelli et al. 2001). La transferencia de Cd a las porciones comestibles de los cultivos agrícolas es mayor que para los otros elementos y Hg y Pb poseen un riesgo muy bajo de acumularse en concentraciones tóxicas en los cultivos para alimentación humana (McLaughlin et al., 1996; Mazzarino, 1999). Los efectos de la acumulación de los metales pesados serían relevantes en las plantas y han sido ampliamente estudiados (Alloway, 1995). Así, estudios en China han demostrado que el crecimiento de plántulas es más afectado por Cd seguido de Hg y luego Pb (Hsu y Chou, 1992). Además, Mazzarino (1999) observó que en suelos muy ácidos aumenta la biodisponibilidad de Cd, mientras que el Pb no es absorbido significativamente por las plantas a ningún pH, en estudios realizados en suelos sometidos a contaminación con residuos orgánicos.

El movimiento de metales pesados en el suelo, en ecosistemas naturales ha sido generalmente considerado mínimo o prácticamente inexistente (Li y Shuman, 1996). Sin embargo, a pesar de su lento transporte en los perfiles de suelo, es de gran importancia ambiental, ya que cuando se acumulan en los suelos, finalmente estos pueden llegar a contaminar las aguas subsuperficiales (Li y Shuman, 1996). De esta forma, estudios realizados por McLaughlin et al. (1996) y Mazzarino (1999) muestran que la concentración de Cd soluble ha aumentado y que la disponibilidad de Cd declina solo ligeramente a través del tiempo, debido a los procesos de acidificación y salinización de los suelos, lo cual aumenta el riesgo de movimiento y posibilidades de contaminación.

En general, los estudios realizados en muestras disturbadas de suelo parecen indicar que existiría una escasa movilidad de metales pesados a través de los suelos (Li y Shuman, 1996); sin embargo, estudios con muestras no disturbadas de suelo han mostrado una significativa movilidad de Cd y de Pb (Camobreco et al., 1996) y que el flujo preferencial solo o en combinación con materia orgánica soluble, facilita el transporte y puede acelerar la lixiviación de cationes metálicos a través del suelo.

Por ello, el objetivo de este estudio es conocer la capacidad de acumulación y lixiviación de los metales pesados en los principales tipos de suelos de la X Región, los cuales presentan una alta porosidad de drenaje y altos contenidos de materia orgánica.


MATERIAL Y METODOS

Dos tipos de suelos, de diferentes características químicas y físicas fueron utilizados en este estudio, ambos ubicados en la provincia de Valdivia, Décima Región, Chile. La serie de suelo Los Ulmos (Typic Paleohumult) clasificada localmente como rojo arcilloso y muestreada bajo condición de renoval de bosque nativo. El otro suelo correspondió a la serie Valdivia (Typic Hapludand), clasificado localmente como trumao, bajo condición de pradera permanente. En cada sitio se colectaron muestras inalteradas con cilindros de PVC (7,1 cm de diámetro y 10,0 cm de altura), de un volumen de suelo de 396 cm3. Se utilizaron volúmenes de cilindros similares a los usados para la determinación de rutina de la densidad aparente de los suelos, de forma que los errores producidos por flujo lateral de las columnas fueran similares a los producidos en la determinación de la densidad aparente. En cada suelo, tres muestras fueron tomadas independientemente de las profundidades de 0-15 cm y de 15-30 cm. Para la caracterización del suelo en las distintas profundidades evaluadas se colectó una muestra compuesta de 8 submuestras desde diferentes puntos en el área de muestreo. Las características de las muestras de suelo se presentan en el Cuadro 1

A las muestras colectadas inalteradas se les colocó en su parte inferior un filtro de papel Whatman Nº5, y una malla de poliuretano de 1 mm de reticulado, para evitar pérdidas significativas de partículas de suelo. Este cilindro, a su vez, fue montado sobre un embudo de vidrio y sellada su unión con papel parafilm para evitar contaminaciones aéreas externas. Este embudo fue recibido en un vaso de precipitado de 100 mL, el cual fue retirado y cambiado después de cada percolación.

