Revista de Derecho Vol. XVIII - N° 2 - Diciembre 2005 Páginas 252-254
DOI: 10.4067/S0718-09502005000200015

RECENSIONES

 

Enrique Bonete: ¿Libres para morir? En torno a la tánato-ética. Desclée De Brouwer Editores, Bilbao, 2004 (180 pp.)

 


 

La muerte es y ha sido siempre para los hombres un enigma, un problema y un misterio, según se la mire desde la filosofía, la ciencia o la teología. Pero nunca como en nuestro tiempo el tema de la muerte ha levantado tanta polémica, y sus repercusiones han tenido patentes consecuencias en la ética, la medicina y el derecho. Para un espíritu atento que observa con curiosidad e interés el mundo, no pueden dejar de llamar su atención los dos fenómenos más universales por los que atraviesa la creatura humana: la vida y la muerte. Mucho se ha escrito sobre la vida, y a lo largo de la historia se han elaborado, una y otra vez, filosofías vitalistas y existencialistas que han pretendido explicar ese milagro -o talvez ese absurdo- que es la vida. También se ha meditado sobre la muerte, como nos demuestra el autor de este trabajo; con todo, lo que hoy nos exige una existencia lúcida y racional es meditar sobre sus extremos: el suicidio, el llamado suicidio asistido, la eutanasia voluntaria, activa y directa, la analgesia, el ensañamiento terapéutico y otras formas asociadas a una vida que o ya no se quiere o ya no se puede seguir viviendo por motivos ajenos a la voluntad humana. La muerte propia y asentida es un problema grave de la sociedad moderna, científica, tecnológica y masificada.

El autor demuestra cómo ya los autores clásicos, griegos y romanos, cavilaron y sostuvieron posturas enérgicas y encontradas sobre el derecho a vivir, pero también sobre la obligación política, moral e incluso jurídica de vivir. A partir de la modernidad se intensifica el debate y ahora se lo vincula esencialmente con dos conceptos -considerados como notas esenciales del hombre- emergentes del cristianismo y de la filosofía moderna: la persona y la dignidad. Lo curioso será que tanto los partidarios de la muerte voluntaria o inducida, en todas sus formas, como los enemigos de todo procedimiento o maniobra personal o asistida y voluntaria destinada a adelantar la muerte, invocan la "dignidad" de la persona como el fundamento último para aprobar o para rechazar una muerte originada en la intimidad de la conciencia personal.

Después de dedicar los dos primeros capítulos -de un total de tres- a rastrear en la historia espiritual de occidente las diversas concepciones acerca del "derecho" o "no derecho" a morir voluntariamente, el autor encara en el tercer capítulo la problemática contemporánea. Desde una perspectiva filosófica explica que el concepto de dignidad tiene tres dimensiones: uno intelectualista y ontologista, propio del mundo griego y cristiano; otro eticista, de carácter moderno y fundamentalmente kantiano, y un último, de carácter emotivista, originado en la tradición empirista y reelaborado en nuestros días por Rorty. Con estos elementos conceptuales, el autor estudia y distingue cuidadosamente el suicidio del homicidio, el suicidio asistido, la eutanasia voluntaria activa y directa, la muerte por compasión y la analgesia (en vez del equívoco nombre de eutanasia indirecta), obstinación terapéutica (y no ensañamiento terapéutico) y "cuidados paliativos". A la hora de tomar posición, el autor coincide en general, me parece, con una filosofía cristiana de la muerte, motivo por el cual se opone a todo tipo de muerte voluntaria y solo acepta una muerte anticipada (anticipada respecto del curso natural del desenlace) en los casos en que los medicamentos paliativos del dolor y del sufrimiento traigan como consecuencia asociada y secundaria una anticipación de una muerte de todos modos, y, según nuestro saber científico, penosa y segura. Estas son, pues, las preocupaciones centrales de una nueva disciplina que el autor nos invita a denominar "tánato-ética" o teoría moral de la muerte.

Se trata de un buen trabajo escrito en un lenguaje sencillo, y no por ello carente de rigor intelectual, que aborda con honestidad la última e inevitable de nuestras experiencias. Creo que este libro constituye una buena base para seguir avanzando en la construcción de la vida y de la muerte dignas desde el punto de vista moral, médico y jurídico.

Juan Omar Cofré Lagos