Estudios
Pedagógicos, Nº 27, 2001, pp. 55-64 INVESTIGACIONES SUCESOS VITALES Y TENSIONES EN FAMILIAS CON HIJOS ADOLESCENTESLife events and strains in families with teenagers
Profs. Rosana Ruano Piera, Emilia Serra Desfilis ResumenLos objetivos de este estudio son: a) Describir los sucesos vitales y tensiones que afectan a los padres con hijos adolescentes, y b) Verificar las posibles diferencias en la descripción de estos sucesos por parte de los padres en función de la edad del hijo adolescente mayor: mayor o menor de 19 años. A tal fin, una muestra de 386 padres (193 matrimonios) de hijos adolescentes fueron evaluados a partir del FILE (Hernández Córdoba 1991). Resultados: a) durante el último año se da un mayor promedio de tensiones intrafamiliares, seguidas por las económicas y laborales; b) los padres con un hijo primogénito de 19 años o más experimentan más tensiones por enfermedad, y por la entrada o salida de miembros en la familia que los padres con un hijo primogénito menor de 19 años. Palabras claves: Sucesos vitales, tensiones, padres, adolescentes, edad. AbstractThe aims of this study are: a) to describe life events and strains that affect parents with teenagers, and b) to check the possible differences in the description of these events by parents according to the age of the first-born teenager: over or under 19. With this aim in view, a sample of 386 parents (193 married couples) with teenagers were evaluated using FILE (Hernández Córdoba 1991). The results obtained prove that: a) during the last year a higher average of intrafamilies strains take place, followed by the economic and work strains; b) parents with a 19 or over 19 first-born child undergo more strains due to illness, and due to the entrance or leaving of a family member, than parents with a first-born child under 19. Key words: Life events, strains, parents, teenagers, age.
1. INTRODUCCIONEl impacto de los sucesos
vitales acumulativos sobre la salud de los individuos ha sido un tópico
principal en la investigación llevada a cabo durante la década
de los 70. El estrés familiar tiene sus raíces básicas
en tres áreas: la investigación psicobiológica del
estrés, la teoría del desarrollo familiar y la teoría
del estrés familiar. La teoría del estrés familiar y su correspondiente marco de organización y la teoría de la resistencia familiar centran sus esfuerzos en el estudio de las transiciones familiares normativas y la respuesta familiar a la crisis. Estas teorías encuentran sus raíces en el trabajo histórico de Hill (1949, 1958, en McCubbin et al. 1996) y su énfasis en los siguientes elementos A (estresor), B (recursos) y C (definición del estresor), que media y protege a las familias en una situación de crisis (factor X). La extensión más actual de estas teorías se refiere al Modelo de Resistencia de Ajuste Familiar y Adaptación (McCubbin y McCubbin 1993; McCubbin, McCubbin, Thompson y Thompson 1995, en McCubbin et al. 1996). Estas teorías han sido utilizadas en la explicación del estrés familiar por diferentes autores y en campos de estudio diversos (Volker y Phil 1995; Dawn y Heppner 1993; Bramlett et al. 1995; Tschann et al. 1989; Carlson y Cervera 1991; Mulsow 1994). Nuestro interés se centra en la aplicación de estas teorías a las familias con hijos adolescentes, particularmente en cuanto a los sucesos y tensiones. Las familias hacen frente a muchas demandas a lo largo de su ciclo vital; sin embargo, las investigaciones pasadas no han documentado de modo sistemático las demandas específicas y los sucesos vitales familiares en cada etapa del ciclo vital familiar. Olson et al. (1989), en su estudio transversal con familias intactas norteamericanas y una perspectiva del ciclo vital, en contraste con otras investigaciones previas, proporcionan información que describe a las familias normales, indicando los tipos de sucesos que encuentran. Así, las familias con hijos adolescentes, esforzándose con la exigencias de crianza de un adolescente, parecen hacer frente a tensiones intrafamiliares (30%), tensiones económicas (60%) y tensiones laborales (10%). Esta etapa del ciclo vital familiar se caracteriza por las dificultades con los hijos adolescentes, y por el notable incremento en las tensiones económicas y de negocios. Por otra parte, Hernández Córdoba (1991) en su estudio transversal en familias colombianas no clínicas encontró que las familias con hijos adolescentes presentan el mayor promedio de