AGRO SUR 33 (2) 29-42
2005 CIENCIA AGRARIA
CARACTERIZACIÓN Y TIPIFICACIÓN DEL SECTOR PROVEEDOR DE LUPINO BLANCO (LUPINUS ALBUS L.) DE LA EMPRESA «PRODUCTOS NUTRITIVOS AVELUP LTDA.» EN LA IX REGIÓN, MEDIANTE ANÁLISIS MULTIVARIADO Characterization and classification of the white lupin (Lupinus albus L.) providers in the IXth Region of Chile for the company «Productos Nutritivos AVELUP Ltda.» through multi-variant analysis
Mauricio Riffo P. y Juan Lerdón F. Universidad Austral de Chile, Facultad de Ciencias Agrarias. Casilla 567. Valdivia. Chile. Email: jlerdon@uach.cl ABSTRACT This study was conducted
to characterize a group of farmers that are contracted to provide white
lupin (Lupinus albus L, cv. Rumbo) to the company AVELUP Limited.
A static survey was conducted to gather productive, technical and economic
variables, including lupin yield and quality. The data were analyzed using
descriptive statistics and a Factorial Analysis of Multiple Correspondences
was utilized to classify the farmers. An analysis of Conglomerates was
also conducted to confirm these results. Key words: White lupin, multi-variant analysis. RESUMEN Este estudio nace
de la necesidad de caracterizar a un grupo de agricultores que siembran
lupino (Lupinus albus L.) cv. Rumbo B, bajo contrato con la empresa
AVELUP Ltda. Para ello, se utilizó como instrumento de recopilación de
información, una encuesta estática para recopilar variables socio-productivas,
técnicas, económicas, de rendimiento y calidad. El método utilizado para
analizar los datos fue estadística descriptiva y para la identificación
de tipologías, se utilizó Análisis Factorial de Correspondencias Múltiples,
junto con un análisis de Conglomerados, para confirmar el primer análisis. Palabras claves: Caracterización, tipificación, lupino blanco, análisis multivariado.
INTRODUCCIÓN La rotación de cultivos en la agricultura es una practica importante y de conocidos beneficios, sin embargo, las alternativas reales y viables para los agricultores son escasas. Bajo este marco real, las leguminosas son importantes cultivos de rotación con cereales, por cuanto cortan ciclos de enfermedades y fijan nitrógeno atmosférico (N2). El lupino es una leguminosa que debido a la situación de mercado del trigo al crecimiento de la industria salmonera y a sus características agronómicas ha cobrado importancia en la rotación de cultivos, aumentando la superficie sembrada en los últimos años. En Chile, la Novena Región es la principal zona en donde se cultiva el lupino blanco La empresa AVELUP Ltda., trabaja con un sistema de contratos con agricultores que cultivan lupino, los que se caracterizan por no tener un sistema productivo estándar, siendo importante conocer las reales condiciones en que se cultiva esta especie, para poder fomentar el desarrollo de los proveedores de la empresa La optimización de los recursos pasa principalmente por el uso que se de a los conocimientos, los cuales deben apuntar hacia los agricultores y sus sistemas de producción. Este trabajo se basa en experiencias teóricas y empíricas que indican que el éxito o fracaso de un proyecto de desarrollo con productores, se define principalmente por factores de planificación y por atender las reales necesidades de los involucrados en dichos proyectos En este tema, Berdague et al. (1990), señalan que es un error considerar al campesinado como un conjunto homogéneo al que se pueden proponer paquetes tecnológicos uniformes, ya que estos son sistemas heterogéneos. Por tanto, resulta importante buscar y planificar soluciones apropiadas a las distintas condiciones de los productores. En este contexto, la Universidad Austral de Chile y la empresa privada «Productos nutritivos AVELUP Ltda.» han diseñado este estudio que tiene como objetivo general una caracterización e identificación de tipologías de los productores que abastecen con lupino blanco (Lupinus albus L.) cv. Rumbo B. a dicha empresa con el fin de apoyar el mejoramiento y modernización de la producción. MATERIAL Y MÉTODO El material utilizado en este estudio, se orienta a caracterizar la producción de lupino que se provee a la empresa AVELUP Ltda., ubicada en la localidad de Freiré a 38°56' de latitud y 72°36' de longitud, al sur de la ciudad de Temuco, Novena Región. Se utilizaron los registros de producción de lupino de la empresa AVELUP en la temporada 2004-2005, mas la implementación de una encuesta cerrada a los agricultores que sembraron en dicha temporada, aplicada originalmente a sesenta productores. El instrumento empleado para la recolección de datos (encuesta), fue diseñado de tal forma que permitiese caracterizar y tipificar social y productivamente los productores de lupino, recopilando variables socio productivas, técnicas, económicas, de rendimiento y calidad, además