ESTUDIOS FILOLÓGICOS, N° 32, 1997, pp. 15-25
DOI: 10.4067/S0071-17131997003200002

 

Contrato informativo y prosodia en el español de Buenos Aires

Informative contract and prosody in the Spanish of Buenos Aires

Guillermo Andrés Toledo


 

Se analizó el contrato informativo, las tres categorías cognitivas en la representación mental de los referentes: los estados de activación, semiactivación e inactivación. Los materiales se tomaron de una sesión experimental entre tres informantes masculinos, hablantes de español de Buenos Aires, y el oyente, el experimentador. Se analizaron las prominencias tonales en pares de palabras opuestas por medio de los contornos de entonación. Los hallazgos mostraron esta tendencia tonal: las prominencias más altas se correlacionaron con los estados de inactivación, las más bajas con los estados de activación y semiactivación.


 

The informative contract on three cognitive categories of the mental representation of referents: activation, semi-activation, inactivation states has been explored. Semi-spontaneous discourses were taken from experimental interactions among three male informants (speakers of Buenos Aires Spanish dialect) and the listener, the researcher. Tonal prominences were analysed through intonational contours on pairs of contrasted words. Findings have shown this tonal tendency: the highest prominences correlated with inactive states, the lowest prominences with active and semi-active states.


1. INTRODUCCION

Tanto Chafe (1987) como Lambrecht (1994) indicaron los procesos cognitivos que se refieren a la manera como el hablante preplanifica (inmediatamente y antes de la emisión) y planifica (la emisión en sí) la representación mental de los referentes del mundo. Estas decisiones del hablante se realizan de acuerdo al estado mental de la narrativa compartida con el oyente, esto es, lo que sabe el hablante sobre lo que el oyente sabe y lo que el oyente no sabe de esa narrativa que este hablante le comunica. Estos fenómenos son equivalentes para la descripción discursiva.

El mundo representado se refiere a objetos, eventos y propiedades del mundo, es decir, concepts 'conceptos'. Su actualización lingüística se expresa preferentemente por medio de frases nominales, verbales o adjetivas. Asimismo, la unidad fonológica que contiene estos procesos mentales es la intonational unit 'sintagma entonativo', una unidad prosódica integrada, por lo menos en inglés, por cinco o seis palabras. Esa unidad entonativa está precedida por una pausa y finaliza antes de una pausa, real o virtual. Su frontera prosódica final es un tonema terminal, tanto ascendente como descendente. Es un contorno entonativo autónomo constituido por una serie de valores tonales (reflejo de tonos subyacentes): acentos tonales, un tono nuclear (eventualmente: el último acento tonal) y un tonema terminal, de juntura. Esta unidad fue denominada también intonational phrase 'frase entonativa' (Pierrehumbert 1987, Pierrehumbert y Beckman 1989; para el español: Sosa 1991; Toledo, 1994, 1996). Los procesos de preplanificación de esos conceptos del mundo narrado se realizarían en las pausas previas a la unidad entonativa. La planificación se actualizaría en la unidad misma. Chafe (1987) y Lambrecht (1994: 93-116) observaron tres estados de activación de los conceptos (representaciones mentales del mundo): active concepts 'conceptos activados', semi-active concepts 'conceptos semiactivados', inactive concepts 'conceptos inactivados'.

En el estado activo, el concepto ocupa el plano de la conciencia del oyente, después de la codificación y la emisión por el hablante que narra. La narración propuesta por Chafe (1987: 32-33) se refiere a un curso de biología dictado por un profesor suizo de la vieja escuela pedagógica: sin interacción con los estudiantes. En el análisis pragmático indicado por Chafe, This was at Wesleyan, when Wesleyan was still a men's school 'esto pasó en Wesleyan, cuando Wesleyan era todavía una escuela para alumnos varones', los conceptos Wesleyan (en su segunda emisión) y escuela fueron activados. El primero porque fue activado en la emisión contigua. El segundo, escuela, porque es la base del tópico narrado: un curso en la escuela de Wesleyan. Estos conceptos ya activados deberían realizarse con atenuación fonológica, esto es, debilidad en la prominencia prosódica, tonal, dentro del sintagma entonativo.

