FACTIBILIDAD TÉCNICA Y ECONÓMICA DE RIEGO POR ASPERSIÓN EN PRADERAS ARTIFICIALES DESTINADAS A LECHE DEL SUR DE CHILE
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Resumen
Existen distintas formas para incrementar la producción de una pradera, siendo una de ellas el abastecimiento oportuno de agua, en periodos cuando esta escasea. Atendiendo este aspecto, resulta de importancia generar antecedentes sobre la factibilidad técnica y económica de la inversión en equipamiento de riego por aspersión en praderas artificiales, para las condiciones del Sur de Chile. Para esto se formularon 60 proyectos de riego, de acuerdo a diferentes combinaciones de factores involucrados como: tipo de equipo de riego por aspersión (acople rápido, carrete automático, pivote central y K-Line); fuente de energía (caída de agua, electricidad y petróleo); fuente de agua (superficial y subterránea); superficie regada (10 y 25 ha) y financiamiento por parte de Ley 18.450 (0 y 50%). En cada proyecto se calcularon aspectos técnicos y económicos, analizando costos de inversión y anuales por hectárea. Los resultados mostraron que el pivote central fue el sistema que requirió los menores caudales de agua para aplicar la tasa de riego; por el contrario, el sistema de acople rápido usó los mayores caudales. En el caso de los costos de inversión ($ ha-1) los menores fueron del sistema K-Line y los del pivote central fueron los más costosos. En cuanto a la fuente energética, los sistemas con una caída de agua (gravedad) y diesel fueron los con menor inversión; mientras que los eléctricos fueron los más costosos. En general, proyectos sin bonificación (Ley 18.450) no son un negocio rentable (10 y 25 ha), exceptuando los proyectos K-Line (10 y 25 ha), acople rápido (10 y 25 ha) y pivote central (25 ha), todos energizados por una caída de agua (gravedad). Por otra parte, al ser bonificados, algunos proyectos en 25 ha son atractivamente rentables, destacando los sistemas K-Line y pivote central, que presentaron las mayores utilidades marginales de este estudio, llegando a $173.229 ha-1. El escenario con mayores pérdidas correspondió a los sistemas que usan aguas subterráneas, aun cuando estos usen la bonificación.