tensiones intrafamiliares y económicas en comparación con el resto de etapas del ciclo vital familiar, lo cual ratifica que es en este momento cuando hay una cantidad mayor de dificultades en la relación con los hijos por diferencias entre ellos y sus padres. En este estudio no se encontraron diferencias significativas entre padres y madres en cuanto a los promedios de tensiones experimentadas por la familia, ni durante el último año, ni antes del último año. Teniendo como punto de referencia los dos estudios anteriormente citados, el objetivo de este trabajo es: a) Describir los sucesos vitales y tensiones que afectan a las familias con hijos adolescentes, relatados por ambos esposos en nuestro contexto, tanto durante el último año como antes del último año, y b) Verificar las posibles diferencias en los sucesos vitales en función de la edad del hijo primogénito (mayor de 19 años o menor de 19 años, ya que el tener un hijo primogénito de 19 años o más supondría la entrada en otra etapa del ciclo vital familiar, la de la emancipación de los hijos (Olson et al. 1989). 2. METODOLOGIA2.1. Sujetos. La muestra definitiva de este estudio fue de 386 sujetos (193 matrimonios) con algún hijo cuya edad estuviese comprendida entre los 12 y 19 años; además, debían reunir las siguientes característica en el momento de la observación: Ser residente en
la Comunidad Valenciana, en contextos urbanos de más de 15.000
habitantes. 2.2. Instrumentos. El instrumento empleado en esta investigación fue el FILE (Inventario Familiar de Sucesos Vitales y Cambios). Este inventario fue desarrollado como un índice del estrés familiar por McCubbin, Patterson y Wilson (1981, en McCubbin et al. 1996) y valora la acumulación de sucesos vitales experimentados por una familia. Hernández Córdoba (1991) introdujo en el inventario algunas modificaciones; así, se añadieron algunos ítemes del A-FILE (Inventario Adolescente Familiar de Cambios y Sucesos Vitales, desarrollado por McCubbin, Patterson, Bauman y Harris en 1981, y diseñado con la finalidad de evaluar la perspectiva del adolescente sobre el sistema familiar y los cambios y sucesos vitales individuales como un factor crítico en la explicación, tanto de la vulnerabilidad como de la resistencia en adolescentes y jóvenes adultos), con el fin de tener un solo cuestionario aplicable a todos los miembros de la familia, donde se pudieran contemplar aquellos sucesos más comunes no exclusivos del adolescente. Se consideró, además, que esta era una opción necesaria para tener un mapa más completo de la realidad familiar, que permitiera contrastar las percepciones de padres, madres e hijos sobre los mismos ítemes. Basándonos en el FILE modificado por Hernández Córdoba (1991) nosotros incluimos una serie de modificaciones en el instrumento referidas principalmente a la adecuación del vocabulario y las expresiones a nuestro contexto y al desdoblamiento de algunos ítemes con el fin de conseguir una información más refinada, ya que en un mismo ítem aparecían sucesos vitales diferentes. También se registraron los sucesos vitales experimentados por la familia, tanto durante el pasado año como antes del pasado año para todos los ítemes. Los ítemes del inventario fueron agrupados en nueve escalas: tensiones intrafamiliares; tensiones de pareja; tensiones del embarazo y crianza; tensiones económicas y de negocios; tensiones laborales; tensiones por enfermedad o cuidado de la familia; pérdida; tensiones por entrada y salida; tensiones relacionadas con la ley. 2.3. Procedimiento. Un total de 20 alumnos de 3º de Psicología funcionó como grupo de evaluadores; tras recibir la formación necesaria, se encargaron de realizar el pase del cuestionario. Todos ellos formaban parte de un grupo de investigación sobre Crisis familiares: sucesos vitales y estrategias de afrontamiento que servía de actividad docente complementaria a la docente en la asignatura de Psicología Evolutiva (impartida por la Dra. Emilia Serra Desfilis) y dirigido por Rosana Ruano. Tras el pase de la prueba se decidió la eliminación de 12 sujetos por no cumplir alguno de los requisitos o por haber dejado más de un 10% del cuestionario sin responder. 3. RESULTADOSEn primer lugar, con el
propósito de conocer los sucesos vitales experimentados en mayor
medida por varones y mujeres se realizó un contraste entre medias,
referido tanto a los sucesos acontecidos antes del último año
como a los acontecidos durante el último año.
