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Estudios
Pedagógicos XXXII Nº2: 47-71, 2006
DOI: 10.4067/S0718-07052006000200003
INVESTIGACIONES
¿COMO
PODEMOS INTERVENIR PARA FORTALECER EL CLIMA EDUCATIVO EN
TIEMPOS DE INNOVACION?
How can we
intervene to strength the educative climate in times of innovation?
Sandra
Becerra Peña
Universidad
Católica de Temuco, Facultad de Educación,Manuel Montt 056, Temuco, Chile.
sbecerra@uct.cl
Resumen
La
presente investigación corresponde al trabajo de Tesis Doctoral, desarrollado
en la Universidad de Sevilla,
España, investigación que en sus últimas fases se enmarca además en una
investigación DGIUCT de la Dirección General de Investigación de la UC de Temuco.
De
diseño cualitativo-cuantitativo, está constituida por cuatro fases correlativas.
La primera corresponde a la construcción de un instrumento para Clima
Educativo, la segunda corresponde a la exploración del Clima Educativo
en 404 profesores y directivos. La tercera y cuarta fases corresponden
al empleo de ‘redes semánticas naturales’ y ‘grupos de discusión’. Los
resultados han sido reveladores; así, por ejemplo, todos los tipos de
establecimientos evidencian que el factor que más alto pondera en la percepción
del Clima es de las ‘relaciones interpersonales docentes’, siendo éstas
más importantes para los profesores que la propia relación con alumnos
y apoderados.
Palabras
clave: clima educativo, relaciones docentes, malestar docente,
reforma educativa, innovación educativa.
Abstract
The
present investigation corresponds to the work of a Doctoral Thesis, developed
with the University of Seville, Spain, research which in its final stages
also became a DGIUCT investigation by the General Research Department
of the Catholic University of Temuco.
Using a qualitative-quantitative method it consists of four correlative
stages. The first concerns the development of a questionnaire for the
Educative Environment, the second concerns the exploration of Educative
Environment consulting 404 teachers and directives. The third and fourth
stages involve the use of ‘natural semantic networks’ and ‘discussion
groups’. The results have been revealing, for example, all types of establishment
show evidence that the most important factor in the perception of the
environment are the ‘interpersonal teaching relationships’,with this being
more important for teachers than their own relationship with students
and parents.
Key
words: educative environment/climate, teaching relationships,
teacher burnout, educational reform, educational innovation.
ANTECEDENTES
DE LA INVESTIGACIÓN
La
investigación que se presenta se desarrolla en el marco de la fase extensiva
de la Tesis Doctoral,
del Departamento de Organización y Didáctica Escolar de la
Universidad de Sevilla, España. Y en sus últimas fases
se ha enmarcado en un proyecto DGIUCT de la
Dirección General de Investigación de la UC de Temuco, conformado por un
equipo investigador compuesto por el autor y académicos de la Facultad de Educación de
la Universidad Católica
de Temuco, al que se suman equipos de alumnos en proceso de tesis de grado.
Metodológicamente
la investigación posee un diseño cualitativo-cuantitativo.
Está constituida por cuatro fases progresivas. La primera fase corresponde
a la construcción y validación de un instrumento para explorar el Clima
Educativo en establecimientos educacionales chilenos que en el marco de
la Reforma Educacional
desarrollan esfuerzos de innovación. Como valor de actualización, tal
instrumento considera en la exploración del Clima Educativo las aportaciones
de diversas investigaciones respecto a los efectos del ‘cambio impuesto’
y del fenómeno de burnout o
desgaste docente.
La segunda fase, de tipo extensivo, correspondió a la exploración del
estado actual del Clima, en 404 profesores y directivos de establecimientos
educacionales municipales, particular-subvencionados y particulares de
la IV Región,
que se encuentran desarrollando esfuerzos de innovación en el marco de
la reforma educativa chilena.
A partir de estos resultados se inició la tercera fase de la investigación,
destinada a conocer, por medio de ‘redes semánticas naturales’, los significados
que alumnos, profesores y directivos asocian al clima educativo en establecimientos
educacionales de la Novena Región
de las tres dependencias educativas. Y, por último, en la cuarta fase
se verificarán los hallazgos obtenidos con la aplicación de grupos de
discusión con docentes y directivos de las tres dependencias educativas.En
el presente trabajo se expondrán hallazgos derivados de la segunda fase
referida, etapa ya concluida y que por sus resultados orientó de manera
determinante las dos fases cualitativas con las que se está concluyendo
la investigación.
INTRODUCCION
La
presente investigación pretende conocer el estado actual del clima escolar
en centros educacionales que, como muchos en Chile y en el mundo, han
desarrollado en los últimos años esfuerzos de innovación en el marco del
proceso de Reforma Educacional.
