Revista de Derecho, Vol. III N° 1-2, diciembre 1992, pp. 25-34

ESTUDIOS E INVESTIGACIONES

 

El Humanismo Juridico en las librerías del Reino de Chile (s. XVII-XVIII)

 

Javier Barrientos Grandón

Universidad de Chile


 

1. PRESENTACION

El humanismo jurídico1 nació en Italia, donde tuvo como sus iniciadores a Petrarca, Traversari, Filelfo, Vegio y Valla, en cuyas obras aparecen las primeras críticas al bartolismo predominante en la jurisprudencia, mas el primero en contribuir directamente según las nuevas orientaciones fue Ángel Policiano (1454-1494), quien intentó una primera edición crítica del Digesto. En Italia le siguió Andrés Alciato (1492-1550), pero allí no tuvo mayores continuadores. Fue en Francia donde se desarrolló fuertemente la nueva escuela, que por ello se ha llamado mos gallicus, con autores como Guillermo Budaeus (1467-1540), Francisco Barón (1495-1550), Francisco Conanus (1508-1551), Francisco Duarenus (1509-1559), Francisco Balduinus (1520-1573), Jacobo Cuyacio (1522-1590), Francisco Hotomanus (1524-1590), Hugo Donellus (1527-1591), Dionisio Godofredo (1549-1622), Jacobo Godofredo (1587-1652) y otros. En Holanda el humanismo jurídico dio también abundante fruto, a través de la llamada escuela de jurisprudencia elegante, cuyos máximos representantes fueron Matías Wesembecius (1531-1586), Hugo Grocio (1583-1645), Amoldo Vinnio (1588-1657), Iohannes Heinecio (1681-1741). En Alemania destacaron Ulrico Zazius (1461-1535), Schwarzemberger (1463-1528), Apel (1486-1536) y Haloander (1501-1531).

En España el influjo del humanismo jurídico fue más débil,2 sin embargo, hubo notables juristas pertenecientes a esta escuela, tales como Antonio de Nebrija (1442-1522), que trabajó sobre los errores de la glosa, Antonio Agustín (1517-1586), paradójicamente llamado el bartola español. Hubo otros juristas influidos por el humanismo, como Francisco Amaya (1580-1640), Femando Vásquez de Menchaca (1512-1569), Diego de Covarrubias y Leiva (1512-1572) y Francisco Ramos del Manzano (16?-1683).

La influencia del humanismo jurídico en Indias es un tema escasamente tratado,3 situación de la que no escapa el reino de Chile.4 Este estudio pretende contribuir al conocimiento de la presencia del humanismo jurídico en Chile durante los siglos XVII y XVIII, a través del estudio de las obras jurídicas de esta tendencia presentes en las librerías de letrados y corporaciones.

2. LIBRERÍAS ESTUDIADAS

Las librerías estudiadas del siglo XVII son las de los oidores Gaspar de Narváez y Valdelomar (1556-1632), Pedro Machado de Chávez (1590-1647) y Sancho García de Salazar (c1630-1688); y las del siglo XVIII, las de los oidores Juan del Corral Calvo de la Torre (1665-1737), Juan Próspero de Solís Vango (1690-1743), Francisco Ruiz de Berecedo (1674-1746), Domingo Martínez de Aldunate (1707-1778), Juan Hipólito Suárez Traspalados y Escandón (1744-1788), José Clemente de Traslaviña y Oyagüe (1714-1780) y Juan Bautista Verdugo (1704-1779); la del regente Francisco Antonio Moreno y Escandón (1736-1792); las de los abogados Pascual Silva Bórquez, Tomás Duran, Santiago de Tordesillas y Larraguibel (17?-1766), Fernando Bravo de Naveda (17?-1777), Miguel Palacios (1743-p1807), José Teodoro Sánchez (17?-1812), José Antonio de Rojas (1737-1817) y Manuel de Salas (17?-1817); y las de los colegios de la Compañía de Jesús y del Convento de la Recoleta Dominica de Santiago.

En las librerías estudiadas en este trabajo se advierte la presencia de las obras de humanistas italianos, franceses, holandeses y alemanes, tanto en las bibliotecas del siglo XVII como en las del XVIII.