Tabla 1 Contraste de medias de la
variable sucesos relatados antes y durante
Además, se analizaron las frecuencias de contestación de cada ítem del factor Tensiones Intrafamiliares por ser el de más alto promedio y con la finalidad de conocer más a fondo los problemas concretos intrafamiliares que acontecen en esta etapa del ciclo vital familiar. Aparecen en la tabla 2 los 3 ítemes que presentan las más altas frecuencias, tanto para mujeres como varones durante el último año y antes del último año.
Se puede comprobar, a la vista de la tabla 2, que las tensiones intrafamiliares que relatan con una mayor frecuencia los padres con hijos adolescentes son: antes del último año aparecen con una mayor frecuencia, tanto en varones como en mujeres, los problemas emocionales; en segundo lugar, en varones aparecen con una mayor frecuencia los problemas de aprendizaje de algún hijo y en las mujeres, el aumento de las dificultades con las conductas de los hijos adolescentes; y en tercer lugar, en los varones aparece con mayor frecuencia el aumento de las dificultades con las conductas de los hijos adolescentes, y en las mujeres, el aumento de las discusiones entre padres e hijos. Durante el último año, aparece con una mayor frecuencia, tanto en varones como en mujeres, el aumento de las dificultades con las conductas de los hijos adolescentes; en segundo lugar, en varones aparecen con una mayor frecuencia los problemas emocionales, y en mujeres, el aumento del número de tareas del hogar que no se podían hacer; en tercer lugar, aparece con una mayor frecuencia, tanto en varones como en mujeres, el aumento de las discusiones entre padres e hijos. A la vista de los datos expuestos se confirman los resultados obtenidos en las investigaciones de Olson et al. (1989) y Hernández Córdoba (1991). Además, los datos centrados en el factor de tensiones intrafamiliares también confirman los resultados obtenidos por estos autores, ya que aparece una mayor frecuencia de dificultades con los hijos adolescentes y discusiones con ellos. En segundo lugar, con la finalidad de conocer la correlación entre esposos, tanto antes como durante el último año, se utilizó el coeficiente Rho de Spearman, puesto que la mayoría de las variables no seguían la distribución normal y por la descompensación en el tamaño muestral entre los distintos grupos analizados, y ya que el único requisito que muestra este coeficiente es que el nivel de medida sea al menos ordinal, siendo una de las pruebas paramétricas más eficiente. Se puede comprobar, a la vista de la tabla 3, que las correlaciones entre ambos esposos son significativas y muy elevadas, tanto en aquellas referidas a los sucesos acontecidos durante el último año como a los acontecidos antes del último año. Esto significa que tanto varones como mujeres apuntan en el mismo sentido.
Según los datos expuestos, cabe concluir, por lo tanto, la existencia de una elevada correlación entre esposos, tanto antes como durante el último año, al igual que se comprobó en los datos obtenidos en las investigaciones de Olson et al. (1989) y Hernández Córdoba (1991). En tercer lugar, y con la finalidad de examinar las diferencias entre los sucesos relatados antes y durante el último año se realizó la prueba de los rangos con signo de Wilcoxon entre los factores de FILE (sucesos y tensiones) para varones y mujeres, tanto antes como durante el último año. Tal y como se puede comprobar en la tabla 4, se producen diferencias significativas en la cantidad de sucesos relatados antes o durante el último año en algunos de los factores de FILE. Así, se producen diferencias significativas en todos los factores excepto en el de Tensiones Intrafamiliares y en el de Tensiones de Pareja, aunque en estos dos factores el rango promedio es mayor durante el último año. Todos los factores que presentan diferencias significativas entre antes y durante el último año también obtienen un rango promedio mayor durante el último año, excepto el factor de Tensiones del Embarazo y Crianza en varones, en el cual el rango promedio es mayor antes del último año. Estos resultados estarían indicándonos una mayor percepción de sucesos y tensiones por parte de los sujetos durante el último año, es decir, una acumulación (pile-up) de estresores (McCubbin et al. 1996).
Finalmente, con el propósito de analizar la existencia de posibles diferencias entre las familias con un hijo primogénito de 19 años o más y aquellas con un hijo primogénito menor de 19 años, en cuanto a la percepción de sucesos vitales que les afectan, se realizó la prueba U de Mann-Whitney entre los factores de FILE acontecidos durante el último año, tanto en padres como en madres, en la variable edad del hijo primogénito. Tal y como se puede comprobar en las tablas 5 y 6, únicamente se encuentran diferencias significativas entre las categorías de la variable edad del hijo primogénito en las Tensiones de Enfermedad Familiar y de Entrada/Salida, durante el último año, tanto en padres como en madres.