En la actualidad,
la educación chilena se encuentra en un proceso modernizador, orientado
a la reestructuración del sistema educacional y fundamentalmente al logro
de un mejor nivel en la enseñanza y el aprendizaje. Motivados por el logro
de eficacia, la imagen a la que se aspira es la de “un centro bien integrado,
en el que todos los que estén implicados en él desarrollen un intenso
sentimiento de compromiso con el éxito de la escuela” (Ainscow 2001: 55).
La aspiración a la eficacia es lo que nos permitirá como nación mejorar
los dos ejes fundamentales de la
Reforma Educativa, esto es, Equidad y Calidad. De este
modo la implementación de la
Reforma Educacional
en Chile ha implicado para los profesores reorientar
las prácticas con las que tradicionalmente operaban en los distintos
ámbitos de su acción profesional.
El nuevo
escenario busca abandonar las viejas prácticas para promover aprendizajes
de tipo significativo. Mas, de la misma manera como la historia de muchos
países lo muestra, los establecimientos chilenos iniciaron este tiempo
de innovación enfrentándose a las demandas y contradicciones de un proceso
de cambio planificado, constituyéndose ésta en una “reforma centralizadora,
que crea y ejecuta programas que son ‘bajados’ a las escuelas” (Mella
2003: 5). Por tanto, paralelo a los primeros logros, emergen inevitablemente
a la vista los desfavorables efectos vivenciales de un cambio de tipo
impuesto (Louis 2000).
A este contexto
del proceso innovador de la educación se suman, como es lógico, múltiples
expresiones de malestar docente y agotamiento. El burnout, como en otros países en proceso de reforma, se deja ver
cada día, al afectar de manera importante los circuitos relacionales
de los actores de los centros educativos. Cuando miramos las manifestaciones
de desgaste docente encontramos sentido a las afirmaciones de Escudero
(2002), quien plantea que hasta hace poco los procesos de reforma gozaban
del beneficio de ser considerados como fenómenos directamente representativos
de mejora, mas, con el desgaste docente, esos vínculos parecen haberse
debilitado; ahora cabe la sospecha de que, en distintos aspectos, los
cambios que viven los actores educativos pueden ser tanto para el progreso
como para el retroceso.
En
tal escenario, la reforma educativa ha implicado para los profesores
reestructurar sus formas de trabajo, desde la acción centrada tradicionalmente
en lo individual hacia una que demanda el trabajo en equipo, la coordinación
de acciones, los debates, y en su medida la cooperación. Esta situación
está demandando en los profesores y profesoras nuevas
competencias tanto estratégicas como relacionales (Bolívar 2000),
que influyen en el Clima de los centros educacionales. Este cambio,
en la vivencia pedagógica, al demandar nuevas estructuras relacionales,
los ha enfrentado a vivenciar “acuerdos” y “desacuerdos” propios del
trabajo en equipo, que en ocasiones potencian y en otras debilitan los
lazos relacionales entre los miembros que conviven al interior de cada
establecimiento.
La presente
investigación intenta, de modo extensivo, “conocer el estado actual
del Clima Educativo, en centros educativos, que en el marco anteriormente
descrito den cuenta de esfuerzos de innovación”. Esta exploración del
Clima Escolar se realizará a través de las percepciones de 404 directivos
y docentes de 15 centros, del nivel municipal, subvencionado y privado
de la ciudad de Temuco, en
la Novena Región de Chile.
Esta investigación
pretende dar luces actuales respecto a cuáles son los factores que debemos
considerar cuando queremos intervenir en clima educativo. Por tanto, atenderá
a los fenómenos recientemente descritos, dado que explora las percepciones
que docentes y directivos poseen, y que configuran el Clima del Centro,
en referencia al proceso de innovación vivido, al proceso de cambio impuesto,
al declarado cambio de dirección que actualmente otorga ‘relativa autonomía’
a los establecimientos educacionales, integrando además los hallazgos
evidenciados por otras investigaciones en torno al fenómeno de malestar
docente.
Propósitos y objetivos de la investigación. El objetivo general de
este estudio es: “Conocer el estado actual del Clima Escolar, en instituciones
educativas, cuyo desarrollo dé cuenta de esfuerzos de innovación, a través
de los directivos y profesores de 15 centros, del nivel municipal, subvencionado
y privado de la ciudad de Temuco, Novena Región de Chile”.
Los objetivos
específicos son:
•
Identificar los factores más relevantes que nos permitan conocer el estado
actual del Clima de los centros educativos en tiempos de innovación.