Llama la atención el crecido número de obras de humanistas presentes en las librerías de los ministros de la real audiencia de Santiago del siglo XVII y de principios del XVIII, así en la de Narváez se encuentra a Grávete, Nebrija y Vásquez de Menchaca; en la de Machado a Alciato, Fabro, Donellus, y Cuyacio; en la de García de Salazar, Alciato, Godofredo y Amaya; en la de Corral, Alciato, Cravete, Pancirolo, Conanus, Amaya y Vásquez de Menchaca; en la de Solís, Borcholten; y en la de Ruiz de Berecedo, Conanus, Cuyacio y Wesembecius. En las de la última mitad del siglo XVIII se ha reducido la presencia de estas obras, aunque aparecen los más modernos, así en la de Martínez de Aldunate, Amaya, Fabro y Donellus; en la de Suárez, Godofredo, Wesembecius y Heinecio; en la de Moreno y Escanden, Alciato; en la de Traslaviña, Amaya, Alciato, Fabro, Vinnio, Grocio, Cravete y Conanus; y en la de Verdugo, Domat.5

En las bibliotecas de letrados aparecen los siguientes: Nebrija y Borcholten en la de Tomás Duran; Amaya y Nebrija en la de Santiago de Tordesillas; Vinnio en la de Miguel Palacios; Wesembecius en la de Fernando Bravo de Naveda; Amaya, Puga y Feyjoo, Donellus, Godofredo, Brunemann, Heinecio y Puffendorf en la de Manuel de Salas; Nebrija, Amaya, Ramos del Manzano, Vásquez de Menchaca, Vinnio y Domat en la de José Teodoro Sánchez; Donellus y Vinnio en la de Pascual Silva, y Puffendorf en la de José Antonio de Rojas.6

En los inventarios de las librerías de los jesuítas7, levantados en 1767, aparecen Matías Wesembecius y Christian Wolff y en la biblioteca del Convento de la Recoleta Dominica, Alciato, Gravina, Domat, Vinnio, Heineccio, Grocio, Vattel, Puffendorf, Leibniz y Montesquieu.8

3. HUMANISTAS PRESENTES EN LAS LIBRERÍAS

1. ITALIANOS: se encuentra a Andrés Alciato (1492-1550), Aymone Craveta (1504-1569), a Guido Pancirolo (1523-1599), Juan Vicente Gravina (1664-1718).

a) ANDRES ALCIATO: nació en Álzate en mayo de 1492 y murió en Pavía el 12 de enero de 1550.

Estudió griego en Parrasio, latín con Láscaris en Milán, y derecho en Pavía, donde fue discípulo de Picó y Jasón del Mayno y también de Bolonia, donde tuvo por maestro a Ruini. En esta última universidad se doctoró en 1514.

Ejerció como abogado en Milán, en 1518 pasó a Aviñón donde se inició como profesor, de allí pasó a Bourges, Pavía, Bolonia, Ferrara y nuevamente Pavía.

Mostró gran predilección por la literatura y la historia abordando los diversos aspectos de la cultura de su tiempo, lo que le hizo entrar en contacto con los hombres más esclarecidos de su época, que contribuyeron a convertirle en uno de los iniciadores de la escuela humanista, aunque como dice Bargni La figura de Alciato no debe verse tanto como la que inicia tal humanismo jurídico, cuanto como la que mejor lo toma por necesidad de espíritu y condición de tiempo.

Introdujo Alciato una vía del todo novedosa en el estudio y enseñanza del derecho, no sólo limitada a la búsqueda de nociones históricas, literarias, filológicas y filosóficas presentes en los textos justinianeos, sino que también tendió a desentrañar el espíritu de ellos para tratarlos como un todo unitario.

Su estilo de estudio y enseñanza le ganó odiosidades y acusaciones en Italia, por lo que pasó a Aviñón. Allí se convenció de la necesidad de una reforma a la enseñanza universitaria italiana y así escribía en 1523 a Amerbach: Quod ragas ut te moneam in quod gymnasium Italicae próximo anno te conferas consilium in promptu non habeo, nisi quod hoc ceno scio, Paviae te male, Taurini pésimo, aliquanto melius Bononiae vel Petavii. Vuelto a Italia, se radicó en Pavía, que le era particularmente hostil, y allí inició el estudio de los textos jurídicos desde su perspectiva humanista de historiador y filólogo: Historiae lectioni admonemur, quae solas prefecto certissima philosophiae videtur nobis esse.9

El análisis con nuevos ojos del texto justinianeo significaba, en no pocas ocasiones, una rebelión contra la communis opinio, sin embargo, Alciato no desconocía el mérito de sus predecesores, en especial a Bartolo, quien hanc nostram doctrinam tradiderunt, si bien bonarum literarum fuerint rudes... sed cum qualibet ars sua habet vocabula nobis necessario nostris utendum, quae tametsi aliquibus barbara et in condita videantur non idcirco tomen nova effingi oportuit quae nemo, intelligerit.10

Contó entre sus discípulos a Calvino, Amyot, Teodoro de Beza, y los hispanos Antonio Agustín (1517-1586) y Diego de Covarrubias y Leyva (1512-1577).

