ESTUDIOS FILOLÓGICOS, N° 32, 1997, pp. 7-13
DOI:
10.4067/S0071-17131997003200001

 

La coordinación: las unidades de análisis discursivo y su relación con el nivel sintáctico y fonológico*

Coordination: the units of discourse analysis and their relation to the syntactic and phonological level

 

Gladys Cepeda, Carmen Jeldres, Marcela Cárdenas

* Resultados parciales del Proyecto 1940856 FONDECYT y S-94-03 DID-UACH, financiados por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico y la Universidad Austral de Chile, respectivamente.


 

La coordinación, la estructura sintáctica de mayor frecuencia en una situación de habla semiformal de entrevista, conlleva el uso de conjunciones conectoras del habla. Este trabajo presenta evidencia del habla de Valdivia sobre la función discursiva de estos ítemes léxico-conjuntivos en cuanto a su ubicación dentro de las unidades de análisis discursivo: intercambio, turno, acto de habla y las unidades fonológico-suprasegmentales de análisis de la entonación.


 

Coordination -the most frequent syntactic structure in a semiformal interview situation- involves the use of conjunctive connectors of speech. This study provides evidence from Valdivian Spanish for the discourse function of these conjunctive lexical items. The evidence considers their placement within the discourse units of analysis: interchange, turn, speech act and the phonological suprasegmental units of intonational analysis.


Además de caracterizar los lugares de ocurrencia en el discurso en los cuales ocurren las conjunciones coordinantes ­tanto a nivel interactivo como pragmático­ debemos considerar la posibilidad de que las propiedades gramaticales de los ítemes mismos también contribuyan con la función discursiva del enunciado (Schiffrin 1987). Con este propósito, el presente trabajo enfoca el estudio de las conjunciones coordinantes en el español de la ciudad de Valdivia en una situación discursiva de entrevista personal. El análisis hace una taxonomía de las conjunciones, ubicando el lugar de ocurrencia de ellas en los diferentes niveles de análisis, identificando su función discursiva a nivel macroestructural, ilocutorio, y suprasegmental a partir de una submuestra sociolingüística representativa del lugar.

El análisis lingüístico de los mecanismos de relación de que dispone el hablante para comunicarse, hoy en día se enmarca en un nivel supraoracional o discursivo y trata de acercarse al habla cotidiana. El hablante se expresa por enunciados, que se relacionan en párrafos, y éstos, conectados entre sí, crean el texto discursivo, manifestación total de la intención del hablante (Fuentes 1996a y b). Esta conexión se logra a través de la cohesión ­mecanismo de repetición que puede darse en el nivel gramatical o léxico­, o bien marcarse con elementos formales específicos, como son los conectores textuales o marcadores discursivos (Casado 1993). Una de las funciones de los marcadores del discurso ­conectores o no­ consiste en facilitar las inferencias que se desean comunicar, favoreciendo algunas conclusiones inferenciales e impidiendo otras (Grice 1989, Ducrot 1980, Blakemore 1992). Los conectores son los elementos lingüísticos que muestran con más evidencia este hecho, por lo que el conector es la unidad que vincula un enunciado con otro elemento anterior y su significado proporciona una serie de instrucciones que guían las inferencias que se han de obtener de los dos miembros relacionados (Portolés 1993: 144).

La conexión es un concepto independiente de cualquier unidad gramatical, sea oración u otra estructura menor. A diferencia de los enlaces cohesivos anafóricos, que se establecen normalmente entre un segmento de una oración y un segmento de otra, la conexión pone en relación globalmente a las oraciones. Los indicadores de las relaciones conectivas son conjunciones o complementos adverbiales. Entre las conjunciones de valor cohesivo figuran las coordinantes y algunas subordinantes. La diferencia entre las conjunciones y los adverbios conjuntivos reside en que, por lo general, los adverbios tienen más movilidad que las conjunciones, fijadas casi siempre al comienzo de la cláusula (Mederos 1988: 211-213). Las conjunciones marcan relaciones estructurales entre las partes constituyentes de una oración. Las conjunciones también tienen valores semánticos que restringen parcialmente lo que puede conectarse; tales valores interactúan con los significados de las proposiciones que se conectan; esta interacción está controlada no sólo por reglas de conexión semántica, sino también por principios pragmáticos que crean significados a nivel interno y externo del discurso. Así, un análisis de las funciones discursivas de las conjunciones tiene la ventaja de ofrecer una visión más sistemática del contexto discursivo (Schiffrin 1987: 188). En este sentido, el análisis que sigue hace una relación de la función discursiva con que se usan las conjunciones a nivel discursivo interactivo, la intención comunicativa del hablante a nivel pragmático, la función léxico-semántica y sintáctica de ellos y su relación con respecto a las unidades entonacionales tonales y la función expresiva y gramatical que conllevan.

