ESTUDIOS
FILOLÓGICOS, N°
37, 2002, pp. 29-52
DOI: 10.4067/S0071-17132002003700002
Rasgos lingüístico-etnográficos de un área lateral
Linguistic-etnographic features of a lateral area
Constantino Contreras Oyarzún, Mario Bernales Lillo
En este artículo se describe el carácter conservador del castellano hablado en Nahuelbuta (noroeste de la Araucanía), aspecto ligado a formas de cultura de raíz colonial, mantenidas por una sociedad hispano-criolla de tipo fronterizo que, históricamente, desplazó a la población nativa hacia territorios vecinos y que ha permanecido bastante desvinculada de las formas culturales urbanas.
This study presents a description of conservative forms of the spoken Spanish in the Nahuelbuta area (North-west of the Araucanian region). These forms are related to the cultural aspects of colonial tradition. These circumstances are nowadays maintained by a Hispanic-Creole society ("sociedad hispano-criolla") of the frontier type that has displaced the native population towards adjacent territories. The mentioned Hispanic-Creole society has lived to the present much disconnected from the urban culture up to the present.
1. PRESENTACIÓN
1.1. Los autores de este artículo pretenden dar a conocer el estado de avance de una investigación iniciada en el año 2001 acerca del tema El legado hispánico en la estructura lingüístico-etnográfica de Nahuelbuta1. La metodología de trabajo se apoya en criterios fundamentados por la dialectología y en parte por la sociolingüística, y ha comprendido recolección de materiales en seis sectores geográficos del área elegida (Santa Juana, Las Cachañas-San Jerónimo, Maitenrehue, Los Alpes-Chanleo, Vegas Blancas y San Alfonso). Hasta ahora se ha trabajado en cinco de ellos. Para el registro de materiales in situ se elaboró previamente un cuestionario lingüístico-etnográfico, el cual ha sido aplicado a informantes cuidadosamente elegidos por su mayor permanencia en cada lugar y su conocimiento y competencia comunicativa para dar cuenta de los distintos aspectos de la vida rural. Se ha recurrido también a las grabaciones magnetofónicas, especialmente para el registro de textos orales, y a la cámara de video con el propósito secundario de editar un documental sobre el tema de estudio. 1.2. Nahuelbuta es el nombre de un cordón montañoso de la cordillera de la Costa, situado en la parte noroccidental de la Araucanía (centro-sur de Chile), zona de confluencia de terrenos pertenecientes a cuatro provincias: Concepción, Arauco, Bío-Bío y Malleco. La denominación es de origen mapuche y ha sido traducida, no muy propiamente, como 'tigre grande'. Nahuelbuta es también el nombre de un extenso Parque Nacional, perteneciente a la comuna de Angol y situado en la parte central de dicho cordón montañoso, cuya característica fundamental es la de ser una rica reserva de especies nativas de la fauna y de la flora, donde destacan los bosques de hualle, lenga y añosas e imponentes araucarias. Pero la cordillera de Nahuelbuta es también el hábitat de un grupo humano bastante singular. La compleja configuración geográfica de este territorio y su carácter de espacio lateral y "fronterizo" han permitido que perduren aquí formas tradicionales de vida y de expresión cultural heredadas de los colonos hispano-criollos que en siglos pasados, y especialmente desde fines del siglo diecinueve, se radicaron en estas tierras. Ellos provenían de la zona de colonización más segura, situada al norte del río Bío-Bío, y su acceso al sur de esa "frontera" se vio favorecido por las campañas militares que desplazaron a la población nativa hacia el sur, hacia la costa y hacia la precordillera andina (P. Cerda-Hegerl 1996). 1.3. Las principales observaciones que se desprenden del trabajo en terreno apuntan al carácter esencialmente conservador de los medios en que se sustenta la vida de Nahuelbuta. Recién se ha iniciado ahí la electrificación y hasta hace pocas décadas no había caminos adecuados para comunicarse con los centros urbanos. Ahora circulan microbuses y otros vehículos motorizados; pero el caballo y la carreta tirada por bueyes siguen siendo necesarios donde el relieve es particularmente irregular. La explotación maderera y la elaboración de carbón vegetal fueron actividades importantes en el pasado, pero en la actualidad se han reducido a niveles muy bajos en razón de la política estatal de protección del bosque nativo. Actualmente los habitantes de Nahuelbuta mantienen una simple economía de subsistencia, basada en la crianza de aves de corral y escaso ganado porcino, vacuno y lanar y una decreciente artesanía textil. En cuanto al rubro agrícola, ellos cultivan papas, hortalizas y trigo en baja escala, mediante el empleo de prácticas tradicionales manuales y sólo con el auxilio de la fuerza animal. 1.4. En tales circunstancias, el castellano se ha mantenido también con un carácter bastante conservador, situación que está cambiando entre los jóvenes y niños que han tenido y tienen mayores posibilidades de acceso a la escolaridad y a los contactos con la cultura urbana. En la población mayor, el léxico es, por lo general, de vieja raigambre hispánica, especialmente en lo relativo a nombres de labores campestres y de artefactos construidos al modo de los primeros colonos. La influencia indígena (mapuche) es escasa, pero verificable especialmente en los nombres del telar, así como también en los nombres de especies nativas de la flora y de la fauna; y, por supuesto, en la toponimia. Por otra parte, este castellano ha asimilado algunos de los dialectalismos bastante propios del habla popular chilena y, en particular, ciertos ruralismos característicos del centro del país. El léxico recopilado por medio de un cuestionario ad hoc se presenta como esencialmente unitario en cinco de los seis sectores estudiados hasta ahora. Por esta razón no resulta relevante indicar el lugar de procedencia de cada forma registrada. En el aspecto fónico, este hablar participa de las tendencias dialectales más generales del castellano de Chile: seseo, yeísmo, aspiración de la s en situación implosiva y debilitamiento de la d intervocálica. En el presente artículo se empleará sólo una transcripción fónica amplia, indicadora de estas tendencias generales, más cuando en el área de estudio que comprende este proyecto no se han observado matices fónicos especiales. Un rasgo morfosintáctico que llama la atención en los textos orales es el voseo, pero más que el pronominal, el verbal. No obstante, cabe acotar que este rasgo no es propio del discurso directo de los narradores, sino que éstos lo utilizan preferentemente para caracterizar el habla de algunos personajes de sus relatos. Y, según el comportamiento lingüístico observado, particularmente el voseo verbal es percibido como un rasgo más característico del habla urbana que del habla rural.