En su juventud sus obras se dirigieron a las arqueología y la filología y más tarde se centra en el derecho. Entre las diversas que escribió, destacan: In tres posteriores libros Cod. lustiniani annotatiunculae, Líber II praetermissorum. De magistratibus civilibusque et militaribus qfficiis, In L. de quinqué pedum praescriptione. Se le debe también una obra de muchísima difusión en el reino de Chile titulada Emblemata, publicada en castellano en Lyon en 1549.

Esta última obra se encontraba en las librerías de los ministros Machado de Chávez, García de Salazar y Moreno y Escanden y en la de la Recoleta Dominica, esta última en la edición de Lugduni Batavorum, 1581.

b) AYMONE CRAVETA: nació en Savigliano en 1504 y murió en Marene en 1569.

Se licenció en la Universidad de Turín y muy joven comenzó a enseñar. Fue magistrado en Cuneo y abogado en Turín. Regresó a la cátedra en los Estudios Generales de Ferrara, Chambéry y Pavía, esta última la asumió en 1561 por invitación del Duque Manuel Filiberto de Saboya, que en dicho año había fundado unos estudios Generales. En 1566 volvió a Turín.11

Gozó de mucha fama, la que se resumía en el adagio: Cravetta dixit: satest.

Autor de un volumen de Consilia, publicado en Lyon en 1545, Commentaria in primam et secundam Infortiati, Commentaria in primam et secundam Digestí Novi, Repetitae praelectionis seu repetitiones acutissimae et subtílissimae, De antiquitatibus temporum, y numerosos tratados.

Su De antiquitate temporum aparece en las librerías de los oidores Narváez, Del Corral y Traslaviña y sus Consilia en la del oidor Narváez.

c) GUIDO PANCIROLO: nació en Reggio en 1523 y murió en Padua en 1599.

Humanista, discípulo de Alciato, profesor en las universidades de Padua y Turín. No quiso pasar a Roma, a donde había sido llamado por el Papa Gregorio XIV y por Clemente VIII.12

Autor de un volumen de Consilia, Thesaurus variarum lectionum utriusque iuris, De claris legum interpretibus. Escribió también algunas obras históricas, tales como Notitia dignitatum Impertí Orientalis & Occidentalis.

Su Thesaurus lo poseía el oidor Juan del Corral Calvo de la Torre.

d) JUAN VICENTE GRAVINA: nació en Rogiano de Cosenza el 20 de enero de 1664 y murió en Roma el 6 de enero de 1718.

Se radicó en Roma en 1695 y allí fue uno de los fundadores de la Academia de los Arcades. En 1699 obtuvo la cátedra de derecho civil. Fue amigo y maestro de Métastase.13

Hombre de variados conocimientos, a quien se deben trabajos históricos y jurídicos. Gran admirador de Cuyacio, cuyas directrices sigue en sus obras.

Autor de las siguientes obras: In iuris receptioris institutiones libri tres; In Ponti-ficiis iuris institutiones libri tres; De Romano Imperio; y Originum iuris civilis libri tres, De ortu el progressu iuris civilis, Esprit des Lois Romaines, De instauratione studiorum, Dellefavolle antiche, Delta ragionespoética, Delta tragedia, etc.

En la Universidad de San Felipe de Santiago de Chile, fue libro de texto de la cátedra de prima de leyes su Originum iuris civilis, por indicación del fiscal de Consejo de Indias en 1788.

En el inventario de Alday aparece esta última obra, como también en la de la Recoleta Dominica, en una edición de Neapoli, 1729.

2. FRANCESES: están presentes Francisco Conanus (1508-1551), Jacobo Cuyacio (1522-1590), Hugo Donellius (1527-1591), Dionisio Godofredo (1549-1622), Antonio Fabro (1557-1624) y Jean Domat (1625-1696).

a) FRANCISCO CONANUS: nació en París en 1508 y murió en 1551.

Estudió en Orleáns con Pierre de L'Etoile y después en Bourges, donde fue uno de los discípulos predilectos de Alciato.

Fue abogado del Parlamento de París en 1539, encargándosele importantes misiones económicas y financieras en Languedoc. En 1544, Francisco I lo nombró Maître de requêtes ordinaires y consejero real.

Es uno de los más grandes representantes del humanismo jurídico clásico. Fue prácticamente el primero en enfrentar de modo orgánico el doble problema de la historicidad del derecho y de la construcción sistemática en la obra de toda su vida: Commentaria iuris civilis, de la que depende la elaboración posterior de Hugo Donellus.

Su fama fue amplia entre sus contemporáneos, aunque Cuyacio dice de él: doctissimus vir, sed non iurista, sosteniendo que: comrrumpit iudicium et tempus perdit, qui illud in eius commentarius ponit.