•
Identificar los factores diferenciadores, según tipo de Centro, que nos
permitan conocer el estado actual del Clima Educativo en tiempos de innovación.
• Identificar las dimensiones más fortalecidas en el estado actual
del Clima Educativo chileno en tiempos de Reforma Educacional.
• Identificar las dimensiones más afectadas en el estado actual del
Clima Educativo chileno en tiempos de Reforma Educacional.
ANTECEDENTES
TEORICOS
Reforma Educacional y Clima Educativo. El clima organizacional ha
sido ampliamente investigado en contextos empresariales, marco que ha
nutrido el desarrollo posterior de este concepto en ambientes exclusivamente
educativos.
Autores
como Gairín (1999), Cornejo y Redondo (2001) vinculan el Clima con el
ambiente total de un centro educativo, determinado por todos aquellos
factores físicos, estructurales, personales, funcionales y culturales
de la institución que, integrados interactivamente en un proceso dinámico
específico, confieren un peculiar estilo o tono a la institución educativa.
En complemento
a ello hemos de referir que el ambiente del Centro implica a las relaciones
de sus miembros entre sí (profesores, administradores y directivos), así
como las relaciones mutuas de toda la comunidad educativa (alumnos, padres
y profesores) (López 1997), aproximación que refuerza el carácter relacional
del concepto clima educativo.
Como ha de
inferirse desde estas conceptualizaciones el clima educativo no surge
desde una dimensión individual, centrándose en un sujeto, sino que se
constituye desde las percepciones del colectivo, así lo plantea Cornejo
y Redondo (2001: 16) cuando afirman que lo que define el clima de
una institución “es la percepción que tienen los sujetos acerca de las
relaciones interpersonales que establecen en el contexto escolar (a nivel
de aula o de Centro) y el contexto o marco en el cual estas interacciones
se dan”. En el mismo sentido Arón y Milicic (1999) refieren
que el clima social escolar reúne las características atmosféricas
que rodean a los actores de los centros educativos, considerando las características
de cómo el contexto escolar proporciona (o no) las condiciones para que
las personas, miembros del sistema escolar, se desarrollen armónica e
integralmente.
Lo
anterior nos lleva a considerar el escenario nacional de innovación que
se está desarrollando en el marco de la reforma educativa chilena, escenario
sobrecargado de numerosos cambios e innovaciones, que provoca inevitablemente
manifestaciones de malestar docente, y en donde hemos de reflexionar respecto
a cómo lo anterior origina también cambios en el entorno relacional de
un centro educativo, entorno que puede llegar a favorecer o frenar el
desarrollo de las distintas potencialidades de sus miembros.
El malestar docente y su posible influencia en el Clima del Centro.
Al intervenir el Clima en contextos educativos debemos ser conscientes
de que estamos en un escenario muy sensible. La reforma educativa ha movilizado
diversos procesos de cambios e innovaciones, que se han traducido en mejoras,
pero que al mismo tiempo han acarreado importantes evidencias de agotamiento
o desgaste profesional en los docentes (Bolívar 2000).
En los últimos
años se ha ido desarrollando una crisis sin precedentes en la historia
de la educación mundial. (Esteve, Franco y Vera 1995), quienes refieren
la percepción de una “fase de desencanto” que afecta de manera central
al ejercicio de la docencia en los establecimientos que desarrollan procesos
innovativos. Así lo confirman Arón y Milicic (1999: 43) cuando plantean
que “un clima social insatisfactorio se relaciona fuertemente con el desgaste
profesional de los profesores”. “El desgaste profesional, el agotamiento
docente, refiere la sensación de estar fundido… lo que se manifiesta en
sentirse excesivamente tensionado, irritable, pesimista y agotado física
y emocionalmente”. Así el burnout es una respuesta negativa al estrés laboral al que han sido
sometidos los docentes en las últimas décadas, décadas en que, como ya
sabemos, se han desarrollado intensos movimientos de cambio, producto
de los procesos de reforma educacional en diversos países.
La
definición más aceptada para comprender el concepto de burnout la ofrecieron inicialmente Maslach
y Jackson en el año 1986, conceptualización que ha sido rectificada por
Durán, Extremera y Rey (2001: 46), señalando que el burnout
es un síndrome compuesto por tres categorías de síntomas: el cansancio
emocional: donde la persona se siente emocionalmente exhausta, agotada
en sus esfuerzos para hacer frente a la situación. La despersonalización: entendida como una respuesta impersonal, fría
y cínica hacia los usuarios o beneficiarios de su actividad profesional.
Y la baja realización personal: lo que comprende
sentimientos de incompetencia y fracaso.