de estimar las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de la producción. El área de estudio comprende toda la línea de acción de la empresa AVELUP Ltda., la cual se enmarca dentro de las comunas de la IX Región. El diseño de investigación empleado fue el no experimental (Salkind, 1999), en donde las variables independientes ya ocurrieron, por lo tanto es imposible manipularlas intencionalmente. Específicamente, el tipo de diseño no experimental fue el transaccional o transversal (Hernández et al., 2003), en el cual se recolecta los datos en un tiempo único, con el propósito de describir variables y analizar su incidencia e interrelación en un momento dado. Para llevar a cabo el análisis descriptivo, se utilizó una encuesta cerrada, (Hernández et al., 2003), dirigida a los agricultores, la cual fue enviada por correo y aplicada una sola vez al universo de estudio obteniendo un 75% de respuesta (45 agricultores). Para caracterizar a los productores de lupino, se determinaron primero las principales características del conjunto de agricultores que lo siembran, utilizando estadística descriptiva (media, desviación estándar, mediana y modas). Luego, se identificaron tipologías por medio de análisis factorial de correspondencias múltiples (AFCM), apoyadas por un análisis cluster. El Análisis de correspondencias múltiples es una técnica exploratoria de reducción de dimensiones en el contexto de tablas de contingencia o matrices de datos, con el propósito de representar gráficamente la estructura de relación, según distancia entre los puntos, de dos o más variables cualitativas, mediante mapas de posicionamiento (Vivanco, 1999; Hair et al., 1999). Con respecto al análisis de conglomerados o cluster, Figueras (2001) señala que este agrupa a los individuos y los objetos en conglomerados, con el fin de tener grupos de tal forma que los objetos pertenecientes a un mismo grupo sean muy semejantes entre sí, es decir, que el grupo debería mostrar un alto grado de homogeneidad interna. Además, los objetos pertenecientes a grupos diferentes deben tener un comportamiento distinto, es decir, que cada grupo esté aislado de otro, mostrando heterogeneidad entre un grupo y otro. Para tipificar
a los agricultores asociados a la empresa AVELUP, se realizó primero una
selección de las preguntas, descartando aquellas de opinión personal;
luego, se eligieron aquellas variables que entregaban mayor información,
a través de las medidas de discriminación proporcionadas por el AFCM,
el cual permitió seleccionar las variables que más aportaban a la elaboración
de la tipificación.
Para identificar los tipos de agricultores que siembran lupino blanco para AVELUP, el AFCM, se aplicó a los 45 agricultores estudiados, para los cuales se obtuvo tipologías. Luego de repeticiones, ajustes y correcciones, fue posible visualizar tres grupos principales que se describen en el capítulo siguiente. Con el fin de observar si esta clasificación obedecía a algún otro factor, se utilizaron variables demostrativas o pasivas, las cuales, según lo descrito por Vivanco (1999), tienen como objetivo, ubicarse pasivamente sobre el plano factorial, no interviniendo en el análisis. Para el análisis factorial de correspondencias múltiples, se consideraron 8 variables, que resultaron ser las más relevantes, las que se presentan en el Cuadro 1 y que a su vez están compuestas por sus respectivas modalidades. El programa computacional utilizado fue el SPSS «Statistical Package for the Social Sciences», Versión 10.0.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN Edad. Para esta variable, en trabajos realizados en la zona central de Chile, Ahumada (1996) señala, que el promedio de edad fluctúa entre los 32 y 61 años. Por su parte Guaman, (1998), en una caracterización y tipificación de agricultores usuarios del Centro de Gestión Empresarial (CEGE) de Paillaco, encontró que la edad promedio de dichos agricultores era de 54 años. La edad de los agricultores dentro del presente estudio fluctúa entre los 25 y 83 años, con un promedio de 52 años. Sin embargo su distribución no es homogénea, identificándose una clara tendencia hacia una edad sobre los 46 años (68,9% de los encuestados). En la Figura
1 se observa que el mayor porcentaje (28,9%), corresponde a agricultores
que se encuentran entre los 56 y 65 años. El menor porcentaje, (13,3%),
corresponde a agricultores con edades entre los 25 a 35 años, existiendo
una diferencia significativa entre el mayor y el menor porcentaje. Esto
concuerda con lo señalado por Chile, Instituto Nacional de Estadística
(INE), (1997), que indica en su último censo agrícola, que dentro de la
Novena Región, el 71% de los agricultores se encuentran por sobre los
46 años y que los menores de 35 años son solamente el 9%.