A su muerte había alcanzado a publicar un solo tomo de su Commentaria y después de ella se publicaron 10 libros en París en 1553 por Barthélemy Faye, quien reordenó los manuscritos de los últimos dos.14

Sus Commentaria se encontraban en las bibliotecas de los oidores Del Corral, Ruiz de Berecedo (Alday) y Traslaviña.

b) JACOBO CU YACIO: nació en Toulouse en 1522 y murió en Bourges el 4 de octubre de 1590.

Seis volúmenes de sus Opera aparecen en la librería del oidor Machado de Chávez y también en la de Ruiz de Berecedo (Alday).

c) HUGO DONELLUS: nació en Chálon-sur-Saóne en 1527 y murió en Altdorf en 1591.

Estudió en Toulouse, donde fue discípulo de Duarenus. Muy joven enseñaba derecho civil en la Universidad de Tolosa, mas habiendo abrazado el calvinismo fue expulsado de Francia, por lo que pasó a Alemania, donde enseñó en la Universidad de Heildelberg. En 1575 fue llamado a Leyden, la que debió abandonar por razones políticas, refugiándose en Altdorf.

Hombre de gran ingenio y vasta cultura, siguió una dirección propia, diversa a la de la mayoría de sus contemporáneos, entre los cuales polemizó fuertemente con Cuyacio.15

Comentó el Digesto, el Código, y las Instituciones, en las siguientes obras: Commentaria in selectos quosdam títulos Digestorum, Commentaria in Codicem lustiniani, y Commentaria ad librorum Institutionum paralipomena. Autor también de una exposición sistemática del derecho civil titulada Commentariorum de iure civile in libri viginti octo. In quibus ius civile universum singulare artificio atque doctrina explicantur, además escribió un Tractatus de succesionibus.

El oidor Machado de Chávez poseía seis volúmenes de sus obras y otros tantos su colega Martínez de Aldunate. Por su parte, el abogado Pascual Silva poseía un volumen titulado Diversorum tractatus, y otro De usuris y Manuel de Salas su Commentaria in selectos quosdam titulos Digestorum.

d) DIONISIO GODOFREDO: nació en París el 17 de octubre de 1549 y murió en Estrasburgo el 7 de septiembre de 1622.

Las agitaciones políticas y religiosas en Francia le hicieron pasar a Ginebra y allí enseñó en diversas universidades. Fue llamado para suceder en la cátedra a Cuyacio, pero sus ideas religiosas le impidieron aceptar.

Efectuó una muy apreciada edición del Corpus luris Civilis. Su comentario al Digesto lo poseían los oidores García de Salazar y Suárez.

e) ANTONIO FABRO: nació en Bourg en Bresse en 1557 y murió en Chambéry en 1624.

Estudió letras y filosofía en París y derecho en Turín y fue abogado en Chambéry. Fue juez en Bresse, Bugey y Valromey, en 1610 era presidente del consejo de gobierno de Saboya.16

Escribió el famoso Codex Fabrianus definitionum forensium et rerum in sacro Sabaudiae Senatu tractatarum, ad ordinem titulorum Codicis lustinianei, quantum fieri potunt ad usum accomodatus, et in novem libros distributos, publicado en Ginebra en 1606. Se le deben también las siguientes obras: De erroribus pragmaticorum et interpretum iuris, Rationalia in Pandectas, lurisprudentiaes papinianae scientia ad ordinem Institutionum Imperialium efformata, y Coniecturarum iuris civilis libri viginti.

El oidor Machado de Chávez poseía 10 volúmenes de sus obras, su colega Martínez de Aldunate 11 y el oidor Traslaviña el Codex Fabrianus y dos volúmenes más.

f) JACOBO GODOFREDO: hijo de Dionisio, nació en Ginebra en 1587 y murió el 24 de junio de 1652.

Fue profesor de derecho en Ginebra, secretario de Estado y síndico de la república.

Su preocupación humanista se advierte en una serie de obras históricas y jurídicas destinadas a la reconstrucción y depuración de las fuentes, tales son los Fragmenta duodecim tabularum, suis nunc primum tabulis restituía, probationibus, nolis, et índice munita (Heildelberg, 1616), las Fontes IV iuris civilis (Ginebra, 1653) y la hasta el día apreciada edición del Codex Theodosianus (Lugduni, 1665).

Su edición del Codex Theodosianus se encontraba entre los libros de Manuel de Salas.

g) JEAN DOMAT: nació en Clermont-Ferrand el 30 de noviembre de 1625 y murió en París el 14 de marzo de 1696.