Las muestras en los cilindros fueron homogeneizadas en su contenido inicial de humedad por la aplicación de agua destilada hasta saturación y posterior drenaje por 48 horas. Se asumió que éste es el punto de máxima retención de humedad de los suelos. Posteriormente, se aplicó una solución que contenía Pb, Cd y Hg de volumen y concentración conocida. Las aplicaciones se realizaron una vez cada siete días, totalizando trece aplicaciones. En la primera aplicación se adicionó una lámina de 38 mm (150 mL) de solución contaminada y en las posteriores doce se aplicó una lámina de 13 mm (50 mL). En las primeras cinco aplicaciones se utilizaron concentraciones de 0,3; 0,03 y 3 mg L-1 de Cd, Hg y Pb, respectivamente, con el fin de mantener la proporción promedio de estos metales encontrada en forma natural en los suelos. A partir de la sexta aplicación se duplicaron las concentraciones a agregar, dando 0,6; 0,06 y 6 mg L-1 para Cd, Hg y Pb, respectivamente. Las trece aplicaciones totalizaron una adición de 2,3; 0,23 y 23 mg L-1 para Cd, Hg y Pb, respectivamente. En el volumen de solución percolado se analizó el contenido de los metales por espectrofotometría de absorción atómica, utilizando un horno de grafito.

Las relaciones entre el contenido lixiviado y la cantidad de metal pesado aplicado fueron evaluadas a través de análisis de regresión utilizando el programa GraphPad v.2.0.


RESULTADOS Y DISCUSION

De acuerdo a la caracterización química y física, los suelos en estudio difirieron en sus contenidos de materia orgánica (MO), capacidad de intercambio catiónico (CICE) y en su contenido de arcilla, además estos contenidos difirieron con la profundidad del suelo. En términos generales, la MO y la CICE disminuyeron con la profundidad del suelo en tanto que el contenido de arcilla aumentó en profundidad. El suelo Valdivia presentó un mayor contenido de MO que el suelo Los Ulmos en ambas profundidades (Cuadro 1). Sin embargo, la CICE del suelo Los Ulmos es casi el doble mayor que la del suelo Valdivia en ambas profundidades. Esta mayor CICE estuvo correlacionada con el mayor contenido de arcilla del suelo Los Ulmos (Cuadro 1). Por otra parte, los suelos en estudio no difirieron considerablemente en sus valores de pH, aluminio extractable y contenido inicial de metales pesados (Cuadro 1).

 

Cuadro 1:

Características de los suelos Los Ulmos y Valdivia medidos en dos profundidades de muestreo.
Table 1:


Soil characteristics of Los Ulmos and Valdivia soil series measured at two sampling depths

 

Los Ulmos

Valdivia

  Profundidad (cm)

0-15

15-30

0-15

15-30


         
  Materia orgánica (g 100 g-1) 13,6 5,7 20,0
15,7
  pH H2O 5,36 5,35 5,19
5,19
  pH CaCl2 4,43 4,38 4,68
4,63
  Aluminio extractable (mg kg-1) 900 1101 1134
1090
         
  Cationes intercambiables      
  Calcio (cmolc kg-1) 1,59 0.32 1,32
0,38
  Magnesio (cmolc kg-1) 0,92 0,38 0,49
0,13
  Potasio (cmolc kg-1) 0,46 0,24 0,20
0,18
  Sodio (cmolc kg-1) 0,09 0,08 0,05
0,03
  Suma de bases (cmolc kg-1) 3,16 1,22 2,05
0,72
  Aluminio (cmolc kg-1) 1,50 1,50 0,59
0,60
  CICE (cmolc kg-1) 4,66 2,72 2,64
1,32
  Saturación de Al   (g 100 g-1) 32,2 55,1 22,3
45,5
         
  Textura   (g 100 g-1)      
  Partículas             (2000 - 63 mm) 12 36 12
12
    (63 - 2 mm) 52 24 69
68
    (    < 2 mm) 36 41 19
21
         
  Metales pesados extraíbles iniciales      
  Cadmio (mg kg-1) < 0.01 < 0.01 < 0.01
< 0.01
  Mercurio (mg kg-1) 0.005 0.006 0.008
0.007
  Plomo (mg kg-1) 1.70 1.50 1.29
1.50