Escolaridad. INE, (1997), en el Censo Agrícola de 1997, señala que de los agricultores en la IX Región, solamente el 1,4% tiene una educación técnica completa y el 2,8% tiene una educación universitaria completa. Por otro lado, en una caracterización de los productores lecheros de la X Región norte, realizada por Smith (1999), se encontraron niveles de escolaridad de un 33% con educación media completa y un 59% con estudios técnicos o universitarios. En este estudio, el 33,3% de los agricultores tiene estudios técnicos completos y el 2,2% no alcanzó a completarlos, el 37,8% tienen estudios superiores completos, el 17,8% terminó la enseñanza media, lo que sumado a los de estudios técnicos y universitarios, arrojan un 88,9% de agricultores con su enseñanza media finalizada (Figura 2). Los resultados encontrados en esta investigación pueden deberse al tamaño más reducido de la muestra, al tipo de agricultura bajo contrato y a la asistencia técnica que realiza la empresa, que demanda una mayor preparación educacional por parte de los agricultores.
Superficie total del predio. INE (1997), en el Censo Agrícola encontró que un 29,7% de agricultores tienen una superficie de explotación de 1 ha a menos de 5 ha y que solo el 1,7% de los agricultores, a nivel nacional, tienen explotaciones con superficies entre 100 ha y menos de 200 ha. En este estudio, en promedio los agricultores tienen 303,8 ha, sin embargo la desviación estándar es muy alta: 377 ha. Es por ello que la descripción se realiza siguiendo la metodología empleada por Hernández et al. (2003), quienes sugieren agrupar a los agricultores. Esto, debido a que el rango en que fluctúan las superficies va de 25 ha a 1.800 ha, deduciéndose que los agricultores que siembran bajo contrato con la empresa AVELUP tienen muy distintas superficies totales en sus predios, lo que es normal. Para describir mejor este punto se estratificaron las superficies que poseen los agricultores, empleando el criterio utilizado por INE, (1997), en el Censo Agropecuario de 1997 (Cuadro 2).
El rango de superficies que agrupa la mayor parte de los agricultores es el tres, con un 26,7%, y el rango con menor número de agricultores es el seis con 6,7%. Es importante señalar que el 62,2% de los agricultores cuentan con una superficie menor a las 200 ha. Superficie de lupino por agricultor. Si bien la superficie total del predio es importante para estimar un potencial de siembra, también es trascendente conocer la superficie destinada para lupino en cada predio. Estos datos corresponden a la temporada 2004-2005, pero esta superficie no varía mucho entre años, salvo en situaciones puntuales, ya que la mayor parte de los que siembran lupino lo hacen por rotación de cultivos. Se observó que en promedio la superficie de siembra por agricultor es de 48,8 ha, con una desviación estándar de 38,7 ha y un rango que va de 8 a 170 ha. Debido a esta variabilidad, se estratificaron cuatro niveles de superficie, según lo que es más rentable para la empresa. Así se pudo identificar que el 35% de los agricultores tiene menos de 20 ha de lupino bajo contrato, el 22% tiene entre 20 ha y menos de 50 ha, el 16% cultiva una superficie entre 50 ha y menos de 75 ha, mientras que el 27% cultiva una superficie igual o superior a 75 ha (Figura 3).