2. CULTURA MATERIAL Y CAMPOS LÉXICOS 2.1. EL CARBÓN
2.1.1. La elaboración de carbón vegetal se practica preferentemente en los valles y cerros correspondientes a la parte central de la Cordillera de Nahuelbuta y donde el monte es más abundante en especies nativas. Hasta hace algunos años esta actividad llegó a ser muy importante y para algunos sectores cordilleranos según datos obtenidos en la Escuela de Chanleo. Fuente DAS (Dirección Acción Social Obispado, Temuco, año 2000) el ingreso económico de los habitantes en ese rubro alcanzó hasta un 42%, superando incluso a la tradicional compra y venta de ganado que sólo bordeaba el 26%. Sin embargo, el panorama actual es distinto. Hacer y vender carbón ya no es rentable, debido a la prohibición de la tala indiscriminada del bosque por parte del Estado y también a la menor demanda de este producto. 2.1.2. Los datos recogidos a través de la aplicación del Cuestionario permiten conocer y estudiar más profundamente la lengua viva de estos sectores rurales. Se encontraron tres clases de horno: orno, orniya y marikone(s). La descripción del primero corresponde a una construcción que se hace sobre la superficie de la tierra, en la cual se emplea barro y paxa, ladriyo y tierra kolorá. En la parte superior de este horno, cuya terminación puede ser redonda o cónica, se encuentra la yabe o bokete 'chimenea', mientras que en la parte lateral inferior están las troneras (4 ó 5) o conductos para dar salida al humo de la combustión. Al frente, se encuentra situada la pwerta o bokete.
En cambio, la orniya se construye habitualmente en el corte del camino, denominado padrón y, por lo general, se aprovecha el relieve del terreno para este fin. Este horno también tiene una yabe y troneras. Según los informantes, el horno bautizado con sentido figurado como marikón o marikone(s) se debe a la mezcla de los dos modelos anteriores, ya que una mitad está hecha en el corte del camino y la otra sobre la superficie de la tierra. 2.1.3. El carboneo se inicia con la colocación de las astillas 'leños', en la cámara o fogón del horno, seguido de un largo proceso y cuidado del fuego, por medio de las chimeneas, durante los días de la combustión. De preferencia la leña utilizada es la de gwaye, raulí, peumo, laurel y mardoño 'madroño'. Como se puede advertir, se hace referencia a estas especies con denominaciones mapuches (las tres primeras) y con denominaciones hispánicas (los dos últimas), pero, en general, la presencia de léxico indígena en el habla de Nahuelbuta es bastante precaria. Finalmente, cada hornada produce un promedio de 35 sacos de carbón, producto que se clasifica en tres clases: granao 'grande', oksixedo 'molido' y tisone(h). La denominación oksixedo probablemente se haya formado sobre la base de cisco, que significa precisamente 'carbón menudo'.
2.2. LA TRILLA
2.2.1. Los materiales recopilados sobre esta actividad pertenecen al lugar de Monterrey, Comuna de Nacimiento, y fueron proporcionados por la familia Castro, que conserva esta tradición por más de 25 años en la Parcela Mirasol. La triya a yegwa o triya a yegwa swelta son las denominaciones más comunes usadas en esta zona. Esta se inicia cuando el trigo está puesto en la era o era estaká 'piso de tierra plano y de forma redonda', donde la yegwa swelta, flaka(h) o kabayoh resistenteh pisan la parba, parba botá, montón sentral o morro de mies. Los jinetes o parexah de ensiyaoh (4 jinetes) o triyadores a cargo de hacer galopar las bestias, van montados en la siya o montura y disponen de rjenda(h) y una wahka 'látigo' y, a juicio del dweño (d)e la triya o dirixente, ellos deben caracterizarse por ser rapi(d)oh, abilosoh, entendidoh y konosedores de su oficio. También colaboran en la parte central del ruedo alrededor de 10 ó más orketeroh, cuya función es remover la mies trillada y agregar otro poco con la orketa mientras descansan los caballos. En calidad de colaboradores está el portero i koperador o pwertero, quien cuida la entrada, relevo o salida de los caballos de la era, más dos personas que se conocen con el nombre de arreadoreh. 2.2.2. Aspecto complementario de la trilla es la preparación de la comida que los trilladores han de consumir al mediar su jornada de trabajo. Ella está a cargo de la dueña de casa, sus hijas y algunas vecinas, y consiste fundamentalmente en carne asada de cordero, acompañada de papas cocidas al agua y abundante ensalada. La chicha de uva y la mistela no pueden faltar; tampoco unos panecillos dulces llamados paxaritoh. Todo es servido con especial cuidado. Concluida la trilla, se procede a abentar y trahpaljallo el trigo para quitarle con la ayuda del viento la paxa, el kapotiyo, capote o koleto y, de este modo, evitar que el trigo quede koletudo. Concluye esta actividad cuando el dueño de la trilla procede a guardar los granos en el granero 'cajón de madera', en el alfolí 'cajón grande' (equivalente a 10 almudes, unos 100 kilos, según el informante), en sakoh o a dehtaxo 'a granel'. En total, en esta parcela cosechan unos 1.000 kilos de trigo.
2.3. EL MOLINO
2.3.1. Llama mucho la atención que los molinos harineros movidos por la fuerza del agua todavía estén vigentes en los valles cordilleranos de esta zona, después de más de 500 años del descubrimiento de América. Desde el punto de vista lingüístico y etnográfico representan en la actualidad un vivo testimonio del legado hispánico en esta área dialectal, cuya vigencia se debe al aislamiento natural en que se han mantenido hasta ahora. Además, sorprende que tanto su estructura (molino de aceña o de rodezno horizontal) como su terminología aparezcan estrechamente emparentadas con el molino de Chiloé (Bernales 1967) y con el hispano-portugués (Díaz Rodríguez 1989). Históricamente los molinos encontrados en la Cordillera de Nahuelbuta no son originarios de esa zona y su presencia se remonta a la época de la colonización. 2.3.2. Durante la primera etapa de la investigación se han encontrado 29 molinos harineros en los sectores cordilleranos. Sin duda que este hallazgo relativo a la cantidad de molinos existentes en la zona ha sobrepasado las expectativas de los investigadores en lo lingüístico y en lo etnográfico. Por el momento, la información recopilada ha permitido elaborar láminas sobre la distribución geográfica de este antiguo ingenio campesino y también sobre su estructura. En relación con esta última, 14 son movidos por rodezno, 8 por aceña o rueda, 4 por turbina metálica 'especie de aceña', y 2 fueron modernizados. Además, de los 29 molinos visitados 13 funcionan regularmente y 16 ya no funcionan, debido al deterioro de algunas piezas o al abandono por parte de sus antiguos dueños. 2.3.3. Las designaciones más frecuentes para referirse a ellos son molino (d)e rodesno, ...kon rodesno, ...de rosno, molino arinero, molino de kampo, molino (d)e agwa o (d)e turbina. Debido al relieve del terreno la caída del agua se hace en forma directa y sólo algunos almacenan agua en represa, ehtanke o tranke para moler. De manera que en muchos sectores el agua llega hasta el rode(s)no, rodenno (hasta con 10 paletah 'álabes', según el informante) a través de la kanoga (variantede canoa), chiflone o kanal. Lo mismo sucede para aquellos que funcionan con aceña tradicional o metálica: rweda, rweda kon rayo o turbina. El eje vertical que transmite la fuerza rotatoria del rodezno a la piedra superior se denomina exe, palagerro, palayerro o parayerro (con alternancia acústica de r~l). La voz original castellana que designa esta pieza es el parahúso con su variante palahúso, y curiosamente en esta zona la voz original ha sido sustituida por el nombre de la espiga, palahierro, en que termina el extremo inferior del árbol vertical del molino (DRAE 1992: II 1526 y 1505). Resta decir, que aquí al punto de apoyo del árbol se denomina piñón, pepa, bolo, tasa y dehkanso.
