Estudios Pedagógicos XXXVI, Nº 1: 107-116, 2010

INVESTIGACIONES

 

FAMILIA Y PRIMERA INFANCIA: UN ESTADO DEL ARTE. 1994-2005 *

Family and early childhood: A literature review. 1994-2005

 

Jakeline Duarte 1, Leidy Patricia Zapata 2, Rubiela Rentería 3

1 Docente. Licenciatura en Pedagogía Infantil: Facultad de Educación. Universidad de Antioquia, Cl 67 53-108, Bloque 9, oficina 421, Medellín, Colombia, jduarte@ayura.udea.edu.co.
2 Estudiante del programa de Trabajo Social. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Universidad de Antioquia, Cl 67 53-108, Bloque 9, oficina 421, Medellín, Colombia, leidypzy@hotmail.com.
3 Estudiante del programa de Trabajo Social. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Universidad de Antioquia, Cl 67 53-108, Bloque 9, oficina 421, Medellín, Colombia, rubirenti@yahoo.es.
* Investigación financiada por Universidad Santo Tomás. Proyecto de Investigación, Creación y Desarrollo de la Docencia, 2007.


Resumen

Esta investigación documental se basó en los textos producidos por 11 programas y una investigación dirigida a la niñez y en la cual se vinculaba a la familia. Los hallazgos mostraron que la vinculación de la familia en los programas dirigidos a la primera infancia se ha dado de manera gradual. Hay un reconocimiento del surgimiento de nuevas tipologías familiares siendo la que más aparece en los programas, el madre-solterismo o la madre cabeza de familia y por consiguiente su necesaria inclusión en las acciones promotoras del desarrollo de niños y niñas. En relación con las investigaciones, se encontró muy poca producción teórica, lo que permite inferir que la relación familia y primera infancia no ha sido un tema de interés investigativo por parte de los organismos gubernamentales y privados.

Palabras clave: primera infancia, familia, madre-solterismo, socialización, proveedora, educadora.


Abstract

This documental research was based on the texts produced from eleven programs and one research oriented to children in which the family was liked. The results showed that the family linkage within the programs intended for to the early childhood has been gradual. There is acknowledgment that new family typologies have emerged. Single mothers and female heads of the household are the most common typologies in the program; as a consequence there is a need to include them in the promotion actions for the children’s development. In relation to research, it was found very little theoretical production, what allow to infer that the relationship early childhood-family has not been a topic of interest for government and private parties.

Key words: early childhood, family, single motherhood, socialization, provider, educator.


 

La atención a la infancia, y por supuesto la educación inicial y preescolar en América Latina son problemas de gran vigencia y actualidad como clave para pensar el desarrollo de nuestros países, y han estado en el centro de la reflexión y de la agenda de organismos nacionales e internacionales desde la década de 1990, particularmente, con la Declaración de Jomtien1.

Si bien es cierto que estos problemas vienen siendo abordados con inusitado empeño, todavía persisten en América Latina problemáticas que tienen que ver con la invisibilidad de la niñez, precario acompañamiento a las familias, falta de promoción de los derechos de los niños, preocupante participación de éstos en el mercado laboral, en grupos armados y en formas de explotación sexual. De igual forma se registran importantes déficits de atención en salud y recreación y de cobertura educativa, aun en las principales ciudades del continente.

Particularmente en Colombia, desde la década de 1980, y sobre todo con la Constitución Política Nacional de 1991, se ha impulsado un sistema político administrativo descentralizado que ha entregado diversas funciones y responsabilidades a los entes territoriales municipales, especialmente en lo que respecta a educación, salud y bienestar social. No obstante, muchos de los asuntos de la infancia están encomendados a una entidad altamente centralizada que dispone de una amplia red de sedes por todo el país, llamada Instituto Colombiano de Bienestar Familiar –ICBF. En este contexto los municipios, pese a las atribuciones que se les han delegado en cuanto al bienestar social y a la educación, no disponen de una estructura sólida, moderna y efectiva que articule las organizaciones y los diversos esfuerzos y recursos para atender de forma integral a los niños. Pareciera que la mayor preocupación está puesta en la satisfacción de las necesidades básicas de este renglón de la población, pero se ofrece poca atención a su desarrollo integral.

