Agro Sur Vol. 39(3) 165-176 2011
DOI:10.4206/agrosur.2011.v39n3-06

ARTÍCULOS ORIGINALES

 

FILOCRONO EN UNA PRADERA DE LOLIUM PERENNE L.: EFECTO DE LA FRECUENCIA DE DEFOLIACIÓN Y FERTILIZACIÓN NITROGENADA

PHYLLOCRON IN A LOLIUM PERENNE L. SWARD: EFFECT OF DEFOLIATION FREQUENCY AND NITROGEN ADDITION

 

Oscar Balocchi L., Carolina Solis O., Jonathan Poff A., Juan Pablo Keim S., Ignacio López C.

Instituto de Producción Animal, Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Austral de Chile.
Casilla 567 Valdivia, Chile. e-mail:obalocch@uach.cl


ABSTRACT

The aim of this study was to test the effect of three defoliation frequencies and three levels of nitrogen fertilization on the dynamics of growth, yield and nutritive value of Lolium perenne L. The trial was conducted from June 21st to November 7th, 2008. Mini-swards were established in 125 L containers. The experimental design was a randomized complete block with three replicates, with a factorial arrangement of three frequencies of defoliation (1,5, 2,5 and 3,5 leaves per tiller) and three fertilization levels (0, 25 and 75 kg N ha-1). Phyllocron, leaf elongation and tiller appearance rates, dry matter yield and nutrient content were evaluated. There was no significant interaction between defoliation frequency and nitrogen fertilization level for any of the variables. There were no significant effects of defoliation frequency or nitrogen fertilization on the phyllochron (rate of leaf appearance) and on the rate of tillering. Nitrogen fertilization increased the leaf elongation rate. Both frequent defoliation and N deficiencies resulted in smaller plants. The dry matter yield was higher in pastures defoliated at 2,5 and 3,5 leaves tiller-1 and those fertilized with high nitrogen levels (75 kg N ha-1).

More frequent defoliations increased the metabolizable energy and crude protein content, whereas less frequent defoliations resulted in higher acid and neutral detergent fiber contents fertilizadas con 75 kg N ha-1. Una mayor.

Key words: leaf appearance, Poaceae, Chile.


RESUMEN

El trabajo fue establecido con el objetivo de estudiar la respuesta de tres frecuencias de defoliación y tres niveles de fertilización nitrogenada sobre la dinámica de crecimiento, rendimiento y valor nutritivo de Lolium perenne L. El ensayo se realizó entre el 21 de junio y el 7 de noviembre de 2008. Se establecieron minipraderas en contenedores de 125 L. El diseño experimental fue de bloques completos al azar con arreglo factorial de tres frecuencias de defoliación (1,5, 2,5 y 3,5 hojas por macollo) y tres niveles de fertilización (0, 25 y 75 kg N ha-1). Se determinó el filocrono, tasa de elongación de láminas, tasa de aparición de macollos, rendimiento de materia seca y contenido de nutrientes. No se observó interacción entre frecuencia de defoliación y nivel de fertilización nitrogenada para ninguna de las variables evaluadas. La frecuencia de defoliación y la fertilización nitrogenada no tuvieron efecto sobre el filocrono y tasa de aparición de macollos. La elongación foliar se vio afectada por defoliaciones más frecuentes resultando en plantas más pequeñas, lo mismo ocurrió con los tratamientos donde se presentó deficiencia de nitrógeno. El rendimiento de materia seca fue mayor en cortes realizados cada 2,5 y 3,5 hojas macollo-1 y para aquella frecuencia de defoliación resultó en un mayor contenido de energía metabolizable y proteína cruda, mientras que defoliaciones menos frecuentes aumentaron la fibra detergente neutro y ácida.

Palabras clave: Aparición de hojas, Poaceae, Chile.