2.3.4. Entre los elementos mecánicos ubicados en la parte alta del molino que dan vida a la molienda se encuentran un depósito donde se coloca el trigo, denominado tolba, tolwa o tolgwa. En la parte inferior de la tolva está ubicada la kanogita, kaxonsito o tubo, especie de canaleta que permite el deslizamiento del grano hasta el ojo de la piedra. La velocidad de la caída del grano depende de la inclinación de la canaleta, la cual puede ser regulada, por medio de tirantes o cuerdas. Además, en el extremo de esta canaleta se encuentra instalada la tarabiya, garabato o regulador, el cual descansa en la superficie irregular de la piedra y ésta al girar transmite las vibraciones indispensables para activar la caída del trigo hasta la pjedra (d)e ensima, la bola(d)ora, piedra pedernal o pjedra kahteyana y efectuar la molienda. Tanto la piedra que gira, o pjedra de ensima, como la piedra de abajo, denominada pjedra fixa o pjedra sentada (cfr. volandera y encimera en la terminología tradicional peninsular, según Garrido Palacios 1992: 231), constituyen un cuidadoso producto de cantería y algunas son pequeñas y livianas, pero otras son pesadas y llegan a medir alrededor de un metro de diámetro. Cuando ellas se desgastan debido al uso, el molinero o un campesino especializado debe hacer el picado de las muelas, es decir, reparar lah pikah, kanaleh de salida, dentadura, rayah o rayaúra para mejorar la calidad de la arina kruda, arina de segunda y arina. En este caso, las herramientas utilizadas son loh sinseleh, pikotah, puntah, pikotitoh y pika(d)or.
2.3.5. Hay que agregar que, como ha sucedido en la costumbre hispana, el molinero de Nahuelbuta no cobra dinero por moler el trigo de sus vecinos; en compensación sólo exige algunos kilos de la molienda, sistema que tradicionalmente se ha llamado la makila. Por último, hay que decir que la ceremonia tradicional de bautismo del molino no se practica actualmente, pero todavía es recordada entre los habitantes más antiguos. A propósito, varias piedras de molinos tienen grabada una krus y en relación con esto los informantes evocaron las siguientes expresiones: "para que el enemigo 'diablo' no venga a trabajar"; "para que no venga el diablo, porque se introduce en la maquinaria"; "no tiene cruz en la piedra de encima, el molino tiene una en la puerta", etc.
2.3.6. DISTRIBUICIÓN GEOGRAFICA
DE LOS MOLINOS HERINEROS Cordillera de Nahuelbuta |
2.3.7.
ESTRUCTURA DE LOS MOLINOS HARINEROS Cordillera de Nahuelbuta |
3. TEXTOS DE TRADICIÓN ORAL 3.1. FUNCIÓN DE LA ORALIDAD
3.1.1. El texto oral manifestación cultural propia de unos grupos no letrados o poco letrados vive entre la permanencia y el cambio y de esa manera participa de la recreación. La actualización de un texto oral es un hecho de comunicación concreta, en que el emisor es el narrador, recitador o cantor in praesentia; y el acto comunicativo es la enunciación, aunque la fuente inicial y las sucesivas se desconozcan. La actualización de un texto oral ocurre en una situación específica de tipo social (reunión de amigos, reunión familiar, momentos de descanso después de las faenas agrícolas, animación de los concurrentes a un velorio, etc.) y, obviamente, va dirigida a ese destinatario colectivo que técnicamente se denomina la audiencia (integrada por personas de distintas edades y especialmente por adultos) (Pisanty 1995: 53-84). 3.1.2. Por lo mismo, en la oralidad, el empleo del habla supone necesariamente elementos expresivos de tipo suprasegmental, como los efectos de la variación tonal, del timbre o de la intensidad, y también el empleo de recursos paralingüísticos, como los gestos y ademanes, los que inevitablemente se pierden al transformar el texto oral en escrito. Aunque actualmente la transmisión oral de textos es una actividad bastante debilitada, es indudable que durante siglos ha servido de medio de entretención, pero también de aprendizaje de saberes y de sensible forma de cohesión social.
3.2. LOS CUENTOS
3.2.1. En las localidades visitadas hasta ahora (de las comunas de Angol, Los Sauces, Nacimiento y Curanilahue) se ha registrado un conjunto de cincuenta y siete textos del género "cuento popular, cuento folklórico o de tradición oral", que, según la definición de Julio Camarena, es: "obra en prosa, de creación colectiva, que narra sucesos ficticios y que vive en la tradición oral variando continuamente" (Camarena 1995: 31). De este género narrativo, el corpus presenta dos clases bien definidas: a) cuentos maravillosos y b) cuentos no maravillosos. Entre los primeros se encuentran algunos que se acercan bastante al esquema canónico proppiano de las "funciones" que se organizan en torno a la trayectoria del héroe, cuya culminación es la boda y el ascenso al trono. Pero en el registro aparecen también varios cuentos que, no obstante contener motivos maravillosos, se apartan bastante del modelo mencionado. Por otra parte, las funciones proppianas se agrupan en torno a la esfera de acción de siete personajes constantes: el antagonista (o agresor), el donante, el auxiliar, la princesa (o el padre de ella, es decir, el rey), el mandatario, el héroe y el falso héroe (Propp 1981). En este aspecto los cuentos registrados también ofrecen una estructura más simple, pues lo general es que no intervengan todos esos personajes. 3.2.2. De los cuentos no maravillosos, algunos están estructurados en torno al tópico central del ingenio puesto a prueba. Cuando un rey ofrece la mano de su hija a quien sea capaz de formularle una adivinanza que no pueda resolver, se tiene un cuento de esta clase. Un buen ejemplo de esta variedad de relatos es el cuentecillo llamado Dúrmere-dúrmere, del cual se han recogido dos versiones en esta investigación: una tiene la forma de un simple acertijo por resolver (como aparece también en los registros de Lenz 1914: 297 y Pino II 1961: 281); pero la otra versión, entregada por doña María Mercedes Saavedra, campesina que vive en el sector de Maitenrehue, en la comuna de Nacimiento, añade un contexto narrativo bien estructurado: la adivinanza está integrada a la competencia instituida por un rey para dar legítimamente la mano de su hija al pretendiente más ingenioso. El protagonista elabora la adivinanza a partir de sus vivencias. El observa que un hombre duerme bajo un peral y es amenazado por una peligrosa culebra. En ese instante cae sobre él una pera del árbol; el hombre se despierta y se salva. ¿Quién podría decodificar esa adivinanza, sino su propio creador?: Debajo de péndere péndere / estaba dúrmere dúrmere /; si no es por péndere péndere / matan a dúrmere dúrmere. En un cuentecillo menos conocido, que ha sido registrado con el nombre de La adivinanza del preso y que ha contado la misma narradora, un reo recobra su libertad gracias también al ingenio puesto en la creación de una adivinanza. En este caso el acertijo descansa exclusivamente en las letras del nombre de su novia: Las cinco letras vocales / [más] la d y la c: así se llamaba la prenda / que yo adoré. Es difícil encontrar la solución, pero el preso la conoce bien: el nombre de su novia era Eudocia. 