Estos datos se contraponen a los descritos por el INE (1997), que describe, a nivel nacional, que el 79 % los productores de lupino que lo siembran tienen menos de 20 ha.; esto se atribuye al menor tamaño de la muestra utilizada en este estudio Utilización de agroquímicos. Para optar a un buen resultado, la literatura y las empresas especializadas recomiendan diferentes productos para un adecuado manejo del cultivo. Por esta razón en los siguientes puntos se pretende evaluar el nivel tecnológico utilizado, así como la capacidad de trabajar en equipo de los agricultores. Para poder analizar lo que ocurre con los agricultores que trabajan con la empresa, se utilizaron variables que permitan identificar, bajo qué contexto aplican productos químicos. Así se evaluó, la utilización de herbicidas, graminicidas, fungicidas e insecticidas. En relación a la utilización de herbicidas preemergentes se determinó que el 55,6% de los agricultores realizan la aplicación de herbicida preemergente, según las dosis y plazos indicados por los asesores de la empresa, el 26,7% lo hace según sus propios conocimientos, ya sea por su experiencia o por sus conocimientos técnicos. El 15,6% de los encuestados aplica herbicidas preemergentes por hábito, independientemente de los consejos de los asesores y de las necesidades del cultivo. De los agricultores encuestados sólo uno (2,2%), consideró innecesaria esta práctica, asegurando que en ocasiones anteriores no ha tenido buenos resultados. A pesar de lo anterior, todos los encuestados utilizan las dosis adecuadas según el producto, que en un 96% es Simazina en dosis de 1,6 g/ha, aplicados como Gesatop 90 WG; esto concuerda con la dosis recomendada de este producto por Von Baer (2001), como herbicida preemergente. Por las características del lupino, las malezas más difíciles de controlar son las de hoja ancha; para ello en las fichas técnicas del cultivo se recomienda la aplicación de sulfunilureas, y precisamente el ingrediente activo triasulfuron. Entre los agricultores encuestados se pudo constatar, que el 86,7% lo hace según las dosis y plazos recomendados por el departamento técnico de AVELUP Ltda., y el 8,9% según sus propios conocimientos. Ninguno de ellos declara hacerlo por costumbre y solamente e! 4,4% considera innecesaria esta práctica. Los resultados en este punto difieren con los del punto anterior con respecto al uso de herbicidas preemergentes. Esta situación se debe a que la aplicación del producto representa un punto crítico en la producción, principalmente por que debe ocurrir antes que el lupino blanco presente botón floral. Sin embargo el 100% aplica la dosis recomendada de 5,25 g/ha de triasulfuron, aplicado como Logran 75 WG. Esto concuerda con lo señalado por Von Baer (2001), que recomienda usar 7 g/ha de Logran 75 WG, sin aceites y sin mezclar con otros productos. Entre los agricultores encuestados se pudo determinar que el 91,1% utiliza, para el control de malezas gramíneas en lupino blanco, el ingrediente activo clethodim, en dosis de 112,5-125 g/ha, concordando con lo recomendado por Von Baer (2001). Al evaluar bajo qué contexto realizan estas aplicaciones se determinó que el 64,4% de los encuestados realiza esta aplicación según las dosis y plazos recomendados por el departamento técnico de AVELUP Ltda.; el 15,6% lo hace según sus conocimientos, el 15,6% lo hace por costumbre y el 4,4% lo considera innecesario ya que tienen un buen historial de manejos en los potreros o bien consideran que en sus sistemas agrícolas esta práctica no afecta seriamente el rendimiento. En relación con la aplicación de fungicidas, esta puede ser, según el caso, la determinante para poder optar a un buen resultado, si es que el cultivo ha sido atacado severamente por alguna enfermedad fungosa como antracnosis (Collecotricum sp.), mancha café (Pleiochatea setosa (Kirch)), etc. En cuanto al criterio para decidir la aplicación de fungicidas se determinó que el 22,2% lo realiza según las indicaciones y plazos del departamento técnico de la empresa, el 4,4% según sus propios conocimientos y el 73,3% lo considera innecesario. Esto se atribuye a que el cultivar Rumbo B. utilizado por los agricultores encuestados es tolerante a antracnosis y otras enfermedades fungosas, por lo tanto los ataques de este tipo de enfermedades solo en ocasiones puntuales traspasan el umbral económico que tenga por consecuencia pérdidas considerables y que haga necesaria una aplicación de fungicidas. De los ingredientes activos utilizados por quienes realizaron tratamientos se determinó que los más citados fueron tebuconazole + triadimenol, epoxiconazol + carbendazim y prochloraz + carbendazima. Esto concuerda con Von Baer (2001), y Faiguenbaum (2003), que recomiendan la utilización de estos productos para el control de enfermedades fungosas en el cultivo de lupino. Los agricultores encuestados no aplican insecticidas al cultivo. Rendimiento por hectárea. Los rendimientos por hectáreas son diversos, según las variedades y los agro-climas en donde se encuentre el cultivo, sin embargo, para esta zona, Semillas Baer (2005) señala rendimientos potenciales de 60 Qm/ha para el cultivar Rumbo B. Con los datos de la temporada 2004-2005, los rendimientos de los agricultores encuestados fueron clasificados en rangos y se describen en el Cuadro 3. Se observa que el 40% de los encuestados obtuvieron rendimientos entre 25-30 Qm/ha, y que el menor porcentaje (8,9%) corresponde a los que tuvieron rendimientos por debajo de los 20 Qm/ha. Un 17,8% obtuvo rendimientos considerados excelentes ya que son iguales o superiores a 30 Qm/ha. Hay que resaltar que según ODEPA (2005), el 57,8% de los agricultores que siembran lupino, obtuvo un rendimiento por sobre el promedio nacional de 25 Qm/ha para la temporada 2004-2005.
