Bosque, Vol. 24 N° 2, 2003, pp. 13-21 ARTICULOS
Regeneración en un bosque de lenga (Nothofagus pumilio (Poepp et Endl.) Krasser) sometido a un manejo de selección en grupos Natural regeneration in a lenga (Nothofagus pumilio (Poepp et Endl.) Krasser) forest under a group selection system
PABLO M. LOPEZ BERNAL 1, 2, JOSE O. BAVA 1, 2, SILVIO H. ANTEQUERA 1 1
Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico,
Ruta 259, Km. 4, Esquel, Chubut, Argentina. SummaryThe procedure used by the State Forest Service of the Chubut province (Argentina) is changing in Lenga forests, and a group selection system has been adopted to promote natural regeneration. The objective of this work is to gather information on the behavior of regeneration at different stages of the application of group selection cuttings. Thus, an analysis of regeneration establishment and development in a Lenga forest, managed through group selection cuttings, was carried out. Regeneration was analyzed in three aspects: (a) a situation similar to that before the first cut; (b) regeneration in gaps formed 40 years ago (by the first cut); and (c) the harvest effects on regeneration produced by gap enlargement during the second cut. The results suggest that the group selection system in the analyzed forest allows for the successful establishment of natural regeneration, which was observed in a high percentage of sample plots throughout the forest. There was also a favorable reaction to gap opening, and damage to the regeneration resulting from harvest operations was within acceptable limits. Key words: lenga, natural regeneration, group selection system, patches. ResumenActualmente la administración forestal de la provincia de Chubut (Argentina) tiende a reemplazar el floreo por el método de cortas de selección en grupos, promoviendo el establecimiento de unidades de regeneración en claros. El objetivo de este trabajo fue aportar datos sobre el comportamiento de la regeneración en distintas etapas del manejo por cortas de selección en grupos en bosques de lenga. Para ello se realizó una evaluación de la instalación y supervivencia de la regeneración en un bosque ubicado en el sur de la provincia de Chubut, Argentina, sometido a este tipo de cortas. Se analizó la regeneración en tres aspectos diferentes: a) una situación equivalente al estado inicial del bosque, antes de ser intervenido; b) el estado de la regeneración instalada en claros abiertos hace aproximadamente 40 años y, c) los efectos del aprovechamiento sobre la regeneración, producidos durante la ampliación de los claros. Los resultados indican que en el bosque analizado la aplicación del método permite que se establezca satisfactoriamente la regeneración natural, observándose una alta presencia en toda la superficie y una buena respuesta de la misma ante las aperturas del dosel. Los daños producidos durante la cosecha en la ampliación de los claros son aceptables. Palabras claves: lenga, regeneración, selección en grupos, bosquetes.
INTRODUCCIONConsiderando la superficie que ocupa, las funciones ecológicas y el potencial económico de la lenga (Nothofagus pumilio (Poepp et Endl.) Krasser), podríamos calificarla como la especie forestal nativa más importante en ambos lados de los Andes patagónicos. La lenga es un árbol de temperamento semiheliófilo que se establece en gran número bajo una elevada cobertura, pero que requiere un aumento progresivo en la disponibilidad de luz para poder desarrollarse (Tortorelli 1956, Mutarelli y Orfila 1971, Uriarte 1987, Bava y Puig 1992, Rusch 1992, Loguercio 1995, Rechene 1995). Las necesidades lumínicas de la regeneración, en términos de porcentaje de cobertura proporcionada por el dosel del bosque, varían significativamente según las condiciones ambientales (Rusch 1992), siendo de suma importancia evaluar las variables que dominan el balance hídrico, tanto a escala local como zonal. El establecimiento de la regeneración es episódico, con ciclos que pueden coincidir con los de producción de semillas (Cuevas 2002). En sitios con déficit hídrico en el verano, como en el sector norte del área de distribución de la lenga, la regeneración no logra establecerse con coberturas muy bajas, inferiores al 20% (Bava y Puig 1992). En estas zonas, que incluyen todos los bosques de lenga del Chubut, la supervivencia de las plantas de lenga en los claros producidos por la caída de árboles está fuertemente influenciada por la disponibilidad de agua. Las plantas que tienen mayores probabilidades de sobrevivir son las que se encuentran en micrositios donde hay mayor humedad, como en los bordes