3.2.3. En algunos relatos, la anécdota sustentada en lo ingenioso está traspasada por el humor desde el comienzo hasta el final. Es lo que sucede, por ejemplo, con el cuento que el narrador, don Osvaldo Novoa, trabajador agrícola de la localidad de Los Sauces, ha llamado Cuento de una mentira bien grande. Este relato es seguramente una versión de un cuento hispano-europeo, pues no son extraños en el viejo continente, según Thompson (1972: 287), los cuentos relativos a un "concurso de mentiras" (Tipo N1920). Lo singular de la versión local es que el protagonista asume los rasgos de un huaso tuerto, que para explicar a la princesa la causa de su defecto físico urde mentira tras mentira hasta llegar a la situación más fantástica y absurda. Este cuentecillo prueba al menos imaginariamente que un individuo físicamente defectuoso, si demuestra ingenio, puede conquistar incluso a una princesa. Pero el ingenio que descansa en el embuste desmesurado y que produce una inevitable reacción hilarante en el destinatario, puede también dar paso a una percepción antivalórica. Es lo que proyecta el embuste cuando se transforma en un recurso engañoso, en una artimaña para cazar incautos y obtener ventajas monetarias, como sucede en el cuento llamado Los dos mentirosos, que fue narrado también por don Osvaldo Novoa. En este cuento, la anécdota se desarrolla en torno a dos pícaros que se alian para ganar dinero diciendo mentiras. El segundo, que se hace pasar por un extraño, corrobora las mentiras del primero, como sucede también en una versión registrada por Pino (II 1961: 147-153), que lleva por título Los embusteros chilenos (Tipos 1920 + 1930). Comparadas ambas versiones, resalta una diferencia fundamental: la versión Pino está más acomodada al entorno chileno; en cambio la versión oral entregada por don Osvaldo Novoa remite al ámbito hispánico, pues se refiere claramente a dos pícaros sevillanos que hacen de sus hiperbólicos embustes un modo de vida. 3.2.4. Otras veces es la fuerza física la que se pone a prueba, pero siempre sobre ella se empina el ingenio, llevado adelante con ironía y mucho humor. Don Pablo Hidalgo, trabajador agrícola de la localidad de Carrizal, comuna de Nacimiento, ha narrado el cuento de Las apuestas de Pedro y el gigante. Las apuestas son seis y en todas ellas resulta vencedor indiscutido Pedro Urdemales, gracias sólo a su ingenio, a su astucia para burlar al oponente. El contraste resulta más acentuado, porque en cada secuencia el oponente ostenta mayor fuerza física, pero también revela una gran ingenuidad frente a situaciones de la vida cotidiana. En realidad, en esta versión confluyen varios cuentecillos anecdóticos de origen hispano-europeo (Tipos 1049 + 1063 + 1060 + 1062 + 1085, vid. Thompson 1972: 622-623), el primero de los cuales, conocido con el nombre de El hacha pesada (vid. Thompson 1972: 622 y 275), ya circulaba en la oralidad del Siglo de Oro, según la documentación que aduce Chevalier (1978: 36-37). Esa primera prueba consiste en traer del bosque una gran carga de leña. El gigante consigue llevar al hombro una carga bastante abundante y pesada; pero, ante el intento de Pedro de amarrar todo el bosque para transportarlo, se da por vencido. 3.2.5. Queda en claro que en estos cuentos, más allá de los aspectos estructurales, la materia narrativa no sólo está al servicio de la recreación, sino también de la transmisión de saberes, de la sátira social (Dannemann 1985) y, en definitiva, de la configuración de una determinada imagen del hombre (Salas 1985; Sepúlveda 1987; Valdés 1987). En el personaje Pedro Urdemales convergen varios rasgos que despiertan la simpatía en grupos humanos marcados por la tradición y la ruralidad, como los de Nahuelbuta. Pedro es un pícaro de origen hispánico, pero amoldado al vivir criollo. Se confunde con un peón de hacienda o de fundo que debe desempeñar distintos oficios a cambio de un salario casi siempre precario. Sabe enfrentar los desafíos con ingenio, con imaginación. Se burla de medio mundo y a veces con crueldad y desmesura, especialmente de los más poderosos. De sus burlas y engaños obtiene casi siempre ventajas o compensaciones que le permiten sobrevivir con optimismo y muy buen humor. Además de las versiones de apuestas con el Diablo o con un gigante, en el área de estudio se han logrado registrar varias versiones de cuentos en torno a este personaje, las cuales constituyen un coherente ciclo de relatos picarescos, bien conocidos en la tradición oral chilena, como lo atestiguan los registros precedentes de Laval (1977) y Pino (III 1963). Muy populares siguen siendo sobre todo los cuentos llamados El cartero del otro mundo (Tipo 1540), Los puercos en el pantano (Tipo 1004) y La perdiz de oro (Tipo 1528). 3.2.6. Solamente en dos cuentos de los registrados en Nahuelbuta este héroe, tan popularmente exitoso, sufre un revés. El primero se llama La burla de Pedro Urdemales y fue narrado por don Mauricio Cid, de la localidad de Los Patos, comuna de Nacimiento. Se ha verificado que es una versión del Tipo 1665 del índice internacional (El cambio ventajoso). En la versión local, todos los logros obtenidos por Pedro mediante progresivas artimañas se derrumban por la venganza de una mujer. El segundo cuento se llama Pedro Urdemales y San Pedro y fue narrado por don Juan Bautista Toledo, campesino de Cerro Negro (sector de Maintenrehue), donde convergen las comunas de Angol y Nacimiento. Este cuento es particularmente interesante, porque contiene algo de lo que se puede llamar "visión maravillosa cristiana", pero sobre todo porque contiene un simbolismo cristiano condenatorio de las picardías terrenas y de los comportamientos pecaminosos en contraste con la fidelidad a las normas de quien custodia el acceso al cielo. Pedro Urdemales, que siente curiosidad por observar el destino de las almas, pide permiso para franquear la puerta de acceso al cielo, pero San Pedro, fiel custodio de ese umbral celestial, le pide que observe solamente desde lejos. Ante la insistencia de Urdemales por ingresar, San Pedro lo deja apretado con la puerta, a la altura de las caderas; o sea, sólo tiene acceso al cielo la parte superior de su cuerpo y no la parte inferior, la más mundana y pecaminosa.