 

INTRODUCCIÓN

La fertilización nitrogenada y la frecuencia de defoliación son dos prácticas de manejo agronómico que se aplican a las praderas, siendo el nitrógeno (después del agua) el factor más limitante en el crecimiento de las plantas forrajeras (Jarvis et al., 1995). Se ha demostrado que la adición de nitrógeno aumenta la producción de materia seca de la pradera (Hopkins et al, 1990, Schils, 1997), aumentando también el contenido de nitrógeno en el material cosechado (Belanger y McQueen, 1998; Duru, 2003), teniendo lo anterior sólo un leve efecto sobre la digestibilidad del forraje (Duru, 2003). Se ha demostrado además que la fertilización nitrogenada tiene un efecto positivo sobre la elongación de lámina (Kavanová et al., 2008), aparición de macollos (Zhang et al., 2008). Por otro lado, se han reportado efectos contradictorios sobre el filocrono (tasa de aparición de hojas), pudiendo incrementar (Pearse y Wilman, 1984); reducir (Duru y Ducroq, 2000; Hirata, 2000) o no tener efecto sobre este parámetro (Wilman et al., 1977).

Por otra parte, el intervalo de defoliación es uno de los componentes del pastoreo sobre el cual el agricultor tiene el mayor control dentro de un sistema de pastoreo rotativo, el cual determina la oferta de alimento y sumado a una determinada intensidad define la eficiencia de utilización (Fulkerson y Slack, 1995). Diferentes estudios han demostrado que mayores intervalos de defoliación tendrían un efecto positivo sobre la producción de materia seca (Fulkerson y Slack, 1995; Turner et al., 2006a; Acharan, et al., 2010), un efecto negativo sobre la proteína cruda y positivo en las fracciones de fibra detergente neutro y ácido (Turner et al., 2006b; Donaghy et al., 2008). En relación a la dinámica del crecimiento se ha demostrado que defoliaciones más distanciadas favorecen la elongación de lámina (Donaghy y Fulkerson, 1998), favoreciendo también el macollamiento (Donaghy y Fulkerson, 1998), sin tener efecto sobre la aparición de hojas (Donaghy y Fulkerson, 1998; Velasco et al., 2007). Tal como el nitrógeno y la frecuencia de defoliación tienen un efecto sobre la dinámica de crecimiento, la temperatura también la afecta, no obstante esta no puede ser manipulada a nivel de campo, pero si la sensibilidad de los genotipos a la temperatura, mediante la selección de cultivares. Se sabe que la temperatura tiene un efecto positivo sobre la aparición de hojas, la aparición de macollos y la elongación de lámina (Durand et al., 1999; Berone et al., 2007).

El uso de parámetros relacionados a la planta, tal como el número de hojas por macollo, refleja de buena manera el estado fisiológico de ésta en términos de niveles de energía de reserva para el rebrote y de adecuada calidad para la nutrición de rumiantes (Fulkerson y Donaghy, 2001), habiendo encontrado que el intervalo óptimo en términos de reservas para la planta de L. perenne corresponde al momento en que un macollo tiene entre dos y tres hojas completamente expandidas (Donaghy y Fulkerson, 1998). Desde el punto de vista nutricional se ha establecido que intervalos más largos entre defoliaciones reducen las concentraciones de nutrientes y minerales, estando el intervalo máximo definido por el comienzo de la senescencia, debido a la posterior disminución de la digestibilidad del forraje, que en Lolium perenne comienza cuando aparece la cuarta hoja en un macollo (Fulkerson y Donaghy, 2001). De este modo el presente estudio tuvo como objetivo determinar el efecto combinado de tres frecuencias de defoliación, medidas a través del número de hojas, y tres niveles de fertilización nitrogenada sobre la dinámica de crecimiento, expresada en el filocrono, tasa de elongación foliar y tasa de macollamiento y su efecto sobre la producción de fitomasa y calidad nutritiva del forraje producido.