sombreados del norte de los claros y bajo la protección de restos leñosos aún sin descomponer (Heinemann et al. 2000). En situaciones de marginalidad extrema, como por ejemplo en el límite con la estepa, donde se registran fuertes sequías en verano, el establecimiento podría requerir de la coincidencia con un período de condiciones climáticas favorables. Los bosques de lenga presentan tanto estructuras irregulares (multietáneas) como regulares (coetáneas), como consecuencia de la interacción de procesos alogénicos y autogénicos. Estos procesos hacen que los bosques no se presenten en un estado de equilibrio, manteniéndose en una relativa “fase sucesional temprana” (Veblen et al. 1980, 1981, Veblen y Donoso 1987, Bava 1999b). Ambas situaciones representan extremos y la división es esquemática, presentándose todas las situaciones intermedias. Las caídas por viento se producen generalmente antes de que las estructuras jóvenes lleguen a la madurez (Rebertus et al. 1997) y las mismas tormentas que ocasionan caídas masivas también provocan la formación de pequeños claros en el mismo rodal. Las estructuras irregulares generalmente se originan en bosques maduros ubicados en sitios favorables, a baja altitud y en ausencia de perturbaciones catastróficas o de intervenciones humanas, que propician la generación de claros por la caída de árboles, en general senescentes (Schmidt 1985, Veblen y Donoso 1987, Bava 1999b). En estos casos, la regeneración ocurre en una fase de claros, observándose una interrelación entre el dosel superior y el sotobosque que mejora las condiciones para la regeneración y permite la formación de pequeños bosquetes, que pueden albergar en el futuro a no más de dos o tres individuos maduros. El resultado de este proceso es un bosque multietáneo de estructura irregular (Veblen et al. 1981, Schmidt 1985, Bava 1999b), aun cuando la formación de claros puede ser un fenómeno episódico (Rebertus y Veblen 1993). Las cortas de selección, que imitan la dinámica de claros, se caracterizan por dos condiciones: los rodales son disetáneos y la regeneración nunca pierde la protección (o competencia) de las clases de edad mayores que se encuentran a su alrededor (Daniel et al. 1982). El método de selección individual consiste en la extracción de los árboles más viejos o mayores de un rodal a intervalos repetidos que permiten que la regeneración crezca en su lugar. Este método requiere de especies tolerantes, que puedan establecerse y sobrevivir bajo las condiciones de estas pequeñas aberturas provocadas en el dosel (Daniel et al. 1982, Hawley y Smith 1982, Smith et al. 1997). Una alternativa que se adapta mejor a especies semitolerantes como la lenga es el método de selección en grupos, dado que produce mayores aberturas dentro de los rodales de edad no uniforme (Daniel et al. 1982). En bosques de lenga, el tamaño de los claros debe definirse teniendo en cuenta las condiciones locales de sitio, generando claros más pequeños en sitios con menor disponibilidad de agua, tales como los que se encuentran en el norte de su distribución o en las laderas más expuestas (Rusch 1987, Rechene 1995). Tradicionalmente los bosques de lenga de la Patagonia argentina han sido explotados mediante el método del floreo, que implica la extracción de los mejores árboles del bosque, permaneciendo en pie aquellos que no presentan aptitud maderable (Alonso et al. 1968, Schmidt 1985). Este método dificulta el crecimiento de la regeneración natural, ya que la mayoría de los árboles enfermos y sobremaduros permanecen en pie, proporcionando una cobertura excesiva que impide su adecuado desarrollo (Bava y Puig 1992, Rusch 1992, Puig 1993, Loguercio 1995, Costa 1999). A mediados de la década del 90 la administración forestal de la provincia del Chubut implementó la obligatoriedad de la aprobación de planes de manejo como requisito para la autorización del aprovechamiento de bosques nativos. El objetivo de esta medida fue reemplazar la práctica de floreo por la aplicación de medidas silviculturales. En general, la letra de los planes de manejo prescribía la realización de cortas de protección, que no llegaban a implementarse en la práctica al no existir mercado para los grandes volúmenes de madera no aserrable que se proponía cortar. El resultado fue que en la mayoría de las casos el floreo continuó siendo la práctica más usual. Actualmente se tiende a utilizar el método de cortas de selección en grupos sensu Smith et al. (1997). Para ello la administración forestal promueve el establecimiento de unidades de regeneración en claros formados por el volteo de uno o dos