ALVAREZ, NICOLÁS EMILIO. Discurso e historia en la obra narrativa de Jorge Luis Borges. Examen de Ficciones y El Aleph. Society of Spanish and Spanish-American Studies. 1998. 258
Jorge Lagos C.
Este libro sobre parte importante de la obra de Borges se compone de cuatro secciones primordiales: una Introducción, que incluye una nota biobibliográfica, la metodología y una terminología crítica; el Capítulo I, que examina diecisiete cuentos de Ficciones; el Capítulo II, con diecisiete cuentos de El Aleph, y un Capítulo III con las Conclusiones dedicadas al Discurso narrativo y a la Historia narrativa de uno de los más preeminentes escritores de la literatura universal del siglo XX.
La Nota biobibliográfica resalta la genialidad del poeta, ensayista y narrador, y la relevancia de su obra poética traducida a diferentes idiomas y que le valiera ser galardonado en 1961 por el Congreso Internacional de Editores con el Premio Internacional de Literatura o premio Formentor.
Borges es considerado aquí -y así lo demuestra el autor- un anticipador, a través de su literatura y su pensamiento, de varias corrientes de teoría y crítica literarias que posteriormente surgirían en el ámbito del desarrollo de la historia de las ideas.
A cien años ya de su nacimiento (24 de agosto de 1899), Borges sigue siendo considerado como un autodidacta de erudición inaudita y universalista, motivo de asombro para el mundo intelectual y académico.
Metodológicamente, el texto se ocupa del estudio de los procedimientos de producción del texto borgiano a través de un análisis narratológico en combinación con la aplicación de diversas teorías estéticas y de crítica literaria procedentes de la semiótica, de la desconstrucción, de la teoría del lector, de la hermenéutica, la metaficción y la intertextualidad.
El autor aclara que en el análisis narratológico la obra de Borges ha sobrepasado la teoría de Genette; por tanto, en principio se adoptaron criterios metodológicos y definiciones de diégesis, metadiégesis, narrador homodiegético, autodiegético y heterodiegético, así como acto de narración y conceptos como analepsis, prolepsis, metalepsis, paralipsis y focalización; sin embargo, hubo que agregar conceptos como prediégesis, subdiégesis, posdiégesis, narrador autorial, narrador doble, lector invocado o autorial, discurso autorial y la modificación de algunos conceptos propuestos por Genette.
Borges -expresa Alvarez? no tan sólo rebasó la teoría de Genette, sino también se anticipó, literariamente, en prever la vigencia del concepto de logocentrismo preferentemente en la tradición cultural de Occidente, procediendo a construir y desconstruir simultáneamente sus textos narrativos, y en determinar la dualidad ínsita de toda escritura, lo que Derrida plantearía después mediante el opósito de "diferencia y deferencia".
Agrega y aclara el autor en el tercer apartado de la Introducción la terminología crítica que usará en el análisis del corpus literario seleccionado. Conceptos como los ya mencionados del análisis narratológico son examinados sobre la base de estudiosos como Roland Barthes, Umberto Eco, Michel Foucault, Hans-Georg Gadamer, Claude Lévi-Strauss, Wolfgang Iser y Thomas Sebeok, entre otros.
En el Capítulo I analiza los diecisiete relatos de la reedición de Ficciones de 1956.
En algunos de los relatos el autor proporciona antecedentes pragmáticos de cada uno de ellos, atinentes al examen narratológico que va a realizar. En el desarrollo, hermenéuticamente va precisando los genomitos, elementos simbólicos mitopoéticos y los procedimientos narrativos cardinales de la narrativa borgeana.
Observemos cómo procede el autor, a modo de ejemplo, en el análisis de "El milagro secreto", uno de los relatos de Ficciones. Comienza exponiendo Alvarez:
El discurso narrativo importa una prediégesis, una diégesis y tres metadiégesis relatadas por un narrador omnisciente. La diégesis expone un argumento relativamente sencillo que gira en torno del protagonista Jaromir Hladik, autor de la tragedia inconclusa "Los enemigos", autor también de una "Vindicación de la eternidad", de unos poemas expresionistas, de un estudio de las fuentes judías indirectas de Jakob Boehme, amén de otros estudios sobre Abenesra y sobre Fludd y traductor asimismo del "Sepher Yezirah". Hladik es detenido por la Gestapo a causa de una delación sobre su linaje judío, acusándosele además de que su obra es judaizante. El escritor es sentenciado por Julius Rothe a morir el 29 de marzo de 1939, a las 9:00 a.m. Ante el paredón de fusilamiento, ocurre el milagro impetrado por Hladik a Dios: "El universo físico se detuvo". El escritor dispone entonces de un año para dar término a su drama en verso intitulado "Los enemigos" y, al concluirlo, cae acribillado ante la descarga de fusilería, eran las 9:02 a.m. del día prefijado. Esta es la diégesis a la cual se integran las tres metadiégesis: la primera, un sueño; la segunda, la obra dramática "Los enemigos" y la tercera, otro sueño (58).