Conocer la preocupante situación de la niñez en Colombia implica considerar algunos indicadores que ofrecen organismos del Estado y entidades encargadas de su atención. Actualmente, Colombia cuenta con un poco más de 44 millones de habitantes, de los cuales más de 26 viven en situación de pobreza. La población colombiana que se encuentra bajo la línea de la pobreza supera los 13 millones de personas, del total de habitantes, 7 millones son niños pobres, y de ellos, 1,2 viven en la miseria, situación compartida entre las zonas rurales y las principales ciudades2. Un importante margen de niños se encuentra por fuera del sistema educativo, alrededor de 1,6 millones. Según datos demográficos registrados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística –DANE– en el más reciente censo nacional, la tasa de natalidad es de 24 por cada mil habitantes, mientras que la tasa de mortalidad infantil es de 27,3 por cada mil niños (DANE, 2005), lo que significa una preocupante situación de precariedad para gran parte de las familias ubicadas en la línea de pobreza, que en su mayoría reportan la tenencia de más de tres hijos.

En cuanto a la mortalidad en menores de cinco años, la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de 2005 muestra una disminución de este indicador, sin embargo, continúa siendo preocupante, pues en los primeros cinco años de vida, 30 de cada mil niños mueren en Colombia. Entre las causas de esas muertes suelen encontrarse trastornos respiratorios, infecciones intestinales, malformaciones congénitas, deficiencias nutricionales, muertes violentas y accidentales, y presuntos homicidios y accidentes de tránsito.

En medio de este preocupante panorama, en los últimos años la educación y desarrollo de la primera infancia cuenta con nuevos programas y acciones dirigidas a mejorar la formación de las familias buscando potencializarlas como agentes de desarrollo humano, que favorezcan el ejercicio de los derechos de la niñez y faciliten el cumplimiento de su función socializadora. Programas como el denominado Familia, Mujer en Infancia –FAMI– han ampliado su cobertura, de forma que se pasó de 273.024 usuarios de los programas liderados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en 1999, a 392.568 en el año 2002.

EL PROBLEMA Y LO METODOLOGICO

En el Area Metropolitana del Valle de Aburrá3, área geográfica donde se desarrolló la investigación, son varias las instituciones de carácter estatal, privado, no gubernamental, comunitario, eclesiástico y académico que se han dedicado a darle solución a las diversas necesidades de los niños, utilizando metodologías, estrategias y perspectivas teóricas tan variadas, que han propiciado niveles diferentes de impacto. Debido al creciente número de evidencias sobre los beneficios sustanciales de las intervenciones en la infancia temprana, la región ha incorporado, además de los programas formales de atención a la primera infancia, programas no formales de educación y cuidado de los niños que han surgido más por iniciativa de las comunidades y organizaciones sociales, ante la falta de recursos económicos del Estado y por la dificultad que tiene la institución escolar para ocuparse de los niños menores de cinco años.

Ante el desconocimiento de los programas e investigaciones orientadas a la atención y desarrollo de la primera infancia se decidió realizar un macroproyecto con la intención de responder la pregunta: ¿cuál es el estado de los programas e investigaciones que en torno a la atención y desarrollo de la primera infancia se han realizado en los municipios de Medellín, Bello, Envigado, Sabaneta e Itagüí localizados en el Area Metropolitana del Valle de Aburrá, desde 1994 hasta el año 2005?