3.3. LOS BUENOS VERSOS
3.3.1. En lo que respecta a textos versificados, resulta sorprendente encontrar aún en el área estudiada algunas huellas del romancero, que, como se sabe, es una de las creaciones colectivas más importantes de la tradición cultural hispánica que sobrevive sólo en áreas muy aisladas o laterales (Trapero y Bahamonde 1998). Los romances encontrados presentan algunos vacíos en el contenido y una métrica no siempre ajustada a la forma canónica (versos asonantados en hemistiquios octosilábicos); sin embargo, la anécdota en que descansa cada uno es suficientemente clara como para sostener que tales versiones corresponden a romances bien definidos de la tradición hispánica. Estos son de dos clases, según su temática: a)romances novelescos, particularmente del tipo que Menéndez Pidal denominó "de raptos y forzadores" (1958: 163-165) y b) relativos a bandidos. 3.3.2. Del primer tipo es el bastante conocido romance de Blanca Flor y Filomena (Dannemann 1970: 61-73), cuyo tema deriva de la fábula clásica de Progne y Filomena y está muy difundido en la tradición peninsular (Menéndez Pidal 1958: 26-27 y 165). La versión registrada contiene los elementos básicos del triángulo amoroso que incluye violación y venganza brutal. Este romance fue recitado por doña Rosa Amelia Muñoz, de 73 años de edad, que vivió siempre en localidades rurales de Nahuelbuta y que ahora vive en la ciudad de Angol. Del segundo tipo, o sea de tema relativo a un bandido, es el Romance de Luis Ortiz, también de origen hispánico, cuyo texto fue recitado por doña María Felipa Saavedra, de 68 años, natural de Maitenrehue y radicada ahora en la localidad de Renaico. Un tercer romance de raíz hispánica reúne el motivo del triángulo amoroso y las tropelías del bandido: es el Romance de Juan Portela, que fue recitado por don Fernando Segundo Arévalo, de 75 años, persona de mucha vitalidad que vive en los campos de Vegas Blancas (comuna de Angol). Ambos romances de bandidos son de los más populares difundidos en Chile, según los antecedentes que ha aportado la estudiosa Inés Dölz Henry, y al menos el segundo de éstos data desde el siglo XVIII (Dölz 1976: 204 y ss.) y es de indiscutible origen hispánico, no tanto por las alusiones a la toponimia peninsular que contiene, sino principalmente porque aparece mencionado como composición española en el índice de pliegos sueltos del Romancero general de Agustín Durán (Biblioteca de Autores Españoles, 1878, tomos X y XVI), donde se le llama Nuevo romance en que se declaran los robos y asesinatos que ha cometido el valeroso Juan Portelas en las inmediaciones de Córdoba, en dos partes (Dölz 1976: 209-210). 3.3.3. Se han registrado también otras composiciones en verso que, aunque no se ajustan a la estructura del romance, desarrollan también temas de bandidos, ahora sobre bandidos chilenos. En general, son composiciones menos elaboradas sobre tópicos bastante burdos, pero que tienen cierta gracia por el carácter tragicómico de las anécdotas que narran. Junto con estos textos, se han registrado otras variadas composiciones que reflejan las preocupaciones cotidianas de la vida campesina: adivinanzas, coplas humorísticas, en cuartetas o en otras formas estróficas, parabienes (o coplas de boda), cuecas, décimas autónomas, especialmente de la clase brindis, y décimas en serie, en particular de la clase contrapuntos. Algunas de estas composiciones se actualizan acompañadas de guitarra; otras simplemente se recitan con mucha expresividad, pero ya no tienen la vitalidad de otros tiempos. 3.3.4. En general, los textos de décimas que se han recogido en esta área son composiciones que siguen la estructura clásica de la décima espinela: dos redondillas (y ocasionalmente dos cuartetas) unidas por dos versos de enlace. Las alusiones bastante localistas de su contenido prueban que, en estos casos, más que la temática, lo que se repite o se imita es la forma de composición, cuyo esquema de diez versos octosilábicos con rima consonante facilita su retención memorística y facilita también la creación de nuevas composiciones, muchas veces en forma improvisada. Recordemos que la décima es la forma de composición preferida por los poetas populares y payadores de la zona central y fue la forma de expresión dominante en la poesía popular del siglo XIX en nuestro país (Uribe Echevarría 1974; Contreras 2000). 3.3.5. Los principales "decimistas" entrevistados hasta ahora son: don Benito Benavente Bizama, de 65 años de edad, oriundo del Fundo Maipo, en la comuna de Curanilahue (provincia de Arauco), y residente ahora en la localidad de Coihue (comuna de Nacimiento); y don Dagoberto Araneda Araneda ("don Dago"), de 76 años de edad, oriundo de Lomas del Toro, cerca de Maitenrehue (comuna de Angol), y residente ahora en la ciudad de Angol. Ambos son herederos del arte de la décima que practicaron, con ingenio y picardía, sus respectivos progenitores. Del repertorio del primero destacan varias composiciones festivas, entre ellas la llamada Un atentado cobarde, contrapunto en décimas sobre el tema de la discusión entre la mujer y el esposo, y otra composición, que don Benito llama El abrazo mal pagado, cuya estructura comienza con décimas y termina con estrofas de menor extensión.Del segundo de estos cultores de la poesía popular, poseedor de un amplísimo repertorio, sobresalen las décimas de El enamorado y la pulga y las de El minero y la china, además de dos largos Contrapuntos de la mujer con su marido y una composición más breve llamada A la orilla de un camino. En la mayor parte de estas composiciones están presentes la ironía y el buen humor, rasgos que, además de las características métricas, han contribuido, sin duda, a que muchas décimas permanezcan en la memoria de estas personas y aún conserven una relativa vitalidad en en el área de Nahuelbuta.