En el estado semiactivado, los conceptos se encontrarían en una zona periférica de la conciencia del oyente. Esto debido a dos motivos (Chafe 1987: 29-30). El primer motivo: el concepto ya fue activado por el hablante, decodificado por el oyente y pertenece a la memoria de largo plazo de ambos interlocutores, es parte de la narración ya narrada. El segundo motivo: el concepto es parte de un schema 'esquema cognitivo' ya compartido en el intercambio discursivo. Para el primer caso, Chafe (1987: 29) propuso el siguiente ejemplo, el primer sintagma entonativo: he was a real old world Swiss guy 'él era un tipo de un mundo ya pasado, un suizo', y el segundo sintagma entonativo, en otro punto del discurso: that is the old world style of lecturing 'es el viejo estilo de enseñanza'. Este segundo concepto se instala en el plano de la conciencia del oyente (se activa) proveniente de una zona periférica y referida a ese primer concepto ya activado. Para el segundo caso, en el esquema cognitivo que constituye la totalidad del tópico curso, Chafe (1987: 28-31) propuso estos conceptos semiactivos y activados por ese esquema cognitivo: students 'estudiantes', class 'clase', notes 'notas de clase' (ver también: Lambrecht 1994: 107-109). No se indicó ninguna correlación prosódica en los conceptos semiactivos activados por otro concepto ya activo o por su pertenencia a un esquema cognitivo compartido dentro del intercambio discursivo (Lambrecht 1994: 107).

Por otra parte, los conceptos inactivos se realizan por primera vez en el plano de la conciencia del oyente. En el sintagma entonativo This was at Wesleyan 'esto pasó en Wesleyan' fue inactivo para el oyente hasta, obviamente, el momento de su activación por el hablante (Chafe 1987: 31-36). Este estado de inactivación se actualizaría con una relevancia prosódica: el mayor grado de prominencia tonal dentro del sintagma entonativo (Lambrecht 1994: 98).

Se sugirió un fenómeno de iconicidad prosódica (ya indicado por Bolinger 1985): un grado de correlación entre los estados de activación y la prominencia prosódica, tonal. El estado activo de los conceptos se actualizaría con una prominencia débil. En este caso la prominencia prosódica estaría marcada. La marca es el ícono del estado activo de los referentes. Opuestamente, los conceptos inactivos se realizarían con una prominencia fonológica fuerte, no marcada. La ausencia de marca se explicaría por la pérdida del valor distintivo: la inactivación informativa comparte el mayor grado de prominencia con el énfasis ilocutivo y el foco (Lambrecht 1994: 98).

El motivo de esta investigación fue el análisis de las diferencias prosódicas, tonales, en la representación mental de los referentes, es decir, determinar el grado de iconicidad prosódica en los conceptos activos, semiactivos e inactivos por medio del estudio de discursos semiespontáneos obtenidos en un experimento de laboratorio.