El desarrollo de esta pregunta pretende constituirse en una evaluación inicial o balance del conocimiento acumulado, y en el insumo para que las diversas instituciones, y particularmente las universidades, cuenten con el material necesario para generar conocimientos y proyectar líneas de trabajo acerca de la educación inicial. Para tal propósito se seleccionó como modalidad de investigación el estado del arte, en tanto se constituye en una investigación de carácter documental que tiene como objetivo recuperar sistemática y reflexivamente el conocimiento acumulado sobre la atención y desarrollo en la primera infancia en relación con las alternativas formales, no formales e informales de la misma. Hacer un estado del arte sobre la atención a la primera infancia en el Area Metropolitana del Valle de Aburrá, entre 1994 y 2005, implica acercarse a través de fuentes documentales a las diversas perspectivas epistemológicas, ideológicas, conceptuales, pedagógicas y metodológicas de los programas e investigaciones existentes en este campo. Para ello se han elegido los municipios de Medellín, Bello, Envigado, Sabaneta e Itagüí que han venido dirigiendo sus acciones hacia la primera infancia desde instituciones formales como universidades, instituciones no formales, organizaciones no gubernamentales, cajas de compensación familiar, organizaciones comunitarias y entidades oficiales como las Secretarías de Educación y Cultura, Bienestar Social y Salud. Una primera exploración sobre el tema nos ha indicado que por su infraestructura urbana, gubernamental y educativa estos municipios son los que más iniciativas han desarrollado en cuanto a programas e investigaciones sobre el problema de interés.

El estado de la cuestión o del arte como también se lo denomina, se constituye en un trabajo hermenéutico dada su capacidad de interpretación y comprensión crítica y objetiva de los textos escritos. Asimismo, retoma el método de comparación constante entre los contenidos de los documentos y la construcción teórica puesta en escena mediante el sistema categorial que hilvana teórica y metodológicamente el análisis con la finalidad de dar cuenta de cuánto y qué tipo de conocimientos se han construido sobre el objeto de saber y los vacíos existentes sobre el mismo.

Para el caso particular de este artículo se han seleccionado los programas e investigaciones encontrados en el municipio de Sabaneta, localizado al sur de la ciudad de Medellín, que de una u otra forma tienen por referencia a la familia como el actor social al que más funciones se le atribuyen en relación con la atención de la niñez, y el que se identifica como de mayor importancia respecto de la atención y desarrollo de la primera infancia4. Es claro, que entre la familia y la primera infancia hay una relación constante que propende por su desarrollo y bienestar. Desde la UNICEF se plantea que:

Los efectos de lo que ocurre durante el período prenatal y durante los primeros meses y años de vida del niño pueden durar toda la vida. Todos los componentes fundamentales de la inteligencia emocional, confianza, curiosidad, intencionalidad, autocontrol y capacidad para relacionarse, comunicarse y cooperar con los demás, que determinan de qué manera el niño aprende y establece relaciones en la escuela y en la vida en general, depende del tipo de atención inicial que recibe de padres, madres, maestros preescolares y encargados de cuidarlos5.

Desde una perspectiva más local, la familia se ha visibilizado como sujeto de desarrollo y como objeto de las políticas nacionales, manifestado esto en los Planes de Desarrollo de los períodos de 1994 y 1998, y con mayor énfasis en el Plan “Cambio para construir la paz” (López, 2001: 105). De esta manera se problematiza la relación que se establece entre familia e infancia, en tanto la primera juega diversos y complejos roles de carácter preventivo, promocional y educativo que definitivamente inciden como entorno social en el que se desarrolla y socializa el niño. En relación con este problema y con la indagación preliminar que se adelantó acerca del mismo, la investigación se propuso explorar las siguientes rutas de trabajo que suponen estas preguntas:

• ¿Qué instituciones lideran los programas y las investigaciones sobre atención y desarrollo de la primera infancia, y cuáles han sido los niveles de coordinación y articulación existentes según la vinculación que le han dado a la familia?
• ¿Cuáles son las concepciones de familia que se develan en los programas e investigaciones, y cuál es su papel en la atención y desarrollo de la primera infancia?
• ¿De qué manera se abordan las diversas dinámicas y estructuras familiares en los programas e investigaciones sobre la atención y desarrollo de la primera infancia?