Ingresos por hectárea. Este punto está directamente ligado al anterior y representa el ingreso bruto por hectárea que obtuvieron los agricultores encuestados en la temporada 2004-2005. La mayor parte (40%) se encuentra dentro del rango de $250 mil y menos de $300 mil pesos; esto concuerda con Chile, Fundación Chile (2003), que al describir costos de producción agrícola y márgenes a productor, señalan para el lupino un ingreso bruto de $291.412, para una temporada con épocas de siembras correctas, condiciones favorables y adecuadas lluvias primaverales. Otro porcentaje importante (33,3%) percibe ingresos brutos entre $200 mil/ha y $250 mil/ha, lo cual AVELUP califica como un ingreso normal. El menor porcentaje (8,9%) se encuentra por debajo de los $200 mil/ha, que es un ingreso bajo. El 17,8% recibe ingresos brutos por sobre los $300 mil/ha, lo cual es un ingreso calificado como muy bueno según los mismos productores y el departamento técnico de AVELUP. Fortalezas,
oportunidades, debilidades y amenazas. La superficie cultivada con
lupino ha ido en aumento, según la información disponible en la empresa
AVELUP. Por ello, la tendencia sería a aumentar la siembra de lupino blanco,
por la cual resulta interesante realizar un análisis de la situación actual
de la producción, con el fin de obtener un diagnóstico preciso que permita
tomar decisiones acordes con los objetivos y políticas formulados. En
este sentido, el análisis FODA es una herramienta que permite conformar
un cuadro de la situación, permitiendo determinar las fortalezas y debilidades
de los agricultores que siembran junto a la empresa AVELUP, como también
las oportunidades y amenazas que perciben como productores.
Fortalezas y debilidades de los agricultores. En la encuesta aplicada a los agricultores, se consideraron las características productivas que puedan presentarse como una debilidad o fortaleza en la producción de lupino. Para facilitar el análisis, se consideraron las variables que surgieron con mayor frecuencia, definiendo cada agricultor si era una fortaleza o debilidad en su empresa. Los resultados obtenidos se presentan gráficamente en la Figura 4.
En la Figura 4 la fortaleza identificada con mayor frecuencia es la propiedad de los terrenos donde siembran lupino, y que ésta sea suficiente para seguir cultivando e incluso aumentando la superficie de siembra. Por otra parte, el 60% de los agricultores consideran como fortalezas, su conocimiento y manejo del cultivo, así como la experiencia sembrando lupino. Entre las debilidades que se observaron con mayor frecuencia se encuentra el manejo sanitario del cultivo; el 48,9% de los agricultores considera, que si tuvieran que realizar manejos sanitarios no cuentan con la experiencia necesaria, aumentando además sus costos de producción. La disponibilidad de maquinaria es considerada por el 46,7% como una debilidad, haciendo mención principalmente a la cosecha. El 84,4% de los encuestados utiliza maquinaria arrendada en la cosecha, lo cual dificulta su disponibilidad. Cabe mencionar que el 11,1 % de los agricultores considera que sus empresas agrícolas no tienen, en términos globales, debilidades en el cultivo de lupino. Esto se atribuye a la experiencia sembrando, a la disponibilidad de maquinarias y a un constante trabajo en equipo, junto a la asistencia técnica de la empresa AVELUP. Oportunidades
y amenazas. Al analizar el ambiente externo asociado a la producción
de lupino blanco, se consideran aquellas variables ajenas a la gestión
de la empresa y por lo tanto no controlables por la gestión del agricultor.
