NOTAS
The meaning of Patagonia
Marie Ritchie Key
El significado del topónimo Patagonia nos ha eludido, a pesar de intentos tales como un no verificable "pies grandes" para designar a los indios americanos de Tierra del Fuego. Presento aquí una posibilidad que me sugirió el estudio del Diccionario Yamana de Thomas Bridges. Este diccionario está ordenado por agrupaciones de los morfemas de modo similar a como está siendo compilado el diccionario sumerio en la Universidad de Pensilvania. El diccionario Yaman refleja la visión de mundo de estos pueblos del extremo sur del continente. Parece demostrar cómo el cerebro organiza y designa los diferentes elementos y artefactos del mundo de acuerdo a su percepción humana y usa la lengua para etiquetarlos.
The meaning of the place-name, Patagonia, has eluded us, in spite of bizarre attempts such as the unverifiable "big feet" to designate the American Indians of the Tierra del Fuego. I submit a possibility that is suggested to me by studying Thomas Bridges' Yamana Dictionary. The dictionary is arranged by grouping morphemes together, in an organization similar to the manner in which the Sumerian dictionary is being compiled at the University of Pennsylvania. The Yamana dictionary reflects the world-view of these southern-most peoples. It appears to demonstrate how the brain organizes and labels elements and artifacts of the world according to perceptionhow humans see the world and use linguistics to label it.
El territorio de la Patagonia incluye una variedad de climas extremos y de terrenos, así como la patria de una media docena de grupos de Indios americanos. Borrero (1997) proporciona un muy buen mapa con la localización de los gununa'kena (tehuelches del norte), mecharnuekenk, aónikenk (tehuelches del sur), selk'nam (onas), haush (mannekenk), chonos, kawéskar (qawasqar, alacalufes) y yámanas (yáganse). El propósito de esta breve nota es llamar la atención una vez más sobre el rico saber de los indios y las ideas a veces equivocadas que se han expresado como "historia" de los mismos, tanto como de recordar a los lectores la existencia de un excelente diccionario que nos entrega una visión de mundo distinta, lo que parece apropiado en esta ocasión, dado que se ha descubierto un dinosaurio en la región de la Patagonia y leemos titulares tan asombrosos sobre ello.
Los indios del desierto viven en lo que se describe como el más grande desierto de las Américas, donde el calor llega a límites extremos. En la parte más alejada del extremo de Sudamérica vivieron los "indios canoeros" y los "indios pedestres", quienes se las arreglaron para sobrevivir a los más terribles y fríos inviernos. Esta formidable punta de Sudamérica llegó a ser conocida como Tierra del Fuego desde los tiempos de Magallanes, debido a las fogatas que los indios mantenían en sus canoas mientras se desplazaban por las costas. Las fogatas también se usaron a lo largo de la costa como señales de humo.
El significado del topónimo Patagonia ha sido un problema desde que los navegantes europeos llegaron al área. El que se le ha atribuido es "pie grande", y se ha difundido en los libros escolares por tanto tiempo que sería difícil erradicar esta creencia. En esta etimología se identifica la primera parte con la palabra española pata, seguida de un presunto morfema gon, que no ha sido identificado.
Otra explicación de la palabra da cuenta del informe no confirmado según el cual Hernando de Magallanes habría acuñado el nombre porque "los nativos, con sus gruesas pieles, pelo grueso y caras pintadas, le recordaban a él el Patagón, un monstruo con cabeza de perro del romance español del siglo 16 Amadís de Gaula. La frase Patagonia, tierra maldita es proverbial" (Encyclopaedia Britannica 1982).
Otros le dan crédito a la explicación del cronista de Magallanes, Antonio Pigaffeta, quien se refiere a los indios tehuelches como los "gigantes", identificándolos de esta manera con los personajes del mítico Primaleón de Grecia, una novela de aquellos años (1512). Correas documenta a los estudiosos que aclararon esta situación yendo a las afirmaciones originales. Se dan referencias de autores argentinos y españoles en Correas y Aliaga (1998: 11-13). Estas y otras historias fantásticas del significado de la palabra es mejor olvidarlas, lo que implica que la etimología permanece incierta.