árboles aserrables, exigiéndose además el volteo o anillado de algunos árboles vecinos (Bava y Hlopec 1995, Bava 1999a). Este método presenta dos variantes. La primera consiste en la apertura de claros nuevos en cada intervención, hasta cubrir toda la superficie. La segunda opción, que es la que se analizará en el presente estudio, implica abrir claros sólo en la primera intervención, para luego ampliarlos en las siguientes, hasta que se toquen unos con otros (Bava y Rechene 1998). El producto de este tipo de manejo es un bosque irregular, con grupos de plantas pertenecientes a distintas clases de edad. Esto implica que durante cada intervención una parte importante de la superficie se encontrará cubierta de regeneración en distintas fases de desarrollo, y su supervivencia, tanto en número como en calidad, es el factor que determinará la calidad final del bosque en su conjunto. En este sentido, los inventarios forestales pocas veces tienen en cuenta las pérdidas que se producen durante las tareas de aprovechamiento, siendo esta información de suma importancia para una correcta toma de decisiones dentro de un plan de manejo forestal (Peri y Arce 1998, Martínez Pastur et al. 1999). El objetivo general de este trabajo fue evaluar la regeneración de un bosque de lenga, luego de aplicar las dos primeras intervenciones propuestas por el método de selección en grupos, es decir, la apertura y una primera ampliación de los claros. Para esto se realizaron estudios tendientes a evaluar: • El estado de la regeneración
en situaciones de alta cobertura, similares a las existentes antes de
la apertura de los claros o primera intervención. MATERIAL Y METODOSArea de estudio. El presente estudio se desarrolló en la margen norte del lago La Plata, aproximadamente a los 44º40’50” S y 71º30’45” O, en una superficie de 25 ha de bosque de lenga. En el año 1998, el Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP) y otras instituciones analizaron en esta superficie diferentes tratamientos silvícolas aplicados en parcelas de 5 ha (Thren et al. 1998). En una de estas parcelas se realizó la segunda intervención de un sistema de selección por grupos, es decir, la ampliación de claros abiertos hace aproximadamente 40 años. La figura 1 muestra la ubicación del estudio y se destaca la parcela intervenida. La regeneración en la etapa previa a la apertura de los claros. En las 25 hectáreas del bosque estudiado se instalaron 495 parcelas de 2 m2 ubicadas en forma sistemática cada 20 m de distancia. En cada parcela se determinó la cobertura del dosel superior, realizándose en primer lugar una serie de 124 mediciones con espejo cóncavo, mientras que al mismo tiempo se estimaba en forma visual. Luego de esta etapa de afinación sólo se estimó la cobertura en forma visual, realizándose posteriormente un análisis de correlación de la estimación. Tanto en la medición con el espejo cóncavo como en la estimación de la cobertura se utilizó una unidad mínima de 5%. Ambas tareas fueron realizadas por la misma persona, con el fin de disminuir posibles errores debidos a la subjetividad personal. Dado que en una superficie pequeña (2 m2) se puede suponer que la planta con mayor altura (dominante) es la que tiene mayor probabilidad de desarrollarse hasta la madurez, en cada parcela se determinó la altura de la planta más alta, agrupando este dato en tres clases. Los límites para cada clase se fijaron de manera arbitraria, asumiendo que se corresponden con las alturas donde la regeneración supera puntos críticos de su desarrollo: a) 0 a 10 cm: susceptible
de ser afectada por el pastoreo y por los cambios de humedad, La base de datos obtenida mediante esta metodología consiste en un total de 495 pares de datos, que representan la altura máxima de la regeneración y la cobertura del dosel superior de cada parcela. De este total, se seleccionaron aquellas parcelas que presentaron una cobertura del dosel mayor al 60%. De esta manera, el análisis se enfocó en 407 parcelas que representan los sectores de bosque donde se podrían instalar nuevos claros. La regeneración en la etapa previa a la ampliación de los claros. El análisis de la regeneración en esta etapa se realizó en las 5 ha en las que se ampliaron los claros, situación equivalente a una segunda intervención de la corta de selección en grupos (figura 1). En ella se identificaron todos los bosquetes de regeneración, de los cuales se analizaron seis, tratando de cubrir la mayor variabilidad posible en cuanto al tamaño de los claros y altura de la regeneración (figura 2 y cuadro 1).
Area original y ampliada
de los claros muestreados.