2. PROCEDIMIENTOS

2.1. Experimento y material lingüístico. En este experimento se registraron tres discursos semiespontáneos producidos por tres informantes. Los discursos fueron el resultado de la descripción de un juego de cartas de póquer propuesto por el experimentador a los tres informantes. La comunicación no fue cara a cara: los informantes, dentro de una cámara silente, se interrelacionaban con el experimentador por medio de una comunicación microfónica; el experimentador, fuera de la cámara silente, se interrelacionaba con los informantes (uno a uno) por medio de auriculares. Cada informante debía comunicar los diferentes referentes de 24 cartas cubiertas, descubiertas por cada informante, ordenadas en hileras sucesivas (ver Apéndice). En la primera hilera, el primer concepto fue inactivo: jóquer. El informante comunicó al experimentador una información inactivada. En este caso, tanto el hablante como el oyente ignorarían el contenido de la carta descubierta. Por supuesto, el desconocimiento por parte del experimentador fue sólo una estratagema para el diseño del experimento. Los cuatro conceptos restantes estuvieron activados después de la comunicación de la primera carta (Apéndice: 1 versus 2, 3, 4, 5). El as de trébol fue inactivo en la tercera hilera (8), mientras que fue semiactivo en la cuarta hilera (11). La carta fue activada en el discurso compartido y quedó en una zona periférica de la conciencia del oyente. Podría indicarse, en este caso, otro motivo de la semiactivación: el concepto perteneció a un esquema cognitivo: el sistema integrado por todas las cartas de póquer, de las cuales se compartieron 23 posibilidades de realización. La carta blanca (Apéndice: 23) quedó fuera del esquema cognitivo y del sistema: el concepto, inactivo, estuvo fuera de ese sistema arbitrario: en color y en valor. En suma: los conceptos realizados por primera vez fueron inactivos. En los conceptos de igual referente figurado (por ejemplo: as de corazón) realizados en posición contigua (9, 10), el concepto en la segunda posición fue activo. En cambio, en los conceptos de igual referente figurado (por ejemplo: as de trébol) realizados en posición alternada (8, 11), el concepto en la segunda posición fue semiactivo. Después del registro de los materiales lingüísticos, se realizó una selección de los corpora obtenidos. Se descartaron todas las cláusulas elípticas y los casos de pronominalización.

2.2. Informantes. Los registros fueron realizados por tres informantes masculinos (I1, I2, I3), hablantes de español de Buenos Aires. Los tres pertenecieron a un nivel sociolectal alto: profesionales, universitarios, adultos de mediana edad. Los tres informantes tenían conocimiento de juegos con cartas francesas.

2.3. Análisis acústico y segmentación. Los tres discursos semiespontáneos fueron sometidos a un análisis acústico, tonal. Se realizaron los contornos de entonación de los sintagmas entonativos. Para tal fin, se utilizó un programa de computación FPRD (Fundamental Period) diseñado por William Henke, en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (ver también: Sorensen y Cooper 1980, Cooper y Sorensen 1981, Menn y Boyce 1982). Por medio de este programa de computación se calculó la duración de cada ciclo glotal, es decir, la abertura y el cierre de cada ciclo. Los datos tonales se obtuvieron por la inversión de las duraciones de los ciclos glotales: un ciclo glotal que duró 8 ms. tuvo una frecuencia fundamental de 125 hertzios: 1/(8 ms.). El contorno de entonación se calculó por medio de la suma de los datos de F0, en lecturas sucesivas. Los materiales calculados tuvieron una salida en hojas fotosensibles (cálculos de dos segundos de habla) obtenidos por medio de un equipo Tektronik 4112B. La suma de los contornos constituyó la entonación del discurso global. En esos materiales globales se efectuó una selección: se estudiaron todos los conceptos que no fueron actualizados por cláusulas elípticas o por formas pronominales. Se midieron los valores de la frecuenciafundamental más altos de cada concepto seleccionado. Ese valor tuvo la prominencia más alta. Asimismo, se efectuó una selección de pares opuestos (dos conceptos con diferencias informativas), por ejemplo: jóquer (inactivo: 1) versus jóquer (activo: 2). Este material se utilizó en el estudio de normalización por z-score (ver: 2.4.).

2.4. Normalización de los valores tonales. Con el propósito de comparar los niveles de las prominencias tonales en dos conceptos opuestos (contiguos o alternados) se efectuó una normalización por z-score logarítmica sobre los datos naturales (en hertzios). Esta normalización fue similar a la realizada por Menn y Boyce (1982) y por Toledo y Cedergren (1993). Este cálculo permitió la comparación de diferentes registros tonales, es decir, una comparación entre hablantes, de diferente sexo y de diferente edad: hablantes femeninos versus masculinos, niños versus adultos.