Luego Alvarez explica, para la comprensión del lector, la función de las tres metadiégesis y su incidencia en la diégesis antes descrita, logrando así delimitar la "historia del discurso" y los tipos de narradores insertos en cada uno de los planos diegéticos.
Concluye, finalmente, que los fundamentos conceptuales predominantes son la Teología y la Metafísica y no la Psicología, "pese al extraordinario importe cobrado por la profundidad sicológica..." (63). Por tanto, el genomito capital del relato es eternidad/tiempo realizado mediante una operación conjunta de distintas categorías temporales: el tiempo sucesivo del mundo físico del lector, el tiempo circular y el tiempo síquico, ubicadas las tres dentro de un tiempo sin tiempo: el no-tiempo de la eternidad.
En el Capítulo II realiza el autor el mismo ejercicio analítico con los diecisiete relatos contenidos en la reedición de El Aleph de 1952. Ahora tomanos como ejemplo el análisis de "Emma Zunz", relato
de aparente hechura policíaca en el cual la protagonista comete un crimen perfecto. Emma Zunz asesina a Aarón Loewenthal, codueño de la fábrica donde ella trabaja, a fin de vengar la traición que éste le había hecho a su padre seis años antes, pues Emanuel Zunz había sido sentenciado por un desfalco que él confía a su hija que había sido cometido por Loewenthal. La justicia se incauta de la casa de la familia Zunz y Emanuel huye al Brasil. El relato se inicia al recibir Emma una carta comunicándole la muerte de su padre. La joven elabora entonces un plan: se deja ultrajar de un marinero bajo visos de prostitución y procede a entrevistarse con Loewenthal con el pretexto de delatarle los pormenores de una huelga, asesina a éste y alega ante la justicia que Loewenthal la había hecho ir a su casa pretextando que le informara sobre dicha huelga y había abusado de ella (126-127).
Para Alvarez, el genomito esencial de este relato se configura por el opósito idealismo/realidad, asentado en el hecho de que frente a lo humano se alza el mundo de la Idea, la esfera platónica de los arquetipos, en el cual el arquetipo de Justicia se consuma porque a la muerte del inocente corresponde la muerte del culpable, haciéndose que la moralidad humana se vea trascendida por leyes metafísicas superiores... (135), pues "Emma Zunz" se construye con la finalidad de elaborar una problemática de lo real, aunque en principio se presente una aparente verosimilitud realista que se abre hacia un realismo trascendente fundamentado ?en términos del autor? en un dualismo y en una rectangularidad meridianamente simbólicos.
El autor concluye de este modo, tras un exhaustivo y riguroso análisis que considera hasta los más minúsculos narratemas, que, sin duda, inciden en el conjunto semiótico del relato: la virginidad y el "ultraje" premeditado de la protagonista, la venganza como respuesta a la pérdida de la "casita" patrimonial, mezclada con una neurosis resultante de una inconsciente incestuosidad de Emma, la transformación de una justicia humana por una Justicia divina que incorpora un factor ideológico que cambia el sistema de relaciones semióticas del relato, etc. De aquí surgen otros genomitos representados por los opósitos realismo/dualismo; justicia divina/justicia humana; triangularidad/rectangularidad y el opósito esencial antes mencionado, idealismo/realidad.
El Capítulo III se titula Conclusiones: poética narrativa. En él se da cuenta detallada de cada uno de los macrorrasgos de la poética borgeana considerando el discurso narrativo y la historia narrativa en casi la totalidad de la obra artística del poeta, ensayista y narrador hispanoamericano.