Para el caso del municipio de Sabaneta, la unidad de trabajo se constituyó de 26 programas de atención a la infancia y 3 investigaciones relativas al problema de la primera infancia, y de éstos, 11 programas y una sola investigación consideran a la familia o a algún miembro de ella.

LOS HALLAZGOS

En consideración a que el estado del arte pretende recuperar y hacer explícito el saber construido desde los programas y la investigación, se observa que la generalidad de ellos adolece de esquemas conceptuales así como de fundamentos teóricos y epistemológicos, y adicionalmente no estipulan de manera clara y explícita las políticas públicas desde las cuales se implementan. No obstante, se observa que en su mayoría los programas responden a la normatividad vigente acerca de la atención al niño y a la madre gestante. Entre los programas se evidencia claramente que se dirigen con mayor énfasis a la atención de problemáticas de la salud como lo exige el Plan de Atención Básica6, y de allí que en su mayoría respondan a necesidades inmediatas de alimentación y nutrición, plan de inmunizaciones, promoción de la salud y prevención de la enfermedad, saludo oral y visual, básicamente.

A los programas de salud le siguen en orden de preponderancia los orientados al bienestar social referidos al cuidado de los niños en ámbitos comunitarios y familiares, la provisión de subsidios a los hogares para asegurar la permanencia de sus niños en el sistema educativo, programas orientados al desarrollo integral de los niños y a la prevención de la violencia intrafamiliar, y finalmente, están los dirigidos a la educación tanto de los niños como de los agentes socializadores.

La vinculación de la familia en los programas se ha dado de manera gradual; en un primer momento, de 1994 a 1998, no se evidenció una relación importante de la familia con la primera infancia, pues de manera preponderante y casi exclusiva se asumía que la madre era la única persona encargada de cuidado y atención del niño. Para explicar esta característica se podría decir que después de las décadas de 1980 y 1990, la mujer se hizo muy visible en medio de preocupantes situaciones de vulnerabilidad que la significaban como mujer cabeza de familia, en un contexto de tradicional madre-solterismo y de nuevas violencias que supusieron mayores tasas de mortalidad entre los hombres, especialmente entre los 20 y los 44 años, lo que implicó que ante la falta de padres y esposos muchas mujeres asumieran solas la jefatura del hogar (Rico de Alonso, 1999: 115). De igual forma en la época se asistía a la presencia de variadas tipologías familiares, caracterizadas por la reducción de su tamaño, el auge de hogares uniparentales y, como lo afirma Cicerchia (1999: 48), “presenciamos […] la pérdida del orden familiar directamente proporcional a la erosión del poder del pater”.

No sobra señalar que los hogares encabezados por mujeres sin cónyuge se han concentrado en los estratos más bajos, situación confirmada para América Latina por la CEPAL (1992). Es evidente que las transformaciones en las dinámicas familiares se sustentan en el ingreso de la mujer al mercado laboral, el cual se debe en parte a que ella comienza a educarse (la mujer de clase media) y a la necesidad de ingresos, en el caso de la mujer de estrato bajo (López, 2001: 99). López refiere que parte de los cambios más importantes en el rol social de la mujer están relacionados con el sentido que le da ésta a tener hijos más que a tener una pareja, lo que manifiesta la aceptación social del madre-solterismo y la contradictoria idea de que en la crianza de los hijos deben estar padre y madre.