OBRAS CITADAS Bernales, Mario. 1967. "Sobre vocablos y cosas de Chiloé". Estudios Filológicos 3: 303-347. Camarena, Julio. 1995. "El cuento popular". Anthropos 166-167. Literatura Popular: 30-33. Chevalier, Maxime. 1978. Folklore y literatura: El cuento oral en el Siglo de Oro. Barcelona: Crítica. Cerda-Hegerl, Patricia. 1996. Fronteras del Sur. La región del Bío-Bío y la Araucanía chilena, 1604-1883. Temuco: Ediciones Universidad de La Frontera. Contreras, Constantino. 2000. "El arte tradicional de la décima. Raíz hispana y fronda chilena". VI Encuentro-Festival Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado. I. Estudios. Eds. Maximiano Trapero, Eladio Santana Martel y Carmen Márquez Montes. Madrid: Cromoimagen. 189-199. Dannemann, Manuel. 1970. El romancero chileno. Santiago de Chile: Ediciones de la Universidad de Chile. . 1985. 'Estudio y selección de cuentos de Chile'. Cuento popular andino (Colombia, Chile, Venezuela). Tomo 2. Quito, Ecuador: Ediciones IADAP. 141-212. Díaz Rodríguez, Juan M. 1989. Molinos de agua en Gran Canaria. 2 ed. Las Palmas de Gran Canaria: Imprenta Pérez Galdós. Dölz Henry, Inés 1976. Los romances tradicionales chilenos. Temática y técnica. Santiago de Chile: Nascimento. Garrido Palacios, Manuel. 1992. Alosno,palabra cantada. El año poético en un pueblo andaluz. Madrid: Sucursal de la Editorial Fondo de Cultura Económica. Laval, Ramón A. 1997. Cuentos de Pedro Urdemales (1925). 3 ed. Santiago: LOM Ediciones. Lenz, Rodolfo. 1914. Cuentos de adivinanzas corrientes en Chile. Santiago: Imprenta Universitaria. Menéndez Pidal, Ramón. 1958. Los romances de América y otros estudios. 6 ed. Madrid: Espasa-Calpe. Pino Saavedra, Yolando. 1960, 1961, 1963. Cuentos foklklóricos de Chile. 3 Tomos. Santiago: Universitaria. Pisanty, Valentina. 1995. Cómo se lee un cuento popular. Trad. del italiano Juan Carlos Gentile Vitale. Barcelona: Paidós. Propp, Vladimir. 1981. Morfología del cuento. 5 ed. Trad. de Lourdes Ortiz. Madrid: Fundamentos. Real Academia Española. 1992. Diccionario de la lengua española. 21 ed. Madrid: RAE. Salas de Lecuna, Yolanda. 1985. El cuento folklórico en Venezuela. Caracas: Biblioteca Nacional de la Historia. Sepúlveda, Fidel. 1987. "El cuento folklórico: una vía al ser". Aisthesis 20: 45-69. Thompson, Stith. 1972. El cuento folklórico. Trad. Angelina Lemmo. Caracas: Universidad Central de Venezuela. Trapero, Maximiano y Juan Bahamonde Cantín. 1998. Romancero general de Chiloé. Transcripciones musicales de Lothar Siemens Hernández. Madrid: Iberoamericana y Vervuert. Uribe Echevarría, Juan. 1974. Tipos y cuadros de costumbres en la poesía popular del siglo XIX. 2 ed. Santiago de Chile: Pineda Libros. Valdés B., Regina. 1987. "La imagen del Hombre en el cuento". Aisthesis 20: 23-26.
ANEXO: SELECCION DE TEXTOS DE LA ORALIDAD
1. DÚRMERE DÚRMERE
(Narrado por María Mercedes Saavedra, 73 años, de Maitenrehue, comuna de Angol) Un rey ofreció la mano de su hija a quien le presentara una adivinanza que él no pudiera adivinar. Todos caían derrotados. El encontraba en seguida la solución. Pero no pudo dar con el contenido de la adivinanza que le presentó un pobre hombre. La adivinanza decía:
Debajo de péndere péndere estaba dúrmere dúrmere. Si no es por péndere péndere matan a dúrmere dúrmere. |
Lo único que hizo el hombrecito fue inventar esta adivinanza a partir de lo que vio en el camino: Un hombre estaba durmiendo bajo un peral; ya se le iba a arrollar una culebra, cuando cae una pera sobre él; se despierta y se salva.
2. LA ADIVINANZA DEL PRESO
(Narrada por María Mercedes Saavedra, 73 años, de Maitenrehue, comuna de Angol) Un hombre estaba preso y le darían la libertad siempre que compusiera una adivinanza difícil, que no se pudiera adivinar. Y él recordaba a su polola2. Entonces ahí viendo él, escribiendo y pensando en ella, se le ocurrió componer esta adivinanza:
Las cinco letras vocales, [más] la d y la c: así se llamaba la prenda3 que yo adoré. |
Después se la dijo a un gendarme para que se la adivinara. No se la adivinó el gendarme. Tampoco estaba condenado por una gran cosa. Total es que por componer esa adivinanza tan bonita le dieron la libertad. Y la joven se llamaba Eudocia.
3. LOS DOS MENTIROSOS
(Narrado por Osvaldo Celestino
Novoa Ramírez, 60 años, del sector Miraflores, comuna de Los
Sauces)
Dicen que los de Sevilla
eran muy mentirosos y a la vez eran hábiles para ganarle(s) plata4
a otros. Entonces se ponían de acuerdo dos personas. Uno caminaba
por un camino, adelante; y el otro, atrás. Entonces el que iba adelante
iba inventando la mentira y a la vez haciéndole apuestas al que encontraba.
Entonces una vez se pusieron
de acuerdo dos [sevillanos]. Iban por un camino y el que iba adelante se
encontró con un hombre que le preguntó:
¿De dónde
es usted, amigo?
Le dijo él:
Yo soy de Sevilla.
¿Y qué se cuenta de nuevo por allá? le dijo.
Mire le dijo, lo más nuevo que se cuenta por allá
le dijo es que nació una guagua5
con dos cabezas.
Entonces el otro dijo:
¿Cómo vas a ser tan embustero, hombre?
¡Bah!, le hago una apuesta le dijo. Volvimos6
pa(ra) atrás y al primero que encontremos le preguntamos le
dijo7 qué lo que
habrá visto él.
¡Ya está pu(es)!8
Hicieron la apuesta y volvieron. Entonces, cuando se encontraron con el
otro, que no iba muy lejos, le preguntaron:
¿De dónde es usted, amigo?
Yo soy de Sevilla.
¿Y qué se cuenta de nuevo por allá?
Le dijo:
Lo más nuevo que se cuenta le dijo es que había
una lavandera que estaba lavando una ropa a la orilla del río le
dijo y estaba lavando una gorra pa(ra) una guagua con dos cabezas.
¡Ahí está pu(es)! le dijo. ¿No
ve? ¿No ve que es cierto le dijo lo que yo le digo?: que
nació una guagua con dos cabezas.
¡Ya está pu(es)! Le ganó la apuesta.
Siguieron pegando9
pa(ra) adelante. Entonces el que se adelantó encontró más
allá a otro hombre, que lo saludó:
¿De dónde
es usted, amigo?
Yo soy de Sevilla, señor le dijo.
¿Y qué se cuenta de nuevo por allá?
Le dijo:
Lo más nuevo que se cuenta le dijo es que... en una
gran lechería que hay p(or) allá le dijo estaban
revolviendo la cuaja(d)a le dijo con las yeguas. Andaban las yeguas
revolviendo la cuaja(d)a le dijo pa(ra) hacer el queso.
¡(P)uta que sois10
embustero! le dijo. ¿Cómo va a ser eso?
Verdad le dijo. Y si no cree, le hago una apuesta pu(es).
Volvimos pa(ra) atrás le dijo y los11
vamos a encontrar con alguien le dijo que los va a decir algo
medio parecido con esto.