Filósofo y jurista, cuya obra más famosa fue Les lois civiles dans leur orare naturel, publicada anónima en París entre 1689 y 1694. Le siguió su Le Droit public, aparecido en París en 1697.

Se le puede considerar un precursor de la pandectista del ochocientos y sin lugar a dudas un puente entre el humanismo y la pandectística. Ponía el fundamento de la ciencia jurídica en el derecho divino y en la equidad natural, realizando una sistematización clara y orgánica y una reconstrucción viva y vital de las instituciones romanas.17

Tres volúmenes de sus obras aparecen en la librería del oidor Verdugo, y en la del abogado José Teodoro Sánchez aparece su Derecho público, traducido al castellano. En la librería de la Recoleta Dominica se encuentran sus Les lois civiles dans leur orare naturel y Le droit public, editados en París en 1771.

3. HOLANDESES Y ALEMANES: se encuentra a Matías Wesembecius (1531-1586), lohannes Borcholten (1535-1593), Hugo Grocio (1583-1645) y Amoldo Vinnio (1588-1657), Juan Brunnemann (1608-1672), Samuel Puffendorf (1632-1694), Juan Heineccius (1681-1741) y Emerico de Vattel (1714-1767).

a) MATÍAS WESEMBECIUS: nació en 1531 y murió en 1586.

La línea directriz de este jurista se orienta preferentemente en una dirección de carácter histórico y filológico destinada a esclarecer los textos jurídicos romanos. Además de esto sus obras muestran una finalidad práctica y una complementación del método propio del mos gallicus con el analítico sintético de los bartolistas.18

Escribió una obra titulada Paratitla in Pandectas Iuris Civilis, sus Opera omnia se publicaron en Colonia en 1593.

Esta obra la poseía el oidor Ruiz de Berecedo y su colega Suárez Trespalacios y Escanden y también el abogado Bravo de Naveda y los jesuítas.

b) IOHANNES BORCHOLTEN: nació en Luneburg en 1531 y murió en Helmstadt en 1593.

Fue discípulo de Cuyacio. Enseñó en las Universidades de Rostock y Helmstadt. Siguió la tendencia humanista de Cuyacio en su trabajo sobre los feudos (Helmstadt, 1590), sobre las obligaciones (Wittemberg, 1608) y en sus comentarios a las Instituciones.

Su comentario a las Instituciones se encontraba en la librería del oidor Juan Próspero de Solís Vango y en la del abogado Tomás Duran.

c) HUGO GROCIO: nació en 1583 y murió en 1645.

Autor del clásico De iure belli ac pacis, que se contaba entre los libros del oidor Traslaviña y entre los de la Recoleta Dominica en una edición de Jenae, 1680.

d) ARNOLDO VINNIO: nació en 1588 y murió en 1657.

Autor de las muy divulgadas Institutionum imperialium commentarius accademicus etforensis, que se emplearon como libro de texto en la Real Universidad de San Felipe.

Su comentario a las Instituciones se encontraba en las bibliotecas de los oidores Ruiz de Berecedo (Alday), Traslaviña y Suárez, y en las de los abogados Miguel Palacios, Pascual Silva y José Teodoro Sánchez, como asimismo en la de la Recoleta Dominica en una edición en dos volúmenes de Lugduni, 1761.

e) JUAN BRUNNEMANN: nació en Colonia en 1608 y murió el 15 de diciembre de 1672.

Siguió cursos de filosofía en Wittemberg, pero por una enfermedad contagiosa que le atacó hubo de dejarlos y volvió con su familia en 1630. En 1632 viajó a Francfurt a proseguir sus estudios, pero por sus continuas dolencias abandonó la teología y la carrera eclesiástica para dedicarse al derecho. Fue profesor de Instituía en la Universidad de Francfurt.19

Autor de Commentarius in qinquaginta libros Pandectarum (Francfurt, 1683) y Ad Codicem commentarius (Ginebra, 1755).

f) SAMUEL PUFFENDORF: nació en Chemnitz, Sajonia, el 8 de enero de 1632 y murió en Berlín el 26 de octubre de 1694.

Estudió teología y derecho en Leipzig. Pasó a Jena en 1657 y conoció allí la filosofía cartesiana y estudió matemáticas con Wirgel. Más tarde viajó a Estocolmo en calidad de historiador y consejero de Estado, regresó a Jena en 1681 para retornar a Suecia en 1694, allí se le otorgó el título de barón.

Fue profesor de derecho natural y de gentes en Heildelberg. Leyó a Grocio y a Hobbes.

Entre sus obras destacan las siguientes: De slalu imperii germanici líber unus (Ginebra, 1667), De iure naturae et gentium (1672), De officio hominis et civis secundum legem naturalem, incluida en el Index.