METODOLOGIA

El material de análisis corresponde a 18 entrevistas semiformales de 30 minutos de duración entre el investigador y el informante, sobre temas de interés para este último. Los sujetos incluyen a 9 mujeres y 9 hombres, quienes representan a tres grupos de edad y tres grupos socioeconómicos de la ciudad de Valdivia, estratificados según un índice ad hoc que incluyó variables con 7 intervalos que adjudicaban puntajes para dicho efecto, correspondiendo los puntajes más altos al estrato alto, los más bajos al estrato bajo y los puntajes medios al estrato medio. Los grupos de edad considerados fueron: generación 1 (entre 11 y 19 años), generación 2 (27 a 49 años) y generación 3 (67 a 79 años). La submuestra fue seleccionada de una muestra representativa de 266 entrevistas a valdivianos mayores de 10 años (Cepeda et al. 1988).

El estudio consistió en determinar, en primer lugar, si la conjunción coordinada tenía una función exclusivamente sintáctica, a nivel de oración, o si, por el contrario, tenía sólo, o además, una función discursiva a nivel textual.

En una primera etapa se clasificó a las conjunciones siguiendo la clasificación sugerida por Fuentes (1980) y Revilla (1974): 1) copulativas (y, e, ni, que); 2) disyuntivas (o, u, bien); 3) adversativas (pero, mas, sino, aunque, no obstante, sin embargo y otras); 4) distributivas (aquí... allí, tan pronto, y otras); 5) causales (porque, ya que, puesto que, y otras) y 6) consecutivas (o sea, luego, así que, por lo tanto y otras). En seguida se clasificó a las conjunciones según su ubicación en el turno del informante, pudiendo ser éstas un marcador de inicio, de cuerpo o de término, según estuvieran ubicadas al comienzo de la entrega de información, dentro del turno, o al final del turno del informante, identificando la función discursiva de ellas en ese contorno.

En una segunda etapa se determinó la posición que ocupaban las conjunciones en relación con los actos de habla utilizados: posición inicial, de cuerpo, de término dentro de esta función pragmática de intencionalidad comunicativa o constituyendo el total de la unidad de acto de habla. Para ello se utilizó la taxonomía propuesta en Pilleux (1996), basada en Fraser (1983): actos de habla representativos (aserciones, descripciones), directivos (sugerencias, órdenes), comitivos (promesas) y evaluativos (expresiones de pena, simpatía).

En una tercera etapa se ubicó la posición que ocupaban las conjunciones dentro de la unidad tonal: posición de inicio, de cuerpo, de término o constituyente total de la unidad. Las unidades tonales consideradas fueron aquellas propuestas en Cepeda y Roldán (1996), determinadas según el modo en que se realiza el acento tonal (Bolinger 1986) y usadas secuencialmente dentro de la cadena hablada: monotonos altos (H) y bajos (L) o de combinaciones de los dos (Pierrehumbert 1980, Ladd 1983); unidades que fueron asociadas a una función expresivo-comunicativa y a una función gramatical dentro del contorno de ocurrencia.

Finalmente, el corpus de datos fue sometido a un análisis estadístico inferencial aplicando el test de docimacia z y estableciendo la significación estadística de los datos al 5% (1.645), sobre la base del cual se hizo el análisis lingüístico y la interpretación de los resultados.

RESULTADOS

De un total de 3.675 conjunciones coordinadas realizadas en los ítemes léxicos incluidos en la tabla 1, la copulativa y (57%) resultó ser la de ocurrencia más frecuente, seguida por pero (14.1%) y porque (10.6%). El uso de ellas como marcador discursivo fue mayor (60.7%) que su uso puramente sintáctico (39.3%). Las conjunciones más usadas a nivel sintáctico fueron y, pero, o, porque, ni y sino; y a nivel discursivo lo fueron: y, pero, porque, o sea y así que; tanto como, y ya que sólo aparecieron a nivel sintáctico.

