Ruido de fondo. Poemas, crónicas, canciones
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Resumen
Quizá una parte de la poesía chilena, desde el siglo XX hasta nuestro tiempo, podría ser cons elada a partir de la figura de la casa, el hogar, el oikos: Jorge Teillier y la poesía de los lares, con sus bosques y espectros acechantes; Juan Luis Martínez y La nueva novela, cuya portada muestra un exterior de casas derribadas o arrasadas por un aluvión o terremoto1; el poema “Apocalipsis doméstico” de Gonzalo Millán, breve crónica de una relación de pareja cuya disolución termina por desfondar el orden doméstico que la sostiene o viceversa; La casa devastada (2015) de Carlos Cociña, donde la figura del poeta parece disolverse detrás de una serie de operaciones de montaje que buscan diluir o al menos poner en problemas al sujeto poético que las ejecuta; y más recientemente, La voz de la casa: Ejercicios para vivir el confinamiento de Rosabetty Muñoz, que en medio de la pandemia apareció como una forma de conjurar el tedio de los días de alerta sanitaria mundial...