En la librería del abogado José Antonio de Rojas se encontraba su De iure naturae et gentium, y en la de su colega Manuel de Salas su Introduction a l'histoire. En la Recoleta Dominica se conserva su De officio hominis.

g) IOHANNES HEINECCIO: nació en Eisenberg en 1681 y murió en Halle en 1741.

Estudió teología en Halle y allí mismo enseñaba filosofía en 1713 y más tarde fue profesor extraordinario de derecho y ordinario desde 1721. Fue discípulo de Thomasius y enseñó en Franacker, Francfurt y Halle.

Escribió, entre otras, las siguientes obras: Elementa iuris civilis secundum ordinem Institutionum, Elementa iuris civilis secundum ordinem Pandectarum, Historia iuris civilis romani et germani, Elementa iuris naturae et gentium, Antiquitatum romanarían syntagma, De iurisprudentiae romanae formulis ritibusque antiquis, Commentarii ad Legem luliam et Papiam Poapeam.

En la librería del oidor Suárez Trespalacios aparecen sus Elementa iuris civilis, Opuscula varia ad legem luliam et Papiam, Filosofía racional y sus Opera, y en la de Manuel de Salas su Ad legem luliam et Papiam. En la Recoleta Dominica se encuentran sus Operum ad universam jurisprudentiam phüosophiam et literas humaniores pertienentium, en 12 volúmenes editados en Neapoli entre 1759 y 1777, y sus Antiquitatum romanarum jurisprudentiam illustratum sintagma secundum ordinem Institutionum Justiniani digestum, en dos volúmenes editados en Venecia en 1767.

4. ESPAÑOLES:

a) ELIO ANTONIO DE NEBRIJA: nació en 1442 y murió en 1522.
Fue uno de los primeros juristas en emprender una revisión crítica de los textos
romanos y en realizar un estudio sobre los errores del método de la glosa.

Su Vocabularium aparece en la librería del oidor Narváez y Valdelomar y en las de los abogados Tomás Duran, Santiago de Tordesillas y José Teodoro Sánchez.

b) FERNANDO VASQUEZ DE MENCHACA: nació en Valladolid en 1512 y murió en 1569.

Estudió en el Colegio del Arzobispo y obtuvo la borla doctoral utroque iure en la Universidad de Salamanca.20

Este jurista está influido notoriamente por el humanismo jurídico.

Escribió una obra de amplia difusión titulada Controversiarum illustrium libri III, publicada en Barcelona en 1563, y otra con el título de De successionibus & ultimis voluntatibus.

Sus obras se encontraban en las bibliotecas de los oidores Narváez y Valdelomar y Del Corral y en la del abogado José Teodoro Sánchez.

c) FRANCISCO DE AMAYA: nació en Antequera hacia 1580 y murió cerca de 1640.

Estudió ambos derechos en el Colegio y Universidad de Osuna, y allí mismo fue catedrático de Prima de Leyes. El 22 de noviembre de 1617 pasó al Colegio Mayor de Cuenca, donde también enseñó derecho civil y se dio al trabajo del Corpus luris Civilis. Alcanzó grande fama por su firmeza doctrinal, prestancia y elegancia.

Fue abogado fiscal en Granada y oidor en Valladolid.21

Se le deben dos obras: In tres posteriores libros Codicis Imperatoris lustiniani commentaria y Observationum iuris libri tres. Sus Opera omnia se publicaron en Lyon en 1661.

Aparece en las librerías de los oidores García de Salazar, Del Corral, Ruiz de Berecedo, Martínez de Aldunate y Traslaviña; y en las de los abogados Tordesillas, Sánchez y Salas.

d) FRANCISCO RAMOS DEL MANZANO: nació en 1604 y murió en 1683. Autor de una obra titulada Ad legem luliam et Papiam et quae ex libris iurisconsultorum fragmenta ad illas inscribuntur commentarii et reliquiationes.

Su ad legem luliam se encontraba en la librería del abogado José Teodoro Sánchez.