Estudios anteriores realizados por Costa (1999) sobre 80 claros ubicados en zonas aledañas al presente ensayo mostraron que la edad de la regeneración reflejaba la edad de las intervenciones que originaron los claros, al tiempo que dentro de cada claro se observó un alto grado de coetaneidad. El mismo estudio determinó la edad de estos bosquetes, encontrándose un 70% de los mismos entre los 30 y los 50 años de edad. Se tomó como centro del bosquete al punto donde la regeneración alcanzaba la mayor altura. En los casos en que ésta presentaba más de un máximo se ubicó el centro en un punto intermedio. A partir de éste se trazaron dos transectas en dirección Norte-Sur y Este-Oeste en las que se instalaron parcelas circulares, con una separación de 5 m entre sus puntos medios. Cada transecta se proyectó 30 m desde el centro hacia ambos lados, es decir, que además de la parcela central se establecieron seis parcelas más hacia cada uno de los puntos cardinales, totalizando 25 parcelas por bosquete (figura 3). Las parcelas se establecieron como permanentes y su tamaño fue de 2 m2 para la regeneración menor a 1,3 m de altura y de 5 m2 para la regeneración mayor a 1,3 m. En cada parcela se determinó la abundancia (número de plantas por m2) y la altura máxima de la regeneración agrupadas en las mismas clases de altura mencionadas (de 0 a 10 cm, de 10 cm a 1,3 m y mayor a 1,3 m). Se midió el rumbo y distancia desde el centro del bosquete al fuste de los árboles que conformaban el límite del claro. Estos árboles fueron apeados durante la ampliación de los claros, es decir, la segunda intervención según el esquema analizado. Concluidas las tareas de aprovechamiento, se midió el rumbo y distancia a los árboles que delimitaban el claro ampliado. Con estas dos mediciones se construyeron dos polígonos concéntricos a partir de los cuales se definieron tres sectores (figura 3):
a) Sector Central: definido
por los árboles que bordeaban el claro original. Daños causados durante la ampliación de los claros. En el verano siguiente a la ampliación de los claros se remidieron las parcelas en los claros estudiados, para determinar la abundancia de la regeneración y las heridas sufridas durante este proceso. Para esto se establecieron tres estados de la regeneración: a) Sana: plantas sin heridas
ni otros daños producidos por las tareas de aprovechamiento (no se tuvieron
en cuenta heridas anteriores a las mismas). RESULTADOS Y DISCUSIONLa regeneración en la etapa previa a la apertura de los claros. La estimación visual de las clases de cobertura fue correcta, observándose entre la cobertura medida con espejo cóncavo y la estimada visualmente un índice de correlación de Pearson (r) de 0,95. La mayor parte de la superficie del bosque se encuentra en condiciones de alta cobertura, por lo que las parcelas con cobertura superior al 60%, seleccionadas para el análisis, representan el 82% del muestreo. El 88,5% de las parcelas consideradas estaban ocupadas por al menos una planta de lenga, y el 56% por una planta de más de 10 cm de altura (cuadro 2).
Porcentaje de parcelas muestra
que presentó cada clase de altura máxima.
No se observó una relación entre la cobertura y la falta de regeneración, aspecto que podría deberse a condiciones de micrositio, como pequeños charcos o zonas de anegamiento o zonas afectadas por la caída de un árbol, entre otras. La regeneración en la etapa previa a la ampliación de los claros. Las figuras 4 y 5 presentan, respectivamente, el porcentaje de parcelas con cada clase de altura máxima de regeneración y la abundancia de regeneración para los tres sectores del bosquete.
El sector Centro presentó un 92% de parcelas ocupadas por al menos una planta de más de 1,3 m, con un promedio de 1,8 pl/m2. El 8% restante presentó regeneración perteneciente a la clase intermedia. Estos valores se asemejan a los observados por Costa (1999), en bosquetes ubicados en otros sectores de la cuenca del lago La Plata, con valores promedio de 2 plantas de más de 2 m de altura por m2. Asimismo, en Tierra del Fuego, Bava (1999b) reporta entre 0,5 y 1 pl/m2 en bosquetes de 9-10 m de altura originados por caída de árboles aislados o floreo. En el sector Ampliación, el 93% de las parcelas estaban ocupadas por regeneración de la clase intermedia (43%) o superior (50%), con una abundancia promedio de 4 pl/m2. Este valor es superior al reportado por Bava y Puig (1992) en varios puntos de la provincia del Chubut, quienes observaron una abundancia promedio de 1,3 pl/m2. Por último, el sector Sin Intervención presentó un 93% de las parcelas con al menos una planta de regeneración perteneciente a cualquiera de las clases de altura, con una abundancia promedio superior a 10 pl/m2. Las diferencias en densidad de regeneración entre el sector Centro y los otros dos sectores fueron significativas para renovales menores de 10 cm (Kolmogorov-Smirnov, p < 0,001) y mayores de 1,3 m (p < 0,001), no así para la clase intermedia. Entre el sector Ampliación y el sector Sin Intervención las diferencias detectadas no fueron significativas para ninguna de las clases de altura. Daños causados durante la ampliación de los claros. El aprovechamiento causó una disminución del número de plantas (Wilcoxon Signed Ranks Test, p < 0,10) para todos los casos salvo en plantas de menos de 10 cm en los sectores Centro y Ampliación, si se asume que las plantas heridas no se recuperarán satisfactoriamente. Esta disminución fue entre el 20 y el 40% (figura 6), porcentajes similares a los obtenidos en Tierra del Fuego por Martínez Pastur y colaboradores (1999), que observaron aproximadamente un 40% de mortalidad en la regeneración durante una corta de protección. Por otra parte, no se detectaron diferencias de susceptibilidad entre sectores ni entre clases de altura.