Existe todavía una posibilidad viable de descubrir el significado del topónimo Patagonia, que presento aquí. Planteo que el significado en cuestión podría ser extrapolado del gran diccionario de lengua yagán (= Yágan = Yahgan = Yamana), registrado por Thomas Bridges durante la segunda mitad del siglo XIX.
Bridges (1987) utilizó una disposición poco usual en la recopilación de su diccionario, y es que no está en estricto orden alfabético. El estaba bien informado de la vida y de la lengua de los indios como para poder agrupar los morfemas en conjuntos que reflejaban el modo en que los indios miraban el mundo. Así, un morfema podría encontrarse en varios lugares del diccionario dependiendo de su rango de uso, de los afijos que iban con él y de las relaciones semánticas con otros morfemas. Tal es el caso de la palabra yagán /-patagón-/. Los siguientes ejemplos ilustran algunas de las entradas:
Página 99: < u-patagön-a > 'Ampliar, ensanchar. ...Estirar, como cuando una persona estira sus brazos, alas, chaleco, etc. ...'.
Página 211: < kupata-gu-möni > 'Ir hacia (un lugar) y ampliar, o estirar los brazos'.
Página 372: < patag-önia > 'Para referirse a cualquier cosa o superficie ancha; ...'.
Página 555: < tupatag-öna > 'Extender, abrir hacia fuera, ...'.
Las agrupaciones de morfemas en esta disposición poco común muestran un análisis que sólo pudo ser hecho por una mente precoz con amplia experiencia y conocimiento de la lengua. Mientras examinaba el diccionario de Bridges, recordé en innumerables ocasiones el diccionario Sumerio que está siendo recopilado por la Universidad de Pensilvania, que está organizado por "unidades léxicas" (Sjöberg 1984-1998: vii), con vocabulario relacionado y abundantes ilustraciones agrupadas después de la presentación de cada morfema. Algunas palabras importantes tales como agua y cuerpo ocupan docenas de páginas, de modo similar al diccionario yagán de Thomas Bridges.
Volviendo al comienzo: Thomas Bridges era huérfano. Cuando tenía 13 años fue llevado a Sudamérica como hijo adoptivo de una familia misionera. Thomas fue asumiendo gradualmente responsabilidades de adulto y, mientras se mezclaba con los yaganes, llegó a adquirir una gran fluidez en esa lengua y empezó a mostrar extraordinarias habilidades lingüísticas, usando cada pedazo de papel para registrar palabras, frases y expresiones que él escuchaba entre los nativos. Cuando llegó a la adultez, se transformó en misionero y decidió quedarse entre los indios. Durante una de sus licencias en Inglaterra, se enamoró de una mujer igualmente excepcional, Mary Ann Varder, quien lo apoyó totalmente en su trabajo con los indios. Uno de sus hijos, Lucas, escribió acerca de su vida en Tierra del Fuego (Lucas 1963). Mary era de Devon, en el sur de Inglaterra, y los dialectos británicos le dieron cierto sabor a las glosas del diccionario. (En Orton et al. 1978 se pueden examinar las características del dialecto de Devon).
Mientras tanto, en Inglaterra, Thomas Bridges buscaba filólogos que pudieran enseñarle algunas técnicas que mejoraran su intento por escribir la lengua y darle consejos profesionales de cómo bosquejar y describir el diccionario que había estado recopilando desde sus años de adolescente. La larga y emocionante historia de cómo se le perdió el manuscrito y luego sobrevivió la "gran guerra", para finalmente ser editado por dos estudiosos alemanes, Ferdinand Hestermann y Martin Gusinde, está documentada en Lucas Bridges. Los editores sacrificaron innumerables horas tratando de comprender la disposición inusual del vocabulario yagán, con glosas escritas a mano en un dialecto británico de cien años de antigüedad. No es sorprendente que las frases traducidas torpemente contribuyan a un ejercicio intelectual que el lector de hoy día tiene dificultades en vencer.