Estas variables pueden incidir positivamente (oportunidades) y por lo
tanto debieran ser aprovechadas por los productores, o bien influir negativamente
la producción (amenazas) y por lo tanto debieran ser consideradas al momento
de proyectar la producción y enfrentar el mercado, buscando la mejor forma
de sobrellevarlas, sin afectar el negocio.
Se describen a continuación las oportunidades y amenazas que observan los agricultores respecto del medio hacia sus predios, haciendo énfasis en el cultivo de lupino (Cuadro 4).
En el Cuadro 4 se observa que los agricultores tienen un buen concepto del Lupinas albas cv Rumbo B, tanto en potencial como en tolerancia a enfermedades, ya que el 73,3 % y el 62,2% de los agricultores, respectivamente, considera estos puntos como una oportunidad para poder desarrollar el cultivo en sus predios. Entre las oportunidades se señala con mayor frecuencia (71,1%), la fuerte demanda en el mercado nacional por parte de la industria salmonera, considerándola una oportunidad que esta ofrece para poder sembrar lupino en forma rentable e incorporarlo a sus rotaciones de cultivos. Con respecto a las amenazas se pudo observar que el 66,6% de los encuestados ve como una amenaza la caída repentina de los precios pagados a productor. En su opinión, esta situación se podría presentar por un derrumbe repentino de las exportaciones del salmón chileno, un bajo precio de la proteína vegetal importada, o una caída en el dólar de Estados Unidos. Los aumentos en los costos de los combustibles también son considerados una amenaza por el 60% los agricultores. La inestabilidad que han tenido los precios de combustibles en los últimos años inevitablemente repercute en los agricultores que la ven como una amenaza importante. Tipificación de los agricultores asociados a la empresa AVELUP. Siguiendo la metodología explicada en el material y método, se consideraron ocho variables y sus modalidades, las que se presentan en el Cuadro 5.
Ejes y planos factoriales. Para realizar el mapa porcentual en un plano, se consideraron solamente las dos primeras dimensiones, ya que son los valores propios más altos (0,667 el primer eje y 0,465 el segundo eje), esto se respalda por lo señalado por Escofier y Pages, (1992) y Vivanco (1999), que recomiendan trabajar sobre los dos primeros ejes, para una mayor comprensión del análisis. Según Vivanco (1999), las medidas de discriminación obtenidas (Cuadro 6), señalan la varianza de las variables cuantificadas, en donde valores altos hacen referencia a que en los ejes correspondientes, las modalidades de la variable se encuentran separadas, y los individuos, en este caso los agricultores, se encuentran cercanos al centroide de su categoría, así forman una subnube de puntos en torno a la modalidad, siendo el valor de la modalidad cuantificada el centroide de la subnube.
La solución óptima según lo descrito por Hair et al. (1999), ocurre cuando la dispersión entre las modalidades de una variable es máxima y a la vez la dispersión de las puntuaciones objetos (agricultores) en una modalidad es mínima. La distribución de las modalidades en el plano factorial se observa en la Figura 5, en la cual se puede apreciar, que las variables que definen el primer eje (dimensión 1), en su parte positiva, son: Ingresos brutos por ha, en su modalidad «Menos de 200 mil», rendimientos por ha en su modalidad «Menos de 20 Qm/ha», fortalezas en su modalidad «Entre 0 y 2 fortalezas», debilidades en su modalidad «Entre 3 y 4 debilidades», criterio de utilización de herbicida contra hoja ancha, en su modalidad «Conocimientos propios y otros», criterio de utilización de herbicida contra hoja angosta, en su modalidad «Conocimientos propios y otros», se informa acerca del cultivo, en su modalidad «Nunca». Por otra parte las variables que definen a este eje en su parte negativa son; superficie de lupino en su modalidad «Entre 20 ha y menos de 50 ha» y «Entre 50 ha y menos de 75 ha», criterio de utilización de herbicida contra hoja ancha, en su modalidad «Según las instrucciones de AVELUP», criterio de utilización de herbicida contra hoja angosta, en su modalidad «Según las instrucciones de AVELUP».
