Entrevista al arquitecto Federico Peña Mohr. Un arquitecto que permaneció fiel a sus raíces sureñas.
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Resumo
Federico Peña llegó de niño a Valdivia, estudió en el Instituto Alemán y terminó en el Liceo de Hombres de la misma ciudad. Al regreso de un viaje a Europa, como egresado de arquitectura de la Universidad de Chile, le tocó el terremoto del año 1960 y fue invitado por la Municipalidad de Puerto Montt a trabajar en el plano regulador de la ciudad. Allí trabajó en su tesis de título “Puerto Montt año 2000”, junto a Juan Leonhard, cuyo tema fue la planificación rural-urbana de la provincia de Llanquihue. Una vez recibido de arquitecto, fue invitado a trabajar a la Municipalidad de Osorno, cuyo alcalde era René Soriano, con el cual hizo algunos proyectos urbanos. En ese entonces el país era gobernado por Eduardo Frei, quien estaba comenzando con el proyecto de Reforma Agraria. Federico dejó su cargo en el municipio y se incorporó a una corporación de desarrollo rural que, entre otros, tuvo a su cargo el proyecto urbano de la Hacienda Rupanco. El equipo se trasladó luego a Valdivia, donde lo encontró el golpe de estado. Dado que quedó sin trabajo, comenzó su oficina de arquitectura privada junto a otros colegas. El Ministerio de la Vivienda abrió en esa época un concurso nacional para mejorar los Barrios Bajos de la ciudad pero, aunque lo ganaron, el plano regulador congeló el sector y el proyecto nunca se realizó. Trabajó durante años como profesor de geometría descriptiva en el Instituto Profesional de Valdivia (ex Universidad Técnica) y después se incorporó en una oficina privada de arquitectura en Valdivia. Paralelamente armó, junto a su esposa, un parque privado en la Isla del Rey (que aún conserva) y ahora último está activo en el Colegio de Arquitectos de Valdivia.