Estos datos están indicando que tanto los padres como las madres con un hijo primogénito de 19 años o más experimentan más tensiones por la enfermedad de algún miembro de la familia o amigo íntimo, y por la entrada o salida de miembros en la familia ocasionados por matrimonios, emancipaciones, estudios superiores, que los padres y madres con un hijo primogénito menor de 19 años. 4. DISCUSIONLos resultados obtenidos en la presente investigación permiten concluir que los padres con hijos adolescentes, tanto mujeres como varones, presentan un mayor predominio de tensiones intrafamiliares, económicas y laborales, en este orden, durante el último año; siendo el resto de tensiones (de pareja, del embarazo y crianza, por enfermedad o cuidado de la familia, pérdida, por entrada y salida y tensiones relacionadas con la ley) insignificantes. Además, el análisis de las frecuencias de contestación de cada ítem del factor Tensiones Intrafamiliares también nos permite concluir que los padres en esta etapa del ciclo vital familiar se enfrentan con un aumento de las dificultades con las conductas de su/s hijo/s adolescente/s. Estos resultados nos indican los estresores que provocan demandas sobre la familia con hijos adolescentes en nuestro contexto, y confirman los resultados obtenidos por Olson et al. (1989) y por Hernández Córdoba (1991). Estos estresores producen, o tienen el potencial de producir, cambios en el sistema familiar durante esta etapa del ciclo vital. Este cambio o amenaza de cambio puede afectar a todos los aspectos de la vida de la familia, es decir, en los objetivos de la familia, las relaciones entre sus miembros, los límites del sistema familiar, los modelos de funcionamiento familiar establecidos, y la armonía y el equilibrio familiares. La severidad del estresor está determinada por el grado en que desorganiza el funcionamiento de la familia, exige demandas significativas cuando las capacidades y los recursos de la familia están agotados, o desestabiliza la unidad familiar (McCubbin et al. 1996). También podemos concluir que varones y mujeres presentan correlaciones significativas y muy elevadas, es decir, que apuntan en el mismo sentido, tanto en los sucesos ocurridos durante el último año como en los ocurridos antes del último año. Por tanto, están experimentando similares sucesos vitales y tensiones a lo largo de su ciclo vital familiar. En tercer lugar, podemos concluir, considerando los resultados, que, en general, tanto varones como mujeres experimentan un mayor promedio de sucesos vitales durante el último año. Esta acumulación de estresores determina la vulnerabilidad de la familia en la etapa del ciclo vital familiar de la adolescencia. Vulnerabilidad entendida como una condición organizacional e interpersonal del sistema familiar, la cual oscila de más a menos. Finalmente, y considerando los resultados, concluimos que aquellas familias con un hijo primogénito de 19 años o más (quienes se encontrarían en la etapa del ciclo vital familiar de la emancipación de los hijos) experimentan, significativamente, más tensiones por enfermedad familiar y por entrada y salida de la familia que aquellas cuyo hijo primogénito tiene menos de 19 años (quienes estarían en la etapa del ciclo vital familiar de la adolescencia). Este resultado es congruente con la hipótesis de que la acumulación de sucesos y tensiones en la familia varía a través de las etapas del ciclo vital familiar y determina, en algún grado, el nivel de vulnerabilidad de la familia al impacto de un estresor posterior (McCubbin y Lavee 1986, en McCubbin et al. 1996; Olson et al. 1989). En definitiva y resumiendo lo anterior, las familias con hijos adolescentes en nuestro contexto presentan un mayor promedio de tensiones intrafamiliares, seguidas por las económicas y laborales; la correlación entre esposos es elevada y significativa; durante el último año las familias experimentan más sucesos vitales y tensiones que antes del último año; y las familias que se encuentran en la etapa de emancipación de los hijos experimentan más tensiones por enfermedad familiar y por la entrada y salida de los miembros que las familias en la etapa de la adolescencia. Estas conclusiones aportan un conocimiento relevante y de utilidad para el diseño de una intervención evolutiva dirigida a padres en el período anterior a la pubertad y adolescencia de los hijos, como el momento óptimo para la preparación de los padres ante la transición de la adolescencia (Serra et al. 1988; Serra, en prensa).
Universidad de Valencia
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