En cuanto al segundo eje (dimensión 2), en su parte positiva, este está descrito por las siguiente variables: superficie con lupino, en su modalidad, «Mayor o igual a 75 ha», ingresos brutos por ha, en sus modalidades «Entre 200 mil y menos de 250 mil» y «Entre 250 mil a menos de 300 mil», rendimientos por ha, en su modalidad «Entre 20 Qm y menos de 30 Qm/ha», fortalezas, en su modalidad «Entre 3 y 4 fortalezas», debilidades en su modalidad «Entre 1 y 2 debilidades», se informa acerca del cultivo, en su modalidad «A veces». La parte negativa del eje esta descrita por las variables; superficie con lupino, en su modalidad «Entre 50 ha y menos de 75 ha», ingresos brutos por ha, en su modalidad «Mayor o igual a 300 mil», rendimientos por ha, en su modalidad «Mayor o igual a 30 Qm/ha», fortalezas, en su modalidad «Más de 4 fortalezas», debilidades, en su modalidad «Sin debilidades», se informa acerca del cultivo, en su modalidad «Siempre». Tipos de agricultores que siembran lupino blanco junto a AVELUP. Es posible distinguir tres grupos principales, según lo visualizado en la agrupación de los agricultores en torno a las modalidades de las variables (Figura 6).
Según los resultados del AFCM, los 45 agricultores fueron clasificados bajo tres tipologías. Los agricultores tipo 1, son aquellos que se informan de forma ocasional con respecto al cultivo de lupino, tienen un rendimiento en el rango de los 20 Qm/ha y menos de 30 Qm/ ha, que está dentro de los estándares normales para el cultivar Rumbo, como también están dentro de los estándares de los promedios nacionales, descritos por ODEPA (2005). Los ingresos brutos percibidos por los agricultores por venta del grano de lupino van entre el rango de $200 mil/ha y menos de $300 mil/ha. Estos agricultores tratan de seguir de forma regular las instrucciones del departamento técnico de AVELUP, respetando sus plazos y recomendaciones para el manejo y uso de herbicidas contra hoja ancha y hoja angosta. Describen tener entre 3 y 4 fortalezas para desarrollar un buen cultivo y afirman tener sólo entre 1 a 2 debilidades, las cuales los limitaría a tener una mayor eficiencia, tanto en rendimiento como en calidad de cosecha. Los agricultores que se enmarcan en la tipología 2, son aquellos que no se informan con respecto al cultivo de lupino, manifestando un desinterés con respecto al tema, presentan rendimientos inferiores a los 20 Qm/ha, con ingresos brutos, por venta del grano bajo los $200 mil/ha. Los criterios de utilización de herbicidas contra hoja ancha y hoja angosta son propios o bien no respetan los plazos e indicaciones establecidas por el departamento técnico de AVELUP, lo cual acarrea problemas en el manejo del cultivo, con consecuencias de bajos rendimientos descritos anteriormente. Por otro lado manifiestan tener entre 1 a 2 fortalezas y de 3 a 4 debilidades en sus sistemas productivos, para poder desarrollar un adecuado cultivo. Los agricultores
de la tipología 3, se describen como aquellos que tratan de informarse
constantemente con respecto al cultivo de lupino, manejan superficies
entre las 50 y 75 ha de siembra, con rendimientos iguales o superiores
a 30 Qm/ha, percibiendo por concepto de venta del grano sumas iguales
o superiores a los $300 mil/ha como ingresos brutos. El número de fortalezas
descritas por estos agricultores son superiores a 4, y a la vez manifiestan
no tener debilidades, lo cual los hace estar mejor preparados para enfrentar
un buen desarrollo del cultivo, alcanzando rendimientos calificados como
excelentes.