De manera
explicativa, Esteve, Franco y Vera (1995) ofrecen amplios estudios que
permiten comprender los posibles factores desencadenantes del burnout
docente; entre estos encontramos los factores de primer orden, que son
aquellos que inciden directamente sobre la acción del profesor en su clase,
en su aula, modificando las condiciones en las que desempeña su trabajo,
y generando, en último extremo, tensiones asociadas a sentimientos y emociones
negativos que constituyen la base empírica del malestar docente. Entre
estos encontramos la fragmentación y complejización del trabajo del profesor,
el cambio en la relación profesor-alumnos, los cambios en los contenidos
curriculares, la escasez de tiempo y recursos, etc. Y los factores de
segundo orden, de influencia indirecta y que estarían referidos a las
condiciones ambientales, al contexto en que se ejerce la docencia, pero
que afectan, sin duda, la eficacia del docente al disminuir su motivación
y la energía con la que participa en el hecho educativo (Esteve 1993).
Entre estos encontramos el aumento de la exigencia sobre el profesor,
el descenso en la valoración social del profesor, el cambio de expectativas
respecto del sistema educativo, etc. Es importante destacar que estos
factores desencadenantes de malestar docente son a la vez percibidos como
“incontrolables” por el profesor.
Este nivel
de análisis nos lleva a considerar que el proceso de reforma educacional
vivido, caracterizado como proceso de cambio centralizado e impuesto,
puede constituirse en un factor desencadenante del burnout docente de segundo orden, de manera
que podría llegar a afectar la vivencia del docente en tiempos de innovación.
Reforma Educacional y Cambio Impuesto. El paradigma del cambio impuesto
o cambio dirigido es entendido como el proceso de movilización de cambios
organizativos, a menudo importados desde una fuente externa a la organización,
de modo que se asume que el camino más rápido para movilizar el cambio
de las prácticas educativas ha de hacerse en función de propuestas curriculares
externas y centralizadas (Becerra 2003: 16). Esta realidad no es
distinta para la reforma educativa chilena, dado que a juicio de Mella
(2003: 6) se ha tornado en:
a)
Una reforma tecnocrática, donde lo que prima es la voz de los técnicos
y especialistas externos a los centros, donde la opinión de los docentes
no tiene cabida.
b)
Una reforma centralizadora, que crea y ejecuta directamente programas
que son bajados a las escuelas, donde reina frente a ellos el desconcierto
por las muchas veces contradictorias directivas que conlleva.
c) Una reforma orientada por resultados finales e inmediatos, ejemplo
de esto es la medición SIMCE, que invisiblemente presiona y tipifica un
ranking de calidad de la oferta educativa.
De
lo anterior es posible entrever, sin ser ingenuos, que en la política
del cambio impuesto subyacen efectos de tipo adverso, uno de los cuales
es la incapacidad de tomar en consideración a los actores del sistema
educativo (Bolívar 2000). Esto “se identifica con una política en los
hechos clásicamente centralista, donde el Estado no sólo piensa y diseña
la educación, sino que gestiona, administra, controla y ‘baja’ directivas,
programas y recursos, sin creer en la capacidad delas comunidades locales”
(Mella 2003: 5).
La política
del cambio impuesto, querámoslo o no, trae severos efectos y consecuencias
de desgaste y resistencias docentes. Contexto que nos invita a explorar
qué efectos han provocado aspectos tan actuales como estos en el clima
educativo.
METODOLOGIA
Metodológicamente
la investigación posee un diseño cualitativo-cuantitativo, constituida
por cuatro fases correlativas. Para la comprensión extensiva de la investigación
se expondrá el diseño de la investigación total, asumiendo el entendido
de que el presente artículo concentra su atención en los procesos y hallazgos
vinculados a la segunda etapa de la investigación.
Primera fase:
etapa cuantitativa, correspondiente a la construcción y validación de
un instrumento para explorar el Clima Educativo, y que considera en la
exploración del Clima Educativo las aportaciones de diversas investigaciones
respecto a los efectos del ‘cambio impuesto’ y del fenómeno de burnout o desgaste docente.
Segunda fase:
etapa cuantitativa, que correspondió a la exploración del estado actual
del Clima Educativo en 404 profesores y directivos de quince establecimientos
educacionales de la
Novena Región, de las tres dependencias, que en el marco
de la Reforma Educacional
Chilena se encuentran desarrollando esfuerzos de innovación.
Tercera
fase: etapa cualitativa, destinada a conocer, por medio de ‘redes semánticas
naturales’, los significados que alumnos, profesores y directivos asocian
al clima educativo, en establecimientos educacionales de dependencia particular,
particular-subvencionado y municipal de la Novena Región,
que den cuenta de procesos de innovación en el marco de la Reforma Educacional
Chilena.