El diccionario del yagán debe ser estudiado cuidadosamente antes de que se aprecie su valor. No se le ha dado la importancia debida y se ha subutilizado. Como se hizo ver más arriba, no ha sido analizado completamente, pero la disposición está basada en agrupamientos de morfemas que tienen relaciones entre sí, con listados alfabéticos dentro de estos agrupamientos. La gran atención de Bridges a la formación de palabras es quizás su contribución lingüística más importante. Por ejemplo, en las páginas 90-91 (y siguientes) presenta una media docena de palabras que tienen que ver con 'enrollar', y después da derivados que muestran docenas de significados. La agrupación de palabras también explica cómo es que este diccionario incluye más de 32.000 ítemes, y es que se puede observar una razonable estructura semántica en los morfemas básicos que ha reunido y explicado con cientos de ejemplos de frases y oraciones.
Las relaciones de parentesco comprenden 61 términos; sinónimos o parasinónimos muestran la creatividad del pensamiento yagán. El ha hecho muchas observaciones gramaticales a través del diccionario. Un ítem favorito suyo ejemplifica el morfema utilizado para indicar maneras y aspectos de 'morder' (1987: xvii) con diez palabras diferentes y diversas traducciones. A partir de la simple forma /iúa/ 'morder' se amplía el vocabulario: 'agarrar, como un perro su presa; morder, o morder partiendo en dos; morder al pasar; morder en vez de, por ejemplo, equivocadamente; morder con suavidad, como mordisquear y dejar ir, como un perro a un animal que escapa; como perro; dejar, como un perro a un animal que ha apresado o un pez que abandona el anzuelo que lo había pescado; morder con suavidad; morder nuevamente; con inclinación a morder; dado a morder; desear morder; morder lo que uno no espera encontrar y herirse de esta manera, como, por ejemplo, cualquier sustancia extraña que uno esté comiendo; morder a veces, de vez en cuando, repetidamente; rasgar mordiendo; cortar en pedazos para distribuir; morder dejando trozos; herir seriamente mordiendo'.
La lengua yagán muestra un predominio de relaciones espaciales a través del diccionario de Bridges. Lucas Bridges (1963: 34-5) da un ejemplo de orientación espacial usando la palabra para 'playa': el vocablo se usa dependiendo de la posición de la playa en relación con la posición del hablante, la dirección en que mira, y si el hablante tenía tierra o agua entre la playa y él mismo. Si el hablante estaba en una canoa, la palabra podría diferir de aquélla usada en tierra firme. La orientación del interlocutor también era relevante: su dirección, y si el oyente se encontraba en la playa o en una canoa.
Una característica sorprendente del yagán es la presencia de préstamos del inglés. Esto se explica, por supuesto, por contactos con ingleses, comenzando con la expedición de 1826 del H. M. S. Beagle cuando cuatro yaganes fueron llevados a Inglaterra para luego ser traídos de vuelta. Décadas más tarde, el trabajo misionero de Thomas Bridges y las escuelas a que asistieron los niños contribuyeron al fenómeno de las "lenguas en contacto".
Uno de los modos de vida que llamó la atención de los científicos fue la capacidad del pueblo yagán de soportar los vientos y temperaturas bajo cero sin usar ropa. En verdad, mucha gente usaba a veces pieles de animales para protegerse. La palabra para 'pobre' /api tupan/ significa literalmente 'cuerpo solo', es decir, 'desnudo'. Esto se refiere a la falta de piel de animal sobre una persona pobre, lo que demuestra que los indios de los canales no tenían fácil acceso a los animales del bosque (Lucas Bridges 1963: 62). La palabra para 'escuela' ilustra otro comportamiento de los yaganes. Durante los ritos de iniciación, se dan enseñanzas religiosas, morales y técnicas, junto con el canto y la danza. Los iniciados eran sometidos a pruebas específicas y a restricciones dietéticas. Los instructores eran los hombres más experimentados y las mujeres mayores. El propósito básico de la /ceaxous/ o escuela era el de promover la formación "de hombres buenos y útiles para la tribu". Esta institución fundamental, que perseguía formar el carácter y las costumbres, así como la adquisición de destrezas para enfrentar la naturaleza, era el centro de la cultura yagán.
La colección de narraciones yaganes de Martin Gusinde se editó y publicó en la serie de Wilbert y Simoneau (1977) de folklore sudamericano. Los textos se agrupan a través de los siguientes temas: Cómo se creó el mundo, El cielo y la tierra, Los héroes de la cultura, Mitos explicativos, Mitos éticos, Historias acerca de los shamanes, espíritus y ogros. Las historias están indexadas por motivos, como en el resto de la serie.