Finalmente y con el fin de observar si la clasificación anteriormente descrita obedecía a algún otro factor, se utilizaron las siguientes variables demostrativas o pasivas: educación, superficie total del predio, área agroecológica y nivel de impurezas a la cosecha. Ninguna de las modalidades de las variables demostrativas utilizadas en este análisis se identificó claramente con alguna de las tres tipologías descritas. CONCLUSIONES -Existe un alto nivel de escolaridad entre los agricultores vinculados a la empresa AVELUP Ltda. teniendo un 70% de los encuestados estudios técnicos y superiores. -Con respecto a las siembras con lupino, un alto porcentaje de agricultores (48,9%) ha sembrado en más de dos oportunidades con AVELUP. -La superficie total predial de los agricultores que siembran lupino, fluctúa entre las 25 ha y las 1.800 ha, lo que demuestra que esta siembra no está enmarcada en un tamaño de explotación en particular; sin embargo, el mayor porcentaje (26,7%) se ubica en el rango de 100-200 hectáreas. -La superficie de lupino por agricultor fluctúa entre 8 ha y 170 ha; un 35% de los casos siembra menos de 20 ha y un 16% se ubica en el rango de 50 ha a 75 ha de siembra. -En cuanto a si los agricultores realizan los manejos según las indicaciones y plazos determinados por el departamento técnico de AVELUP, se estableció que existen diferencias según el tipo de agroquímico utilizado. -La mayor parte (80%) de los agricultores encuestados utiliza maquinaria arrendada para cosechar su lupino. -En relación a los rendimientos por hectárea obtenidos por los agricultores, se observó un nivel alto, superior a los 25 Qm./ha, en el 57,8% de ellos. Igual porcentaje obtiene ingresos brutos por sobre los $250.000/ha. -Los empresarios reconocen como principales fortalezas: la propiedad del terreno donde siembran, el conocimiento y manejo del cultivo y la experiencia sembrando lupino. Entre las principales debilidades, destacan el control y manejo sanitario del cultivo y la disponibilidad de maquinarias. -Con respecto a las oportunidades que los agricultores perciben para poder seguir con el cultivo, destacan: cultivares con buen potencial, aumento de la demanda, bajos costos de establecimiento y manejo del cultivo. Las principales amenazas identificadas son: una repentina caída de precios a productor del lupino y el constante cambio del precio de los combustibles. -La tipificación a través del Análisis de Correspondencias Múltiples, permitió distinguir tres tipos de agricultores: el primer grupo (60,0%) se caracteriza por estar dentro de los parámetros normales para cada variable y sus modalidades; así por ejemplo, se informan ocasionalmente con respecto al cultivo, tienen rendimientos e ingresos brutos normales, siguen las indicaciones del departamento técnico de AVELUP, presentan algunas fortalezas y pocas debilidades en este cultivo. -El segundo grupo (15,5%), presenta parámetros bajos para las variables y sus modalidades; así por ejemplo, no se informa con respecto al cultivo, tiene rendimientos e ingresos brutos bajos, no sigue normalmente las indicaciones del departamento técnico de AVELUP y presenta pocas fortalezas y muchas debilidades en el cultivo de lupino. -El tercer grupo (24,5%), presenta buenos parámetros para las variables analizadas y sus modalidades; así por ejemplo, tiene superficies de lupino entre 50 a menos de 75 ha, tiene buenos ingresos y rendimientos, presenta muchas fortalezas y manifiesta no tener debilidades con respecto al cultivo de lupino. AGRADECIMIENTOS Este trabajo de investigación contó con el apoyo financiero del proyecto ALFA-NERUDA N° II-0439-A. BIBLIOGRAFÍA AHUMADA, M. 1996. Estudio de la racionalidad de la economía campesina en las localidades de El calor, Talca Chico, Tabunco y Putu, de la Provincia de Talca, VII Región, Chile. Tesis de Magíster en Desarrollo Rural Valdivia, Universidad Austral de Chile Facultad de Ciencias Agrarias 101 p. BERDAGUE, J.; SOTOMAYOR, O.; ZILLERUELO, C. 1990. Metodología de tipificación y clasificación de sistemas de producción campesinos de la provincia de Nuble, Chile In: En Tipificación de sistemas de producción agrícola. pp: 85-117. CHILE, FUNDACION CHILE. 2003. Cadenas Agroalimentarias. Ingredientes Vegetales para la Alimentación de Salmones. Santiago, Chile. 96 p. CHILE, INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (INE), 1997. 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Recepción de originales: 7 de julio de 2006
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