En el sector Centro se encontró, en promedio, una planta sana mayor a 1,3 m de altura por m2, mientras que en el sector Ampliación se encontraron tres plantas sanas mayores a 10 cm de altura por m2 (figura 7). Esto significa que inmediatamente después de la ampliación, un claro de 200 m2 estaría ocupado por aproximadamente 200 plantas sanas de más de 1,3 m de altura. Considerando que el claro original fue abierto por la corta de entre 4 y 6 plantas de las clases diamétricas intermedias, se puede asumir que la regeneración instalada tiene el potencial para colonizar satisfactoriamente el claro.
En el sector Sin Intervención la abundancia superó las 8 plantas sanas por m2, de las cuales un 25% fueron mayores de 10 cm de altura. Estos valores superan el promedio de 4 pl/m2 citado para la región (Bava y Puig 1992), por lo que se puede suponer que la regeneración responderá tan satisfactoriamente a la ampliación como lo hizo cuando los claros originales fueron creados. CONCLUSIONESEn situaciones de cobertura superior al 60%, más del 85% de la superficie (dividida en parcelas de 2 m2) estaba ocupada por regeneración, y en un 55% de los casos las plantas superan los 10 cm de altura. Por lo tanto, el estado inicial del bosque en estudio se considera adecuado para la apertura de claros, dado que la frecuencia y el tamaño de la regeneración es suficiente para colonizarlos. En los bosquetes estudiados, transcurridos 40 años desde la apertura de los claros, más del 90% de su superficie presentaba regeneración asegurada (mayor a 1,3 m de altura). La regeneración de lenga ha sido capaz de instalarse satisfactoriamente en claros de entre 100 m2 y 400 m2. También hay una adecuada abundancia de regeneración en las zonas aledañas al claro. Por lo menos el 60% de las plantas sobrevivieron sin sufrir daños durante la ampliación de los claros. En el claro abierto originalmente sobrevivió una planta sana mayor a 1,3 m de altura por m2, mientras que en las zonas donde se realizó la corta de ampliación del claro sobrevivieron en promedio tres plantas mayores a 10 cm de altura por m2. Se considera que estas densidades son suficientes para el desarrollo del bosquete. En la zona que rodea al claro ampliado la abundancia también es adecuada aun luego de las tareas de aprovechamiento. Los resultados indican que el método de selección en grupos, y en particular la variante de ampliación de los claros, es adecuado en términos de instalación de la regeneración y supervivencia de la misma durante las tareas de aprovechamiento. No obstante sería recomendable realizar estudios similares bajo condiciones diferentes, que permitan ampliar los alcances de estos resultados. AGRADECIMIENTOSLos autores desean dejar constancia de su agradecimiento al programa TÖB de la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ) y al Concurso de Proyectos de Extensión Universitaria, organizado por el Gobierno de la provincia de Buenos Aires y el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. También deseamos reconocer expresamente el trabajo de quienes nos apoyaron en las tareas de campo. Agradecemos también a Héctor Gonda, por la paciente lectura del manuscrito. BIBLIOGRAFIAALONSO, O. C., E. MUTARELLI, E. ORFILA. 1968. “Resultado de los tres primeros años del plan de investigaciones silviculturales y dasométricas necesarias para la organización de los bosques subantárticos argentinos”, Revista Forestal Argentina, T. 12, Nº 1: 3-21. BAVA, J. O., C. J. PUIG. 1992. Regeneración natural de lenga. 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Recibido: 28.05.02
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