4. CONCLUSIONES

Del estudio realizado se pueden extraer las siguientes conclusiones:

1. En las librerías de magistrados del siglo XVII se aprecia un importante número de obras de juristas del humanismo jurídico clásico. Así, en la de Narváez se encuentra a Cravete, Nebrija y Vásquez de Menchaca; en la de Machado a Alciato, Fabro, Donellus, y Cuyacio; y en la de García de Salazar, Alciato, Godofredo y Amaya. Esta observación parece concordar con lo que sucede en otras regiones americanas, así por ejemplo el oidor y luego presidente de la real audiencia de Santo Domingo, Gregorio González de Cuenca (15 7-1581) contaba entre sus libros las Opera omnia de Andrés Alciato, las de Ubico Zazio y las de Fernando Vásquez de Menchaca, además poseía el Vocabularium utriusque iuris de Nebrija.22

2. La misma afirmación puede hacerse respecto de las librerías de finales del siglo XVII y de comienzos del siglo XVIII. En efecto, aparecen en la de Corral, Alciato, Cravete Pancirolo, Conanus, Amaya y Vásquez de Menchaca; en la de Solís, Bor-cholten; y en la de Ruiz de Berecedo, Conanus, Cuyacio y Wesembecius. Parece esto también corresponder a una tendencia que se advierte en otras partes de las Indias, así en la Memoria de libros remitida a Nueva España por el sevillano Fernando Romero y Torres el 23 de junio de 1685 se mencionan las Opera omnia iuridica de Antonio Fabro y las de Francisco Amaya.23

3. En las de la última mitad del siglo XVIII se ha reducido la presencia de estas obras, aunque aparecen los más modernos, así en la de Martínez de Aldunate, Amaya, Fabro y Donellus; en la de Suárez, Godofredo, Wesembecius y Heinecio; en la de Moreno y Escanden, Alciato; en la de Traslaviña, Amaya, Alciato, Fabro, Vinnio, Grocio, Cravete y Conanus; y en la de Verdugo, Domat.24

4. En las bibliotecas de letrados del siglo XVIII aparecen los siguientes: Nebrija y Borcholten en la de Tomás Duran; Amaya y Nebrija en la de Santiago de Tordesillas; Vinnio en la de Miguel Palacios; Wesembecius en la de Fernando Bravo de Naveda; Amaya, Puga y Feyjoo, Donellus, Godofredo, Brunemann, Heinecio y Puffendorf en la de Manuel de Salas; Nebrija, Amaya, Ramos del Manzano, Vásquez de Menchaca, Vinnio y Domat en la de José Teodoro Sánchez; Donellius y Vinnio en la de Pascual Silva; y Puffendorf en la de José Antonio de Rojas.25

5. En los inventarios de las librerías de los jesuitas, levantados en 1767, aparecen Matías Wesembecius y Christian Wolff;26 y en la biblioteca del Convento de la Recoleta Dominica, fundada en 1753 por fray Manuel de Acuña, Alciato, Gravina, Domat, Vinnio, Heineccio, Grocio, Vattel, Puffendorf, Leibniz y Montesquieu.

NOTAS

1 Vide KOSCHAKER, Paul, Europa y el derecho romano, Madrid, 1955, pp. 167-190; CALASSO, Francesco, Medio Evo del Diritto, Milán, 1954,1, pp. 183-205; WIEACKER, Franz, Privatrechtsgeschichte der Neuzeil, Góttingen, 1967, pp. 88-92 y 161-169; MAFFEI, D., Gli inizi dell'humanesimo giuridico, Milán, 1956; TROJE, Hanz Erich, Die europäische Rechtsliteratur unter dem Einfluss des Humanismus, en lus Commune, IJJ, Frankfurt am Main, 1970, pp. 33-63; CARPINTERO BENITEZ, Francisco, "Mos itálicas", "mos gálicas" y el humanismo racionalista. Una contribución a ¡a historia de la metodología jurídica, en lus Commune, VI, Frankfurt am Main, 1977, pp. 108-177, y en Prudentia Iuris, VII, Buenos Aires, 1982, pp. 9-60; MOZOS, José Luis de los. Humanismo y "mos gallicus" en la escuela de Salamanca, en Metodología y ciencia en el Derecho Privado Moderno, Madrid, 1977, pp. 281-316; GUZMAN BRITO, Alejandro, La fijación del derecho. Contribución al estudio de su concepto y de sus clases y condiciones, Valparaíso, 1977, pp. 106-113.

2 Para el humanismo jurídico en España, vide GUZMAN BRITO, Alejandro, Estudios en torno a las ideas del humanismo jurídico sobre reforma del Derecho (I). Un humanista español frente al Derecho de su época: Pedro Simón Abril, en REHJ., IX, Valparaíso, 1984, pp. 167-185; TAU ANZOATEGUI, Víctor, ¿Humanismo jurídico en el mundo hispánico? A propósito de unas reflexiones de Helmut Coing, en Anales de la Universidad de Chile, 20, Estudios en Honor a Alamiro de Avila Martel, Santiago, 1989, pp. 585-594, y del mismo su reciente Casuismo y sistema. Indagación histórica sobre el espíritu del derecho indiano, Buenos Aires, 1992, pp. 173-176 y 404 y ss.