Cuarta fase:
etapa cualitativa, destinada a conocer, por medio de ‘grupos de discusión’,
los significados que profesores y directivos asocian a sus relaciones
interpersonales, en establecimientos educacionales de dependencia particular,
particular-subvencionado y municipal de la Novena Región,
que den cuenta de procesos de innovación en el marco de la Reforma Educacional
Chilena.
Figura 1
Esquema
del proceso de investigación. Primera Etapa
Figura
2
Esquema
del proceso de investigación. Segunda Etapa
Figura
3
Esquema
del proceso de investigación. Tercera Etapa
Figura
4
Esquema
del proceso de investigación. Cuarta Etapa
DEFINICION
DE LA MUESTRA
Para
la determinación de la muestra hemos de considerar que la unidad de estudio
es el centro escolar, por lo tanto orientados por la intención de investigar
el Clima de Centros Educativos cuyas acciones den cuenta de un trabajo
que traduzca esfuerzos organizacionales de innovación hemos analizado
la nómina regional de todos los centros que en el Marco de la Reforma Educacional
Chilena evidencien buenas propuestas y consecuente
ejecución de proyectos innovativos en la ciudad de Temuco. Sustentándonos
en el principio de que el clima escolar es un constructo con características
organizativas y no individuales, trabajamos con la totalidad del cuerpo
docente y directivo de los centros seleccionados.
Así,
la muestra se conformó a través de un muestreo de tipo no probabilístico;
por conveniencia, se compuso por 404 sujetos pertenecientes a un total
de 15 Centros Educacionales Básicos, distribuidos en cinco de tipo municipal,
particular-subvencionados y particular respectivamente, de la IX Región de la
ciudad de Temuco, considerándose los siguientes criterios de inclusión:
a)
Elaboración de Proyecto Educativo Institucional (PEI).
b)
Declaración en el PEI de evidencias de transformación de la práctica pedagógica.
c) Evidencias de a lo menos tres proyectos de innovación elaborados,
ejecutados y evaluados en los últimos cuatro años (PME, Red Enlaces, prevención
de drogas, educación sexual, educación ambiental, convivencia escolar,
consejos escolares, etc.).
d) Ejecución de a lo menos dos proyectos de mejoramiento en curso (PME,
Red Enlaces, prevención de drogas, educación sexual, educación ambiental,
convivencia escolar, etc.).
Para
la selección de los centros educativos según dependencia se eligió una
institución pequeña (matrícula menor de 500 alumnos), una mediana (501-800
alumnos) y una grande (sobre 801 alumnos) que cumplieran con los criterios
de inclusión ya mencionados.
Para
la aplicación del instrumento se utilizó el ‘consejo de profesores’ de
manera de facilitar la administración simultánea del instrumento a profesores
y directivos de cada centro. El instrumento utilizado fue el cuestionario
COCE de Clima Educativo, validado en Chile por Becerra (2003), cuyas dimensiones,
subdimensiones, definición de las subdimensiones e ítemes que lo componen
son las siguientes:
ANALISIS
Una
vez aplicado el instrumento, se procedió con el análisis exploratorio
de los datos, con el propósito de conocer el estado actual del clima educativo
en centros que, como se precisó en la muestra, han desarrollado esfuerzos
mantenidos de innovación.Para tales fines se analizaron estadísticamente
las tendencias de las respuestas obtenidas tras la aplicación del instrumento,
empleando estrategias estadísticas de distribución de frecuencias.
En la exploración
de datos primero se procedió a un análisis exhaustivo de cada variable
o subdimensión del instrumento. Luego para cada una de las variables se
calculó su distribución o tabla de frecuencias. Las tablas de frecuencias
incluyen los distintos valores que presenta cada variable, tales como
el análisis de la desviación estándar, el coeficiente de variación, la
media, etc.
Los análisis
serán presentados primero por medio de histogramas (gráficos de barra),
que en conceptos de Cea D’Ancona (2001) “es el más adecuado a la presentación
de variables métricas” (p. 323). Estos serán complementados por gráficos
de caja (Box-plot), que en palabras
del mismo autor “ofrecen una visión global de la distribución, más sintético
que el anterior”. Para analizar esta representación gráfica del análisis
exploratorio hemos de considerar que “en ellos la variable se representa
de forma que el 50% de los casos queden comprendidos en el interior de
la caja, en los extremos se sitúan, respectivamente, el 25% superior e
inferior” (p. 325), evidenciando con ello los resultados de cada ítem,
en cada una de las dimensiones, para la totalidad de los centros constituyentes
de la muestra.