MATERIALES Y MÉTODOS

El trabajo se realizó en el Campus Isla Teja de la Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile. (Longitud 73° 15'W, Latitud 39° 48'S, precipitación anual 2500 mm). Las mediciones se realizaron en la época de invierno y principio de primavera, desde el 21 de junio al 7 de noviembre del año 2008.

Diseño del experimento.

Se evaluaron tres niveles de fertilización nitrogenada 0 (N0); 25 (N25) y 75 (N75) y tres frecuencias de defoliación 1,5 (F1), 2,5 (F2) y 3,5 (F3). La aplicación de nitrógeno se realizó los primeros días de cada mes como urea diluida en agua, en parcializaciones mensuales de 8,3 y 25 kg N ha-1 para los tratamientos N25 y N75 respectivamente. El criterio de frecuencia de defoliación fue determinado a través del número de hojas por macollo propuesto por Fulkerson y Donaghy (2001). La defoliación se aplicó a través de la observación de seis plantas por minipradera elegidas al azar. El corte se realizó para todos los tratamientos dejando un residuo de 5 cm de altura.

La información climática se obtuvo de la estación meteorológica de la Universidad Austral de Chile, ubicada en el Campus Isla Teja en Valdivia.

La Figura 1 muestra los datos de temperaturas máximas y mínimas y precipitaciones durante todo el año.

 

 
Figura 1. Condiciones meteorológicas para el año 2008.
Figure 1. Meterological conditions during 2008.

 

El estudio se realizó sobre minipraderas monofíticas de L. perenne, mantenidas a la intemperie y establecidas en febrero de 2008 en contenedores de 125 L de capacidad y 0,181 m2 de superficie. Los contenedores fueron llenados con un suelo Duric Hapludand con las características químicas que se indican en el Cuadro 1. El cultivar de L. perenne utilizado fue Impact, que es de origen neozelandés creado por la empresa Agriseeds.

 

Cuadro 1. Contenido de nutrientes del suelo a inicios del experimento
Table 1. Soil nutrient content at the beginning of the experiment
 

 

En el estudio se utilizó un diseño experimental de bloques completos al azar con tres repeticiones y un arreglo factorial de tres frecuencias de defoliación por tres niveles de fertilización nitrogenada. Los datos fueron sometidos a prueba de normalidad y homogeneidad de varianza. Comprobados estos supuestos, se sometieron a análisis de varianza con un nivel de significancia del 5%. Cuando existieron diferencias significativas (5%) se realizó la prueba de Waller-Duncan para comparación de medias.

Variables evaluadas.

Al comienzo del ensayo se marcaron tres macollos por minipradera, con un clip de color en la base, a estos se les realizó el seguimiento para la medición de la tasa de elongación foliar, filocrono y tasa de aparición de macollos, según la metodología descrita por Poff et al. (2011).

El filocrono fue expresado tanto en tiempo térmico como en días. El valor para cada hoja (H) se obtuvo del promedio del valor obtenido de todos los tratamientos para la primera hoja aparecida (H1), y así para cada hoja hasta la décima hoja (H10), siendo esta, la última hoja aparecida, que se registró dentro del período de mediciones.

Para obtener la suma térmica se determinó la acumulación de temperatura media diaria, después de la emergencia de las plántulas, sobre una temperatura base (Tbase) 5°C. Lo utilizado para el cálculo fue la temperatura del aire sobre la canopia (McMaster et al., 2003). En el presente trabajo la temperatura acumulada se calculó según lo estipulado por Bartholomew y Williams (2005) de la siguiente forma:

Suma Térmica (GDA) = S
[(Tmax + Tmin)/2] - Tbase.