En los programas de los años posteriores, 1999-2005, se empieza a visibilizar un interés por educar a la familia y vincularla de manera más directa a las diferentes actividades dirigidas hacia la infancia. No obstante, en esta reorientación sigue prevaleciendo la madre como figura protagónica en los programas de atención a la niñez. Es importante aclarar que la familia referida en los programas no corresponde necesariamente a la nuclear, sino que involucra de manera novedosa a los cuidadores informales o adultos significativos en el cuidado y atención de los niños. Ello se compadece con el amplio panorama de actores sociales involucrados en la atención y educación de los niños desde hace unas décadas, y que han venido a acompañar y a suplir la presencia de los padres, y entre ellos se cuentan los abuelos, tíos, vecinos, madres comunitarias, más comunes en los sectores populares, mientras que en las clases altas y medias predomina una diversidad de docentes y profesionales, sin que desaparezcan algunos familiares, toda vez que el niño ingresa tempranamente a las guarderías y jardines infantiles.

Asimismo, se evidencia que los programas que más vinculan a las familias son aquellos cuyo objetivo central es la educación e integración del niño con discapacidades o necesidades educativas especiales (NEE). Este tipo de programas así como los anteriores, llevaría a pensar que es necesario caracterizar las dinámicas familiares que les son propias, pues de ello depende en gran medida la orientación pedagógica y psicológica de los mismos, sin embargo, ello no sucede, lo que revela una seria limitación e inconsistencia en las acciones de intervención. También, a la vez que los programas no se orientan a plenitud conforme a las realidades y particularidades familiares, se pierde la oportunidad de producir conocimiento que permita acciones futuras de largo alcance con mayor fundamentación. Sólo uno de ellos se acerca a reconocer la dinámica familiar, pues ese es su objeto de intervención, y es el programa orientado a la prevención de la violencia intrafamiliar. Cabe aclarar que este programa dirigido a la violencia está anclado al Plan Nacional y al Plan de Desarrollo del Municipio de Sabaneta para el trienio 1998-2000, y es de los que mayor dimensión presenta debido a la importancia nacional del problema, y es el que mayor impacto social reporta.

Si se consideran las diversas representaciones sociales7 que se develan en los programas acerca de la familia, éstas han pasado por varios momentos. En un primer momento la familia era considerada y vinculada a los programas de la primera infancia como necesitada de algún tipo de ayuda material con la cual pudiera atender al cuidado del niño, por ello los programas iban dirigidos a dotar a la familia de vivienda, subsidios y/o bonos alimenticios. Ello parecía acogerse a una lógica mecanicista y de sentido común consistente en que si a la familia se le proveían los satisfactores para las necesidades básicas, implícitamente, ella estaría en condiciones de responder adecuadamente por la atención y desarrollo del niño. Lo anterior parece responder a la concepción de desarrollo que persistía desde hacía unas décadas, donde se asociaba eminentemente a la condición económica de los ciudadanos. Obviamente estos programas se inscriben en una lógica asistencialista y de corto plazo que todavía persiste.

En un segundo momento, aparece una familia representada como proveedora y protectora, que en los programas estaba especialmente asociada al cumplimiento de las funciones de cuidar a los niños y ser la proveedora material y física de las demandas que éstos fueran presentando.

En el tercer momento se vincula en los programas a la familia como mediadora y corresponsable considerándola como un sistema que necesariamente debe estar articulado con los otros sectores que tienen que ver con la atención y desarrollo del niño, para que de esta manera se logre en él un desarrollo integral. Esto revela una superación parcial de esquemas de intervención asistencialistas en un novedoso contexto de cambios políticos y económicos en el que el Estado y aun las Organizaciones No Gubernamentales –ONG’s– se fueron apropiando de modelos de gestión que exigía a los actores sociales mayor autonomía y autosostenibilidad como parte de las demandas neoliberales y de autogestión y sostenibilidad de los programas locales. En este tercer momento las representaciones de la familia la situaban como la educadora y socializadora por excelencia de la primera infancia, mirada que se da desde los sectores institucionales de salud y educación.

En este orden de ideas, y no obstante la emergencia de otras instancias socializadoras (pares, medios de comunicación, ciudad y escuela), el lugar que se le adjudica a la familia como el ámbito más importante de la socialización primaria persiste como una forma de actualizar las intervenciones institucionales sobre la infancia (Gutiérrez, 1997: 25).