En segundo
lugar se utilizó la estrategia de análisis factorial, como una técnica
de interdependencia, que nos permite conocer en profundidad las interrelaciones
de las variables e identificar las cargas factoriales significativas basadas
en el tamaño de la muestra.
RESULTADOS
Los
resultados que se presentan a continuación se basan en el análisis exploratorio
de las tendencias de las respuestas, según la matriz estructural del instrumento
(tabla 3). Para ello, primero hemos considerado, para cada concepto, las
respuestas generales arrojadas por la totalidad de los centros; luego,
en aquellos casos en que fuera interesante profundizar en los hallazgos
se consideró de manera adicional representar por medio de gráficos de
caja las diferencias según la dependencia educativa del colegio, y, por
último, en aquellos casos que por su particularidad invitaban a una exploración
más profunda se enriqueció el análisis comparando las diferencias según
sexo.
Los resultados
serán organizados en tres categorías, dado que la escala de valoración
de respuestas del instrumento utilizado cursa desde el +5 al –5, las tendencias
de las respuestas nos permiten diferenciar si el concepto referido en
cada ítem constituye:
– Un facilitador
(F) (promedio entre +5 y +2, donde asumiremos presencia positiva del ítem).
– Un elemento en riesgo (R) (presencia dispersa del ítem, promedio
entre –1 y 1).
– Un elemento obstaculizador (O) (presencia negativa del ítem promedio
entre –5 y –2).
A
continuación se expondrán los elementos facilitadores, en riesgo y obstaculizadores
identificados en el análisis exploratorio del estado actual del clima
educativo en centros que desarrollan procesos de innovación.
Elementos
facilitadores para el clima educativo. El primer elemento facilitador
para el Clima Educativo para la totalidad de la muestra se representa
de forma unánime en la subdimensión de motivación, subdimensión fortaleza
para el clima educativo de los centros en todas las dependencias.
La tendencia
de las respuestas muestra, entre otros, que la motivación por la profesión (I43), la satisfacción con el rol (I44),
las expectativas de desarrollo
(I45), el desafío
profesional (I47), etc., son elementos facilitadores del clima educativo.
Solo traduce
riesgo en la motivación las condiciones
de trabajo (I49), que en un análisis más específico es posible observar
que se concentra en los establecimientos municipales.
En
la misma dirección se evidencia la subdimensión influencias de la dirección.
Subdimensión que en la actualidad evidencia ser facilitadora para el Clima
Educativo. Los profesores de todos los centros declaran que la retroinformación (I14), la flexibilidad
(I16), la confianza (I17) y el nivel de comunicación (I18) que les ofrecen
los directivos actualmente potencian el Clima Educativo para centros municipales,
subvencionados y privados. A nivel más específico cabe destacar que el
nivel de supervisión (I19) y
la falta de reconocimiento (I15)
que reciben los docentes desde los directivos muestra riesgo para el Clima
en los centros subvencionados.
En ambos elementos se observa que no representan riesgo, sino que constituyen
facilitadores para el clima de centros municipales y privados.
Por
último, hemos de reconocer que las subdimensiones de relación profesor-alumno
y relación profesor-padres poseen a nivel general una tendencia que muestra
influencia positiva para el clima de los centros. Mas en estas áreas hay
que prestar atención a los elementos de expectativas y reconocimiento, que alumnos y padres realizan de la
labor docente, ya que tanto en centros municipales y subvencionados muestran
ser elementos de riesgo para el clima del centro.
Elementos obstaculizadores o de riesgo para el clima educativo. A
continuación hemos de destacar aquellos aspectos que fueron masivamente
identificados como elementos obstaculizadores o de riesgo para el Clima
Educativo. En primer lugar representan riesgo para todos los centros los
conceptos pertenecientes a la subdimensión de
focos básicos de tensión docente. Esta evidencia que los docentes
perciben que el “pelambre” o las evaluaciones dañinas entre colegas (I51) afectan el clima educativo,
asimismo la tensión laboral por
aumento de trabajo (I53) y por
tener que atender las Necesidades Educativas Especiales y multiculturalidad
del alumno (I56) representan influencias negativas para el clima del Centro.
Al
respecto es posible precisar que los elementos “pelambre” y escasa disponibilidad
del tiempo se evidencian como elementos de riesgo para el clima educativo,
esto para ambos géneros y para todos los tipos de centros (ver gráficos
en página siguiente).