 

Tabla 1
Función lingüistica (porcentajes y totales)
 
* Negritas marcan frecuencias contrastivas

De este modo, el corpus de datos apoya lo expresado por Fuentes (1996b), ya que tanto a nivel sintáctico como a nivel discursivo aparecen con frecuencias similares iguales ítemes léxico-semánticos: y, pero y porque, los resultados indican que la dimensión interna descrita por la sintaxis oracional se elige de acuerdo a la dimensión más amplia de la organización discursiva del enunciado. Mas, hay constituyentes que son de uso más exclusivo en el nivel sintáctico, por ejemplo o, ni, y otros en el nivel discursivo: así que, o sea.

Las conjunciones con función de conector discursivo fueron usadas en su mayoría como marcadores de cuerpo del turno (.88), siendo menor su función de iniciadores del turno (.11) y casi nula como indicadores de término (.01). Por lo tanto, los datos concuerdan con el concepto de que el conector es "la unidad que vincula un enunciado con otro elemento anterior" (Portolés 1993: 144), pero esencialmente dentro del turno de habla del entrevistado.

La función cohesiva de los inicios aparece como más importante a nivel de acto de habla. Es en este nivel pragmático de expresión de la intencionalidad del hablante donde los conectores, además de conectar el cuerpo del acto de habla (.51), también conectan el inicio de un acto de habla (.46) con otro anterior. Nuevamente, la función demarcativa de término es casi nula (.02).

Sin embargo, es a nivel fonológico donde los marcadores tienen como función básica el indicar el inicio de las unidades de entonación. Una proporción de .77 de los conectores tienen su realización en esta posición, habiendo un .10 de conectores que conforman la unidad entonacional total, marcando también inicio, pero además término. La ocurrencia de los marcadores en el cuerpo (.07) y en el término (.06) de la unidad entonacional es contrastivamente menor.

Así, la función cohesiva de los marcadores conjuntivos se logra considerando información a nivel sintáctico, léxico-semántico, discursivo, pragmático y fonológico entonacional, estableciendo distintos nexos para lograr su propósito comunicativo y ayudar al oyente en su decodificación e inferencias.

La función semántico-discursiva más frecuente de los marcadores de cuerpo del turno es la función aditiva (.46), realizada en casi su totalidad por el conector y; en segundo lugar está la función reformuladora y contraargumentativa (.18), realizada en su mayoría por pero (.58) y por o sea (.31); en tercer lugar figura la función de ordenador continuativo (.12) con y esencialmente (.74); en cuarto lugar aparece la función de justificativo causal (.10), realizada principalmente por porque (.88); y finalmente están las funciones de consecutivo (.06) con así que (.59) e y (.36) y de reformulador y justificativo (.08) con y (.72) y porque (.22).

 

Tabla 2
Función semántico-discursiva de los marcadores de cuerpo del turno del informante(conectores y funciones de uso más frecuente). Proporciones y totales.
 

Los marcadores de inicio de turno funcionan principalmente como continuativos (.40), con y, al que le siguen sin diferencias significativas de uso los reformuladores y justificativos (.20), con pero y o sea; los retardadores (.15), con y; y los aditivos (.13), con y; siendo los menos frecuentes en esta posición los justificativos causales (.08), con porque. Los marcadores de término muestran la función de ordenador continuativo, con y, primordialmente.

Así, las diferencias de uso de los conectores que muestran estos resultados dan evidencia que apoya lo sustentado por Schiffrin (1987: 182-188) en el sentido de que los coordinantes tienen significado, con valores semánticos que restringen parcialmente lo que puede conectarse, interactuando así con el significado de las proposiciones.

Las funciones ilocutorias de los actos de habla donde aparecen los conectores son variadas, pero como es de esperar en una situación de entrevista exitosa, sobresale la función de informar (.20) y narrar (.19).