El porcentaje de lixiviación del total de metales aplicados en solución (Hg, Cd y Pb) a las muestras de suelo, fue inferior al 4% con valores de: 1,4; 1,8; 3,8 y 1,1 para el suelo Los Ulmos en la profundidad de 0-15, Los Ulmos en la profundidad de 15-30, Valdivia en la profundidad de 0-15 y Valdivia en la profundidad de 15-30 cm, respectivamente. Esto indicaría que estos suelos en las dos profundidades estudiadas retuvieron más del 96% de los metales pesados agregados, siendo el suelo Valdivia el que presentó la mayor retención a una profundidad de 15-30 cm, y la menor retención a una profundidad de 0-15 cm, en comparación con el suelo Los Ulmos, el cual presentó valores intermedios de retención y una menor variación en profundidad.

Los datos obtenidos a partir de la relación entre la cantidad acumulada de Cd, Hg y Pb adicionada a las muestras de suelos y la cantidad lixiviada acumulada de éstas, se ajustaron a una ecuación cuadrática y = a + bx + cx2, donde a corresponde a la cantidad inicial lixiviada de metales pesados, b a la resistencia inicial a la lixiviación del metal aplicado en solución y c corresponde al factor que modifica la relación desde la linearidad (Cuadro 2).

 

Cuadro 2:


Parámetros de la ecuación cuadrática ajustada a la relación entre la cantidad de Cd, Hg y Pb aplicado y lixiviado en las muestras de suelo no disturbadas colectadas a dos profundidades.
Table 2 :


Parameters of the adjusted quadratic equation on the relationship between Cd, Hg and Pb applied and leached on undisturbed soil samples collected at two depths.

 
a
b
c
r2

  Cadmio
  Los Ulmos
0 - 15
  0.06048 a -0.00692 c 0.01520 b   0.997
  Los Ulmos
15 - 30
  0.04645 a -0.03141 c 0.04059 a   0.991
  Valdivia
0 - 15
  0.00944 c 0.06969 a 0.01651 b   0.997
  Valdivia
15 - 30
  0.02843 b 0.00742 b 0.01252 b   0.998
               
  Mercurio
  Los Ulmos
0 - 15
  0.00052 a 0.00080 b 0.00220 a   0.975
  Los Ulmos
15 - 30
  0.00034 b 0.00043 b 0.00180 a   0.981
  Valdivia
0 - 15
  0.00056 a 0.00465 a     0.931
  Valdivia
15 - 30
  0.00000 c 0.00068 b 0.00035 a   0.988
               
  Plomo
  Los Ulmos
0 - 15
  0.1862 a -0.00179 c 0.000176 a   0.976
  Los Ulmos
15 - 30
  0.1403 b 0.00232 b 0.000101 a   0.974
  Valdivia
0 - 15
  0.1111 c 0.02870 a     0.956
  Valdivia
15 - 30
  0.0851 c 0.00094 b 0.000092 a   0.951


La mayor lixiviación inicial de Cd ocurrió en el suelo rojo arcilloso serie Los Ulmos lo que se refleja en el mayor valor del parámetro a de la ecuación ajustada (Cuadro 2), el cual fue diferente estadísticamente de la cantidad inicial de Cd lixiviada en las dos profundidades del suelo trumao serie Valdivia. Además, el suelo Valdivia presentó una lixiviación inicial significativamente mayor de Cd en la estrata inferior (15-30 cm) que en la estrata superior (0-15 cm). El mayor grado de lixiviación inicial del suelo Los Ulmos indica indirectamente que el suelo Valdivia tendría una mayor retención del Cd inicial del suelo. Debido al desconocimiento de las formas de retención del Cd inicial del suelo (precipitado, adsorbido o complejado en la materia orgánica) y a la influencia de la capacidad tampón de los suelos sobre la liberación del Cd inicial, no es posible tener una explicación clara del fenómeno observado. Por su parte, el parámetro b de la ecuación da una medida de la resistencia inicial a la lixiviación del metal aplicado en solución.