En el cálculo se obtuvo la media geométrica (g) de los valores naturales para cada informante: se convirtieron los datos a logaritmos, se calculó la media aritmética; después, se obtuvo el antilogaritmo de esa media aritmética. Ese valor fue la media geométrica, equivalente a una z-score de valor 0. Además, se calculó la desviación estándar geométrica (deg). La z-score logarítmica fue la distancia de una media geométrica de valor 0 y una desviación estándar geométrica de valor 1. Los valores superiores o inferiores a la g se calcularon según la fórmula log (x/g) / log (deg). El valor x fue cualquier dato en hertzios, la mayor prominencia obtenida en cada concepto estudiado.

En la fig. 1 se indica la manera de interpretar los valores de z-score logarítmica. El valor 0 (la g de cada informante) significa un valor de prominencia neutra. Los valores superiores, positivos, indican prominencias de mayor fuerza, de mayor altura tonal. Los valores son más altos en términos de desviaciones estándar geométricas (g + deg). Los valores inferiores, negativos, muestran prominencias de menor fuerza, de menor altura tonal. Los valores son más bajos, de manera similar a los valores altos, en términos de desviaciones estándar geométricas (g - deg). En suma, un valor de 0.50 de un informante sería equivalente en nivel de prominencia a un valor de 0.50 de otro informante (en la figura se comparan sólo dos informantes), aunque sus registros de frecuencia fundamental fueran diferentes.


 
Figura 1. Normalización por z-score logarítmica: explicación de las prominencias.

2.5. Prominencias: justificación psicoacústica. La normalización estadística delos datos naturales a datos por z-score permite obtener, además, la equivalencia a semitonos: la equivalencia de la desviación estándar, superior o inferior a la media geométrica, a valores en semitonos (ver: Menn y Boyce, 1982). La transformación no fue sólo estadística, normalización entre hablantes, sino también psicoacústica, es decir, perceptiva. De este modo, una vez obtenidos los valores en semitonos, se pudo comprobar si dos tonos estuvieron sobre el umbral perceptivo o bajo el umbral perceptivo. En el primer caso, si hubieran estado sobre el umbral, los tonos serían diferentes: el más alto se percibiría más alto y el más bajo se percibiría más bajo. En el segundo caso, si hubieran estado bajo el umbral perceptivo, los tonos serían de igual valor tonal: los oyentes no podrían percibirlos como distintos, aunque el cálculo acústico haya mostrado diferencias en la frecuencia fundamental. Se utilizó un umbral diferencial de + 1.5 semitonos para indicar las diferencias perceptivas y, obviamente, ­ 1.5 semitonos para indicar la igualdad tonal entre dos tonos (Rietveld y Gussenhoven 1985) (ver figuras 3, 4, 5: valores en la ordenada, a la derecha de cada figura).

2.6. Prominencias: justificación fonológica. En el estudio se compararon los valores más altos de la frecuencia fundamental, actualizados en el contorno de entonación, en cada concepto activo versus inactivo y semiactivo versus inactivo. Esos valores reflejarían los tonos subyacentes en cada marca o en cada ausencia de marca. No se consideró ningún tono bajo como posible tonema acentual. Esta fue la justificación. El inventario fonológico de tonemas acentuales para el español hispanoamericano propuesto por Sosa (1991) mostró la importante frecuencia de aparición de las prominencias Alto (A) y la irrelevante frecuencia de aparición de las prominencias Bajo (B). La lecura fue autosegmental: acentos monotonales A o B (alineados a la sílaba acentuada) y acentos bitonales A y B, combinados. El asterisco indica la presencia del tono subyacente alineado a la sílaba acentuada (Pierrehumbert 1987). El inventario fonológico fue: A*, A* + B, A* + A, B + A*, A + A*, A + B*, B* + A, B*. En siete casos se observó un tono A, tanto en la sílaba acentuada como en la sílaba preacentual o posacentual.