Cuando cada tratamiento alcanzó el número de hojas correspondiente (criterio utilizado en la frecuencia de defoliación), se cortaron las minipraderas dejando un residuo de 5 cm. La fitomasa colectada fue pesada en fresco y luego secada en un horno a 60 °C por 48 h y pesada nuevamente para determinar el rendimiento en materia seca (g MS m-2). Posteriormente esta fue molida a una criba de 1mm (Willey Arthur Mill, Philadelphia), para ser analizada en el laboratorio de Nutrición Animal de la Universidad Austral de Chile para cenizas totales (CT; AOAC, 1996), proteína bruta (PB; AOAC, 1996), proteína soluble (PS; Licitra et al., 1996), energía metabolizable (EM; Garrido y Mann, 1981), fibra detergente ácido (FDA; AOAC, 1996), fibra detergente neutro (FDN; Van Soest et al., 1991), carbohidratos solubles (CHSO; Ministry of Agriculture, Fisheries and Food, 1985) y valor D (VD; Tilley y Terry, 1963).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

No se observó interacción entre la frecuencia de defoliación y los niveles de fertilización nitrogenada para ninguna de las variables evaluadas por lo que se presentan sólo los efectos de los factores principales.

Dinámica de crecimiento de Lolium perenne L.

Los resultados presentados en el Cuadro 2 indican que no hubo un efecto significativo de la frecuencia de defoliación y del nivel de nitrógeno aplicado sobre el filocrono, concordando con lo reportado por Poff et al. (2011), para esta misma especie en el periodo otoñal. Al ser el filocrono la expresión inversa de la tasa de aparición de hojas (hojas día-1), los resultados obtenidos concuerdan con otros autores que han realizado estudios similares.

 

Cuadro 2. Efecto de la frecuencia de defoliación y fertilización nitrogenada sobre filocrono, tasa de expansión de lámina (TEL), tasa de aparición de macollo (TAM), altura extendida y producción de materia seca para cada uno de los tratamientos.
Table 2. Phyllocron, leaf appearance rate, tiller appearance rate, extended leaf length and accumulated herbage mass production as affected by defoliation frequency and N fertilization.
 
 
Valores seguidos de diferente letra dentro de cada columna difieren estadísticamente (5% Waller - Duncan).

 

Van Loo (1993) no detectó efecto de la frecuencia de corte en la tasa de aparición de hojas, mientras que Lee et al. (2007) comprobaron que dos diferentes intensidades de pastoreo no afectaron la tasa de aparición de hojas. Los autores sugieren que la influencia de factores ambientales y manejo, afectarían la acumulación de reservas de carbohidratos en la planta, y por tanto, la capacidad de ésta para responder a un estrés, en este caso, la mayor intensidad de pastoreo. Velasco et al. (2007) sugieren una interacción entre estación del año y frecuencia de defoliación, al observar que en invierno la tasa de aparición de hojas fueron menores para las frecuencias de dos y seis semanas, que cuando la defoliación fue realizada cada cuatro semanas, sin embargo en las otras estaciones no hubo efecto alguno.

La fertilización nitrogenada, no tuvo efecto significativo sobre el filocrono. No obstante, según la literatura la aplicación de nitrógeno aceleraría los cambios en la estructura del macollo, como longitud de hoja y tasa de aparición de hojas (Duru y Ducroq 2000), por ejemplo Van Loo (1993), quien observó una disminución en la tasa de aparición de hojas por la menor suplementación nitrogenada. Esto se explicaría ya que más que la frecuencia de defoliación y la fertilización nitrogenada, habrían otros factores como la temperatura que afectarían en mayor medida al filocrono (Wilhelm y McMaster, 1995; Bartholomew y Williams, 2005). Por ejemplo, Velasco et al. (2007) obtuvieron diferencias significativas entre estaciones; donde la mayor tasa de aparición de hojas (menor filocrono) se obtuvo en verano, sin existir diferencias entre las demás estaciones. De este modo Wilhelm y McMaster (1995) postulan que el filocrono puede ser medido en tiempo (días) o tiempo térmico (grados días acumulados), este último consideraría el efecto de la temperatura sobre la tasa de aparición de hojas.