Se observó que el suelo Los Ulmos presentaría una mayor retención de Cd que el suelo Valdivia debido a que la pendiente b se presenta como un valor negativo en el suelo Los Ulmos (Cuadro 2) indicando que después de la lixiviación inicial, el suelo retiene en sus primeros centímetros la totalidad de Cd aplicada, no permitiendo así su lixiviación. Esto fue observado en ambas profundidades estudiadas. Por su parte el suelo Valdivia, presenta una pendiente positiva indicando que la lixiviación de Cd aumentó desde las primeras aplicaciones, lo que permite especular que su capacidad de retención del Cd sería menor que la obtenida para el suelo Los Ulmos. También se observó diferencias significativas entre las profundidades analizadas, obteniéndose un valor menor en la profundidad de 15-30 cm, lo que indicaría que esta estrata presenta una mayor retención de Cd que la estrata superficial. La mayor resistencia inicial a la lixiviación de Cd presentada por el suelo Los Ulmos puede estar relacionada con una mayor adsorción de Cd. La adsorción de este elemento en el suelo ha sido correlacionada positivamente con el pH, la CIC, el contenido de materia orgánica, de óxidos de Fe y Mn y de arcillas silicatadas (Wild, 1993; Pardo, 1997) los cuales están presentes en altas cantidades en este tipo de suelo (Fassbender, 1987). De esta forma, el mayor valor de pH, capacidad de intercambio catiónico y mayor contenido de arcilla del suelo rojo arcilloso Los Ulmos explicarían en parte la mayor retención de este metal. Por otro lado, que las tres propiedades del suelo mencionadas anteriormente, ejercerían un efecto significativamente mayor que el contenido de materia orgánica en la adsorción del suelo, ya que el suelo Los Ulmos presentó contenidos de MO muy inferiores a los presentados por el suelo Valdivia. El parámetro c de la ecuación permite analizar el comportamiento de la lixiviación de Cd en la medida que aumenta el número de aplicaciones y la respectiva acumulación de este metal en el suelo. Al aumentar el número de aplicaciones se observó un aumento de la lixiviación de Cd en ambos suelos. Ello estaría dado por el valor positivo del parámetro c de la ecuación. Este aumento de la lixiviación fue significativamente mayor en la profundidad de 15-30 cm del suelo los Ulmos (Cuadro 2), lo que podría estar influenciado por el menor contenido de materia orgánica en esta estrata de suelo.

Los suelos difirieron en su comportamiento con respecto al Hg y Pb aplicados. Dos ecuaciones fueron ajustadas con respecto a su comportamiento de lixiviación. Una ecuación lineal para la estrata de 0-15 cm del suelo Valdivia y una ecuación cuadrática para la profundidad de 15-30 cm del mismo suelo y para el suelo Los Ulmos, en ambas profundidades (Cuadro 2). La lixiviación del Hg inicial del suelo disminuyó significativamente en profundidad en ambos suelos. Entre los suelos, la estrata superficial presenta lixiviaciones similares, en tanto que la estrata de 15-30 cm presenta una mayor lixiviación del Hg inicial en el suelo Los Ulmos. Ello indicaría que el Hg contenido en los suelos estaría más retenido en las estratas en profundidad y que entre ellas el suelo Valdivia presentó una mayor retención, lo cual se reflejó en las diferencias estadísticas en el parámetro a de la ecuación ajustada. Según la resistencia inicial a la lixiviación de Hg aplicado (parámetro b), se observó un comportamiento similar entre las dos profundidades del suelo Los Ulmos y la profundidad de 15-30 cm del suelo Valdivia. Sin embargo, la profundidad de 0-15 cm del suelo Valdivia presenta una lixiviación de Hg constante e independiente de la cantidad de Hg aplicada (Cuadro 2). Por su parte, el parámetro c permite analizar el comportamiento de la lixiviación de Hg, de tal forma que al incrementar las aplicaciones de Hg, se observó un aumento de la lixiviación de este metal en el suelo Los Ulmos en ambas profundidades y también en el suelo Valdivia en la profundidad 15-30 cm.