Son destacables en este capítulo tanto los procedimientos de producción formalizados y sistematizados por Alvarez, extraídos del desarrollo de su análisis de la obra artística de Borges, como aquellos que el mismo escritor planteó en una disertación ofrecida en Montevideo en 1949 a propósito de la literatura fantástica moderna o la de ciencia ficción. Los cuatro procedimientos narrativos esenciales de esta literatura son: a) la obra de arte dentro de la misma obra. Tanto Ficciones como El Aleph incluyen, explícita o implícitamente, alusiones a otro o más textos, a veces fidedignos o apócrifos, agregando en la práctica de este procedimiento el empleo de la prediégesis; b) los sueños. Borges consideró el sueño mismo como obra de ficción, y lo incluye como procedimiento narrativo en paridad con el procedimiento de la obra de arte dentro de la obra de arte, c) el doble. Procedimiento éste referido a la doble identidad de un mismo personaje o la identificación de un personaje con otro a veces por simetría o por simple oposición, y d) el viaje en el tiempo. Este procedimiento le permite al protagonista desplazarse en el tiempo y en el espacio, al pasado o al futuro.
Estos cuatro procedimientos -aclara Alvarez- permitieron la implementación de la literatura fantástica borgeana y corresponden a la segunda etapa narrativa de su poética.
Otro procedimiento destacable evidenciado por Alvarez es la "Autodesconstrucción deliberada", desde el cual Borges, intencionalmente, procede a la desestabilización de sus narraciones haciendo que elementos inherentes a la historia o al discurso narrativo se dirijan a "calificar, subvertir o a indeterminar la coherencia lógica de la historia narrada o los fundamentos del propio discurso narrativo" (216).
Esta desestabilización opera en los niveles discursivos informados por los subtextos (acotaciones que el narrador hace en notas al calce o finales), las prodiégesis (introducciones ficcionales a las diégesis), las diégesis (contiene las historias primarias de las narraciones) y las posdiégesis (epílogos ficcionales).
Tanto para la elaboración del concepto de "Autodesconstrucción deliberada" como para el de "Desconstrucción" proveniente de Jacques Derrida, el autor se basa en la propuesta conceptual de Jonathan Culler: On Deconstruction: Theory and Criticism after Structuralism.
Como evidencia de la desconcertante erudición de Borges, Alvarez destaca también el procedimiento de "Intertextualidad" (G. Genette, The Architext), pero de una intertextualidad de ámbito universal "que ostenta un conocimiento de causa que abarca desde el Sepher Yezirah y el Zendavesta hasta Bertrand Russell y Albert Einstein y envuelve tanto el pensamiento oriental como el occidental" (128), lo que demuestra el pensamiento y la cultura universalista del vate.
En el segundo apartado de las Conclusiones..., la Historia narrativa es dividida en dos campos temáticos: la ficcionalidad, aportada por la referencialidad transitiva de la temática, y la metaficcionalidad, generada por la autorreferencialidad de la narración a sí misma. Cada campo temático incorpora sus genomitos acorde con sus modalidades temáticas. Así, en el primer campo se encuentran, por nombrar algunos, el laberinto, crítica de la identidad (el doble), crítica teológico-religiosa, heterogeneidad temática, crítica de la realidad.
En la metaficcionalidad encontramos genomitos como semiosis autorial y semiosis lectoral, metaficcionalidad y ficcionalidad, focalización actancial y focalización narratorial, originalidad e intertextualidad, estética y ética, narratorialidad omnisciente y narratorialidad autodiegética, etc.
La absoluta libertad de creación de la segunda etapa de la narrativa borgeana, sitúa su obra narrativa en el marco de una temática americanista, universalista y neofantástica desligada de un compromiso inmediato de acción política o social, enraizado no obstante ?como expresa Alvarez? "en las más profundas realizaciones intelectuales y culturales del pensamiento occidental y oriental" (237).
Logra así el autor cumplir a cabalidad y ampliamente con su propósito inicial: estudiar, mediante la observación minuciosa y la descripción detallada de los planos discursivo y narrativo, los procedimientos de producción de la obra borgeana. Va incluso más allá de lo propuesto, pues a través de su análisis podemos apreciar el aporte anticipado de Borges a la Teoría de la recepción, formalizada recién por los alemanes en la década del sesenta y desarrollada aún incipientemente por los estudiosos actuales.
Este importante, serio, riguroso, ágil y ameno estudio especializado de 258 páginas sobre la obra de Borges, se sustenta en la revisión completa de la producción literaria borgeana y en la consulta de más de doscientos textos especializados sobre tópicos variados atinentes a la problemática tratada. Un aporte más al estudio de uno de los grandes escritores hispanoamericanos y al pensamiento occidental actual.
Universidad de Tarapacá
Facultad de Humanidades
Departamento de Español
Casilla 6-D, Arica, Chile