La tasa de expansión de lámina estuvo afectada por las distintas frecuencias de defoliación y niveles de fertilización nitrogenada (Cuadro 2). El tratamiento de defoliación más frecuente, 1,5 hojas macollo-1, tuvo una menor tasa de expansión de lámina que aquellos tratamientos defoliados con menos frecuencia (2,5 y 3,5 hojas macollo-1). En Festuca arundinacea Schreb la tasa de elongación de lámina es 30% mayor con intervalos de defoliación de seis semanas en relación cada dos semanas Volenec y Nelson (1984). Por otro lado, Hazard et al. (2001) señalan que la tasa de elongación de lámina se reduce en tratamientos defoliados con mayor frecuencia que una y dos hojas, sin embargo Duru y Ducrocq (2000) no observaron efecto de las diferentes frecuencias de defoliación en pasto ovillo.

Respecto a la fertilización nitrogenada, se observó que la mayor tasa de elongación de lámina se obtuvo con las mayores dosis de nitrógeno (Cuadro 2), coincidiendo con Volenec y Nelson (1984) quienes obtuvieron un 140% más de elongación de lámina con altas aplicaciones de nitrógeno (336 v/s 22 kg N ha-1). Finalmente, Duru y Ducrocq (2002) al estudiar dos frecuencia de defoliación y dos niveles de fertilización nitrogenada pudieron comprobar que el tratamiento que recibió una defoliación menos severa y una mayor fertilización nitrogenada obtuvo una mayor área foliar. En base a lo anterior, y según lo planteado por Volenec y Nelson (1983), el incremento de la elongación de lámina por una menor frecuencia de defoliación se asociaría a un incremento en la tasa de producción de células y aumento en la longitud de estas; por otro lado, el efecto del nitrógeno sería sólo en el incremento en la producción de células.

Según los resultados obtenidos en el presente estudio (Cuadro 2) no hubo un efecto de la fertilización nitrogenada ni de la frecuencia de defoliación sobre la tasa de aparición de macollos. Si bien las diferencias no fueron significativas, se observó una tendencia a aumentar el número de macollos aparecidos por día en cortes más frecuentes y con alta fertilización nitrogenada. Velasco et al. (2007) evaluaron tres frecuencias de defoliación y no obtuvieron diferencias significativas en la época de invierno-primavera, sin embargo durante verano-otoño mayores frecuencias (dos y cuatro v/s seis semanas) aumentaron la tasa de aparición de macollos. Lawson et al. (1997) por su parte, observaron que la producción de macollos fue mayor con defoliaciones frecuentes de invierno y post-invierno. Poff et al. (2011) obtuvieron menor macollamiento en plantas defoliadas a un intervalo de 1,5 hojas por macollo comparado con defoliaciones menos frecuentes, relacionando sus resultados a un menor contenido de reservas de carbohidratos en la planta.

La elongación foliar estuvo afectada por la frecuencia de defoliación y la fertilización nitrogenada (Cuadro 2). En cortes más frecuentes se obtuvieron plantas de menor tamaño, comparado con los cortes realizados al estado de 2,5 hojas macollo-1 y a la vez este fue menor que al estado de 3,5 hojas macollo-1. Esto se debería a que la ballica perenne tendría la capacidad de reducir el tamaño de sus macollos en respuesta a la defoliación, haciéndola menos disponible al pastoreo animal (Cullen et al., 2006). Además, una disminución en la fertilidad del suelo también afectaría el tamaño de las plantas (Hazard et al., 2001), lo que concuerda con los resultados obtenidos en este trabajo, ya que las plantas fueron de menor tamaño cuando no recibieron fertilización nitrogenada.

En las Figuras 2 y 3 se puede ver el efecto de la frecuencia de defoliación y fertilización nitrogenada, respectivamente, sobre el filocrono; las curvas siguieron la misma tendencia para todos los tratamientos sin presentar grandes diferencias entre ellos.