En
segundo lugar aparece otro elemento de riesgo, la subdimensión de estructura formal, esto en los conceptos
de sobrecarga de innovaciones (I35), falta de espacios para el encuentro (I36) y la percepción de carga asociada a las reuniones
(I42). En los gráficos que se
presentan a continuación se puede observar que el primero (I35) exhibe
tendencias similares para hombres y mujeres y en todos los tipos de centro,
y el segundo (I36) es especialmente negativo para los centros municipales
y subvencionados y similar por género.
Y,
por último, hemos de señalar la subdimensión de relaciones entre pares donde los docentes de la totalidad de los centros
señalan que la dificultad para exteriorizar
el afecto (I34) entre colegas constituye elemento que representa riesgo
para el Clima Educativo, tras procesos de innovación, independientemente
del sexo y tipo de colegio. El gráfico de caja por sexo permite observar
que solo los hombres de centros municipalizados perciben levemente positivo
este ítem.
Resultados
por dimensiones, según tipo de dependencia. A continuación se presentarán
los resultados, esta vez organizados según las subdimensiones, y destacando
diferencias según tipo de dependencia educativa de los centros.
–
En la subdimensión relaciones profesor-alumno,
los profesores perciben que aunque existe una buena convivencia y respeto mutuo con sus alumnos, en centros municipales y privados los
profesores no perciben muestras de verdadero reconocimiento a su labor.
–
En la subdimensión relaciones profesor-padres,
los profesores de centros municipales y subvencionados perciben riesgo
en sus relaciones con los apoderados ya que subyacen altas exigencias desde éstos, al mismo
tiempo que falta reconocimiento
a su labor docente.
–
En la subdimensión relaciones profesor-profesor
(relaciones entre pares) se evidencia que los profesores establecen
lazos de amistad entre colegas, caracterizando sus relaciones por un ambiente
de distensión y cordialidad, lo que se constituye en aspectos facilitadores
del clima educativo en todos los tipos de centros. La única instancia
de riesgo que puede afectar esta realidad es la falta de externalidad afectiva entre docentes, coherente con la
percepción de falta de oportunidad
para encontrarse con fines no docentes.
–
La subdimensión influencia de la
dirección en el clima del centro se muestra positiva. Solo se evidencian
elementos de riesgo en centros subvencionados, estos
son los niveles de supervisión
que en ocasiones obstaculizan la acción docente y la falta de reconocimiento que reciben los docentes desde los directivos.
–
La subdimensión influencia de la
estructura formal se muestra desfavorable para el clima del centro,
en sus elementos de falta de espacios
para el encuentro con motivos no docentes, y sobrecarga
de innovaciones. Esto para todas las dependencias educativas.
–
En la subdimensión influencia del
estilo de trabajo docente, mientras los centros municipalizados dan
cuenta de un estilo de trabajo basado en la colaboración y el apoyo, los
subvencionados y privados muestran la presencia de tendencias-competencia
entre pares.
–
Por su parte, la subdimensión influencia
de la motivación evidencia que ésta es la subdimensión fortaleza para
el clima educativo en todos los tipos de centros.
–
Por último, la subdimensión influencia
de los focos de malestar docente evidencian una presencia que afecta
negativamente el clima educativo en todos los tipos de centros. En tiempos
de innovación los profesores perciben tensión
laboral por aumento de trabajo, falta
de disponibilidad de tiempo, y una preocupante presión desfavorable
por la existencia de evaluaciones dañinas (pelambre)
entre colegas.
Como
se observa, los resultados del análisis factorial, según las tres dimensiones
del instrumento, muestran que:
En la
Dimensión Relaciones, el factor relaciones profesor-profesor ha evidenciado ser el más importante
en la configuración del clima educativo, para la totalidad de los centros,
en tiempos de innovación. La ubicación relativa de este factor revela
que en el Clima Educativo este aspecto posee la más alta ponderación para
los profesores.
En
esta misma dimensión el segundo factor de alta influencia es el de evaluación de la labor docente, fenómeno
que muestra que el tipo de evaluación que se hace de los profesores les
influye de manera importante en la percepción que poseen de su clima educativo.
Por la relevancia que implica me permito referir que el factor relaciones profesor-alumno evidencia una ponderación intermedia, esto
traduce que en la construcción del clima educativo los profesores asignan
a las relaciones con sus alumnos una importancia no central. La forma
de expresión de este factor es similar para los distintos centros según
dependencia.
Luego en la
Dimensión Organización
el factor influencias de la acción
de la dirección posee la más alta ponderación para el clima del centro,
esto independientemente de la dependencia del establecimiento. Siendo
luego el factor de Influencia de
los recursos, el segundo de mayor ponderación en esta dimensión.