¡Ya pu(es)!
Volvieron con la apuesta
y encontraron al otro que iba más atrás. Y le hizo la misma
pregunta:
¿De dónde
es usted, amigo?
Soy de Sevilla, señor.
¿Y qué es lo más nuevo que se cuenta por allá?
le dijo.
¡Ah! le dijo, lo más nuevo que se cuenta le
dijo es que al partir un queso le dijo salió un potrillo
corriendo...
¡Ah! le dijo el otro. ¿No ve? Ahí está.
Seguramente andaba la yegua preña(d)a le dijo y parió
cuando andaban revolviendo la cuaja(d)a y el potrillo quedó adentro
le dijo. Y por eso es que el potrillo cuando partieron el queso
salió corriendo pu(es) le dijo.
¡Ja, ja, ja!
Muy bonita la mentira pu(es), oiga. Se ponían de acuerdo ellos pa(ra)
mentir pu(es). Así que así le ganaban la plata a los demás.
¡Ja, ja, ja!
4. PEDRO URDEMALES Y SAN PEDRO
(Narrado por Juan Bautista
Toledo Toledo, 73 años, de Cerro Negro, Maitenrehue, comuna de Angol)
Pedro Urdemales llegó
al cielo el día de San Pedro. Estaba San Pedro pesando las almas
arriba, al lado de Dios. Pedro llegó atrás de todos. Y lo
conoció San Pedro:
¡No, amigo!, usted no es alma. No es aquí ni acá.
Caballero, ¿por qué no me deja mirar un poquito siquiera?,
mirar un poquito no más: a(d)ónde pesan las almas ustedes;
de (d)ónde es Dios; de (d)ónde es aquí, acá.
Ya le dijo, pero un poquitito12
no más.
Llegó Pedro Urdemales a mirar un poquito. Y le abrió un poquito
la puerta San Pedro. Llega Pedro Urdemales ¡y le manda una rempuja(d)a13!
¡Yaaa! dijo San Pedro. ¡Tú no sos cristiano!
¡Y le planta un apretón! Lo cogió de las caderas pu(es).
¡Qué hueva(d)a14!
le dijo Pedro Urdemales, ¿acaso el resto de mi cuerpo no
es gente?
¡Ja, ja, ja!
¡Qué va a ser gente! le dijo San Pedro.
¿Acaso no es gente?, ¡miércales15!
gritaba Urdemales.
San Pedro lo cazó de las puras caderas. Total que quedó apreta(d)o
Pedro Urdemales, con las caderas afuera y la cabeza a(d)entro.
5. ROMANCE DE JUAN PORTELA
(Recitado por Fernando Segundo Arévalo Bastidas, 75 años, de Vegas Blancas, comuna de Angol)
Señores, les contaré,les diré de Juan Portela, | |
2 |
el
ladrón más afamadode la gran Sierra Morena. De mis padres fui querido,todos los gustos me daban. |
4 |
Que
yo haya sido perdido,una mujer fue la causa. Escuchen, señores míos,los16 dimos palabras ciertas |
6 |
para
casarlos los dos.Puse mi afición en ella, la que fue mi perdición.Sin tener de mí una queja |
8 |
esta
joven se casócon otro y a mí me deja, cuya causa me llevó |
10 |
cuya
causa me llevóa la gran Sierra Morena. Escuchen, señores míos,les diré de Juan Portela. |
12 |
Con
un sol de un medio díay un puñal fui disfrutado17.
Mis amigos ¿qué diríancuando me vi despreciado? |
14 |
Lloraba
de noche y díasiempre por una mujer, mas yo al ver su tiraníavenganza determiné. |
16
|
Como
a las doce del díaa su casa me marché y a su marido encontré,que los dos cenando estaban: |
18 |
¡Vengo
a quitarte la vidadelante de tu marido y pagaré con la míaacaso soy atrevido! |
20 |
¡Detén,
traidor, tu gran ira!Me miras con dolor y tristeza. Y al instante cayó muertadelante de su marido. |
22 |
Sin
decir "Ave María"de un tiro maté al marido. Una mañana robéun coche y una calesa; |
24 |
catorce
machos overos18 van
detrás de mí que vuelan; frente a la ventana del Carpiome escapé por una puerta |
26
|
Un
caballero venía, dije: ¡Alto!, ¡no te muevas!
El caballo y los dinerosle entregaréis a Portela |
28 |
y
si no dirás el credo,que disparo a toda priesa19.
A mi trabuco le dije:¡Vuelve cara, boca negra20!, |
30 |
Porque
tengo yo un caballonecesito una docena, ................................. y arriba jaca morena. |
6. BRINDIS DEL CAMPESINO (Recitado por Osvaldo Celestino Novoa Ramírez, 60 años, del sector Miraflores, comuna de Los Sauces)
Brindo dice un campesino
|
7. BRISDIS DE UNA PORTEÑA
(Recitado por María Felipa Saavedra, 68 años, oriunda de Cerro Negro, sector de Maitenrehue; vive actualmente en la localidad de Renaico)
Señores, yo soy porteña, de mi línea les alvierto22 y en este precioso puerto de este carro soy la dueña. Mi voluntade23 se empeña a brindar con ligereza. Esta copa de cerveza, señores, me voy a alzar, porque es bonito brindar en el nombre (d)e nuestra mesa. |
8. UN ATENTADO COBARDE (contrapunto en décimas)
(Recitado por Benito Benavente
Bizama, 65 años, trabajador del Fundo Maipo, comuna de Curanilahue;
vive ahora en Coihue, comuna de Nacimiento)
1 | Un
día lunes en la tarde llegué a casa de un amigo, donde pude ser testigo de un atentado cobarde. Está el boche que se arde, la mujer vuelta una fiera. Ella con voz lastimera quiere ofrecerle la cama; y le dan comienzo al drama de la siguiente manera: |
2 | ¡Anda
a acostarte, José!, duerme siquiera un momento, no querís24 tomar ni asiento, hombre, dímelo por qué. Desde cuando me casé te encuentro esta indeferiencia25. ¡Vaiga26, hombre sin conciencia! ¿Me querís quitar la vida? Con tu maldita bebida vas a concluir mi existencia. |
3 | ¡Cállate,
mujer fregada!, ya te dio por molestar. Si yo me pongo a gustar a vos27 no te importa na(d)a de que llego por allá y me recibes con boche. Si me apuras, tomo un coche y voy a seguir tomando adonde estaban cantando; no vuelvo en toda la noche. |
4 | Bastante
te asentaría, si cumplieras lo que has dicho; salieras con tu capricho con satánica porfía. Lo que ganas día a día se lo das al cantinero y yo prevenirte quiero para que dejes el vicio que te arrastra al precipicio y llamas al venidero. |
5 | Güena28
cosa, mujer lesa; hablás29 de pura mañosa30, no te falta ni una cosa y siempre lloras pobreza. ¿De qué vale la riqueza?, eso (d)e tener propiedades pa(ra) que las autoridades se pasen cobrando impuestos. Por eso es que yo protesto de tener comodidades. |
6 | ¿Qué
comodidades tienes? De nuevo puedes explicarte: no tienes dónde sentarte; desde luego, ¿a qué te atienes? Dime ¿cuáles son los bienes de los cuales me has hablado? Y dime ¿qué habís31 pensado que no querís trabajar?, que estás dispuesto a pasar toda la vida curado32. |