 

 
Figura 2. Efecto de la frecuencia de defoliación sobre el filocrono expresado en grados días acumulados (GDA)
Figure 2. Effect of defoliation frequency on phyllochron expressed as accumulated degree days.

 

 
Figura 3. Efecto del nivel de fertilización nitrogenada sobre el filocrono expresado en grados días acumulados (GDA).
Figure 3. Effect of nitrogen fertilization on phyllochron expressed as accumulated degree days.

 

Los grados días acumulados necesarios para la aparición de una nueva hoja presentaron diferencias entre hojas, lo que refleja que habría otros factores responsables en esta. Bartholomew y Williams (2005) estimaron el filocrono promediando todos los regimenes de temperatura para ballica italiana (Lolium multiflorum Lam.), festuca (F. arundinacea .) y "tall wheatgrass" (Elytrigia elongata Host Nevski) obteniendo 69, 89, y 95 GDA hoja-1 respectivamente, mientras que en el presente estudio al promediar todos los tratamientos y obtener un valor único por hoja, los grados días acumulados necesarios para la aparición de una hoja se encuentran en un rango de 62,3 GDA para la hoja 3 (H3) y de 104 GDA para la hoja 7 (H7) (Cuadro 3). La variación entre estos valores indica que la tasa de aparición de hojas no depende sólo de la temperatura.

 

Cuadro 3. Filocrono promedio expresado en grados días acumulados (GDA) y días.
Table 3. Mean phyllochron expressed as accumulated degree days and days.
 
 
Valores seguidos de diferente letra dentro de cada columna difieren estadísticamente (5% Waller - Duncan).

 

Según Bartholomew y Williams (2005), entre un rango de 0 a 22,5 °C, la tasa de aparición de hojas no mantiene una relación constante con la temperatura acumulada, resultando en un incremento del filocrono con el aumento de la temperatura media diaria. Esto concuerda con el presente ensayo, ya que las primeras hojas aparecieron en la época de invierno y a medida que se fue acercando la primavera la temperatura fue aumentando. Por lo tanto, el aumento del filocrono comenzó a ser evidente a partir de la sexta hoja aparecida (H6), donde la temperatura comienza a aumentar. A pesar de que las hojas 8, 9 y 10 tuvieron una pequeña disminución, la diferencia entre las hojas 1, 2, 3 y 4 con las hojas 5, 6, 7, 8 y 9 (Cuadro 3) fue evidente.

Al igual que en tiempo térmico, el filocrono expresado en número de días necesarios para la expansión de una hoja nueva (Figuras 4 y 5) no fue afectado por la frecuencia de defoliación ni la fertilización nitrogenada. Lee et al. (2009) no observaron efecto de la frecuencia de defoliación sobre el número de días para la aparición de una nueva hoja en L. perenne, con un promedio de 14,2 días por hoja, lo que concuerda con valores obtenidos en este estudio, donde el intervalo entre la aparición de dos hojas sucesivas fue de 15 días.

 

 
Figura 4. Efecto de la frecuencia de defoliación sobre el filocrono expresado en días.
Figure 4. Effect of defoliation frequency on phyllochron expressed as days.

 

 
Figura 5. Efecto del nivel de fertilización nitrogenada sobre el filocrono expresado en días.
Figure 5. Effect of nitrogen fertilization on phyllochron expressed as days.

 

Al comparar el filocrono en número de días, se observó un efecto estacional, ya que hubo una disminución en el número de días necesarios para producir una nueva hoja en la medida que se fue acercando el período de mayor temperatura (inicios de primavera). La hoja que demoró más días en aparecer fue la hoja 2 con cerca de 22 días, el doble de lo que tardó la hoja 10 en el período donde las temperaturas eran más altas (Cuadro 3). Al respecto, Van Loo (1993) afirma que existe una alta correlación entre la temperatura y la tasa de aparición de hojas. Esto coincide con Fulkerson y Lowe (2002) quienes señalan que esta relación sería efectiva hasta una temperatura máxima de 25 °C, donde el intervalo para la aparición de tres hojas puede variar desde 12 días a más de 100 días para las regiones más frías.