En cuanto al carácter de las instituciones que realizan los programas e investigaciones sobre niñez, y que vinculan a la familia, es evidente que en su mayoría son gubernamentales, especialmente las referidas a las Secretarías de Salud, Educación y Bienestar Social. Desde 1999, en el Municipio de Sabaneta se ha establecido un trabajo en red desde las diferentes Secretarías mencionadas, relación que se establece desde los Planes de Desarrollo para el diseño y ejecución de los programas orientados a la primera infancia. Se resalta que el sector privado y las ONG’s no den cuenta, a través de fuentes documentales, de programas para la primera infancia, lo que no significa que no existan acciones en tal sentido.

En relación con las investigaciones, se encontró muy poca producción teórica, sólo tres investigaciones, lo que permite inferir que la primera infancia no ha sido un tema de interés investigativo prioritario. En estas investigaciones se pudo constatar la coincidencia con los temas de algunos programas, pues estaban dirigidas a la población con discapacidad o con Necesidades Educativas Especiales –NEE. Al respecto, es pertinente señalar que una de las investigaciones tiene una mirada de la familia como sistema, y la vincula de manera integral en todo el proceso de desarrollo físico y emocional del niño con NEE, y tiene presente las dinámicas del núcleo familiar, su estructura, interacciones y percepciones. Por último, en las investigaciones no se establecen vínculos institucionales, pues responden a monografías de grado elaboradas para cumplir con el requerimiento para optar por un título profesional. Esto demuestra el bajo o casi inexistente interés de las instituciones gubernamentales del municipio de Sabaneta por desarrollar procesos investigativos y, por tanto, producir conocimiento válido, oportuno y relevante a partir del cual se diseñen los programas de intervención.

CONSIDERACIONES FINALES

De acuerdo con la pretensión del estado del arte de recuperar de manera sistemática y reflexiva el conocimiento acumulado por los programas e investigaciones sobre atención y desarrollo de la primera infancia, se tiene que el conocimiento producido de manera explícita e intencionada por las instituciones en tal sentido no es de consideración, toda vez que no hay una declaración expresa sobre los fundamentos y lineamientos teóricos que soportan dichos programas, y tampoco se aprecia una producción de saber desde la praxis misma. Sin embargo, el acercamiento analítico y reflexivo realizado en este texto, sí permite construir unos supuestos interpretativos que se pueden constituir en un punto de partida para la retroalimentación de tales programas, y para justificar y nutrir futuras acciones y líneas de investigación relativas a la educación y atención de la primera infancia. En tal sentido se enuncian estos aspectos:

Desde 1990, con el marco propuesto por la Declaración de Jomtien, ha habido una mayor preocupación en el diseño y planificación de programas orientados hacia la atención y desarrollo de la primera infancia. Pero aún se percibe una tendencia unidisciplinaria, y faltan todavía de manera contundente programas para la atención integral del niño y de sus agentes socializadores. Esta tendencia no es exclusiva de Colombia y se aprecia en la mayoría de los países de América Latina.

No obstante que existe mayor preocupación por la infancia, es visible la falta de políticas y de acciones dirigidas a los niños menores de tres años. Esta situación es muy preocupante, en tanto la literatura ha mostrado que esta edad es fundamental para el futuro desarrollo del niño, y por supuesto del sujeto que representa en la sociedad.

También se aprecia que los programas se suceden en medio de mejores ambientes de descentralización de las entidades locales y aparecen nuevos actores como las ONG’s, sin embargo, parece que es necesaria una mayor articulación y coordinación para asegurar la continuidad e impacto a largo plazo de los programas y superar en alguna medida las numerosas acciones que cada institución desarrolla de manera aislada.

Pareciera que no es clara la comprensión de la educación inicial, pues se asume como si ésta se iniciara sólo con el ingreso del niño a la institución educativa y no desde el periodo de su gestación. Ello porque la mayoría de los programas con la población gestante y menor de cinco años se orienta a las necesidades nutricionales y de inmunización, lo que denota un enfoque biológico de corto plazo.