A nivel suprasegmental, los resultados muestran como más frecuente la realización inacentuada (.49), especialmente de y (.95) en los marcadores de cuerpo de turno; le siguen en frecuencia las realizaciones con acento no tonal (.26), en especial de porque, pero y o sea; enseguida le sigue el acento tonal B de nivel medio (.11), usado con y, porque, pero y o sea y por el acento tonal C' que baja (sin cadencia y sin alcanzar el tono más bajo) (tabla 3). Es decir, todos los conectores presentan realizaciones en tonos no bajos, de expresión de inconclusividad, y que en el caso de C' expresa, además, desenfatización de lo dicho, al igual que las formas inacentuadas o con acento no tonal. A ello debemos agregar la función gramatical de las unidades entonacionales donde el marcador ocupa posición de término o conforma la unidad entonacional en su totalidad. En estos dos contornos, la función gramatical de la entonación señala el límite de palabra conjuntiva (.92 y .76 de los casos, respectivamente), indicando la inconclusividad sintáctica de la estructura y actuando como retardador o continuativo del discurso.

Tabla 3
Acento tonal de los marcadores de cuerpo de turno (conectores y acentos más frecuentes). Proporciones y totales.

 

Por lo tanto, la realización tonal de los marcadores también ayuda a la función cohesiva primordial de posición de cuerpo de turno de los conectores al expresar inconclusividad y anunciar que hay algo más que viene.

CONCLUSIONES

El análisis del uso de las conjunciones coordinantes en el español de Valdivia corrobora lo ya observado por la literatura: las conjunciones coordinantes funcionan como relacionantes en el plano sintáctico y como conectores semántico-pragmáticos en el plano pragmático-discursivo, enlazando unidades superiores del discurso y aclarando la estructuración que hace el hablante de su mensaje y de su intención comunicativa.

Tanto a nivel discursivo como sintáctico, la coordinante y es la de mayor ocurrencia de uso, concordando con la función discursivo-aditiva y continuativa propia de una situación de entrevista que logra una intención comunicativa informativa y narrativa por parte del hablante. La conjunción adversativa pero ocupa el segundo lugar de uso frecuencial. Y, en oposición a lo afirmado por Mederos (1988: 236) en base a las fuentes bibliográficas de gramáticas y diccionarios, pero muestra un uso contrastivo de mayor frecuencia a nivel sintáctico que a nivel discursivo. Su función discursiva como reformulador y contraargumentativo refleja usos ilocutorios más frecuentes en actos de habla de expresión de opinión, informar con mayor explicitación y especificación y de agregar información no requerida. El tercer lugar de uso frecuencial lo ocupa porque, la que, como conjunción causal, es utilizada en la función discursiva de justificador causal y en la ilocutoria de justificar y explicar.

La ubicación de las coordinantes tuvo su realización más frecuente en el cuerpo del turno del hablante, dando a estos marcadores discursivos la función básica de conectores del discurso dentro del turno de habla, conexión que es reafirmada por la ubicación de estos marcadores en posición inicial y de cuerpo de los actos de habla y en posición inicial de las unidades tonales de la entonación usada en ellos. Ya que la expresión comunicativa de los contrastes de tipo acentual usados ­tonal y no tonal­ conlleva la expresión de inconclusividad, el nivel suprasegmental de estos conectores también se incorpora a la función de cohesión entre las unidades secuenciales de la entonación, ayudando al oyente en el ordenamiento de la información recibida.

Universidad Austral de Chile
Facultad de Filosofía y Humanidades
Instituto de Lingüística y Literatura
Casilla 567, Valdivia, Chile

REFERENCIAS

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Bolinger, D.L. 1986. Intonation and its parts. Melody in spoken English. Stanford, California: Stanford University Press.

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Ducrot, D. 1980. "Analyses pragmatiques", Communications 32: 11-60.

Fraser, B. 1983. "The domain of pragmatics", en J.C. Richards y R.W. Schmidt (eds.) Language and communication. Essex: Longman Group Ltd.

Fuentes, C. 1996a. La sintaxis de los relacionantes supraoracionales. Madrid: Arco/Libros.

Fuentes, C. 1996b. Ejercicios de sintaxis supraoracional. Madrid: Arco/Libros.

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Grice, H.P. 1989. Studies in way of words. Cambridge: Harvard University Press.

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Mederos, H. 1988. Procedimientos de cohesión en el español actual. Sta. Cruz de Tenerife: Litografía A. Romero S.A.

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Revilla, S. 1974. Gramática española moderna. Bogotá: Ital Graf S.A.

Schiffrin, D. 1987. Discourse markers. Cambridge: Cambridge University Press.