3 Aunque hay algunos trabajos particulares de mucho interés, vide TAU ANZOATEGUI, Víctor, cit. nota anterior y del mismo El "Gobierno del Perú" de Juan de Matienzo. En la senda del humanismo jurídico, Eroberung und Inbessitznahme Amerikas im 16, Jahrhundert rechtfertigung, realitat und literarische reflexión. Internationales Symposium Eischtátt, 1988; DOUGNAC RODRÍGUEZ, Antonio, El humanismo jurídico a través de dos relecciones en la Universidad de San Marcos de Lima, comunicación al VIII Congreso Latinoamericano de Derecho Romano, Santiago de Chile, 1992, en prensa en Revista de Estudios Histórico Jurídicos, Valparaíso, XV, 1992.

4 Vide solamente BARRIENTOS GRANDON, Javier, Derecho indiano y derecho común en el reino de Chile, en X Congreso del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano, México-Veracruz, 1992.

5 Vide Barrientos Grandón, Javier, La cultura jurídica en el reino de Chile. Librerías de ministros de la real audiencia (s. XVII-XVIII), Santiago, 1992.

6 Vide Vega Godoy, María Eugenia, Obras jurídicas en los Inventarios de bibliotecas chilenas del siglo XVIII (memoria inédita), Valparaíso, 1983.

7 Archivo Nacional Santiago de Chile, Fondo Jesuíta de Chile, vol. 7, pza. 4.

8 Catálogo general por orden alfabético de autores de la Biblioteca de la recolección Dominicana de Santiago de Chile, Santiago, 1910. Esta biblioteca fue fundada en 1753 por el R.P. fray Manuel Acuña. En 1809 el padre Justo de Santa María de Oro trajo de Europa 300 volúmenes; en 1823 la librería contaba con 2.385 volúmenes y al año siguiente aumentó en 1.241 cuerpos traídos de Roma por fray Ramón Arce. En 1910 poseía esta biblioteca 33.000 volúmenes. En la actualidad asciende a cerca de 100.000, pues en ella se han reunido las librerías de todas las casas dominicas y la del Convento de Santiago.

9 Azzara, Antonio, y Eulatb, Ernesto (Coordinadores), Novissimo Digesto Italiano, I, Torino, 1957, pp. 459-460.

10 Aloato, Andrés, Epístola De verborum significatione, en Opera, IV, Lugduni, 1560.

11 Azzara A, Antonio, y Eulatb, Ernesto, (n.9), T. IV, p. 1078.

12 Lasor de Varea, Alfonso, Universum terrorum orbis scriptorum calamo delineatus, hoc est auctorumfere omnium, Padua, 1713 (2 vols.), I, p. 444.a., u, pp. 202.b y 351.b.

13 Biographie universelle ancienne et moderne, Bruxelles, 1843-1847 (9 vols.), 9, p. 22.

14 Azzara, Antonio, y Eulate, Ernesto (n. 9), IV, pp. 100-101.

15 Ibidem, VI, pp. 328-329.

16 Walter, Gerhard, Bibliographie der französischen Rechtschungssammlungen des Ancien Régime, en Ius Commune, V, Frankfurt am Main, 1975, p. 253.

17 Azzara, Antonio, y búlate, ernesto (n. 9), VI, p. 172.

18 Carpintero Benítez, Francisco (n. 1), p. 38.

19 Biographie universelle ancienne et moderne, Bruxelles, 1843-1847, T. VII, p. 299.

20 Antonio, Nicolás, Bibliotheca hispana nova sive hispanorum scriptorum qui ad anno MD ad MDCLXXXIV floruere notitia, Matriti, 1783, (2 vols.), I, pp. 392-393.

21 Antonio, Nicolás (n. 20), I, p. 400.

22 Hampe Martínez, Teodoro, Lecturas de un jurista del siglo XVI. La biblioteca del doctor Gregorio González de Cuenca, presidente de la Audiencia de Santo Domingo (1581), en Anuario de Estudios Americanos, XLI, 1984, pp. 143-193.

23 Torre Revello, José, El libro, la imprenta y el periodismo en América durante la dominación española, Buenos Aires, 1940 (reimpresión facsimilar, México, 1991), pp. CXXIII.

24 Vide Barrientos Grandón, Javier, La cultura jurídica en el reino de Chile. Librerías de ministros de la real audiencia (s. XVII-XVIII), Santiago, 1992.

25 Vide Vega Godoy, María Eugenia, Obras jurídicas en los inventarios de bibliotecas chilenas del siglo XVIII (memoria inédita), Valparaíso, 1983.

26 Archivo Nacional Santiago de Chile, Fondo Jesuitas de Chile, vol. 7, pza. 4.