También se aprecia que muchos de los programas, a pesar de su diversidad (educación, salud, bienestar social) mantienen un enfoque asistencial que, de un lado, no trasciende acciones inmediatas y no promueve la autogestión y el empoderamiento de la comunidad responsable del desarrollo integral de la niñez, y de otro, no permite consolidar la capacidad de las familias y de las comunidades de atraer y reunir los servicios que se ofrecen actualmente de manera descoordinada.

En la mayoría de los casos se tratan de programas que responden a las directrices o normas que emanan del Estado y que cumplen las diversas administraciones municipales dada su obligatoriedad, pero no porque hagan parte de un sistema integral de medidas de largo alcance y dentro de un proyecto de sociedad.

De igual forma se identifica la falta de estrategias comunicativas para dar a conocer los resultados e impactos de los programas.

Aunque no se cuenta con información suficiente en materia presupuestal se alcanza a apreciar que la destinación presupuestal para la realización de programas dirigidos a la primera infancia aún es precaria, situación que se puede generalizar para otros ámbitos de América Latina como lo manifiesta Myers, “los niños (especialmente los más pequeños) no están situados en primer lugar” (Myers, 2000).

El análisis de la información documental de los programas muestra que no existe de manera explícita, sistemática y consistente mecanismos de evaluación y seguimiento que permitan monitorearlos y desarrollar acciones de retroalimentación para acciones futuras.

Finalmente, es importante considerar la posibilidad de que los programas e investigaciones cuenten con el apoyo financiero y técnico de organismos de cooperación internacional que usualmente trabajan en estos ámbitos en toda Latinoamérica.

NOTAS

1 «Una educación inicial para el siglo XXI», “Declaración del Simposio Mundial de Educación Parvularia o Inicial”. En la Cumbre de las Naciones Unidas celebrada en el año 2002, 190 países se comprometieron a realizar acciones que respondieran al cumplimiento de lo que se ha llamado los Objetivos de Desarrollo de la infancia para el Milenio. Declaración Mundial sobre Educación para Todos. “Satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje”. Jomtien, Tailandia, 5 al 9 de marzo, 1990. http://www.oei.es/efa2000jomtien.htm

2 El 20% de la población más rica recibe el 62% de los ingresos laborales, mientras que el 20% más pobre recibe solo el 3%, lo que revela que se trata de uno de los países más inequitativos del orden internacional.

3 Los municipios del Valle de Aburrá, considerados de norte a sur, son: Barbosa, Girardota, Copacabana, Bello, Medellín, Envigado, Itagüí, Sabaneta, La Estrella y Caldas.

4 Los programas también están referidos a otros problemas y actores diferentes a la familia. Acá se presentan, como ya se dijo, sólo los relativos a la familia.

5 Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia –UNICEF–. Estado Mundial de la Infancia. 2001, pág. 12.

6 En Colombia se cuenta con los recursos del Plan de Atención Básico en Salud (PAB) para la atención colectiva en salud, un paquete de servicios que incluye un conjunto de actividades, intervenciones y procedimientos de promoción de la salud, prevención de la enfermedad, vigilancia en salud pública y control de factores de riesgo financiado por los recursos fiscales del gobierno nacional, complementado con recursos de los entes territoriales, según se contempla en la reforma de la prestación de servicios de salud, realizado en el país. Ministerio de Salud de Colombia. Resolución 4288 de noviembre de 1996. Bogotá (DC); 1996.

7 “Se entiende por representaciones sociales aquellas imágenes, sentimientos, prácticas, con las cuales cada subjetividad construye su cotidianidad. Estas forman parte de un saber colectivo que se transmite a través de la socialización, cuyo contenido es afectado por los cambios de la sociedad, los encuentros interculturales, las transformaciones tecnológicas y otros”. Viveros (1994) citado por Puyana (1999).

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