El comportamiento de los suelos, en general, con respecto al Pb mostró un patrón ligeramente diferente a los observados para Cd y Hg. El suelo Los Ulmos presentó una mayor lixiviación del Pb inicial que el suelo Valdivia (parámetro a) y ésta varió además con la profundidad en el suelo Los Ulmos, presentando la mayor lixiviación en las muestras de 0-15 cm. Sin embargo, el suelo Valdivia no presentó diferencias significativas en profundidad. Por su parte, el parámetro b de la ecuación indica que las muestras de profundidades de 15-30 cm de suelo presentan un comportamiento similar en los dos tipos de suelos. En ellas, se observó que existe una respuesta a la aplicación de Pb en la lixiviación en la medida que se aumenta la cantidad de Pb aplicada y aumenta la cantidad de agua lixiviada. Sin embargo, las muestras superficiales de ambos suelos presentaron comportamientos diferentes. El suelo Los Ulmos presenta una resistencia inicial a la lixiviación del Pb aplicado, lo cual se refleja en el valor negativo del parámetro b, lo cual implica un aumento de la adsorción incluso por sobre las cantidades de Pb aplicado. Por otra parte, las muestras superficiales del suelo Valdivia muestran una mayor lixiviación del Pb aplicado, que no varía en proporción con la dosis de Pb aplicada. En general, las muestras del suelo Los Ulmos y la estrata de 15-30 cm del suelo Valdivia presentaron un incremento de la lixiviación de Pb en la medida que se adicionó más Pb (parámetro c).

Los bajos porcentajes de lixiviación de los metales aplicados implican que existe una alta retención de metales aplicados en los suelos (Figura 1), la cual en general aumentó con la profundidad en el suelo Valdivia. Sin embargo, este comportamiento difiere en las muestras colectadas del suelo Los Ulmos, mostrando que la retención disminuyó en profundidad para el caso del Cd y el Pb, y aumentando para el Hg. En relación a la cantidad de metal aplicada y lixiviada y a pesar de que se adicionaron distintas concentraciones de metales en solución, se observó un comportamiento similar entre Hg y Pb diferenciándose en su comportamiento del Cd. Ello se vio reflejado en el parámetro c de la ecuación ajustada, el cual fue mayor en todos los casos estudiados, lo que ratificaría que de los metales estudiados es el de mayor movilidad en el suelo. Este resultado es coincidente con otros estudios en distintos suelos (McBride et al., 1981; Elliot et al., 1986) donde se observó que la movilidad relativa de los elementos en el suelo es mayor para Cd que Pb, aunque en estos estudios no se incluyó Hg. Además en el estudio realizado por Camobreco et al., (1996), se detectaron diferentes grados de movimientos de metales pesados a través de columnas de suelos dependiendo del grado de disturbación de las muestras. Los suelos homogeneizados retuvieron todos los metales adicionados, sin embargo, los suelos sin disturbar presentaron distintos grados de movilidad. Ello puede explicar la mayor lixiviación de Cd, Hg y Pb presentada por el suelo Valdivia de 0-15 cm, ya que esta muestra probablemente sea la que presentaría la mayor presencia de poros de drenaje, al provenir de praderas presentaría la mayor presencia de bioporos producidos por las raíces.

Figura 1:

Cantidades acumuladas de cadmio, mercurio y plomo lixiviado en función de la cantidad aplicada.
Figure 1: Cumulative leaching of cadmium, mercury and lead as a function of the amount applied.

 

CONCLUSIONES

Los suelos estudiados presentaron altos niveles de retención de Cd, Hg y Pb, lo que se refleja en la baja lixiviación del total de estos metales aplicados. Esta retención varió con el tipo de suelo y la profundidad de suelo considerada. La mayor retención la presentó el suelo trumao serie Valdivia a una profundidad de 15-30 cm, junto a la menor retención a 0-15 cm de profundidad. El suelo rojo arcilloso Los Ulmos presentó valores intermedios de retención y menor variación en profundidad. La cantidad de Cd, Hg y Pb lixiviada varió con la dosis aplicada y con la cantidad de agua percolada, mostrando niveles crecientes de lixiviación con el aumento de la dosis y agua percolada. De los metales pesados estudiados el Cd presenta la mayor movilidad en los suelos.


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