Toledo (s.d.a) obtuvo resultados similares en una muestra de español, en dialectos de Colombia y Cuba. Las frecuencias de aparición fueron las siguientes, para Colombia: A* (52%), B* + A (30%), B* (17%) y para Cuba: A* (72%), B + A* (7%), B* (20%). En síntesis, en los dos estudios expuestos se observó la presencia de un tono subyacente A vinculado a la mayor prominencia en el contorno de entonación.

3. RESULTADOS

En la fig. 2 se muestran los promedios de los valores naturales (en hertzios) obtenidos en las prominencias de los conceptos inactivos versus activos y semiactivos. A la izquierda de la figura se indican los datos de cada informante (I1, I2, I3). A la derecha de la figura se muestra el promedio global de los tres informantes. Tanto los datos de cada informante como los datos globales indicaron diferencias estadísticas significativas (test de ANOVA). El primer informante (I1) tuvo un F de 6.4, con una probabilidad menor que el 5%. El segundo informante (I2) tuvo un F aún más alto, 14.7, con una probabilidad menor que el 0.1%, significativa. El tercer informante (I3) tuvo un F de 24.5, con una probabilidad menor que el 0.1%, altamente significativa. Los valores totales fueron altamente significativos: un F de 13.1, con una probabilidad menor que el 0.1%.


 
Figura 2. Promedios de los conceptos: inactivo (I), activo (A), semiactivo (SA).

En la fig. 3 se indican los valores de z-score (Informante 1, I1) calculados por medio de los datos naturales obtenidos en los pares de conceptos inactivos versus conceptos activos y en los pares de conceptos inactivos versus semiactivos (ver Apéndice). El análisis se realizó sobre las realizaciones locales: uno a uno en el eje sintagmático, en posición contigua o alternada. La tendencia prosódica fue similar en la mayoría de los casos: mayores prominencias en los conceptos inactivos. Esta tendencia no se registró en un caso, 5 versus 6 (ver Apéndice). El cálculo de la desviación estándar transformada en semitonos indicó que las diferencias entre los tonos en los pares confrontados fueron superiores al umbral diferencial, esto es, las diferencias fueron superiores a 1.5 semitonos. El valor de la desviación estándar transformada fue de 2.12 semitonos (ver la ordenada, a la derecha de la figura). Esto significó que en seis casos los tonos (concepto inactivo versus activo y concepto inactivo versus semiactivo) podrían ser percibidos como diferentes: el más alto se percibiría como más alto y el más bajo se percibiría como más bajo. En un caso (5 versus 6) este esquema perceptivo fue completamente opuesto a lo predicho: el tono en el concepto inactivo fue más bajo que el tono en el concepto activo.


 
Figura 3. Valores de z-score log. en los conceptos: inactivo (I) vs. activo (A) e inactivo (I) vs. semiactivo (SA).

En la fig. 4 se indican los valores transformados por z-score, resultantes de los datos naturales en los tonos de los conceptos inactivos versus activos y en los conceptos inactivos versus semiactivos. Los valores se obtuvieron en el corpus del Informante 2 (I2). El análisis fue local: uno a uno en el eje sintagmático. En todos los casos el esquema prosódico fue similar: las prominencias en los conceptos inactivos fueron más destacadas que las prominencias en los conceptos activos y semiactivos (ver Apéndice). La equivalencia de una desviación estándar fue de 1.9 semitonos (ver la ordenada, a la derecha de la figura). La distancia tonal, entonces, entre los tonos pertenecientes a los conceptos inactivos versus activos y entre los conceptos inactivos versus semiactivos fue superior al umbral diferencial. Desde un punto de vista psicoacústico los tonos podrían discriminarse como diferentes.


 
Figura 4. Valores de z-score log. en los conceptos: inactivo (I) vs. activo (A) e inactivo (I) vs. semiactivo (SA).