En
la
Dimensión Crecimiento
el factor motivación es el aspecto
que posee la más alta ponderación para el clima del centro. El factor
de estilo de trabajo docente mostró ser el
segundo factor de mayor ponderación en esta dimensión.
CONCLUSIONES
Podemos
concluir que cuando los profesores y directivos refieren el Clima Educativo
de su establecimiento, las características que poseen las relaciones profesor-profesor aparecen como el factor de más alta ponderación
en la configuración de la percepción del clima educativo de su centro,
situación que fue evidenciada por la totalidad de la muestra y para todos
los tipos de centros. Lo anterior traduce que en la configuración del
Clima Educativo, las relaciones interpersonales docentes han evidenciado
ser el factor más importante para los profesores que la propia relación
con los alumnos o los apoderados.
En
la configuración del clima educativo cabe reconocer, además, que posteriormente
recibe una alta ponderación la influencia de la acción de la dirección.
Lo
anterior orienta de manera determinante las posibles intervenciones que
se puedan levantar en el ámbito del clima educativo en establecimientos
que se encuentren desarrollando procesos de innovación, ya que se traduce
en que si queremos potenciar este aspecto debemos atender fuertemente
a estos dos aspectos antes de iniciar intervenciones en otras dimensiones.
En
cuanto a la caracterización de la relación profesor-profesor, por el presente
estudio podemos concluir que los docentes establecen importantes lazos
de amistad, caracterizando sus relaciones por un ambiente de distensión
y cordialidad, lo que se constituye en aspectos facilitadores en todos
los tipos de establecimientos. Mas el elemento de riesgo que puede afectar
esta realidad es la falta de externalidad
afectiva entre docentes, lo que traduce que sería deseable que los
profesores entrenaran habilidades que les permitieran explicitar el afecto
mutuo, esto se relaciona con los planeamientos de Durán (2001), quien
afirma que en ambientes de alta exigencia y desgaste, los individuos inician
dinámicas con respuestas impersonales y frías. Lo anterior es coherente
con la presión desfavorable que ejerce la existencia de evaluaciones
dañinas (“pelambre”) entre colegas, que evidencia una incompetencia
relacional de los profesores para comunicar de manera asertiva y directa
opiniones y sentimientos. Así fue confirmado por Pérez, Saavedra, Salum
y Silva (2005), afirmando que el ‘componente afectivo de las habilidades
sociales docentes’ es el de menor expresión en los contextos educativos.
Lo
anterior se suma a la percepción de falta
de oportunidad para encontrarse con fines no docentes, ya que es evidente
que la historia de relaciones entre los docentes les ha permitido construir
vinculaciones de significado afectivo positivo entre ellos, pero su no
explicitación, ya sea por falta de habilidades relacionales o por falta
de oportunidades a nivel organizacional, representa un elemento de riesgo
para el clima educativo.
En
otro aspecto, la presente investigación permite afirmar que el estilo
de trabajo docente marca fuertemente el clima de los centros subvencionados
al caracterizarse por una fuerte tendencia competitiva, falta de colaboración
y apoyo mutuo en los procesos docentes, aspecto que influye en el clima
y que es coherente con la percepción de falta
de libertad de expresión y falta
de aceptación mutua entre colegas.
En
cuanto a la percepción de respeto que presentan los profesores desde sus
alumnos y apoderados, los profesores perciben que aunque existe una buena
convivencia y una relación de respeto mutuo con sus alumnos, en centros
municipales y privados los profesores perciben que existe respeto por
el profesor, respeto por la autoridad, pero no reconocimiento
hacia ellos. Solo las percepciones de docentes de centros privados muestran
reconocimiento hacia la labor del profesor. En las relaciones profesor-padres,
los profesores de centros municipales y subvencionados perciben riesgo
en sus relaciones con los apoderados, ya que subyacen altas exigencias
desde éstos, al mismo tiempo que falta reconocimiento a su labor docente.
La situación anterior no es menor, si consideramos que la falta de reconocimiento
es un factor determinante de malestar docente (Esteve 1995; Durán 2001;
Mella 2003; Becerra 2003).
Y,
por último, la influencia de los focos de malestar docente en el clima
del centro evidencia una presencia que afecta negativamente el clima educativo
en todos los tipos de centros. De esta subdimensión es esperable constatar
que en tiempos de innovación los profesores perciban tensión laboral por aumento de trabajo,
falta de disponibilidad de tiempo, tensión
por tener que atender a las necesidades
educativas especiales y multiculturalidad.
Esta
situación nos muestra que si queremos intervenir para potenciar el clima
de los centros educativos, debemos atender a aspectos vinculados a los
focos de tensión, y en ellos especialmente a las características de la
dinámica relacional entre colegas.
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