Es suficiente que Thomas Bridges produjera el extraordinario trabajo que, a medida que sea estudiado, continuará revelando el pensamiento y las estructuras cognitivas de los indios yaganes. Su legado se puede ver también en el trabajo de su hijo, Lucas, quien fue notable de un modo muy particular: él jugó, cazó y luchó con niños y jóvenes yaganes y onas; escuchó sus historias alrededor de las fogatas. Aprendió bastante de sus costumbres, de modo que pudo producir uno de los libros más exquisitos que nos lleva directamente a la cabeza, corazón y vida de la comunidad indígena. Este recuento etnográfico complementa el diccionario de su padre de un modo iluminador.
Patagonia está en las noticias hoy en día con títulos que llaman la atención (Hesman 2000: 223; Chiappe et al. 1998: 258-261). Los arqueólogos están sacando el barro de huesos y huevos de dinosaurios, que sorprenden a los paleontólogos por su tamaño y edad. Estos despliegues prehistóricos se pueden ver en el museo municipal de Neuquén y en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio, en Trelew, ambos en Argentina. La investigación involucra la participación internacional. Estos hallazgos se han anunciado sólo recientemente y todavía no aparecen en los textos. Y cuando nuestra atención se centra nuevamente en esta parte del mundo, podemos recordar que varios grupos de indios deambularon por el insoportable desierto cálido y probaron las aguas heladas del extremo sur.
Hay ocasiones en la historia humana en que dos o más eventos notables se juntan y producen algo extraordinario. Tal ocurre, creo, con los talentos lingüísticos de un joven que fue llevado a la "parte más extrema de la tierra" para mezclarse con los indios americanos que ocupaban el terreno más austral del continente sudamericano. El era demasiado joven y completamente dependiente para haber sido capaz de tomar una decisión por sí mismo, pero lo hizo. Nadie habría predicho que produciría un brillante trabajo lingüístico que refleja la estructura semántica de la lengua de los indios de una manera que muy pocos diccionarios pueden hacer.
University of California, Irvine
Department of Linguistics
Irvine, CA 92697, USA
Borrero, Luis Alberto. 1997. "The origins of ethnographic subsistence patterns in Fuego-Patagonia". 60-81. In Colin McEven, Luis A. Borrero and Alfredo Prieto [ver más abajo].
Bridges, E. Lucas. 1963. Uttermost part of the earth. London: Hodder and Stoughton, 558 pp. [ver abajo: Moeller, Rosemary H.]
Bridges, Thomas. [1933] 1987. Yamana-English: a dictionary of the speech of Tierra del Fuego. Eds. Ferdinand Hestermann and Martin Gusinde. Austria: Missionsdruckerei St. Gabriel, Mödling. Reimpreso en 1987, Rae Natalie Prosser Goodall "for the descendants of Thomas Bridges". Buenos Aires, Argentina: Zagier y Urruty Publicaciones, 665 pp.
Correas, María Eugenia & Cristián Aliaga, editores. 1988. Los mejores relatos patagónicos. Rosario/Buenos Aires, Argentina: Ameghino Editora. 207 pp.
Encyclopaedia Britannica. 1982. 15 ed. s.v. Patagonia. Vol. 13: 1068.
Hesman, Tina. 2000. "Dinosaurs, party of six, meta eating". Science News 157 (April 1).
Chiappe, Luis M. et al. 1998. "Sauropod Dinosaur embryos from the Late Cretaceous of Patagonia". Nature 396 (Nov. 19).
Orton, Harold, Steward Sanderson, & John
Widdowson, editors. 1978. The linguistic atlas of England. London:
Croom Helm, Humanities Press, Max Hueber Verlag, Shubun International Company.
Sjöberg, Åke W., ed. et al. 1984-1998. The Sumerian dictionary:
of the University Museum of the University of Pennsylvania. Philadelphia,
Pennsylvania: The Babylonian Section of the University Museum.
Wilbert, Johannes, ed. 1977. Folk literature of the Yamana Indians: Martin Gusinde's collection of Yamana narrative. Berkeley & Los Angeles: University of California Press. 308 p.