En la fig. 5 se presentan los valores transformados por z-score obtenidos en el corpus del Informante 3 (I3). Los valores fueron calculados por medio de los datos naturales en los tonos de los pares contrastados (concepto inactivo versus activo y concepto inactivo versus semiactivo: ver Apéndice). El estudio fue local, uno a uno en el eje sintagmático. En cinco casos las prominencias fueron más destacadas en los tonos de los conceptos inactivos. En un caso (18 versus 19) no hubo un contraste tonal relevante. Asimismo, en los cinco casos destacados restantes, las distancias tonales entre los tonos de los pares confrontados fueron superiores al umbral diferencial, esto es, los tonos se percibirían con diferencias apreciables. La equivalencia en semitonos de una desviación estándar fue de 2.24 semitonos (ver la ordenada, a la derecha de la figura).


 
Figura 5. Valores de z-score log. en los conceptos: inactivo (I) vs. activo (A) e inactivo (I) vs. semiactivo (SA).

4. CONCLUSION

La tendencia prosódica general mostró que los valores de la frecuencia fundamental fueron más importantes en los tonos pertenecientes a los conceptos inactivos si se los compara con los tonos en los conceptos activos y semiactivos. Del mismo modo, los datos transformados por z-score indicaron una tendencia prosódica similar: las prominencias fueron más relevantes en los tonos de los conceptos inactivos. Esto indicaría un contraste fonológico. Los conceptos inactivos estarían no marcados (compartirían la distinción con otras prominencias) y los conceptos activos mostrarían una marca (la distinción sería exclusiva), es decir, el menor grado de prominencia fonológica.

Por otra parte, la discriminación psicoacústica de los tonos en los pares opuestos (concepto inactivo versus activo; concepto inactivo versus semiactivo) permitió inferir la diferenciación tonal entre dichos tonos opuestos. El juicio lingüístico resultante indicaría un grado de iconicidad prosódica en la oposición informativa, esto es, pragmática. Desde el emisor, habría una correlación entre los estados mentales y la codificación fonológica. Asimismo, desde el receptor, habría una correlación entre las diferencias en la información que se decodifica y el juicio prosódico que soporta dicha diferencia. En suma, un contrato informativo entre las dos partes, de naturaleza pragmática, social, cultural: un ícono.

5. DISCUSION

Los resultados presentados fueron similares a los obtenidos en un corpus de español caribeño, habla espontánea en un dialecto de Caracas, una informante perteneciente a un sociolecto bajo, un discurso tomado de una entrevista (Toledo, s.d.b). En ese discurso también se registró un grado de iconicidad entre las prominencias con diferencias informativas. En ese estudio se utilizaron procedimientos y una taxonomía informativa similar a este trabajo. Ambos resultados confirmaron las tesis propuestas por Chafe (1987) y por Lambrecht (1994).

Hubo similitud con otros trabajos en español, aunque los procedimientos y la taxonomía aplicada fueron diferentes. Ocampo (1990) realizó un estudio sobre la influencia de la información en el orden de las palabras. El análisis tuvo como base la taxonomía informativa de Prince (1981). Se concluyó que los ítemes de menor familiaridad para el oyente estuvieron codificados con el mayor grado de prominencia por el hablante y, viceversa, los de mayor familiaridad, con el menor nivel de prominencia.

Del mismo modo, hubo coincidencias con los hallazgos observados sobre diferencias informativas en el inglés. Fowler y Housum (1987) analizaron, en forma experimental, un corpus de palabras realizadas por primera vez en el discurso (nuevas) y por segunda vez en el mismo discurso (viejas). Los tres rasgos acústicos del acento (duración, tono e intensidad) fueron más relevantes en la primera realización de las palabras contrastadas.

En síntesis, los hallazgos encontrados en materiales lingüísticos del español, tanto en habla semiespontánea (este trabajo) como en habla espontánea (Toledo, s.d.b), sugieren que las estrategias para la distinción fonológica entre niveles informativos de diferente jerarquía comunicativa serían generales para el español. Sin embargo, debería corroborarse con el estudio de otros discursos teniendo en cuenta las variedades diatópicas, diastráticas y diafásicas.

Université Laval, Faculté des Lettres
Département de Langues et Linguistique
Cité Universitaire, Québec, P. Québec
Canadá G1K 7P4

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