Producción de materia seca y calidad nutritiva

Se obtuvo un claro efecto de la frecuencia de defoliación y de la fertilización nitrogenada sobre el rendimiento de materia seca de la pradera (Cuadro 2). La frecuencia de defoliación en 1,5 hojas macollo-1 tuvo una menor producción de materia seca que los tratamientos con defoliación menos frecuente (2,5 y 3,5 hojas macollo-1) con un rendimiento equivalente a 2.846, 4.357 y 4.617 kg de MS ha-1 para 1,5; 2,5 y 3,5 hojas respectivamente. Este resultado concuerda con autores como Callow et al. (2005), quienes demostraron que defoliaciones frecuentes realizadas al estado de una o dos hojas por macollo en invierno reducen la producción de hojas, pseudotallos y raíces en ballica. Turner et al. (2006b) al estudiar el comportamiento de la L. perenne y otras especies como pasto ovillo (Dactilys glomerata L.) y bromo (Bromus willdenowii Kunth.), obtuvieron mayores producciones en las plantas cortadas en estado de tres y cuatro hojas, independiente de la especie evaluada. Según los resultados obtenidos por estos autores, esta disminución en el rendimiento dado por defoliaciones más frecuentes se atribuyó a la disminución del peso por macollo y no a la disminución en el número de plantas por área. Velasco et al. (2007), observaron en L. perenne que cortes cada cuatro semanas presentaban entre 13 y 21% mayor rendimiento que cortes cada dos y seis semanas respectivamente. Para Hazard et al. (2001) el incremento en la frecuencia de defoliación resultó en una reducción del crecimiento de las plantas, afectando también número de macollos y crecimiento de las hojas. Donaghy y Fulkerson (1998) señalan que la mayor frecuencia de defoliación provoca un agotamiento en los carbohidratos de reserva presentes en la base del tallo afectando la participación de la L. perenne dentro de la pradera. Respecto a esto, Lee et al. (2009) y Fulkerson y Lowe (2002) confirmaron la importancia de los carbohidratos de reservas para la producción y persistencia de la pradera. Los últimos autores afirman que el estado de 2 hojas macollo es el límite inferior que permite alcanzar las reservas necesarias para el rebrote, y así tener una respuesta positiva de la producción.

También se observó un incremento en la producción de materia seca producto de la fertilización nitrogenada. Los tratamientos sin adición de N y aquellos en que se fertilizó con 25 kg N ha-1 tuvieron una menor producción (3.120 y 3.639 kg de MS ha-1 respectivamente) que con dosis de 75 kg N ha-1 (5.061 kg de MS ha-1). Este resultado coincide con estudios anteriores que indican que la fertilización nitrogenada incrementa la producción de forraje (Harris et al., 1996). La fertilización nitrogenada, estaría relacionada con el tamaño de la lámina, por lo tanto, una alta disponibilidad de nitrógeno puede originar una mayor producción de materia seca, por mayor capacidad fotosintética de la pradera.

La frecuencia de defoliación afectó todas las variables relativas al valor nutritivo del forraje cosechado, mientras que la fertilización nitrogenada modificó el contenido de MS, CT, PB, CHOS y PS. Estos resultados concuerdan con Lee et al. (2009), quienes obtuvieron mayor concentración de PC y EM, y menor concentración de FDN, FDA y CHOs en plantas con defoliaciones más frecuentes.