7 | Con
tanta bulla de asiento, en sentarme no hago malo, en el suelo o en un palo y siempre quedo contento. Eso del lujo es un cuento; yo para nada lo quiero. ¿Muebles?, tienes un brasero, una olleta, una mesa, un cucharón y una artesa y un tarro de lavadero. |
8 | ¡Qué
hombre tan sinvergüenza y amigo de hacerse el leso33!; tiene alcoholizado el seso y por eso poco piensa. Ser rico le crea ofensa y nunca buscar trabajo. Y tu lujo es ir borracho, calle arriba y calle abajo. Ya no vales ni un carajo Y hasta te las das de lacho34. |
9 | Bastante
me has insultado; ya te voy a poner freno; yo me he pasado de bueno que tanto te he soportado; porque me viste curado me agarraste a sermones. Soy yo el de los pantalones y en tal tú debes callarte y ahora para probarte toma este par de trompones35. |
10 | ¡Ay,
ay, ay!, José, por Dios, ya me echaste un ojo afuera, me apagaste la lumbrera de hombre tan bueno que sos36. Este golpe tan atroz de hombre malo te da fama. Juro por honor de dama que por pegarme, ignorante, desde hoy en adelante no duermes más en mi cama. |
9. A LA ORILLA DE UNA CAMINO
(Décimas recitadas
por Dagoberto Araneda Araneda ("don Dago"), 76 años, que nació
en Loma del Toro, trabajó en varios otros lugares de la cordillera
de Nahuelbuta y vive actualmente en la ciudad de Angol)
1 | Yo,
una vez (es)taba sentado en la vereda de un camino cuando vide37 (a) un campesino en su pingo bien montado. Con la grupa por un lado y una falda se le ve, yo, más fijo lo miré cre(y)endo que era su hermana y le dije a la cuyana38: ¡Véndame el lacito, che39! |
2 | Dijo
el huaso: Está cre(y)endo este hombre, a mi parecer, que traigo para vender lo que a mí me está sirviendo. Me dijo: No se lo vendo ni aunque le parezca mal. El huaso entró en lo formal y dijo: Venderlo quiero este lazo todo entero, pero menos el ojal. |
3 | Es
porque este ojal, patrón, es un ojal aprobado, porque estando abotonado nunca se sale el botón, ni se raja al estirón como a otros lazos le(s) pasa, ni tampoco se adelgaza y es muy duro, le prevengo, y es por eso que lo tengo para el gasto de mi casa. |
ABREVIATURA: DHACH = ACADEMIA CHILENA correspondiente de la Real Academia Española, Diccionario del habla chilena, Santiago de Chile, Universitaria, 1978.NOTAS1 Proyecto de investigación EP 2122, financiado por la Dirección de Investigación y Desarrollo de la Universidad de La Frontera. Algunos resultados parciales de este proyecto han sido dados a conocer en el VI Coloquio Latinoamericano de Humanidades: Identidad, Región y Cultura (Universidad del Bío-Bío, sede Chillán, septiembre de 2001) y en el XIV Congreso de la Sociedad Chilena de Lingüística (Universidad de Los Lagos, Osorno, octubre de 2001). 2 pololo, -a: es voz de origen mapuche y se refiere a la 'persona con la cual se inicia una relación amorosa' (cfr. DHACH: 182). 3prenda: metáfora común en el habla popular chilena para mencionar a la 'mujer amada' (cfr. DHACH: 186). 4 plata: nombre común para referirse al 'dinero'. 5 guagua: nombre de origen quechua, común en los países andinos, para referirse al 'niño recién nacido hasta más o menos un año de edad' (DHACH: 119). 6 volvimos: las formas verbales en emos (como volvemos) se suelen asimilar a las formas en imos. 7 La reiteración de los "verba dicendi" es uno de los rasgos discursivos más notorios en estas narraciones y es un modo de reforzar la distinción entre el habla de los personajes y el hablar del propio narrador. 8 ¡ya está pu(es)!: marcador discursivo muy común que indica aprobación de una proposición o cierre de un enunciado.
10 Como sucede con otras formas de voseo, las variantes sois y sos, como alternativas de eres, ocurren preferentemente cuando el narrador trata de caracterizar el habla de algún personaje. 11 La asimilación de la forma pronominal nos a los es bastante frecuente en el habla popular chilena. 12 El sentido de 'escasa cantidad' que expresa la locución adverbial un poco se refuerza mediante el empleo del diminutivo, simple o duplicado.
14 hueva(d)a: 'acción torpe, incorrecta' (DHACH: 123). 15 ¡miércales!: forma de expresión reprobatoria y eufemística que vale por ¡mierda! 16 Cfr. nota N11. 17 La forma pasiva fui disfrutado parece contener el sentido de la activa 'yo disfruté'. 18 machos overos: obviamente, no se refiere a mulos, sino a 'caballos de color canela claro'.
20 boca negra: expresión metonímica para referirse a un 'arma de fuego'. 21 potrón: forma aumentativa de potro. 22 alvierto: de alvertir, variante popular de advertir, por lateralización de la consonante dental sonora d en situación implosiva. 23 Ocasional adición de e átona después de consonante final, como simple apoyo. 24 Forma verbal voseante (éis) de un verbo en er asimilada a la correlativa (ís) de un verbo en ir. 25 indiferiencia: variante de indiferencia, donde se advierte una diptongación probablemente por analogía con otras formas diptongadas. 26 vaiga: rusticismo explicable como variante arcaizante de vaya. 27 Clara forma de voseo pronominal para caracterizar el habla de un personaje. 28 La variante fónica velarizada de b seguida del diptongo [we] es un claro rusticismo no muy frecuente en el habla de estos informantes. 29 hablás: variante de la forma verbal voseante habláis. 30 mañosa: adjetivo que en Chile se aplica a la 'persona que tiene costumbres irregulares e inadecuadas para la convivencia' (DHACH: 141). 31 Cfr. nota N24. 32 curado: 'embriagado, emborrachado'. 33 hacerse el leso: locución familiar que significa 'simular desconocimiento de algo en beneficio propio' (DHACH: 132). 34 lacho: 'galán, hombre enamoradizo' (cfr. DHACH: 130). 35 trompones: 'puñetes dados en la boca'. 36 Cfr. nota N10. 37 vide: forma verbal arcaica equivalente a vi. 38 cuyana: gentilicio de la región de Cuyo, en la República Argentina. 39 che: típica forma argentina de tratamiento para dirigirse al interlocutor.