La proteína bruta fue mayor cuando las defoliaciones fueron más frecuentes (Cuadro 4), lo que concuerda con Poff et al. (2011). Turner et al. (2006b) determinaron que a mayor intervalo de defoliación menor es el contenido de proteína cruda en la pradera. La proteína cruda se vio incrementada por efecto de la fertilización nitrogenada siendo significativo el efecto de los diferentes niveles de adición de nitrógeno, lo que concuerda con Peyraud y Astigarraga (1998). La proteína soluble presentó respuestas similares a las de la proteína cruda, donde a mayor frecuencia de defoliación y fertilización N, mayor contenido de proteina soluble.

 

Cuadro 4. Efecto de la aplicación de nitrógeno y frecuencia de defoliación sobre el valor nutritivo de una pradera de Lolium perenne.
Table 4. Effect of nitrogen application and defoliation frequency on nutrient content of a Lolium perenne sward.
 
 
Valores seguidos de diferente letra dentro de cada columna difieren estadísticamente (5% Waller - Duncan).
CT: cenizas totales, PC: proteína cruda, EM: energía metabolizable, FDA: fibra detergente ácido, FDN: fibra detergente
neutro, CHOS: carbohidratos solubles, VD: valor D, PS: proteína soluble.

 

El contenido de energía metabolizable fue mayor con defoliación de 1,5 hojas comparado con 2,5 y 3,5 hojas por macollo. Este resultado concuerda con el obtenido por Turner et al. (2006b) en pasto ovillo y bromo, donde obtuvieron mayor concentración de energía metabolizable en plantas defoliadas al estado de dos hojas que a cuatro hojas por macollo. La tendencia a disminuir la concentración de energía metabolizable en intervalos de defoliación mayores se debería en gran parte a la disminución de la digestibilidad, lo que es corroborado por el valor D. La defoliación más frecuente resultó en un mayor valor D, mientras que la adición de nitrógeno no tuvo un efecto significativo sobre estas variables.

Los tratamientos defoliados a 2,5 y 3,5 hojas macollo-1 resultaron en un mayor contenido de FDN y FDA que los tratamientos con defoliaciones menos frecuentes, lo que concuerda con lo reportado por Turner et al. (2006b) para B. willdeniwii, quienes establecieron una relación positiva entre el estado de hojas y la concentración de FDN y FDA. El contenido de carbohidratos solubles fue aumentando en la medida que disminuyó la frecuencia de defoliación, obteniéndose el valor más alto con 3,5 hojas por macollo. Resultados similares obtuvieron Fulkerson y Lowe (2002) y Poff et al. (2011) Los autores indicados en primer término, señalan que tal como ocurre con los carbohidratos en la base del macollo, los carbohidratos en las hojas se acumulan con la madurez, hasta el comienzo de la senescencia en el estado de tres hojas por macollo. La respuesta de la concentración de carbohidratos solubles a la fertilización nitrogenada muestra que en la medida que aumentó la dosis de nitrógeno disminuyó el contenido de carbohidratos solubles, lo que concuerda con los resultados entregados por Peyraud y Astigarraga (1998).

CONCLUSIONES

La frecuencia de defoliación y la dosis de fertilizante nitrogenado afectaron las variables morfológicas, producción de materia seca y de calidad nutritiva de la pradera de Lolium perenne.

El filocrono y la tasa de aparición de macollos no fueron alterados por las diferentes frecuencias de defoliación ni por la dosis de fertilización nitrogenada, mientras que la tasa de elongación de lámina tuvo un incremento en los tratamientos con menor frecuencia de defoliación y mayor fertilización nitrogenada.

Las menores frecuencias de defoliación y la mayor dosis de aplicación de nitrógeno lograron los mayores rendimientos de materia seca.

Defoliaciones más frecuentes produjeron un forraje con mayor contenido de proteína cruda, energía metabolizable y valor D, y con menor contenido de carbohidratos solubles, FDN y FDA. La mayor adición de nitrógeno incrementó la concentración de proteína cruda y soluble, y disminuyó la concentración de carbohidratos solubles.

 

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Fecha recepción antecedentes: 18 de diciembre 2011